Capítulo 4 Un nuevo comienzo

Eran las 9 de la mañana del domingo, cuando Nadia y María decidieron despertarse.

- Que sueño tengo todavía. Desearía seguir durmiendo un poco más... - Decía Nadia desperezándose, con ganas de darse la vuelta y continuar el sueño reparador, pero su estómago le decía lo contrario - Pero creo que el hambre me supera - Nadia comenzó a reírse, y decidió levantarse e ir a comprar un rico desayuno para ambas, sentía que debía agradecerle de alguna forma a su amiga todo lo que había hecho por ella.

Se levantó, se dio una ducha, se puso un short negro con una musculosa de tiras, cogió su billetera y su celular y arrancó.

El día estaba tan agradable, que fue disfrutando la caminata. De repente se cruzó con una cafetería que a ella le gustaba mucho, y decidió entrar a desayunar.

- Creo que podría disfrutar de un desayuno sola, y antes de volver le compro un desayuno a Mar - Pensó Nadia.

Entró, eligió una mesa junto a un hermoso ventanal, que daba a un parque. Era una vista bellísima, los árboles verdes, las flores en su máximo esplendor, completamente florecidas, el cielo despejado y no había viento, un clima ideal para disfrutar.

- Buenos días, señorita, ¿Qué desea tomar?

- Buenos días, ¿Cómo estás? Me gustaría tomar un café con leche y dos medialunas por favor.

- Claro, en un momento se lo traigo.

- Muchas gracias.

La cafetería se encontraba medianamente vacía, asique decidió llamar a su madre, pues estaba muy lejos como para ir a visitarla.

- Hola hija, ¿Como estás? ¿Qué haces tan temprano despierta llamándome? Pensé que ibas a estar durmiendo - Se burló su madre.

-Hola mamá, bien, disfrutando de un desayuno en una cafetería. Me duele que me creas tan dormilona. Soy una persona madrugadora a veces - Sonrió.

- Me gusta, es un gran plan, la próxima vez invítame, hace mucho tiempo que no hacemos un plan juntas.

- Es cierto, hace mucho que no hacemos nada, si te parece bien mi próximo franco podemos salir a merendar, ¿Qué te parece?

- Sí por supuesto, me encanta esa idea. Bueno, cuéntame mi niña, ¿cómo te fue con la sorpresa a Marcos?

- La verdad, la sorpresa me la dio él mamá.

- ¿Cómo que te la dio él? ¿Te propuso matrimonio? - Se escuchaba sorprendida y ansiosa desde el otro lado del teléfono a su madre.

- Como crees mamá. Hemos terminado. Me dijo que quiere un tiempo para él, que no soy lo suficiente, que quiere conocer otras personas, que no va a tener tiempo para nuestra relación por empezar a trabajar. - Dijo Nadia, mirando fijamente hacia afuera. Escuchando sus palabras se dio cuenta de la excusa barata que le había dado Marcos para terminar la relación, y poco a poco iba cayendo en la cuenta de que le hizo un favor.

- Ese bastardo, siempre te dije que me daba mala espina ese muchacho. Al fin y al cabo, es un malcriado, no se merece a una mujer tan increíble como vos.

- Lo dices porque eres mi mamá. - Sonrió - Pero sí, María me dijo exactamente lo mismo.

- Pero claro que es verdad lo que te digo, te mereces a una persona igual de increíble que vos, y el mundo es gigante como para quedarte con una persona como él. Él no se dio cuenta, pero te hizo un gran favor hija. Eres una mujer muy fuerte, y hermosa, tienes todo un camino por delante y vas a poder descubrir a un montón de personas que sí van a valer la pena tener junto a ti.

- Eres increíble mamá. Qué bueno que el universo me puso junto a ti. ¿Cómo está papá? - El padre de Nadia era su padrastro en realidad, su padre había fallecido cuando nació en un accidente de tránsito. Su madre durante la infancia la crio sola, hasta que conoció a su padrastro Noah, él era una persona increíble, actualmente era socio de una empresa multinacional, cuando era niña, él trabajo incansablemente para llegar a un puesto alto de esa empresa, y al final, el dueño se dio cuenta del gran potencial que tenía, y decidió convertirlo en socio. Ya para este momento Nadia había comenzado a estudiar enfermería, así que ella toda su vida vio como Noah luchó, trabajo y se esforzó por dar lo mejor de él, y darle lo mejor a su familia. Al principio era lo justo y necesario para sobrevivir en el día a día, pero ahora sus padres realmente podían disfrutar de la buena vida.

- Tu padre está bien, está acá junto a mí. Estuvo escuchando la conversación todo el tiempo.

De fondo se escucha a su padre - ¡Es un imbécil! ¡Como es capaz de hacer sufrir a mi pequeña! Cuando lo vea, lo mato.

- Tranquilo papá, no vas a matar a nadie. - Nadia sonreía.

- ¿Cómo qué no? Te esforzaste muchísimo para poder pagar ese viaje, y siempre te diste lo mejor en tu relación, y para tener un hogar hermoso. Concuerdo con tu madre, te mereces una mejor persona.

- Lo entendí papá, ya eres la tercera persona que me lo dice - Se rio.

- ¿Dónde te estás quedando?

- En la casa de María papá.

- Hoy te voy a buscar, te vas a quedar en casa. Quiero que estes cómoda.

- Tranquilo papá. Voy a quedarme un día más con María, mañana trabajo y prefiero ir con ella directamente, así no los molesto a ustedes. Después iré con ustedes.

- Bueno, si no quieres quedarte me llamas, y yo voy a buscarte.

- Claro que sí papá, los amo. Voy a colgar, ya está viniendo mi café. - El mozo se acercaba con su desayuno.

- Bueno mi niña, cualquier cosa llama, ahí vamos a estar para ti.

- Lo sé, gracias, son los mejores. Los amo. Disfruten el hermoso día.

- Claro, vos también. Te amamos.

Nadia se tomó el café tranquilamente. Sentía su mente en paz, ya que tenía mucha gente que la apoyaba y le demostraba su amor, le hizo sentir que no estaba sola. Así que, por primera vez, se sintió esperanzada.

Disfrutó de ese café, le compró uno a su amiga con medialunas, abonó los dos desayunos y se marchó. Entró al departamento, y vio que María recién despertaba.

- Amiga, no te encontraba, ya estaba pensando que volviste con Marcos - Se reía.

- Ni loca vuelvo - Sonrió.

- ¿Qué le pasó a mi amiga? No puedo creer que me hayas dado la razón tan rápido sobre la conversación que tuvimos anoche

- Guárdate el mérito. Hablé con mamá y papá, así que, entre los tres me convencieron.

- Dios bendiga a esos dos seres que se sumaron para que te des cuenta. - Se empezaron a reír.

- Bueno cálmate, tenemos una situación que resolver.

- Querrás decir varias situaciones.

- Sí lo sé, son varias. Paso a paso. Toma, te traje tu desayuno.

- ¿Vos te das cuenta de que haciendo esto no te suelto más amiga?

- Lo sé - Se rieron.

                         

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