Capítulo 5 V

Alan no creyó lo horrible que sería bajar al sótano, iba agarrado al brazo de Ian quien trataba de calmarlo con sus feromonas, pero parecía no estar funcionando puesto que podía aún sentirlo temblar a su lado, admitía que allí abajo sí se veía más obscuro a como había quedado la casa del omega la noche anterior, a pesar de llevar linternas, no se veía casi nada y cuando llegaron al final de las escaleras pudieron darse cuenta que, efectivamente, el sótano había sido clausurado y no parecía haber forma de entrar a menos que se destruyera aquella pared de piedra, suponían que sólo los bomberos p

odían dar permiso para entrar en caso de que alguna tubería se dañara, pero no parecía ser el caso, por los momentos.

-¿Seguro que no hay otra entrada? -Cuestionó Ian volviendo a preguntar aquello como por cuarta vez.

-Ya te lo dije, no que yo sepa -Respondió Alan sobre saltándose y tragándose el chillido para nada varonil que iba a salir de sus labios al sentir la cola de una rata pasar por sus pies. -Maldita rata, joder, ya vámonos de aquí Anderson. Ya viste que está clausurado -Se quejó mientras apuntaba su linterna al suelo para patear la rata que le volvía a pasar por al lado y sintió un escalofrío por el eco que el pequeño cuerpo hizo cuando chocó contra la pared, formando una mueca por el asco.

-Está bien, vámonos antes de que pases a mejor vida aquí en este sótano -Se burló Ian mientras lo arrastraba hacia arriba y fuera de aquel lugar.

Alan lo maldijo por la burla, dejándose llevar por el otro, no era mentira que iba a pasar a mejor vida en ese lugar, odiaba los espacios obscuros y pequeños, pero mientras iban subiendo las escaleras se detuvo momentáneamente en medio de estas hacia arriba, haciendo que Ian se detuviera también, no le importó y simplemente llevó la luz de la linterna hacia la pared con el ceño fruncido.

-¿Sucede algo? -Cuestionó Ian al verlo voltear hacia el muro luego de detenerse.

-¿Escuchaste eso? -Cuestionó Alan de regreso y vio hacia el rubio quien negaba sin entender. -Creí escuchar algo, no importa, deben ser las ratas, vámonos.

Ian asintió sin decir nada, los sótanos no parecían ser los mejores amigos del omega y lo entendía, al menos con ese que realmente era de miedo por tanto eco en el lugar. Ambos chicos salieron del sótano sin volver a detenerse y sin darse cuenta que los ruidos que Alan había escuchado eran gritos de ayuda que eran detenidos por la mordaza en la boca del hombre, el miedo recorriéndole al estar amordazado en la silla bajo el foco de aquella lámpara que colgaba en el techo frente a un alfa de cabello castaño rojizo que sonreía de manera divertida sin decir nada realmente, pero que había escuchado toda la conversación que había estado al otro lado del muro y claramente había reconocido una de las voces.

El camino hacia el parque fue entre quejas del mismo Alan que se encontraba sacudiéndose las telarañas del cabello y la ropa, botándolas por la ventana, aunque algunas se las lanzaba al rubio en venganza mientras Ian se disculpaba por haberlo hecho pasar por ese lugar al salir, pero el omega seguía sintiendo rencor por ello e Ian simplemente lo dejó quejarse, después de todo, en algún punto las quejas bajaron el nivel de voz y ahora eran simples murmullos junto a las lanzadas de pequeños pedazos de telarañas.

Al llegar al parque Ian se estacionó a un lado de la entrada y Alan no tardó en bajarse del auto con el ceño fruncido mientras cerraba la puerta de copiloto para abrir la trasera, tomando la mochila de viaje para sacar el desayuno del guardia junto a los lienzos que sacó de su casa y tarareó yendo primero hasta su lugar adentro del parque, entregándole el desayuno al guardia con una sonrisa y pidiéndole que le vigilara aquellos cuadros unos momentos en lo que iba por el resto, aunque Ian ya llegaba con los caballetes y la butaca, aun así eran muchas cosas y quizás había sido mala idea devolver el carro de cargas a su casero, aunque era el momento perfecto para conseguir él mismo uno, tendría que sacar el dinero para el presupuesto de uno porque no creía que Ian estuviera para él aún después de resolver el caso, así que debía ver por lo que pasaría en el futuro.

