Capítulo 5 Fingir obediencia

En la tranquila penumbra de la noche, no había otros transeúntes ni coches que pasaran por esta desolada carretera. Sin más opciones, Thea tuvo que obedecerlo y cruzar la calle corriendo. "¡Qué sorpresa!".

Saludó a Colton con una radiante sonrisa.

"¿De verdad es una sorpresa?".

El hombre estaba reprimiendo su furia.

De no ser por ese encuentro casual, ¿cómo pudo haber descubierto que la mujer con la que se casaría no era tan obediente como había pensado?

"¿Viniste por mí?".

Thea recordó la deuda que aún tenía. Dado su lujoso auto y su elegante atuendo, supuso que alquilaba esas extravagancias para lucir adinerado.

"¿Qué estabas haciendo hace un momento?", preguntó Colton con un tono helado.

"¿En el bar?". Thea se quedó pensando. "¿También estabas allí?".

No debía ser sencillo ganarse la vida como acompañante masculino en una discoteca, así que tenía que haber ido al bar para obtener clientas con quienes pasar la noche.

"Estaba en una pelea", respondió Thea mientras recordaba su misión.

Pero inmediatamente se corrigió: "Solo quise ganar un poco de dinero, señor". Sus ojos brillaron cuando se dirigió a él.

Colton se presentó con una voz profunda y sombría. "Mi nombre es Colton".

"¡Oh, lo sé!", contestó ella alegremente.

"Mag...".

Colton quiso hablar, pero fue interrumpido cuando el celular de la chica sonó en su bolsillo.

Al agarrarlo, ella revisó el identificador de llamadas y le indicó a Colton que estuviera callado.

"Hola, Greyson", respondió Thea. Esa conversación mostraba un lado suyo completamente diferente.

"Estoy en Starbucks, pintando con mis compañeros", agregó ella de una manera convincente.

"De acuerdo, te estaré esperando en la entrada".

Con el corazón apesadumbrado, terminó la llamada. Los Reynolds habían enviado a alguien para que la recogiera rápido.

Sin más opción, Thea tuvo que aceptar a regañadientes su matrimonio con un miembro de la familia Reynolds. Cuando alzó la cabeza, vio a Colton estudiándola con atención, por lo que frunció los labios y fingió una sonrisa. "Mi...".

No quería reconocer su matrimonio ni su esposo, pues no deseaba que ese hombre la menospreciara.

"Mi familia vendrá a recogerme".

No había necesidad de más explicaciones. Al fin y al cabo, no tenían nada que ver el uno con el otro. "¿Cuál es tu cuenta? Te transferiré el resto del dinero".

"Dame tu número de teléfono". Colton la miró más de cerca, entendiendo que ella tenía la intención de pagarle por la noche que habían pasado juntos. Y su rostro no tardó en oscurecerse.

Tras darle su número, Thea recordó algo importante.

"Colton, tengo que hacer algo dentro de tu auto".

Luego, sacó un vestido de su bolso y se metió en el vehículo para cambiarse.

Habiendo previsto la situación, llevó consigo otra prenda cuando salió de casa. Después de unos minutos, Thea abrió la puerta y salió con un vestido blanco como la nieve, mientras su largo cabello caía elegantemente.

Se veía bastante dócil, un reflejo de la mujer que Colton había visto en la foto.

"¡Adiós!".

Ignorando la mirada perpleja del hombre, Thea se despidió con la mano y corrió hacia Starbucks.

Colton se quedó quito mientras la veía desaparecer en la distancia. Apoyándose en su auto, encendió un cigarrillo y se tomó unos instantes para calmarse.

Cuando entró al auto, pudo sentir una leve fragancia, el aroma de la chica que había ocupado sus pensamientos. Luego, revisó su celular y condujo de regreso a la Mansión Emerald.

Mientras tanto, Greyson había regresado a la mansión con la supuesta Maggie. Estaba a punto de llamar a Colton cuando, de repente, escuchó un alboroto afuera de la puerta. Un hombre emergió de la oscuridad, emitiendo una frialdad que disuadía a cualquiera de acercarse.

Greyson se quedó desconcertado. "Señor Reynolds, la señorita Russell se encuentra arriba".

Tenía la sensación de que su jefe ya sabía que había regresado con la chica.

"¡De acuerdo!", respondió Colton mientras subía las escaleras.

Greyson se guardó su curiosidad y salió de la villa.

La espaciosa villa estaba muy silenciosa, como si solo estuvieran ellos dos aquí. Las luces del pasillo iluminaron el camino de Colton mientras se acercaba rápido a la puerta del dormitorio.

Cuando entró, no había luz en la habitación. Una vez que la puerta se cerró a sus espaldas, todo quedó sumido en la oscuridad, por lo que no podía ver nada, ni siquiera a la figura debajo de la manta de la cama.

El único miembro de la familia Reynolds que Thea había conocido era Greyson.

Cuando llegó, no tuvo la oportunidad de explorar la Mansión Emerald, una villa famosa en Houburg. En cambio, subió a su habitación, apagó las luces y se acurrucó bajo una gruesa colcha. Apenas escuchó voces afuera, sabiamente agarró un cenicero del velador y lo escondió dentro de su colcha.

Los pasos se acercaron y la puerta se abrió. Tumbada inmóvil en la cama, Thea se aferró al cenicero. Estaba lista para atacar si el señor Reynolds se atrevía a maltratarla.

Independientemente del aspecto del hombre, estaba preparada para defenderse si era un tipo malo.