Aquí Me Encuentro Contigo
img img Aquí Me Encuentro Contigo img Capítulo 3 El acuerdo
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Capítulo 16 Ser sirvienta en la familia Lan img
Capítulo 17 Me das asco img
Capítulo 18 Un regalo sorprendente img
Capítulo 19 El gerente salvó a la mujer bella img
Capítulo 20 Un narcisista img
Capítulo 21 Una apuesta audaz img
Capítulo 22 Despampanante img
Capítulo 23 La contraoferta img
Capítulo 24 Somos sinceros img
Capítulo 25 Un desayuno delicioso img
Capítulo 26 La mujer tonta img
Capítulo 27 Fuera de control img
Capítulo 28 El regalo img
Capítulo 29 Un amigo extraño img
Capítulo 30 Dando un mal ejemplo img
Capítulo 31 cariño, escúchame img
Capítulo 32 Madrastra hipócrita img
Capítulo 33 Llorando amargamente img
Capítulo 34 ¿Puedo pagar a plazos img
Capítulo 35 De compras img
Capítulo 36 Tengo mi orgullo. img
Capítulo 37 Llegó la prometida img
Capítulo 38 No soy un sirviente img
Capítulo 39 Tratarte una gran comida img
Capítulo 40 Coerción img
Capítulo 41 Perdido img
Capítulo 42 Renuncia img
Capítulo 43 El padre y la hija reconciliados img
Capítulo 44 Talent-Scout img
Capítulo 45 Una nueva forma de abordar img
Capítulo 46 Una recompensa peculiar img
Capítulo 47 Perder la oportunidad img
Capítulo 48 Asistir a la audición abierta img
Capítulo 49 La audición img
Capítulo 50 Calumnia img
Capítulo 51 Shawn vino img
Capítulo 52 Firma del contrato img
Capítulo 53 Ofendiendo a la estrella femenina popular img
Capítulo 54 Hiram llegó img
Capítulo 55 El chico travieso img
Capítulo 56 La ternura de Shawn img
Capítulo 57 Vamos, Alice img
Capítulo 58 Disparos comerciales img
Capítulo 59 Estás en mi camino img
Capítulo 60 Visitando img
Capítulo 61 Palabras venenosas img
Capítulo 62 ¿Cuál es tu nombre img
Capítulo 63 Tomar una ducha img
Capítulo 64 Mujer estúpida, no te muevas img
Capítulo 65 Un contrato irrazonable img
Capítulo 66 El padre y el hijo deben haber conspirado contra mí img
Capítulo 67 Viviré solo para mí img
Capítulo 68 Creo en ti img
Capítulo 69 Aliento de Shawn img
Capítulo 70 El comercial se convirtió en un éxito img
Capítulo 71 El oro brillará para siempre img
Capítulo 72 Pequeño hacker img
Capítulo 73 Brazalete de jade subastado img
Capítulo 74 Una doble bendición img
Capítulo 75 La confrontación entre padre e hijo img
Capítulo 76 Emborracharse img
Capítulo 77 Una gran estrella poniéndose en el aire img
Capítulo 78 Los pájaros del mismo plumaje se juntan img
Capítulo 79 Ser engañado img
Capítulo 80 Una bendición disfrazada img
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Capítulo 3 El acuerdo

El sexo no era más que un negocio con el que ambos se beneficiaban, así que, al terminar, él apartó la mirada de la chica con indiferencia.

Se puso de pie y se comenzó a vestir con aires refinados.

Solo entonces Alice abrió los ojos, puesto que, finalmente, la tortura había terminado.

Se movió tratando de no hacer ruido y sus ojos se enrojecieron, reflejando la amargura que había en su corazón. La chica clavó su mirada en el dorso del hombre, como si quisiera estampar aquella imagen en su mente y no olvidarla jamás.

El hombre era bastante joven, pero tenía un aire indiferente y despiadado que no era propio de su edad.

Después de unos segundos, el chico terminó de arreglarse y un elegante traje negro lucía su figura fuerte y hermosa. Estaba ataviado como para asistir a una cena de alto nivel.

Su imagen contrastaba por completo con el aspecto de la chica, quien estaba un tanto desaliñada.

En ese momento, el joven se mostró tan indiferente como a su llegada y su rostro parecía haber sido esculpido por un artista: perfecto, elegante y desprovisto de emociones.

