Capítulo 7 Modales para una omega

Adara

La Señorita Amelia vuelve a acomodar mi postura mientras niega por lo mal preparada que estoy, suspira un momento antes de mirarme por el espejo y una pequeña sonrisa aparece en sus labios. Se gira mirando a su hijo y yo solo me quedo quieta sin querer mirar a Kellen, sigo confundida por cosas que no comprendo muy bien.

- Ahora camina hacia enfrente, conservando la postura adecuada -asiento antes de empezar a caminar-. Respira con tranquilidad, muestra tu confianza y mantén una postura recta. Muévete con elegancia y finaliza con una sutil sonrisa. Perfecto -.

- Podemos tomar un descanso ahora -. Compartimos miradas.

- El rey debe de aceptar esa petición -.

- ¿Podemos, Majestad? -. Murmuro nerviosa al mirarlo por primera vez después de las largas 2 h de clases de etiqueta por parte de la Señorita Amelia.

- Está bien, un descanso es necesario. Orzil, pide que traigan la comida -.

Su mayordomo asintió dando una reverencia antes de salir del salón de baile de Amelia, suspiro dejando aquella postura que aún me hace dolor la espalda. Camino mirando la decoración del lugar, nunca había visto un sitio así y era más que esperado, puesto que todo esto es nuevo para mí. Yo recuerdo vivir en un lugar demasiado pequeño, compartíamos cama mi hermana y yo, solo era una litera y nosotras dormíamos en la parte de arriba.

La decoración no era tan extravagante, muy apenas y podía tener una planta y fue muy costosa, por lo que recuerdo, mi padre se había esforzado tanto en su trabajo de minería que eso hacía más especial el regalo. Suspire con amargura, recordar esas cosas solo acuchillaban mi corazón con dolor.

La presencia de Kellen me hizo regresar al lado suyo dejando a un lado esos recuerdos de mi vida, evite su mirada lo más que podía, ya que no quería ponerme nerviosa y causar un problema con mis feromonas. No sabía que esto podía causar encontrar a mi pareja, no sabía mucho del tema, mi estado económico no me permitía mucho ir a una escuela, por lo que desconocía cosas de mi rango.

Aparte que este solo me pondría en peligro.

- ¿Cause algo que te hiciera daño? No me gusta que me apartes la mirada, pareciera que me evitas a toda costa -.

- Y-yo -.

- ¿Me estás evitando? -.

- No -. Me aparté de él cuando trato de acercarse.

- Tu actitud me dice otra cosa, mírame -.

- Y-y-yo -. Mordí mi labio nerviosa.

- No me harás caso -tomo mi mentón-. Tan solo quiero saber si te ha disgustado algo, sabes que puedes contar conmigo para todo -. Nuestras miradas chocan y solo termino sintiendo mis mejillas ardiendo.

- Es difícil -aparto su mano-. Siento que en cualquier momento esto terminara, nunca escuche de una reina plebeya. Tengo miedo de solo ser... -.

- No lo digas -me interrumpió-. No serás eso, si quiero tener alguna cría, pero eso será cuando ambos estemos listos. Por mi mente pasa una vida entera a tu lado, seré sincero y espero siempre recuerdes esto cuando dudes de este presente. Mis valores son honestos y no puedo mentirte cuando te digo que eres mi omega, sigo mi instinto y sin dudar, ni por un segundo podría tratarte como piensas. No me gusta pensar en ti como si fueras una incubadora, para mí eres mi omega -.

- La comida está aquí -. Interrumpen en la puerta.

Me quedo anonadada en mi lugar, observando solo como él se aleja de mí con una sonrisa al ver mi reacción, no sé qué decir, es tan inesperado. Todo esto fue algo rápido y yo no sé mucho sobre como son las parejas. Repaso sus palabras en mi mente y solo asiento para mí misma, podré permanecer segura por el momento, es verdad que pienso en eso todos los días desde que él me encontró. Debo de ser precavida. Procuraré aprender todo lo que pueda para no ser una analfabeta y cuando la verdadera cara de las cosas se muestre huiré.

Podre ser muy ingenua e inocente en ciertos aspectos, pero tengo siempre presente lo difícil que ha sido mi vida y creer que esto será para siempre aún no es seguro.

- Me ausentaré para el almuerzo, tengo unos pendientes que hacer. Disfruten su comida -. Su mirada cayó en mí.

