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Cooperar. Por supuesto que había estado de acuerdo y dispuesto a hacerlo, después de todo no quería que la policía pensara que él mismo era el asesino de su propia casta, suficiente culpa sentía ya por sólo presenciar las muertes durante sus sueños sin poder hacer nada al respecto para ayudarlos, quería hacer más, conocer más sobre por qué podía ver aquello como si estuviera presente en aquel lugar.
¿Qué conexión tenía realmente con el asesino como para que tuviera la capacidad de mostrarle aquellos horribles escenarios?, no tenía ninguna de las respuestas a sus preguntas y dudas, pero no creía tenerlas nunca.
Ahora, volviendo con su problema inicial. Se había enterado que aquel rubio era nada más y nada menos que el jefe de la estación de policías, no era un simple subordinado ni ningún policía de más bajo rango, era la mina de oro, como solía decirle su abuela para referirse a aquellos alfas con puestos altos y con poder sobre otros, él mismo veía a Ian Anderson de esa manera, una mina de oro a la que no le gustaría excavar para conocer porque simplemente no le interesaba y creyó que iba a seguir de esa manera, que no lo iba a conocer ni un poco, pero ahora le soltaba aquello sin siquiera prepararlo mentalmente, había quedado en shock y sumamente confundido.
-Perdona ¿Qué fue lo que dijiste? -Cuestionó sólo para estar seguro de que no escuchó mal.
-Dije que, para asegurarnos que no eres el asesino ni el cómplice de éste, tendré que estar cerca de ti las veinticuatro horas del día, así que comenzaré a vivir contigo -Repitió Ian con calma, tratando de que lo entendiera y lo aceptara, pero por su expresión suponía que no sería fácil aceptarlo, así que añadió: -Si te niegas, entonces tendría que dejarte aquí en la estación en una de las celdas sin permiso a salir a que trabajes y se te confiscarán todas tus pertenencias.
Aquello terminó con toda negación que Alan había preparado en su cabeza para dársela al rubio, no quería que le quitaran sus cosas, suficiente tenía con el hecho de haber aceptado que le quitaran sus cuadros de los omegas cuando lo fuesen a necesitar para quién sabe qué cosa, no prestó real atención a la explicación que le habían dado puesto que había quedado más sorprendido de saber el puesto del rubio que iba con él mismo. Formó una mueca rápidamente antes de resoplar completamente irritado por la situación en la que se encontraba o mejor dicho, la situación en la que fue puesto por aquel alfa que, al parecer, no tenía nada mejor que hacer y había decidido tomar su "protección" como su nuevo hobbie.
-Bien -Aceptó de mala gana, realmente no quería aceptar, pero el rubio no le había dejado de otra. -¿Qué estúpido alfa vivirá conmigo durante los siguientes días?
-Auch, qué forma de tratar a tu nuevo compañero de piso -Dramatizó Ian y sonrió antes de señalarse a sí mismo. -Seré yo, por favor cuida de mí y yo cuidaré de ti.
-Estoy considerando mejor la cárcel -Comentó Alan con una mueca que luego cambió por una risa al ver la expresión indignada del alfa que no parecía creerse que haya dicho aquello. -Bueno, si no me queda de otra, está bien. Sólo espero que sepas respetar mi espacio, mi privacidad y mi tiempo de trabajo. Te voy advirtiendo de una vez que hay veces en las que me quedo despierto pintando hasta muy tarde, como también hay veces en las que despierto en medio de la noche para pintar, que es mayormente cuando el asesino está haciendo de las suyas.
-Está bien, eso último es lo que quiero ver por mi propia cuenta, me aseguraré de fijarme en todos los detalles que realices en el cuadro y te voy a hacer preguntas mientras lo pintas -Respondió Ian con seriedad absoluta mientras el pelirrojo alzaba los hombros antes de asentir.
Ambos aceptaron el trato realizado y Alan no tardó en salir de la estación de la policía con Ian detrás, el jefe de la policía había recibido toda la biografía de Alan Matheson y quién era realmente, estaba sorprendido por lo que había leído y admitía sentir curiosidad por el hecho de que alguien que venía de una familia rica, como lo era Alan, decidiera vivir solamente vendiendo sus pinturas en un parque y no en un museo como cualquier otro rico haría. Debía averiguar sobre eso también, pero lo harían en los siguientes días, no quería abordarlo tan pronto porque apenas era el primer día y tenían que acostumbrarse a la presencia del otro.