Entre ambos chicos pudieron llevar todo a aquel lado del parque donde Alan se acomodaba a vender sus cuadros y se puso a acomodar todo en los caballetes, poniendo a terminar de secar los lienzos que no habían secado bien en toda la madrugada, a pesar de verse seco, pero luego de lo sucedido hacía una hora con el lienzo pequeño y la camisa de Ian, confirmaba que aún les faltaba para secar. Dejó escapar un suspiro hondo al ver que todos los cuadros estaban acomodados en su sitio, aunque prontamente frunció el ceño al ver que había un desorden entre los cuadros de los omegas y no tardó mucho en acercarse a acomodarlos en su orden correcto, murmurando un par de cosas mientras lo hacía.

-¿Sabes? Voy a comenzar a creer que tienes alguna especie de TOC por cómo te comportas con esas pinturas y algunas cosas en tu casa -Comentó Ian sentado en el césped con la mirada hacia el pelirrojo.

-No sé de qué hablas, Anderson -Se desentendió Alan negando levemente con los hombros alzados y una vez que revisó que todos tuvieran su orden correcto, caminó hacia el taburete frente al caballete con el lienzo del bosque a medio terminar y a un lado estaba Ian con él.

-No te mientas a ti mismo, Alan -Pidió Ian con un tono de voz lleno de burla mientras revisaba los mensajes de su gente y se frustró al ver que cada vez llegaban más negaciones y ni una confirmación, eso lo hizo gruñir molesto, recibiendo un golpe leve en la cabeza que lo hizo voltear hacia el omega. -¿Por qué me pegas?

-No gruñas tan de repente, casi se me va el pincel del lugar -Regañó Alan con el ceño fruncido y bufó molesto antes de regresar la mirada a su cuadro. -Si se me arruina otra pintura por tu culpa, lo siguiente que voy a pintar no será un lienzo, va a ser tu cara -Prometió.

Ian alzó las cejas por aquella amenaza y se quejó diciéndole que no lo respetaba como autoridad, era el jefe de la policía y debía tenerle un poco más de respeto.

-Si no te comportaras como un cachorro revoltoso, me lo pensaría mejor en tratarte adecuadamente y con respeto, Anderson -Respondió Alan sin siquiera verlo por estar pendiente de su pintura.

-Qué bonita pareja hacen, son un matrimonio perfecto -Se burló August llegando al lugar, interrumpiendo lo próximo que iba a responder el rubio.

-¡August! ¡Buenos días! -Exclamó Alan dejando sus cosas de lado para voltear hacia el castaño rojizo con una sonrisa que parecía más una mueca por el comentario que el alfa había hecho. -No es mi pareja y tampoco lo quiero como una, menos para casarme, tan sólo pensar que tengo que cuidar de él como si fuera el bebé de la relación, me hace huir de inmediato.

-Buenos días a ustedes también -Respondió August antes de reírse a carcajadas por la expresión del rubio luego de escuchar el comentario del omega y es que parecía tan indignado y rechazado, que era imposible no reírse de él. -Creo que acabas de matar toda expectativa que él tenía para contigo, Alan.

El nombrado volteó a ver a Ian y su expresión definitivamente parecía la de una persona recién rechazada luego de confesarse, aquello lo hizo alzar una ceja con curiosidad y sonrió levemente con nervios, tal vez no vio realmente las intenciones del alfa rubio o se perdió de algo más, no estaba seguro realmente y no creía adecuado cuestionar nada a esas alturas, después de todo, Ian solamente estaba con él porque debía vigilarlo para confirmar que no era realmente el asesino, así que simplemente decidió dejarlo pasar para atender al castaño rojizo que tenía como cliente frecuente.

-¿Vienes del trabajo o vas de camino? -Cuestionó con curiosidad.

-Voy y vengo -Respondió August confundiendo a los otros dos y rió divertido antes de explicarles. -Tengo dos trabajos, estaba en uno de ellos y ahora voy al siguiente, pero decidí pasar para ver si tenías algún cuadro nuevo de los que me gustan y no pude evitar ver el que estás haciendo, lo quiero.

-Ah, ahora tiene sentido -Comentó Alan mientras Ian asentía de acuerdo, aunque ambos se detuvieron para observar el lienzo que todavía no estaba terminado. -Aún le falta para terminarlo y ni siquiera está seco, fíjate en otro -Se quejó, escuchando la risa ajena.

