Capítulo 4 Dejarlo

Por fin habían tenido intimidad por primera vez.

Alicia, llena de expectativa, ignoraba que Erick ya había comprado los anticonceptivos para ella.

Con la pequeña píldora en la mano, sintió que se le hundía el corazón.

Tenía claro que era ella sola la que se esforzaba en esta relación.

Tratando de contener las lágrimas, se dio cuenta de que Erick tenía razón en una cosa: ella estaba haciendo el ridículo.

Con el corazón encogido, decidió algo que nunca pensó que consideraría.

Dejar a Erick.

Sabía que era mejor dejarlo ir que aferrarse a él.

En su armario, eligió una sencilla minifalda negra. Un toque de labial rojo iluminó su rostro, que momentos antes se veía pálido.

Su belleza natural era tan llamativa que bastaba un poco de maquillaje para que resultara cautivadora.

Reflexionó sobre cómo su vida había girado en torno a Erick, sin dejar espacio para sus propias necesidades. Pero ahora las cosas estaban cambiando.

Sin pensárselo dos veces, llamó a su mejor amiga, Brynn Simpson. "Hola, Brynn, ¿dónde estás? Iré a verte".

Alicia oyó la voz sorprendida de Brynn, mezclada con música a todo volumen, a través del celular. "¿Alicia? ¿Estoy soñando o borracha? ¿Vendrás a verme? ¿No es hoy tu tercer aniversario con 'Erick el Frígido'? ¿De verdad lo vas a dejar para salir con nosotros?".

Entre los amigos de Alicia, Erick era conocido como 'Erick el frígido' debido a su matrimonio sin amor de tres años.

Antes, la muchacha regañaba a sus amigos por el apodo, pero ahora encontraba divertidas sus acciones y sonreía. "Aún soy joven. ¿Por qué desperdiciar mi vida con un tipo frío como él? Dime dónde estás, voy para allá".

Sonoros vítores brotaron del lado de Brynn mientras Alicia colgaba.

La muchacha sintió una pizca de tristeza, pero sobre todo se sintió aliviada. Ya no quería quedarse en la sombría soledad.

Tenía que mantenerse activa, visitar los lugares más vibrantes, recuperar todo lo que había perdido en los últimos tres años y dejar a Erick en el pasado.

Solo de pensar en ese hombre con Michelle, se le revolvía el estómago.

Agarró las llaves del Ferrari naranja de Erick y se dirigió al bar donde estaban sus amigos.

La noche era oscura y el bar bullía de energía. Las luces de neón parpadeaban y la música sonaba a todo volumen.

Brynn, con sus brillantes labios rojos, salió corriendo a saludar a Alicia. "¡Alicia! ¿Qué haces aquí? ¿Erick te ha vuelto a molestar?".

La otra forzó una sonrisa, sintiéndose a la vez amargada y libre. "Ya no puede molestarme más. Terminaré con él y no dejaré que me controle nunca más".

Erick podía herirla en lo más profundo y luego alejarse impune sin más porque ella lo amaba mucho.

Era capaz de amarlo ferozmente, pero también podía retirarle ese amor.

Brynn, la mejor amiga de Alicia desde sus días de universidad, sabía todo sobre el profundo amor de Alicia por Erick. Durante tres años, Alicia había tenido problemas en su matrimonio, pero nunca hablaba mal de Erick.

Él a menudo llegaba tarde a casa, y a veces ni siquiera volvía, pero la muchacha solo decía:

"Está enfrascado en el trabajo, esforzándose por darnos una vida mejor. Admiro lo serio y comprometido que es con su trabajo. Es muy admirable".

Incluso cuando ese hombre se mostraba frío y distante, Alicia lo pasaba por alto, diciendo: "Solo es reservado por naturaleza. El amor no siempre necesita palabras bonitas. A mí no me va eso".

A pesar de llevar tres años en un matrimonio sin amor, seguía respetándolo por no dejarse llevar por la lujuria.

No le gustaban las demostraciones públicas de afecto, y Alicia explicaba: "Le gusta mantener nuestra vida privada separada de su trabajo. No quiere que me conozcan solo como la señora Ellis".

Alicia estaba loca por Erick... ¿y ahora quería dejarlo así, de la nada?