Capítulo 5 CAPITULO 4 - Revelaciones en Zenith

Al despertar este lunes, inicio de una nueva semana, me encuentro en Zenith, el planeta tecnológico-híbrido que concebí. Ser el sumo sacerdote militar más destacado de mi generación, dotado de magia y poder psiónico, me permitió crearlo sin mayor esfuerzo. Sin embargo, el verdadero núcleo de mi poder no deriva de mis habilidades, sino de una gema incrustada en mi ser. La historia de cómo esta gema llegó a mí es tan fascinante como compleja, y aunque pueda parecer sencillo de explicar, su entendimiento es otra historia.

Permítanme llevarlos atrás en el tiempo, antes del nacimiento de mis hermanos Ethan y Rodrick, y recordarles que Ashtar es adoptado. Existía ya una gema conocida como Gema Ætheris, una poderosa fusión de elementos que la convirtió en una supergema con la capacidad de manipular el tiempo, el espacio, la mente, la realidad, el alma y, por supuesto, el inmenso poder que todo esto conlleva. Esta gema hacía de cualquier portador el ser más temido, poderoso y envidiado.

Mi padre tenía la responsabilidad de custodiar la Gema Ætheris, un secreto poco conocido es que la gema poseía pensamiento y personalidad propios. Se había formado hace millones de años, permaneciendo siempre en el mismo lugar: una cueva cerca de un volcán inactivo, cuya actividad cesó con la creación de la gema. Los científicos de nuestra época sugieren que su presencia alteró el entorno de maneras inimaginables. Cuando los humanos finalmente la descubrieron, su codicia despertó un esfuerzo interplanetario para protegerla, formando un equipo de guardias personales entre los que se encontraba mi padre.

La Gema Ætheris se sintió particularmente atraída por mi padre, no solo por su deber como guardián, sino por su alma. A diferencia de los demás, que traían juegos y distracciones para soportar la soledad de su vigilia, mi padre prefería la compañía de libros. La gema comenzó a interactuar con él durante estas lecturas, una comunicación única que rompió el aislamiento de ambos.

La soledad puede llevar a la locura, como les sucedió a varios guardias antes que él, pero mi padre encontró en Ætheris una compañera inesperada. Mantenía su mente enfocada en el presente, conversando con la gema, hasta que un día, Ætheris aprendió a hablar el idioma de los humanos y respondió. Pueden imaginar la sorpresa de mi padre al oír por primera vez la voz de la gema en su mente, una experiencia que lo dejó tambaleándose entre la incredulidad y el asombro.

-¿Quién está ahí? -preguntó, temeroso de estar perdiendo la razón.

La revelación de la Gema Ætheris marcó el inicio de una serie de diálogos que iluminarían su propósito primordial, un propósito destinado a transformar no solo la existencia de mi padre, sino el destino de todos los implicados en esta historia. El relato de cómo esta gema se integró a mi ser es un viaje apasionante, apenas al borde de ser narrado.

En un instante de confusión y asombro, mi padre desafiaba la realidad de su solitaria vigilia:

-¿Quién está ahí? -inquirió, su voz resonando en la vacuidad de la cueva, mientras se levantaba precipitadamente, su mano instintivamente buscando su arma para asegurarse de que el perímetro seguía seguro. Al no encontrar a nadie, una voz familiar, pero inesperada, rompió el silencio:

-Hola, estoy aquí -respondió Ætheris, con una serenidad que contrastaba con la tensión del momento.

Convencido de estar siendo víctima de una broma, mi padre expresó su frustración:

-Basta ya, la broma ha sido buena, pero es hora de terminarla -dijo, la irritación evidente en su voz.

Sin embargo, Ætheris, percibiendo la molestia de su guardián, decidió revelarse de una forma inédita, tomando la forma humana de mi padre. Una luz cegadora precedió este acto, y al recuperar la vista, mi padre se encontró frente a frente consigo mismo, dejándolo desconcertado:

-¿Qué diablos es esto? Esta broma ha ido demasiado lejos -exclamó, aún sin comprender la magnitud de lo que ocurría.

-¿No te agrada esta forma? Puedo cambiar si lo deseas. Solo imagina otra, y la crearé -ofreció Ætheris, mostrando su capacidad de manipular la realidad a su antojo.