-Está bien, no te estoy presionando a terminarlo ya, ahorita mismo, sólo espero que me lo guardes para más tarde cuando regrese de trabajar -Pidió August viéndolo con tranquilidad. -¿Conseguiste para dónde mudarte? Tengo un conocido que está rentando un apartamento a unas cuadras de aquí y pensé que te serviría si no has encontrado nada todavía.

-Ah bueno, si es para más tarde, entonces sí te lo podrás llevar -Accedió Alan con más tranquilidad y alzó las cejas al escuchar lo que le decía, no tardó en asentir rápidamente. -¡Te agradecería mucho si pudieras darle mi número para ver si puedo ir a darle un vistazo al lugar! Recuerda que tengo que buscar un sitio donde pueda guardar los lienzos y demás también, en un sitio pequeño no es posible y quiero ahorrarme el dinero de un alquiler de un almacén -Confesó lo último con sinceridad.

-Pero por los momentos no te podrás mudar, Alan -Le recordó Ian mientras observaba con ciertas dudas al castaño rojizo, había algo en él que no le terminaba de cerrar y no creía que fueran celos por lo bien que se llevaba con Alan, no, era algo más. Sus ojos y su sonrisa encendían todas sus alertas y no le estaba gustando para nada.

Alan se dio cuenta que era cierto, seguía bajo la vigilancia de Ian y ya había aceptado quedarse en su casa para que pudiera vigilarlo de mejor manera sin preocuparse demasiado si se quedaba dormido por completo como sucedió la noche anterior en su casa, así que formó una mueca mientras lo veía y suspiró al no ser notado realmente puesto que el rubio veía de vez en cuando a su celular.

-Bueno, es verdad que no puedo mudarme todavía, estoy... Ayudándolo con algo y tengo que mantenerme con él, lamentablemente -Comentó viendo hacia August y sonrió a modo de disculpa por no poderle decir realmente lo que hacía puesto que Ian le había dicho que no podía andar ventilándole a todos que estaba siendo vigilado por sospechoso y había que darle la razón en ello. -Si en un mes sigue estando disponible, por favor avísame.

-Oh ¿Te estás portando mal, Alan? -Cuestionó August con una sonrisa divertida sobre sus labios mientras el menor negaba rápidamente. -De acuerdo, avísame cuando necesites mudarte y yo veo si todavía la tiene disponible. Los voy dejando porque voy tarde y escuchar al abuelo quejarse de nuevo por mi hora de llegada es fastidioso.

-Yo te aviso -Aseguró Alan con una sonrisa amplia y asintió levemente antes de despedirse. -Tranquilo ve, que de abuelos fastidiosos por las llegadas tarde a cualquier lado, sí sé y son un dolor de cabeza, nos vemos más tarde para que te lleves el cuadro, qué tengas buen día, August.

El nombrado sonrió divertido por su comentario, pensando que si el pelirrojo supiera la verdad, no le trataría con aquella amabilidad o quizás sí, no estaba realmente seguro, pero aún faltaban unos días para confirmarlo. Se despidió de ambos chicos antes de retirarse, sintiendo la mirada del rubio en su nuca y es que a Ian no le daba muy buena espina aquel hombre, tenía un aura un tanto misteriosa a su alrededor que Alan no parecía ver y se dijo que su alma gemela era demasiado confiado, tendría que mantenerlo mejor cuidado desde ahora.

-Quita ese ceño fruncido que te vas a arrugar, Anderson -Se burló Alan mientras se acomodaba para terminar cuanto antes el resto de los detalles del cuadro.

-Según dicen, las arrugas hacen ver sexy a un alfa -Comentó Ian con una sonrisa tranquila sobre sus labios al escuchar la risa ajena. -¿Qué? ¿Es mentira?

-Ay Dioses, sí, te mintieron descaradamente -Respondió Alan sin dejar de reírse del mayor, negando levemente por lo inocente que parecía ser el rubio. -Ningún alfa o persona es sexy con arrugas, a menos que seas el Capitán América o Thor, ellos están a otro nivel.

La expresión de Ian podía ser fácilmente plasmada en un cuadro si Alan mismo se lo proponía, pero prefería carcajearse por ella, no creía que realmente el alfa se haya tomado a pecho su comentario, pero notó que había sido así cuando lo vio darse la vuelta e ignorarlo mientras gruñía por lo bajo y se quejaba de manera inentendible, Alan tuvo que sostenerse el estómago cuando el dolor que le provocaba la risa comenzó a hacerse presente y las lágrimas rodaban por sus mejillas, había sido realmente divertido meterse un poquito con el policía.