Ambos chicos se adentraron al auto del rubio quien se había negado a seguir yendo a pie de un lado al otro, a pesar de que el omega parecía bastante acostumbrado a ello y es que si se ponía a pensar, tenía sentido, puesto que éste vivía bastante cerca del parque donde colocaba su puesto de pinturas para venderlas y no tenía que estar caminando demasiado a ninguna parte, al menos no la mayoría del tiempo, como el pelirrojo le había explicado. Alan iba en completo silencio, sus pinturas estaban en los asientos traseros del auto y el carro de carga en el techo del mismo, se preocupaba realmente por el, puesto que iba a tener que pagarlo como nuevo si algo le pasaba y él mismo se aseguraría de matar al rubio con sus propias manos de ser así e incluso se lo advirtió, Ian simplemente le respondió que no se preocupara porque llegaría sin siquiera un rasguño y Alan cruzaba los dedos para que fuera verdad.
Al llegar al edificio ambos se bajaron del auto casi al mismo tiempo y Alan no tardó en bajar el carro de carga junto a Ian, dejándolo en el suelo con sumo cuidado. Ian le había dicho para dejar los cuadros dentro de su auto y Alan terminó aceptando por la simple razón de que éste se había ofrecido a llevarlos desde ahora en su auto y no tenía problemas, por los momentos, sólo tenía que ir a devolver el carro de carga a su casero y aprovecharía para decirle lo de su nuevo inquilino, así que fue muy buena oportunidad que el hombre estuviera en recepción al momento en el que entraron al edificio.
Le explicó al casero la situación muy por encima y le presentó al alfa, diciéndole que se quedaría con él en su apartamento por algunas semanas, la expresión en el hombre no pasó desapercibida por ambos muchachos y fácilmente notaron que no le había agradado ni un poco aquella noticia, mucho menos le había agradado que Alan le regresara su carro de cargas, por alguna extraña razón, pero aun así ninguno dijo nada y el casero simplemente tomó el carro para irlo a guardar. Aquello extrañó lo suficiente a Ian como para decidir en silencio que lo mantendría vigilado porque no le daba muy buena espina la manera en la que trataba a Alan, aunque éste último le aseguró que el hombre era así con todos los omegas que vivían en el edificio y eso sólo aumentó sus sospechas.
Subieron al apartamento del pelirrojo y éste esperaba tener electricidad, no quería seguir utilizando las velas y menos ahora que tendría un invitado con él, pero supuso que esperó demasiado puesto que al momento en el que entró y trató de encender las luces, estas se mantuvieron apagadas y un suspiro lleno de frustración se dejó escapar de sus labios.
-No puede ser que no me haya puesto la electricidad después de decirle que estarías conmigo -Se quejó mientras iba a encender las velas. -Trata de acomodarte donde puedas, lamento el desorden, como puedes notar, no se puede ver realmente mucho sin los bombillos encendidos.
-Está bien. Si quieres puedo ir a hablar con él -Ofreció Ian caminando entre los lienzos en blanco y algunos a medio pintar que estaban regados por todo el lugar, llegando hasta el sillón donde se sentó y dejó caer a su lado la mochila donde tenía su ropa de cambio que solía llevar a la estación cuando le tocaba turnos extras por el mismo caso por el que se encontraba allí.
-No lo hagas o lo próximo que nos quitará será el agua -Pidió Alan rápidamente mientras negaba. -Prepararé algo para cenar, el cuarto de baño lo encuentras en la primera puerta del pasillo por si quieres adelantar la ducha y tengo una habitación de invitados que es la segunda puerta a unos pasos del baño, llévate una vela encendida para que puedas ver algo siquiera o terminarás tropezando con algún lienzo y no quiero tener que pagarte como nuevo.
