Capítulo 5 La compensación

Después de descubrir de qué se trataba todo eso, Daniel se dio la vuelta en su asiento y le dijo al hombre que estaba sentado quieto detrás de él: "Oye, estoy bastante seguro de que esa chica ahora está en un gran problema. Considerando la gran escena que ella hizo anoche, estoy convencido de que Colorful Entertainment Company la despidió. Entonces... ¿qué hacemos? ¿Deberíamos ayudarla?".

El hombre, indiferente, miró a la chica que estaba afuera a través de las ventanillas polarizadas del coche. Sus ojos se ensombrecieron ligeramente, pero nadie habría podido adivinar lo que pasaba por su mente.

Sin embargo, la reacción del pequeño Jimmy fue notablemente muy diferente a la de su padre. Él inclinó la cabeza hacia atrás, tomó la enorme mano de su padre y luego señaló ansiosamente a Sophia con la otra mano. Después le dijo con ímpetu: "Un verdadero hombre jamás retrocedería viendo cómo la mujer que ama resulta herida. ¡Papá, ayudémosla a salir de ese lío ahora!".

Realmente sorprendido, Daniel se dio la vuelta enmudecido frente a las palabras de Jimmy. 'Siempre he sabido que este niño es muy inteligente, pero no conocía su nivel de madurez. ¿Cómo es posible que sepa tanto a su edad?', pensó Daniel maravillado.

"Está bien". El padre, hasta ahora indiferente, finalmente dio su aprobación cuando se dio cuenta de que Sophia estaba a punto de irse con sus dos grandes maletas.

Al escuchar la aprobación, el pequeño abrió apresuradamente la puerta del auto y, de un salto, corrió lo más rápido que pudo hacia Sophia con los brazos extendidos.

Mientras ella intentaba averiguar cómo pedir un Uber, de repente se dio cuenta de que un niño lindo y regordete corría rápidamente hacia ella. De hecho, le resultaba extrañamente familiar. Brindándole una sonrisa maternal, Sophia dejó sus maletas y prestó atención al niño. "Hola, pequeño, ¿estás perdido?".

El pequeño Jimmy envolvió los brazos alrededor de sus piernas y las abrazó con fuerza, cerrando los ojos y disfrutando de la sensación de calidez. Luego le preguntó a Sophia con su dulce voz: "¿No te acuerdas de mí? Nos conocimos anoche. Estabas en la habitación de mi papá".

'¿Nos conocimos anoche?', pensó Sophia perpleja. Luego, estudió al niño con más detenimiento y al final se dio cuenta: '¡Dios mío! ¡Es verdad, es el chico de anoche!', se dijo. Si el niño estaba aquí, eso solo podía significar que el hombre de rostro pétreo también estaba cerca. Inmediatamente, cerró los ojos con fuerza, rogando en silencio para que el hombre no estuviese allí, y luego los volvió a abrir.

Cuando los abrió, se dio cuenta de que su suerte era incluso peor de lo que esperaba.

Justo en ese momento, dos hombres guapos aparecieron ante ella. Uno de ellos era verdaderamente guapo y simpático; se parecía exactamente a esos hermosos príncipes de las telenovelas. El otro hombre era más bien frío como el hielo... y arrogante como el mismísimo Zeus. Ella no podía imaginarse a nadie acercándose a él por su propia voluntad.

Sophia entró en pánico, buscando frenéticamente una solución. '¡Dios mío, Daniel Lin y su amigo están aquí! ¿Qué diablos se supone que debo hacer ahora? ¿Debería huir?', pensó con nerviosismo.

Rápidamente borró esa idea loca de su cabeza y decidió esperar a ver qué pasaba a continuación. Al tenerlo frente a frente, Sophia fingió una sonrisa educada y levantó la mano hacia Daniel: "Hola, señor Lin. Qué coincidencia, tropezarnos aquí".

Daniel miró de reojo al hombre que lo acompañaba y luego le dijo: "Señorita Sophia, si te soy sincero, realmente no es una coincidencia en absoluto. Vinimos aquí con toda la intención de hablar sobre lo que sucedió anoche".

"Bueno... ¿No les ofrecí ya una disculpa ayer?", les dijo Sophia, quien sabía, obviamente, que había hecho las cosas mal y en su voz se reflejaba esa consciencia de sí misma.

"La verdad es que heriste los sentimientos de Vincent ayer. ¿Cómo puedes creer que con disculparte ya es suficiente?", le dijo Daniel seriamente.

La joven miró al hombre impertérrito junto a Daniel, se inclinó profundamente ante él y le dijo: "Señor, lamento mucho lo ocurrido anoche. Por favor, encuentre en su corazón la bondad para perdonarme", le rogó Sophia.

El hombre dio unos pasos directamente hacia ella y quedó parado justo a solo un metro de distancia. "Mi nombre es Vincent Xiao", anunció el hombre.

Sin levantar la cabeza para mirarlo, la joven continuó disculpándose, "Sí, señor Xiao, juro que me equivoqué al hacer lo que hice. Por favor, le imploro nuevamente que me perdone".

De pronto, algo hizo clic en el cerebro de Sophia: 'Un momento... ¿Acabo de escuchar una detalle importante? ¿Dijo Vincent Xiao? ¿El mismo Vincent Xiao? ¡Oh, Dios mío! ¡No puede ser! ¡Este hombre es Vincent Xiao! El gran jefe de esta ciudad y el hombre más rico de todo el país; todos se mueren tan siquiera por conocerlo o incluso llegar a ser como él. Es como el Dios de los Olimpos en este país'.

Ahora Sophia acababa de darse cuenta de su gran desgracia y de lo desafortunada que era por haberse metido precisamente con él.

¡Ella hurgó con desesperación en su mente tratando de hallar alguna forma de arreglar este desastre descomunal!

Su mente, aturdida por lo que estaba ocurriendo, de pronto se quedó completamente en blanco.

"Ya que admites que tienes la culpa, tendrás que compensarlo. Realmente es por eso que hemos venido hoy, para discutir la naturaleza de la compensación", explicó Daniel y se acercó más a ella.

Sophia lo miró desesperada, luego observó a Vincent y, por último, sus dos grandes maletas. '¿Qué podría yo darle a este dios del poder y la riqueza? Es obvio que a Vincent no le importan los pocos dólares miserables que me quedan. ¡No cuando él probablemente tenga miles de millones!'.

La única compensación imaginable que Sophia podía darle a Vincent Xiao ahora era precisamente ella misma. Sin embargo, aún si él la quisiera como retribución, no había forma de que ella lo hiciera voluntariamente...