-Oye, no te enojes -Pidió Alan luego de unos minutos en los que se estuvo calmando para poder hablar de manera adecuada. -Sólo quería fastidiarte.

Ian no le respondió.

-Anderson es en serio, no es necesario que me ignores -Comentó Alan de vuelta, acercándose al alfa para fastidiarlo picándolo con la punta circular del pincel. -Anda, perdóname y no me meteré más contigo.

-No te creo -Murmuró Ian alejándose del pelirrojo y se acomodó en el césped para centrarse mejor en su trabajo desde su celular. -Concéntrate en terminar tu trabajo.

Alan se quejó haciendo pucheros a pesar de ser ignorado y suspiró sin decir nada, prefirió dejar que se le pasara la molestia y se acomodó para terminar cuanto antes el cuadro para que se pudiera secar para antes de la llegada de August, necesitaba que se secara para poder ponerle el fijador de pintura y envolverlo en el papel para que pudiera ser mejor transportado de esa manera. Fue cuestión de tiempo para que su concentración se centrara en el lienzo como siempre solía suceder cuando se hallaba pintando, sabía que Ian estaría al pendiente por si llegaba algún cliente y le avisaría de ser así, por lo que no se preocupó demasiado.

Y mentira no era, Ian estaba al pendiente, pero más que nada para que nadie llegara a robar al omega, aunque podía notar que el guardia del parque también estaba al pendiente de las personas que pasaban frente a los cuadros y se quedaban observando antes de seguir de largo, así que no se preocupó demasiado y se encargó de seguir con su trabajo, aunque prontamente todos sus subordinados le dieron completa negación, ninguno se había topado con el sótano y les ordenó ir un poco más lejos, quizás Alan se había equivocado, tal vez y sí pudiera tener razón con respecto a sus dolores de cabeza o también era posible que estaban pasándose algo por alto y no tenía idea qué pudiera ser.

-Oye Alan -Llamó al pelirrojo al notar una señora acercarse y vio hacia el omega, acercándose para picar su brazo izquierdo con el dedo índice. -Alan tienes una clienta.

-¿Huh? ¡Ah, lo siento! -Exclamó Alan notando a la mujer y se sintió avergonzado con la mujer. -Dígame ¿Cuál le gustó?

-No te preocupes -Respondió la mujer con una sonrisa leve sobre sus labios y negó suavemente a su pregunta. -No, quería saber ¿Cuánto me sale un cuadro como el que hiciste para Christian?

La expresión de Alan cambió de repente y notó rápidamente la mirada triste en los ojos castaños de la mujer, notando el parecido que tenía con la séptima víctima, Caroline.

-La madre de la séptima víctima -Murmuró en confirmación y la mujer asintió levemente. -¿Mary le dijo que viniera?

-No, ella pidió las fotografías y explicó lo que haces por nuestra casta y por los que hemos perdido, así que le pedí que me dejara venir a ver por mí misma los cuadros -Contó la mujer, extendiéndole la fotografía que había decidido llevar para el chico, era la última que tenía de su hija. -Por eso quiero saber cuánto cobras por eso.

-Oh, entiendo -Respondió Alan antes de negar suavemente con una sonrisa comprensiva sobre sus labios. -No le cobro nada a las familias, sólo pido que me dejen el cuadro para que las demás personas puedan ver la otra cara de la moneda -Explicó. -Muchas personas piensan que todas las víctimas se merecían eso, porque de seguro eran malos chicos y chicas sin familia o sin educación, cuando es más que obvio que no eran de esa manera como dicen, quiero poder mostrarles que se equivocan completamente.

-Al menos puedes hacer más que la policía misma -Comentó la mujer viendo de manera acusadora hacia el rubio al lado del omega, había reconocido al jefe de la policía. -Aunque no me explico qué hace él aquí -Señaló hacia el alfa y luego cayó en cuenta del detalle obvio. -¿Están vigilándolo? ¿Piensan que un omega podría hacer tal atrocidad a los de su misma casta? ¿Es en serio? ¿Tan desesperados están por cerrar el caso?