Nerviosa volví apartar mi mirada, era difícil entender por qué su presencia me ponía así, unas cosquillas paseaban de mi abdomen a mi corazón siempre que él estaba frente a mí. Nunca había sentido ese tipo de sensaciones en mi cuerpo y no sé bien como debo tomarlo, para nuestra humanidad es normal juntarse después de saber que son pareja destinada. Pero para mí es difícil, no sé cómo tomarlo aún.

- ¿Se habrá enojado conmigo, señorita Amelia? -. Pregunto triste.

- Niña, él nunca se enojaría contigo. Es difícil entender un poco que tú seas distante a él, mi hijo creció con una idea muy diferente a lo que sucedería cuando tuviera a su pareja. No sabes cuan feliz está de que su pareja seas tú -.

- ¿Eso es cierto? -.

- Solo el tiempo les ayudará. Recuerda no ser tan cruel con tu Alfa, los Alfas también tienen sentimientos aunque no los expresen. Ahora a comer, tenemos un día por delante. Conseguí un tutor excelente que nos ayudara con tu educación básica -.

Asentí con rapidez sintiéndome aún más mal, no pensé que él se sintiera mal por mi falta de conocimiento en estas cosas. A veces solo me siento perdida en emociones que muy apenas conozco, pero no sabía que Kellen podría sentirse confundido por mis actitudes al evitarlo de cierta forma.

Comí muy poco mientras escuchaba a la Señorita Amelia hablar de como es ser Reina, contando un poco de como se creó Wyllimsbirk quedando más que asombrada al nunca haber sabido dicha historia hasta el día de hoy.

- ¿Entonces el padre de Kellen, el antiguo rey, creo todo esto para usted? -.

- De donde yo vengo nací siendo una princesa, mi amado era uno de los mejores guerreros de nuestra nación, por lo que fue difícil no notarlo desde siempre. Entro muy joven a entrenar para nuestros guerreros, yo aún no percibía mi especie por lo que tarde un poco en darme cuenta de que ambos éramos destinados. Pero él siempre me mostraba un interés, a veces me llevaba flores o presas que cazaba esperando que mi padre lo aceptara con el tiempo -. Se quedó en silencio por unos segundos mientras sonreía mirando el retrato que colgaba en su estudio de baile.

Donde un hombre de piel trigueña y facciones muy parecidas a las de Kellen portaba con su brillante armadura roja y tenía en su mano el escudo de su nación, con una mirada de orgullo que era muy difícil no ver.

- ¿Y qué más paso? -. Pregunte aún más ansiosa.

- Recuerdo que yo encontré mi especie cuando él había ido a la guerra que surgió en ese entonces con un reino enemigo, le di un pañuelo antes de irse, deseando que regresara a salvo hacia mí. Y cuando regreso de la guerra con la victoria en sus manos para nuestra nación, con toneladas de oro y joyas, es cuando me di cuenta de que ambos estaríamos juntos el resto de nuestras vidas. Ese día dimos nuestro primer beso, él siempre me expresó que fue el mejor regalo de bienvenida que había recibido en ese entonces mientras esperaba mi mayoría de edad para pedir mi mano y así fue, en el baile de agradecimiento a nuestros guerreros, él pidió mi mano ante mi padre. Fue uno de los días más felices de mi vida -.

- ¿Y él porque no está aquí? -.

- Nos encontramos en guerra con un reino enemigo, él quiso liderar en la frontera contra ese reino, ya que Kellen aún era muy joven y no había encontrado a su pareja -me miro de reojo-. Sigo esperando a que finalice la guerra para que la Diosa lo traiga de nuevo a mí con bien -.

- Entonces, eso significa que Kellen después irá a la guerra -.

- No, su padre prefiere que el aún disfrute su unión. Ya le mandé una carta informando que por fin nuestro hijo ha encontrado a su pareja y que por suerte resulto ser una omega. Está esperando que al llegar de la guerra su regalo sea su primer nieto -. Se rio apenada por la petición de su pareja.

- Y-yo -.

- No te preocupes -me interrumpió-. Todo es a su tiempo -.

Se levantó de su silla al terminar de comer y salió al ser llamada por una de sus sirvientas, se despidió de mí con una mirada dulce y me dejo ahí sola. Admire el retrato del padre de Kellen siguiendo mi mirada a otro retrato que no había visto, en este un Kellen demasiado pequeño y serio está sentando en el regazo de su padre que muestra la misma expresión seria sin emociones que Kellen.