Ian agradeció por la hospitalidad ajena a pesar de la frustración que se sentía en su tono de voz, si eso seguía así tendrían que usar su casa y ahora que lo pensaba, creía que era mejor idea ya que en ella tenía la suficiente vigilancia dentro y fuera de la misma, así que no tendría que preocuparse demasiado por el omega para vigilarlo, además de que allá tendría espacio para acomodarse, además de acomodar sus cosas en alguna habitación que tomara como su propio espacio... Y sí, quizás estaba dejándose llevar por el sentimiento que tenía de Alan siendo su alma gemela, debía calmarse pronto o terminaría espantándolo antes de siquiera poder cortejarlo. Así que sin querer seguir sobre pensando las cosas, decidió tomar un baño para ponerse cómodo porque la noche sería larga.
•••••
Y vaya que la noche sí había sido larga, pero no para Ian si no para Alan quien no había podido dormir más de una hora, solía sucederle de vez en cuando, el insomnio lo atacaba algunas noches y él mismo solía sólo sentarse en su sala rodeado de velas, haciendo cuadros sí y cuadros también sin detenerse a pesar del cansancio mental y físico que le provocaba el no dormir.
A eso de las seis en punto detuvo el enorme cuadro que estaba pintando de un bosque en plena noche con algunos montoncitos de tierra y cruces sobre estas, con la media luna en un cielo sin estrellas y detalles en algunos troncos de los árboles que tenían huellas manos hechas con pintura roja que parecía sangre, un cuerpo entre los arbustos y una sombra entre las tumbas; aún faltaban más detalles, pero debía hacer el desayuno, aprovechando la claridad que le permitían las ventanas, así que apagó algunas velas y se metió a la cocina para hacer el desayuno para tres, debía llevarle también el del guardia más tarde y mientras pensaba eso, escuchó un golpe y luego una maldición que lo hizo formar una mueca al imaginarse qué había sido, aunque tenía dos opciones y cualquiera podía ser.
-Buenos días -Gruñó Ian entrando a la cocina sobándose la cabeza.
-No creo que sean buenos después de haber caído de la cama -Comentó Alan entre risas, viéndolo de reojo antes de centrarse en los huevos que estaba friendo. -Pero sólo porque no quiero ser grosero, buenos días, Anderson.
-Se me enredaron las sábanas, sólo eso -Comentó Ian bufando por lo bajo mientras se acomodaba entre bostezos frente a la mesa. -Hay más claridad, por lo menos.
-Al menos alguno de los dos pudo dormir y se suponía que me ibas a vigilar -Comentó Alan de manera divertida antes de acomodar los huevos dentro de los sándwiches junto a la lechuga, los tomates y se puso a hacer las tocinetas junto a las milanesas de pollo. Escuchó su segundo comentario y formó una mueca. -Sería mejor si tuviéramos electricidad, pero sí, la claridad de la mañana ya es algo.
Ian tuvo la decencia de avergonzarse, el omega se había dado cuenta de lo que hizo y por ello le hacía aquel comentario de recordatorio de lo que hacía en aquel apartamento con él, no había podido evitar también caer prácticamente noqueado por el aroma a chocolate que sintió una vez que Alan salió de bañarse y, a pesar de que la puerta de su habitación no estaba completamente abierta, aun así se había sentido completamente arrullado por aquel dulce aroma y sin darse cuenta, cayó completamente dormido y no vigiló ni unos minutos al pelirrojo como se había propuesto a hacer, eso lo hizo comenzar a sentirse culpable, sobre todo porque parecía ser que él no había dormido en toda la madrugada.
-Estaba pensando ayer de eso y se me ocurrió algo -Comenzó a contar, queriendo olvidar el tema de su mal trabajo y viendo que llamaba la atención ajena y no tardó en proseguir. -Si hoy cuando volvamos seguimos sin electricidad, te vienes conmigo para mi casa, puedes tomar los lienzos, pinturas y ropas que necesites, tengo suficiente espacio allá para que te acomodes, además de que tengo cámaras fuera y dentro de la casa, así que más vigilado y protegido no podrás estar.
-No estoy seguro de cómo sentirme con esa última afirmación -Confesó Alan con sinceridad antes de asegurarse de que los sándwiches no se fueran a desarmar. -Y la verdad, estaba era pensando conseguir un apartamento nuevo a dónde mudarme -Le contó mientras servía el café en las tazas para llevar una junto a un plato hacia la mesa y dejar ambos enfrente del rubio. -Buen provecho, ya te traigo el azúcar.
