Capítulo 4 Estás despedida

Al observar la expresión de Sophia, Alberta se quedó sin saber cómo reaccionar. Luego, un par de segundos después, se llevó la mano al pecho, y gritó: "¡Sophia, eres una verdadera decepción! Cualquier otra actriz no habría tenido ningún problema en acercarse a ese tipo de patrocinadores. ¿Cuál es tu problema? ¡Mírate!".

Indiferente ante el reclamo, la actriz replicó: "Ya te dije que no me gusta".

"¿Oh? ¡Claro, no te gusta! Pues si no te gusta, no intentes involucrarte en el negocio del entretenimiento. Mira, no naciste rica como Kylie, así que deja de intentar preservar tu integridad moral, no puedes ser como ella. Si quieres conseguir un papel importante que catapulte tu carrera, tienes que acostarte con esos tipos. ¿Entendido?", soltó Alberta sin piedad.

Disgustada, los ojos de Sophia se oscurecieron. '¿Kylie Ye proviene de una familia rica? ¡Por supuesto, jaja!'.

"Vamos, Alberta. Vayamos directo al grano. ¿Qué quieres? Sé que no viniste solo para regañarme".

La chica sabía exactamente qué tipo de persona era su agente, quien nunca soportaría verla romper las reglas ocultas una y otra vez.

Entonces, Alberta sacó una pila de documentos de su bolso y los arrojó con frustración. "Esta es la carta de cancelación de tu contrato. Definitivamente no puedo ayudar a chicas como tú, y la empresa también te considera una pérdida de recursos".

Sophia ya había anticipado que eso sucedería. Ya que era evidente que Kylie no toleraría verla trabajar para Colorful Entertainment Company. En realidad, el incidente del día anterior fue la excusa perfecta para echarla.

Siendo una estrella famosa, Kylie no podía permitir que, de la nada, una chica consiguiera buenos trabajos en la misma compañía que ella. Al final, lo de Sophia sería solo otro contrato cancelado, no significaba gran cosa.

Con determinación, Sophia tomó la carta, la miró y dijo: "En vista de que quieren rescindir mi contrato, estaré esperando una compensación. ¿Cuánto me van a dar?".

"¿Cómo te atreves a pedir cualquier cosa? Más bien tienes suerte de no ser demandada por incumplimiento de contrato. ¿Alguna vez te has preguntado cuánto ha gastado la compañía en ti durante los últimos dos años? ¿O cuánto has generado tú? ¿Ahora incluso te atreves a pedir una compensación? ¿Estás loca o qué?", exclamó Alberta enojada.

"Ah, ¿entonces pretendes que porque tú lo dijiste, lo voy a dejar así?", dijo Sophia, tirando la carta de despido a la basura. Acto seguido, se paró junto a la puerta y pidió: "Por favor, sal de mi casa".

"¿Disculpa? ¿Tu casa? Permíteme recordarte que este departamento le pertenece a la empresa. Así que de acuerdo a las reglas de la compañía, eres tú la que se debe ir... ¡Tienes 48 horas!", respondió Alberta, incrédula.

¿Ahora querían echarla de la casa? Por supuesto, esa debió ser una de las ideas que Kylie le dio al jefe después de acostarse con él. A esa mujer le causaba un inmenso placer avergonzar a Sophia.

"Bien, mañana me largo de aquí. ¿Ahora puedes irte?".

La frialdad en la mirada penetrante de la actriz le provocó escalofríos a Alberta. De hecho, conociendo la naturaleza luchadora de Sophia, de pronto tuvo la aterradora sensación de que terminaría perdiendo contra ella. Sin más, la mujer salió rápidamente del apartamento, dando tres pasos largos.

"No olvides ir a la empresa mañana por la mañana a recoger tus cosas", añadió antes de salir.

"¿Mis cosas? ¿Por qué no se las das de comer a los perros?", contestó Sophia dando un portazo.

Luego, con la espalda apoyada contra la puerta del pequeño apartamento, la chica se rio, diciéndose a sí misma: "Felicitaciones, la agencia te ha despedido oficialmente. ¡De ahora en adelante, alcanzarás tus metas por tu cuenta!".

Después, tras permitirse unos momentos para revolcarse en su miseria, se levantó a empacar sus pertenencias. Ella era una mujer que siempre hacía las cosas de manera rápida y eficiente. Así que si ya no le permitirían vivir allí, se iría de inmediato sin mucho problema. Todavía le quedaban unos cientos de dólares en su billetera, por lo que ahora necesitaba encontrar un motel para quedarse unos días. Una vez resuelto eso, se anclaría en el centro de cine y televisión y comenzaría de nuevo con pequeños papeles.

Si Kylie pretendía verla llorar derrotada, ¡eso sería lo último que pasaría! Sophia era una chica feroz y decidida, de modo que tarde o temprano se convertiría en la estrella más importante.

Mientras tanto, estacionado a las afueras del apartamento de la joven, se encontraba un Maserati negro. Seguidamente, señalando la puerta del edificio, Daniel le indicó a las dos personas sentadas en el asiento trasero: "Ahí es donde vive".

Al escuchar eso, el pequeño Jimmy se emocionó mucho, por lo que rápidamente bajó la ventanilla del auto. Aun así, tan pronto como echó un vistazo, frunció el ceño preguntando: "Tío Daniel, ¿por qué ella lleva una maleta? ¿A dónde va?".

Observando lo mismo con atención, Daniel pensó que lo más probable era que se estuviera mudando a algún otro lugar.