Mientras se colocaba el último gemelo, buscó con los ojos a la chica, pero sin apartar demasiado la mirada. Luego sosteniendo la vista hacia ella, se dirigió hacia la puerta.

El corazón de Alice se estremeció en el momento en el que sus ojos se encontraron con aquella mirada penetrante y cerró los ojos con fuerza, sin atreverse a abrirlos hasta que se dejaron de escuchar los pasos y la puerta quedó entreabierta.

Quizás se dio cuenta de que ella fingía estar dormida, pero ni siquiera se molestó en decirle una palabra.

Alice se estaba derrumbando por dentro, pero no tuvo más remedio que mantenerse firme. La sensación de impotencia y humillación que inundaba su corazón la torturaba de tal manera que a veces sentía que se le cortaba la respiración.

'¡Debería sentirme agradecida!'.

Cuando se incorporó sintió que aún le dolía mucho el cuerpo, así que forzó una sonrisa que más bien parecía un lamento y no pudo evitar que las lágrimas rodaran por su delicado rostro.

Sin la ayuda de este hombre, ¿cómo podría conseguir tres millones de dólares para pagar la enorme deuda de su padre?

Con ojos temblorosos miró el vestido blanco que había quedado tirado y roto en la habitación.

Su acompañante había destrozado su ropa hacía un momento y ya no podía ponérsela.

¿Cómo iba a salir desnuda de aquel lugar?

"¡Espera!", gritó. Rápidamente, se limpió el rostro y se bajó tambaleándose de la cama.

Al escucharla, el hombre se detuvo, pero no se dio la vuelta. La ancha espalda del joven irradiaba un aura gélida que se extendía por la habitación, era como si él la culpara por sobreestimarse a sí misma.

Sus hermosas piernas temblaban de dolor mientras fruncía los pálidos labios y con sus últimas fuerzas, balbuceó: "Yo... necesito vestirme".

"Espero que sepas que nuestra relación se limita al dinero", sentenció el hombre con una voz fría. La indiferencia crecía cada vez más en él.

Dicho esto, salió de la suite sin dudarlo.

Era como si pasar otro segundo más con ella empañara su temple indiferente y etéreo.

La puerta se cerró de golpe y el viento movió los mechones de su cerquillo. Parecía que incluso el aire se estaba burlando de Alice por lo que había hecho.

¡Pobre chica! ¿Por qué un hombre que gastó millones para encontrar un vientre que concibiera a su hijo se preocuparía por los antojos infantiles de una chica?

Mientras miraba la puerta cerrada con sus ojos doloridos, la chica sintió que la sangre que corría por su cuerpo se congelaba. Estaba abrumada por la tristeza y por su impotencia, lo único que quería ahora mismo era llorar y abofetearse a sí misma.

Al rato, fue al baño y encontró una bata, con la que cubrió su cuerpo, y se marchó del hotel.

Pasados veinte minutos, se bajó de un taxi en el centro comercial de la ciudad. Con esa bata no podía ir al hospital. Rápidamente, encontró una boutique y compró un vestido adecuado. Luego se fue corriendo para el hospital donde su padre estaba ingresado.

"¡Vaya! ¿Siendo nuestra familia es tan pobre, todavía tienes el descaro de comprarte un vestido nuevo?". Mary Yu, su madrastra, no pudo contener el sarcasmo tan pronto como la chica entró a la sala.

Alice se había acostumbrado a las ironías de su madrastra, así que ya no era nada nuevo para ella.

"¿Cómo está papá hoy?". Desde que su negocio había quebrado hace dos semanas, le dio mucha ansiedad hasta que vomitó sangre y se desmayó. Lo llevaron al hospital y le diagnosticaron una grave enfermedad hepática.

En solo unos días, su padre había envejecido diez años. Lo único que hacía era suspirar todo el día en cama y tratar de sacarse el suero en vena varias veces, a fin de abandonar el tratamiento.

"Gracias a ti, todavía está vivo, pero si gastas mucho dinero, ¡estoy segura de que estará furioso!", le espetó Mary, mientras entraba a la sala con sus brillantes zapatos de tacón.

En la pequeña sala, Edgar Luo tenía puesto un goteo intravenoso.

            
            

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