-Pues... protegido ¿No? -Cuestionó Ian creyendo que era obvio el sentimiento que debería sentir, aunque se dio cuenta prontamente que el pelirrojo no se refería a eso y se arrepintió de su respuesta, aunque no pudo decir nada al respecto puesto que el otro no lo dejo. -Gracias por la comida y la hospitalidad.
Alan asintió en silencio, era mejor no decir nada puesto que el policía parecía no haberse relacionado demasiado con omegas y no entendía para nada algunos los comentarios de burla, aunque estos los hacía más que nada para no sentirse tan nervioso de saber que era observado por distintas cámaras de vigilancia, simplemente decidió centrarse en llevar el azúcar y su propia taza de café a la mesa, antes de ir a tapar el tapper con el tercer desayuno para guardarlo de manera que mantuviera su calor antes de irse a sentar con su propio desayuno en manos para empezar a comer; aunque para sorpresa de ambos chicos, cuando Alan iba a darle el primer mordisco a su sándwich la electricidad regresó de sorpresa y dejó a ambos un tanto encandilados por lo brillante de los bombillos que Alan dejaba para saber cuándo llegaba la electricidad.
-Bueno, al menos la puso, veamos hasta cuándo dura -Comentó Alan con un suspiro hondo antes de dar un mordisco a su desayuno.
-¿Sabías que puedes quejarte de esto con la policía? -Cuestionó Ian en medio de su desayuno mientras observaba directamente al pelirrojo.
-Soy un omega ¿Qué policía le presta atención a uno de mi casta? -Cuestionó Alan con burla después de haberse tragado su bocado de sándwich mientras negaba levemente. -Es mejor no perder mi tiempo y mi saliva con personas como ustedes.
-Nosotros sí los-
-No te mientas ni me mientas, Anderson -Interrumpió Alan con un suspiro antes de continuar hablando. -Llevas seis meses, casi siete, en el caso de los omegas y te has encargado de otros casos que has terminado más rápidamente porque tiene que ver con otras castas ajenas a los omegas -Acusó con una sonrisa ladina sin siquiera verlo y alzó los hombros antes de negar. -No me digas que la policía puede encargarse de un simple problema como este para un omega como yo.
Ian se mordió la lengua cuando escuchó lo que decía y tristemente tuvo que darle la razón, sus superiores le ordenaban atender los casos con alfas y betas como prioridad, y que los casos con omegas se dejaran esperando, aunque si bien debían seguir investigando, no lo hacían exhaustivamente como lo harían con otro caso y eso era lo que trataba de cambiar poco a poco desde que ascendió de puesto, esperaba que sus subordinados cooperaran y lo ayudaran a hacer igualitarios todos los casos sin importar el tipo de casta que estuviese involucrada.
El resto del desayuno fue en completo silencio, cada uno se centró en sus pensamientos y problemas que ni siquiera notaron que algo iba mal fuera del apartamento, simplemente desayunaron como si nada hasta terminarse incluso su café; Alan fue el primero en levantarse con su plato y taza para ir hacia el fregadero, pero no pudo siquiera llegar cuando el dolor de cabeza parecido al de hace unos días regresó, provocando que dejara caer las cosas en el suelo y él mismo con ellos. Ian se levantó rápidamente para ver qué le había sucedido y notó prontamente lo pálido que se había puesto de repente.
-¿Alan? ¿Qué sucedió? -Cuestionó sin dejar de sostenerlo.
-Tiene... Otra víctima -Respondió Alan sosteniéndose del agarre ajeno y tomó aire de manera desorganizada.
-¿Qué? ¿Cómo sabes? -Cuestionó Ian con todas sus alarmas encendidas. -¿Dónde están?
-Lo acabo de ver... Estaba preparando el lugar -Respondió Alan tomando aire para hacer que el dolor de cabeza fuera pasándose solo como la última vez antes de negar a su pregunta. -No tengo idea, todo estaba obscuro y lo único que pude ver fue una lámpara y una silla en medio del lugar.
-Píntalo, necesito saber a qué te refieres -Pidió Ian ayudándolo a caminar hacia la sala para sentarlo frente al lienzo que al parecer había estado haciendo y tomó ese con cuidado para cambiarlo por uno nuevo, alejándose para permitirle concentrarse en la pintura mientras observaba la que tenía entre sus manos. -Puede ser que te guste pintar escenarios un poco de terror, porque esta pintura está de miedo ¿Por qué un cementerio en medio del bosque y un muerto a lo lejos? -Cuestionó con el ceño fruncido, creía reconocer dicho lugar, pero no recordaba bien de dónde era. -Tiene sentido que la gente compre tus cuadros, el nivel de detalle es extraordinario.