-Espera, ¿cómo es esto posible? -preguntó mi padre, su curiosidad superando el inicial desconcierto. Su mirada buscó la gema, pero ya no ocupaba su lugar habitual en la cueva. La realización lo golpeó:

-¿Eres tú... Ætheris?

-Sí -confirmó la entidad, adoptando la voz y la forma de mi padre-. Tengo el poder de recrear cualquier imagen que concibas.

La asombrosa revelación dejó a mi padre maravillado, tocando la imagen que tenía delante para confirmar su realidad. Ætheris, por su parte, disfrutaba la genuina sorpresa de mi padre, quien, fascinado, comenzó a comprender la profundidad de su conexión.

-Entonces, podemos hablar de cualquier cosa. Me interesa saber más sobre tu mundo. Ha sido una eternidad de soledad desde mi creación, y la llegada de los humanos ha sido un cambio bienvenido, aunque no todos me han agradado como tú -confesó Ætheris, explicando su reluctancia previa a interactuar con otros guardianes debido a sus oscuras intenciones.

Este intercambio fue el comienzo de una relación única entre mi padre y Ætheris, una que desvelaría secretos del universo y alteraría el curso de nuestra historia. La conexión entre un ser de poder inimaginable y un simple guardián humano reveló la existencia de una misión más grande, una que eventualmente me involucraría de maneras que nunca imaginé.

En medio de su sorpresa, Francisco Javier reflexionó en voz alta, maravillado por la profundidad de la conversación con la Gema Ætheris:

-¿Y acaso soy diferente a los demás, que has decidido hablar conmigo? -se preguntó, su voz cargada de una mezcla de incredulidad y curiosidad.

-La razón por la que estoy aquí contigo es simple: aún no has descubierto todo lo que eres capaz de ser. Estás en el umbral de un camino que te llevará a descubrir el verdadero potencial dentro de ti, un potencial mucho más grande de lo que imaginas -respondió Ætheris con una serenidad que inspiraba confianza.

-¿De verdad lo crees? -preguntó Francisco Javier, su duda inicial empezando a ceder ante la convicción de Ætheris.

-Sí, y más que creerlo, lo he visto en tu futuro. Tienes un destino que supera con creces el de tus compañeros -aseguró Ætheris, revelando su capacidad de ver más allá del presente.

-¿Puedes ver el futuro? -la sorpresa en la voz de Francisco Javier era palpable.

-Mi capacidad no se limita solo a prever el futuro. Puedo alterar la realidad a mi antojo, leer las mentes, percibir el alma de los seres, manipular el tiempo y crear vida. Mi poder abarca más de lo que puedes imaginar -explicó Ætheris, delineando el alcance de su poder.

-¡Es fantástico! -exclamó Francisco Javier, su asombro y admiración evidentes, como si hubiera descubierto un nuevo mundo lleno de posibilidades.

-Ha llegado el momento de dejar esta cueva. Deseo explorar el universo, aprender y cumplir con la misión que me fue encomendada -proclamó Ætheris, su determinación resonando en el espacio confinado de la cueva.

-¿Y cuál es esa misión que debes cumplir en el universo? -inquirió Francisco Javier, su curiosidad despertada por la magnitud de la declaración de Ætheris.

-Mi propósito es proteger y custodiar el universo. Fui creada antes de la formación de planetas y estrellas con ese fin, dotada de energía psiónica, una fuerza que me permite influir en la realidad a través del poder mental y psíquico, otorgándome un poder sin igual -explicó Ætheris con una solemnidad que enfatizaba la importancia de su tarea.

La revelación dejó a Francisco Javier maravillado, perdido en pensamientos sobre los innumerables mundos y experiencias que Ætheris podría explorar. Sin embargo, una preocupación emergió:

-Pero salir de aquí podría ser problemático. Eres una gema de incalculable poder, y muchos no comprenderán tu capacidad de moverte libremente. Podrían pensar que has sido robada o, peor aún, que yo soy el ladrón -comentó, consciente de las implicaciones de semejante percepción.