Camine por el lugar perdiéndome entre los retratos que veía, en mi familia solo teníamos de retrato un dibujo que yo hice cuando alguien de nuestro pueblo me dio un papel y me enseño a dibujar.

- Aquí está nuestra pequeña reina, ella al igual que yo, está ansiosa por recibir de sus tutorías, que le parece si empezamos con escritura y vocabulario -. Gire mi rostro hacia la entrada, mirando de nuevo a la señorita amelia, ahora con una señora que vestía muy formal.

- Es un placer conocer a nuestra próxima reina y también un placer ser parte de la educación de alguien tan importante. Reinas, gracias por esta gran oportunidad -.

- Bueno, Adara, acompáñanos. Estudiarás con la tutora Esther en la biblioteca de mi villa -.

Extendió su brazo y lo entrelacé con el de ella bajando mi rostro en saludo a la tutora que me ayudara a partir de ahora a recibir una educación que era muy limitada para mí.

[...]

Dejo caer mi cabeza contra los libros puestos en la mesa, aprendí a leer más rápido de lo que la tutora y o creíamos, pero es divertido y cansado al mismo tiempo, no puedo negar que quiero dormir después de leer mientras la tutora me explicaba las palabras que no entendía del todo.

- Terminamos por hoy, ¿le parece, majestad? Necesita tomar un aire antes de caer dormida, Reina -.

- ¡Sí! - exclamé-. Digo me parece muy bien, gracias por darte el tiempo de enseñarme a mí cosas muy básicas. Espero descanses hoy, nos vemos mañana -.

- Que disfrute su cena y descanse bien, Majestad -.

Hace una reverencia antes de salir de la biblioteca y me dejo caer en la silla cansada, pero excitada a la vez por lo divertido que está siendo el entender cosas que antes ni siquiera entendía. Miro la biblioteca quedando encantada por lo grande que es, tiene tantos libros y estoy segura de que esto me ayudara mucho a estar en el nivel de Kellen.

Suspiro mirando la puerta y solo bostezo, en realidad no quiero cenar en un lugar lleno con las personas que se encuentran aún en la casa. Mi mente trae a Kellen y solo pienso en él, hace tantas horas que no lo he visto y me siento un poco perdida en este lugar.

El olor a humana de Amira llega a mis fosas nasales y miro hacia enfrente mío notando que está sentada en la silla, su sonrisa se hace grande cuando nota que la estoy mirando. Y me siento de forma adecuada en la silla por la sorpresa que fue encontrarla aquí conmigo.

- Hola, parecías perdida de seguro te asusté -.

- Hola, pensé que Abasí no te permitía salir -. Apenas decir eso hace que un rubor se expanda por sus mejillas, siendo imposible no notarlo.

- El Alpha lo convenció y ahora estoy aquí para hacerte compañía -asiento levemente-. Estoy tan feliz de seguir aquí, no me gusta mucho el lugar donde vivo, aquí está lleno de vida cada que despierto. Al menos podre estar más aquí -.

Sonrío al verla aún más animada que hace unos días por la presunta partida que tenía prevista para ayer, ya que las esclavas de Abasí se habían ido de vuelta a su reino dejando solo a Amira a su lado y es algo que la hace feliz, como dijo ella se ha vuelto la esclava principal. No es un tema que me guste y me asusta un poco pensar que un hombre pueda tener muchas mujeres a su mano, yo no podría vivir como Amira.

Al solo pensar eso me hace recordar lo que descubrí y no quiero aceptarlo aún, Kellen al ser alguien de gran poder puede tener también a cientos de esclavas como guste y es algo que solo me pone peor, siento que en cualquier momento él volverá con alguien más y solo seré el inicio de su harem de omegas. Había un grupo de chicas nobles hablando de eso muy escondidas en el jardín, deseando ellas haber nacido como omegas.

Solo me hizo creer que yo al ser omega de seguro tuve un privilegio y no solo fue por nuestro lazo, eso me hizo sentir aún más insegura y prefería alejarme de Kellen. No importa si a veces considero tener pensamientos egoístas, ya que sí solo quiero que Kellen sea mío, pero a la vez procuro no desarrollar sentimientos por él.

No quiero terminar dolida por el futuro incierto.