Alan había accedido a pintar el escenario que había visto, debía ayudar a que el rubio supiera dónde iba a ser encontrada la próxima víctima, pero mientras más le iba dando forma al lugar con la pintura, más difícil parecía que sería saber de qué se trataba y suspiró terminando en menos de una hora, ni siquiera había estado pendiente del parloteo que había tenido el otro, simplemente se centró en su trabajo y lo pudo terminar sin problemas.
-Está listo -Anunció para que el policía se acercara.
-De acuerdo, eso puede ser cualquier lugar -Comentó Ian una vez llegó detrás de Alan para observar la pintura, pero se detuvo rápidamente al ver que habían detalles que no podía pasar por alto. -¿Lo de atrás son tuberías?
-Sí, el lugar está lleno de ellas, pero no parece ser una alcantarilla -Respondió Alan señalando la lámpara que colgaba del techo. -Esta se estaba tambaleando un poco cuando me llegó la visión, pero creo que era porque el asesino le pasó por debajo.
-Eso significa que es un lugar pequeño, como un almacén -Comentó Ian de manera pensativa antes de negar. -No, en los almacenes no se ven tan visiblemente las tuberías, debe ser un sótano. ¿Pero cuál?
-Debe ser uno cercano a nosotros -Comentó Alan llamando la atención del policía y prosiguió a explicarle la razón de su comentario. -Estos dolores de cabeza no son normales, lo normal es que me llegue sólo el cómo tortura a sus víctimas en mis sueños, pero desde la víctima del callejón he tenido estos dolores de cabeza como si alguien me diera con algo muy fuerte y eso puede significar que el asesino está cerca porque ese día en el callejón también estuvo cerca ¿Si no, cómo explicas ese ojo rodando hacia mí de repente? -Cuestionó luego de haber estado sacando sus propias conclusiones acerca de eso en los días anteriores.
Ian le dio la razón y no tardó en ir por su celular para movilizar a su gente, yendo de regreso hacia Alan mientras escribía la alerta.
-¿Este edificio tiene sótano? -Cuestionó, decidiendo que iba a investigar ese también.
-Había uno, pero hubo una inundación hace dos años y los bomberos lo clausuraron, creo que eso sólo tiene tuberías y no se usa en sí como un sótano -Contó Alan recordando aquel detalle luego de la pregunta y alzó los hombros mientras lo veía. -Te puedo llevar si aun así lo quieres revisar.
-Sí, por favor, es mejor prevenir que lamentar -Pidió Ian con seriedad y notó rápidamente que ya su gente se estaba movilizando para encontrar los sótanos que se hallaban alrededor de donde ellos se encontraban, fuesen edificios, casas o tiendas, cualquier lugar podría llegar a ser.
Alan asintió levemente y le preguntó mudamente si tenía que ser en esos momentos ya que quería poder limpiar el desastre en su cocina y tomar un baño antes de salir del apartamento, además de que trasnochar ya no era igual a cuando estaba adolescente, tristemente y el cansancio le pegaba más en las mañana, aunque estaba seguro que igual no podría dormir ni un poco.
-Ve a ducharte, yo me encargo de limpiar la cocina, antes de irnos al parque me enseñas el sótano -Pidió Ian al ver el cansancio en su rostro. -Tómate algo para el dolor, no parece que se te haya pasado todavía.
-Está bien, gracias por encargarte -Respondió Alan levantándose de la butaca para caminar hacia su baño y asintió levemente a su consejo. -Lo haré, no te preocupes.