La conversación entre Francisco Javier y Ætheris no solo revelaba la naturaleza excepcional de la gema, sino que también abría un horizonte de posibilidades y desafíos que ambos enfrentarían juntos, marcando el inicio de una aventura que trascendería los confines de su mundo conocido.

La conversación entre Francisco Javier y la Gema Ætheris tomó un giro inesperado cuando Ætheris sugirió una solución drástica para evitar que otros se apoderaran de su poder:

-Es cierto, los humanos desean mi poder y harían cualquier cosa para obtenerlo. Una opción sería hacer estallar la cueva para eliminar el problema de raíz.

Francisco Javier, alarmado ante la idea, no pudo evitar exclamar:

-¡Estallar la cueva!

-No te preocupes, no lo haría mientras estés dentro. Además, tengo planes para ti -dijo Ætheris, mirándolo con una intensidad que transmitía tanto serenidad como determinación.

Intrigado por lo que Ætheris podría tener planeado para alguien como él, Francisco Javier preguntó con humildad:

-¿Podrías compartir tus planes conmigo?

-No hay necesidad de humillarse. No temas, tengo en mente grandes cosas. Primero, debemos abandonar este lugar. Haré parecer que el planeta ha explotado, lo que te dejará "oficialmente" muerto y desaparecido. Luego, nos dirigiremos a un planeta lejano en la galaxia para comenzar una nueva vida juntos. Me dividiré en tres partes para disminuir la percepción de mi poder entre los humanos, creando tres cuerpos físicos. Serás mi padre, y te proporcionaré una familia, conocimientos infinitos sobre magia y estrategias militares, además de bienes materiales para asegurar un hogar estable donde podamos crecer y fortalecernos -explicó Ætheris con un tono que mezclaba la promesa de aventura con el peso de la responsabilidad.

Francisco Javier, considerando la magnitud de la propuesta, pidió:

-¿Podría traer a dos personas más conmigo?

-¿Quiénes son para ti estas personas? -inquirió Ætheris.

-Mi hermano y mi primo. Son fuertes, inteligentes, y nos serán de gran ayuda -respondió, esperanzado.

-Está bien, tráelos. Haré que la humanidad olvide nuestra existencia para evitar persecuciones -accedió Ætheris.

Con ese acuerdo, tres semanas después, el plan se llevó a cabo. El planeta "explotó" como Ætheris había planeado, borrando todo recuerdo de su existencia y la de los tres hombres. La gema se dividió en tres partes, dando lugar a tres niños, cada uno con una gema en su interior. La gema central, la más poderosa y que residía en mí, tenía la tarea de reunir a las demás. Nuestro padre recibió de Ætheris Cristaros, la moneda universalmente aceptada en el espacio exterior, para comenzar una nueva vida en un planeta distante, elegido por él. Estos Cristaros, con su capacidad de almacenar energía cuántica y su sistema de registro de transacciones, garantizarían nuestra estabilidad económica y seguridad en cualquier parte de la galaxia. Nos fue dada una madre y comenzamos a vivir como una familia feliz.

Cada uno de nosotros heredó aspectos de la personalidad de Ætheris. En mi caso, parecía haber heredado la parte más rebelde y oscura, lo que me convertía en la oveja negra de la familia, el "rebelde sin causa", según las palabras de mi padre. Mis travesuras y rebeldía a menudo lo desafiaban, pero bajo esa superficie, estábamos unidos por un propósito común y un destino extraordinario, tejiendo juntos el tapiz de nuestra nueva vida, ahora facilitada por los Cristaros, que nos permitirían interactuar y prosperar en el vasto universo. La posesión de estos Cristaros no solo aseguraba nuestra estabilidad económica, sino que también nos otorgaba una posición social alta dentro de la sociedad intergaláctica. Este estatus privilegiado nos abría puertas en múltiples esferas, desde círculos comerciales hasta académicos, permitiéndonos acceder a recursos, conocimientos y conexiones que de otro modo habrían sido inaccesibles. La influencia y el respeto que los Cristaros conferían eran evidentes en cada interacción, asegurando que nuestra familia no solo se adaptara, sino que también prosperara en nuestro nuevo entorno, estableciendo una base sólida para el cumplimiento de nuestra misión y el crecimiento personal y colectivo.

                         

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