-Le pido que calme sus acusaciones, señora Elena -Pidió Ian levantándose del césped con expresión seria, sacudiéndose el pantalón para cruzarse de brazos. -Estamos haciendo todo lo posible para el caso de sus hijos, nos está llevando más tiempo del que debería porque el asesino es bastante escurridizo, pero Alan es la clave desde ahora y no necesito que usted o alguno de los otros corran rumores equivocados con respecto a cómo realizo mi trabajo.

La mujer y Alan se quedaron en silencio por la seriedad del policía, la primera aceptando que había sacado demasiado rápido malas conclusiones, así que no tardó en disculparse con el agente mientras que Alan sonreía sorprendido al ver que Ian podía ponerse serio si la situación lo ameritaba, el poder que desbordaba era típico de un alfa que se hacía respetar y extrañamente se sintió complacido por ello, pero lanzó aquel sentimiento a una esquina dentro de su cabeza para calmar la situación, volviendo al tema del retrato con la fotografía que ahora tenía en su mano.

-¿Entonces, va a querer quedarse con el cuadro o lo dejará como hizo Mary? -Cuestionó mientras tomaba a Ian de la mano para alejarlo de la mujer y calmarlo mientras se levantaba de donde estaba para ponerse en medio de ambos.

-Puedes quedártelo y hacer como con el de Christian -Respondió Elena con un asentamiento leve y sonrió triste. -Sólo dime cuando lo tengas listo para volver por la fotografía de mi hija -Pidió.

-Perfecto, entonces pásese mañana mismo por aquí, en la tarde preferiblemente y le tendré el retrato listo -Respondió Alan con una sonrisa leve sobre sus propios labios.

-¿Tan rápido? -Cuestionó Elena sorprendida por el poco tiempo y escuchó la risa ajena.

-Bueno, resulta que hay días es los que estoy tan inspirado que el sueño simplemente se pierde en la almohada y quedo completamente despierto el resto de la madrugada, así que tengo tiempo para realizar otros cuadros sin problema alguno -Contó Alan con sinceridad, aunque omitió el hecho de hacer cuadros también para evitar la ansiedad de sus pesadillas, no era necesario que ella supiera eso, no creía que le incumbiera a todo el mundo.

-Comprendo. Está bien, vendré mañana después del mediodía -Avisó Elena con una sonrisa leve y se despidió de ambos chicos antes de retirarse del lugar.

Alan suspiró y volteó a ver a Ian con los brazos cruzados, imitándole la expresión por unos segundos antes de sonreír divertido y negar levemente.

-¿Qué? -Cuestionó Ian a la defensiva sin dejar de fruncir el ceño.

-Nada, simplemente estoy sorprendido -Comentó Alan alzando los hombros antes de volver a sentarse para terminar los últimos detalles del cuadro. -Puedes ser bastante serio si te lo propones y si se trata de tu trabajo, pusiste un aura a alfa con autoridad que hizo que la señora se disculpara e incluso yo estaba por hacerlo y no hice nada.

-No sé si es un halago o una acusación -Comentó Ian con sinceridad, dejando caer los brazos a cada lado de su cuerpo con un suspiro y volvió a acomodarse en el césped a un lado del omega pelirrojo, sintiendo la calma llegar a su sistema gracias a las feromonas con aroma a chocolate provenientes del contrario.

-No es una acusación ni un halago, fue un simple comentario -Respondió Alan terminando de colocar el último detalle que constaba de otra tumba, pero esta todavía estaba vacía y abierta, había colocado un par de sombras más con la forma de animales carroñeros escondidos entre los arbustos al lado de los árboles, había acomodado las sombras de las cruces en el resto de las tumbas y la sombra del asesino que estaba sólo parado observando a su víctima tratar de escapar aunque ya estaba más muerto que vivo. -Ya está listo.

Ian se acercó a observar el cuadro y alzó las cejas sorprendido por el resultado, prontamente vio hacia Alan con una ceja alzada y éste último sólo frunció el ceño sabiendo lo que estaba pensando el rubio.

-No soy asesino en mis tiempos libres, ni siquiera tengo tiempos libres -Aclaró con un bufido, rodando los ojos con fastidio. -Desde que empezaron los sueños con el asesino no ha parado mi mente de recrear este tipo de escenarios ¿De acuerdo? Me gustaría en serio no pintar esta clase de cuadros, pero si la inspiración llega tengo que plasmarla y si no lo hago puedo pasar hasta dos meses sin poder pintar nada, eso acarrearía no tener ventas durante ese tiempo y si no tengo ventas, no sobrevivo al día a día -Explicó con un suspiro corto.