Ian lo vigiló hasta que desapareció de su vista y vio de regreso hacia el cuadro para tomarle una fotografía, enviándosela al grupo de búsqueda para que supieran exactamente lo que encontrarían en el sótano que fuera el correcto y una vez confirmado que ya estaban poniéndose en marchar, guardó su celular en uno de sus bolsillos para caminar hacia la cocina y buscar una escoba junto a su recogedor para poder limpiar el plato y la taza rota que se había esparcido en el suelo, pensando en que esperaba atrapar al asesino cuanto antes porque no le agradaba la idea de que perdieran lo más hermoso que tenían, los omegas, porque él mismo sabía que ellos eran los únicos capaces de dar alfas fuertes y algunos incluso podían dar a luz alfas de sangre pura, esos eran los más poderosos y podían doblegar a cualquier alfa de menor rango como lo eran los del gobierno y podrían alzarse en contra de las estúpidas leyes que habían puesto desde hacía unos años.
Una vez que Alan terminó de bañarse y arreglarse tanto como podía para no parecer un muerto, salió de su habitación con una mochila de viaje un poco más grande que la que el policía tenía y la dejó sobre el sillón a un lado de éste último quien vio de la maleta hacia el omega y no tardó demasiado en emocionarse cual cachorro al ver que el pelirrojo accedería a quedarse con él mismo en su casa.
-¿Nos vamos directo hacia mi casa después de que termines tu trabajo? -Cuestionó Ian rápidamente, levantándose para tomar cuantos lienzos pudiera cargar con sus brazos y lo vio listo para salir, pero fue halado del cuello de la camisa de inmediato.
-Suelta eso Anderson -Regañó Alan y suspiró pasándose la diestra por el rostro, se suponía que el policía era el mayor entre los dos y se estaba comportando como un niño. -Déjalo donde estaba y date cuenta que acabas de arruinar una de las pinturas que hice anoche, idiota.
Ian se tensó al escuchar aquello último, creyó haber tomado todos los lienzos nuevos y no los que el pelirrojo había estado dejando secar, dejó con cuidado los lienzos donde los había agarrado y se fijó en el pequeño que había arruinado y con ello su camisa también se hallaba arruinada, aunque su ropa era lo de menos.
-Lo siento, esa se coleó -Acusó bastante culpable y lo escuchó suspirar de manera honda.
-Tonto alfa, ve a cambiarte mejor y busca tu mochila, yo me encargaré de acomodarla cuando lleguemos al parque.
Pidió Alan agachándose frente al cuadro para ver qué tan malo era, por suerte había dañado el de los ojos del lobo escondido entre unos arbustos, podía volver a rehacerlo y saldría mejor, estaba seguro. Vio de reojo al rubio irse y suspiró negando levemente para ir a buscar el desayuno del guardia del parque para guardarlo antes de amarrar los lienzos nuevos y guardar el resto de sus botes de pinturas y marcadores, luego se fue a encargar de acomodar los tres lienzos que había hecho durante la madrugada de manera que no se arruinaran como el cuarto cuadro.
Una vez que Ian salió con sus cosas, tomó los lienzos que se le indicaron junto a la mochila de viaje ajena, ignorando las quejas y comentarios ajenos sobre él pudiendo llevar sus cosas, simplemente caminó hacia el ascensor para llamarlo y esperarlo mientras Alan bufaba por lo alto por el comportamiento ajeno y no tardó en apagar las velas, las luces encendidas y tomar sus llaves junto a los cuadros ya pintados para salir y cerrar con llave antes de alcanzar a Ian dentro del ascensor, dejando que la máquina bajara hasta la planta baja.
-Llevaremos esto a mi auto y luego me llevas a ver el sótano ¿De acuerdo? -Cuestionó Ian viéndolo directamente.
-Está bien, eso es mejor a estar cargando con esto de un lado a otro -Respondió Alan alzando los hombros con cuidado para que no se le cayeran y se estropearan también.
Ian rió por los evidentes nervios ajenos por sus cuadros, notando rápidamente el aroma a chocolate de manera un poco más intensa y mirando indiscretamente el cuello ajeno se dio cuenta que no llevaba parche alguno, debió habérsele olvidado o terminado, no estaba seguro, pero tampoco iba a preguntar puesto que le gustaba más de esa manera. Ambos salieron del ascensor al llegar a la planta baja, notando que la recepción estaba abierta y sin el casero a la vista, eso era extraño para Alan, pero supuso que el hombre estaría en la parte de atrás y no le tomó importancia, simplemente salió del edificio para llevar todo hacia el auto de Ian y guardaron todo sin mucho apuro y con mucho cuidado, antes de que Ian sacara dos linternas y Alan lo guiara hasta el sótano del edificio.