Capítulo 4 Dillan Gilbert

Katie se apresuró a cubrir el pecho desnudo con las manos. "¡Cállate!", espetó. "¿De verdad crees que soy una puta como tú?".

"¿Y cómo obtuviste esas marcas? ¡No me dirás que son picaduras de mosquitos!", se burló Judie.

Katie no supo qué decir.

Sin poder ocultar su presunción, la otra comentó: "Josh, puedes dejar de sentirte culpable. ¡Katie te ha sido infiel por mucho tiempo!".

La expresión del hombre se volvió sombría.

"¿Quién es él?", siseó. "¿Cuánto tiempo llevan juntos? ¡Dime!".

Al observar su intensa furia, Katie logró calmarse.

"Lo conocí anoche", admitió con una leve sonrisa. "Nos gustamos, así que decidimos compartir unos momentos íntimos".

Josh se quedó estupefacto.

Había salido con Katie durante tres años y ella siempre se había negado a que tuvieran sexo. Sin embargo, ¿se había acostado con alguien que acababa de conocer?

"¡Te tenía en alta estima!", rugió. "¡Pensé que estabas por encima de todo esto, pero solo eres una puta!".

"Bueno, deberías mirarte a ti mismo. ¿Alguna vez te preguntaste por qué jamás te quise? Piénsalo". La sonrisa de Katie se volvió más amplia.

"Porque preferiste engañarme", se burló Josh.

La joven estiró un dedo y comenzó a agitarla. "No, ni siquiera estás cerca. En realidad, es porque eres terrible. ¡Eres horrible besando! En cambio, el hombre de anoche era diferente. ¡Solo su abrazo fue suficiente para excitarme!".

"¡Katie, voy a matarte!".

Josh estaba tan furioso que alzó la mano para golpearla.

"¡Si te atreves a intentar pegarme, les diré a todos cómo te aprovechaste de mí y me engañaste!".

La mano del varón se detuvo.

Tal vez Katie no tuviera vergüenza, pero su reputación era muy importante.

Ahora que estaba con Judie, tenía la oportunidad de aprovecharse de la familia Holland para su beneficio. Para él, Katie solo era un trampolín, destinada a terminar con un don nadie.

En cambio, de ahora en adelante, Josh tendría una vida próspera. ¿Por qué debería preocuparse por ella?

Incapaz de soportar ver a Katie, bajó la mano. "Vámonos, Judie".

"¡De acuerdo!". La nombrada lanzó una mirada desdeñosa a Katie antes de marcharse.

A esta última no le importaba.

Sin embargo, no pudo evitar entristecerse un poco.

Era desalentador darse cuenta de que Josh solo ansiaba su castidad y riqueza, no a ella como persona.

Ahora se percató de lo ingenua que había sido.

De repente, una ráfaga de viento se llevó inesperadamente la chaqueta de Katie.

"¡Oh, no!".

No sabía qué hacer mientras la chaqueta se alejaba por el río.

Luego, voló hasta desaparecer de la vista.

Ahora lo único que le quedaba del hombre de la noche anterior ya no estaba.

Las lágrimas invadieron sus ojos.

Aunque ella había aceptado tener sexo con él debido a su muerte inminente, los momentos que compartieron dejaron una huella en ella.

Deseaba que él siguiera ahí...

Sintiéndose derrotada, se agachó lentamente y se abrazó a sí misma.

El tiempo pasó rápido.

Habían pasado tres días.

La boda de Katie sería en una granja.

Para disfrazarla mejor de Judie, la familia Holland no escatimó en gastos y le compró un lujoso vestido de novia.

El vestido acentuaba su deslumbrante figura.

Al verla, Josh se sintió arrepentido.

Si hubiera sabido de la asombrosa figura de Katie, habría tenido sexo con ella antes de que alguien más reclamara su virginidad.

La ceremonia estaba por comenzar. Katie estaba sosteniendo su ramo mientras observaba la puerta.

No tenía muchas expectativas para su futuro esposo. Solo quería asegurarse de que Fabian pagara los gastos médicos de su madre y luego solicitaría el divorcio.

Pero la boda comenzó y el novio no estaba por ningún lado.

Todos se preguntaron si la novia había sido abandonada en el altar. De repente, apareció una figura en la entrada.

El hombre vestido con un traje, alto y lindo, captó la atención de los presentes.

Nadie había visto nunca a Dillan.

Sus palabras bruscas por celular habían llevado a muchos a juzgarlo prematuramente como un maleducado.

Pero ahora rezumaba elegancia y encanto.

"Lo siento, llegué tarde". Dillan se paró frente a Katie y le dedicó una pequeña sonrisa educada.

Ella se encontró perdida en sus pensamientos.

No era por su buen aspecto, sino por su voz...

Le recordó al hombre que había conocido aquella noche.