-¿No has pensado buscar ayuda o respuestas acerca de por qué tienes ese tipo de sueños, visiones? -Cuestionó Ian con curiosidad, manteniendo sus dudas acerca de eso para sí mismo por los momentos.

-Lo he pensado -Respondió Alan de manera positiva mientras dejaba el cuadro secando apoyado en el tronco de un árbol para colocar un lienzo pequeño en el caballete antes de proseguir. -Pero una cosa es pensar hacerlo, otra muy diferente es tener la confianza para ir y realizarlo, no tengo esa confianza y por ello es que aprendí a sólo plasmar esos sueños en un lienzo y así calmar mi ansiedad por el miedo de lo que suelo presenciar, además de que el asesino parece dejarme descansar por poco tiempo antes de volver a llevarse a otra víctima -Contó y apretó los labios, sintiéndose afligido por lo siguiente que diría. -Realmente quisiera poder tener el control de esos sueños y poder ayudarte de mejor manera, al menos dándote una pista más obvia que sólo el fondo de un sótano desconocido.

-Hablaré de eso con un profesional a ver qué me dice, no te expondré, no hasta saber cómo poder ayudarte completamente al menos -Comentó Ian con una sonrisa y palmeó suavemente su espalda con suavidad. -Si hay una forma de que puedas aprender a manejar de mejor forma esos sueños, entonces te ayudaremos, porque era en serio lo que le dije a la señora Elena, ahora eres la clave para nuestro caso y es hora de que le demos la prioridad que debió tener en un principio, porque no podemos seguir quedándonos sin la otra parte que nos equilibra a nosotros los alfas.

Alan vio la sinceridad en las palabras ajenas y apretó los labios momentáneamente antes de asentir, sonriéndole poco después, dispuesto a contagiarse de aquella esperanza que parecía albergar el rubio con respecto a sus sueños/visiones y con el caso de los omegas, era cuestión de tiempo y cooperación para poder terminar de atrapar a aquel asesino, no iba a negar que tenía curiosidad por saber la razón por la cual el hombre había hecho todo eso con exactamente sólo omegas y esperaba que Ian le permitiera saber la respuesta a su duda en cuanto tuvieran arrestado al asesino, si es que lo conseguían atrapar vivo, siquiera.

No se dijeron nada más y cada uno volvió a los suyo, Ian pendiente de las noticias que le diera su gente y Alan concentrándose en rehacer el cuadro que el rubio había arruinado en la mañana con su camisa, era una mañana tranquila, así que no había problema que se centrara en sus pinturas y esperaba realmente poder hacer una venta ajena a la de August porque no quería que ese día fuera de ventas flojas.

En otro lugar no muy lejano al parque se hallaba un alfa de cabellos castaños rojizos caminando con total tranquilidad escaleras abajo, adentrándose al sótano por la parte de atrás de aquel edificio cercano al parque había dejado una hora atrás, llevando una mochila colgada en su hombro mientras tarareaba observando la hora en su muñeca antes de sonreír, aún faltaba unas horas para poder encargarse de aquel hombre que seguía gastando sus energías gritando detrás de la mordaza que le había colocado cuando lo atrapó en la mañana con la guardia baja, era inútil, nadie lo escucharía y eso era lo que más le emocionaba al torturar a sus víctimas, aunque todo eso era para prepararse cuando le tocara a él, su hermanito, pasar por sus manos.

-¿Te diviertes haciendo el tonto? -Cuestionó con una sonrisa divertida sobre sus labios. -Nadie puede escucharte y en pocas horas, nadie nunca volverá a escucharte, ni siquiera mi hermanito -Comentó mientras acomodaba todo a un lado de la silla en una mesa que había llevado junto a la silla. -Las verdades saldrán pronto a la luz y el abuelo lo sabe, pero él pronto tampoco podrá decir nada porque me aseguraré de que termine como tú y esos omegas de prueba, además, podré añadir sus ojos a mi colección privada y tus ojos...

El alfa sonrió con completo misterio sin terminar lo que iba a decir, dejaría que el hombre adivinara él solo lo que iba a pasar con ellos y con él mismo.

                         

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