Escucho a Amira chasquear sus dedos; - Estás más distraída de lo normal Ad -.

Sonrió negando.

- ¿Cuánto falta para la cena? -. Pregunto volviendo de mis pensamientos.

- Treinta minutos exactamente, pero no querrás decir ¿cuánto falta para que tu Alfa llegue? -. Entrecierro mis ojos mirándola y la escucho reír, por lo que me cruzo de brazos.

- Crees que no te escuche cuando soñabas con él -. Frunzo mi ceño.

- Deja de espiarme mientras duermo -. Ríe.

- Yo no te espió, solo que a veces estoy despierta junto con Abasí y escucho ruido por tu cuarto. Es sorprendente y gracioso cuando te caes de la cama -. Comenta riendo.

- No entres a mi habitación, se supone que tiene seguro -. Digo con vergüenza.

- Abasí me enseño un truco de magia negra, es excelente para abrir puertas. No sabes las cosas que he visto desde entonces, es muy impresionante la noche -.

La puerta es tocada con un frenesí que me impide contestarle a Amira, miro la puerta mientras la cabeza de la señorita Amelia se asoma y nos mira con una sonrisa.

- Él está aquí -. Dice rápido.

Amira y yo nos levantamos al mismo tiempo sin decir aluna palabra más y solo nos apresuramos a salir de la biblioteca siguiendo el paso de la señorita Amelia, suspiro agarrando mi vestido para ser más rápido. Al llegar a la puerta de entrada de la casa veo que ya los sirvientes están en fila esperando en silencio a que anuncien la llegada del Rey.

- Acuérdate de cada cosa que te dije debes de estar detrás de mí y actuar con tranquilidad, él es el que se debe de acercar a ti si así lo desea, si te pide que lo sigas lo haces. Ah, Amira, Abasí me dijo que te quería en su habitación -. La señorita Amelia termina de acomodar mi cabello con una sonrisa.

Veo a Amira asentir y desaparecer con rapidez, había escuchado que Abasí se fue y regresaría junto con Kellen, por lo que seguro viene algo cansado por el largo viaje que debieron haber hecho. Suspiro al sentir su presencia más cerca. Mi omega se revuelve en mi interior, queriendo que él venga hacia mí y proteja mi entorno, ya que me he sentido algo agobiada por el ambiente del lugar sin su presencia.

La testosterona de alfa puro llega a mí fosas nasales volviéndose imposible controlar mi respiración, mis piernas tiemblan cuando aún él no está aquí frente mío y siento una ola de calor golpear mi cuerpo.

Las puertas se abren mientras los guardias de la puerta anuncian la llegada de Kellen y todos en el lugar bajan la cabeza, yo perdida por su aroma lo miro al mismo tiempo que su mirada cae en mí, siento un pequeño golpe de Amelia en mi brazo y bajo mi cabeza igual que los demás. Vuelvo a sentir ese pequeño golpe en mi brazo y levanto mi rostro mirando que él ahora está enfrente de su madre, sus ojos grises me miran solo a mí creando estragos dentro de mi cuerpo.

Me siento confundida por lo que él genera en mi interior, es algo nuevo y diferente, algo sofocante.

- Kellen, es bueno que llegaras con bien, al igual tu Abasí. Ya tenemos todo listo para la cena, pediré que la sirvan en este momento para que puedan descansar más rápido -.

Detrás de la señorita Amelia me encojo algo nerviosa por no poderle seguir la mirada a Kellen que de seguro al ver mi rostro ardiendo en un rojo puro se sintió orgulloso, lo vi en su mirada y su pequeña sonrisa de solo unos segundos.

Guardo la postura que por unas horas tuve que hacer en la mañana, es difícil tener modales, recuerdo que mi madre no ponía tanta atención en eso, solo prestaba más atención a nuestra seguridad.

- Por ahora solo quiero descansar. Fue algo agotador, madre. Regrese con algunas cosas para... -Sentí su mirada-. También padre te envió algo, ya le dije a Orzil que lo llevara a tu habitación, me menciono que espera una respuesta de tu parte lo más rápido posible -.

- En serio, se puede saber que es esa sorpresa -.

- Yo también quisiera saber -. Extendió una carta hacia su madre.

Su voz gruesa hace que mi loba quiera exigir una infinidad de cosas para ser consentida por Kellen, pero es algo a lo que me tengo que negar, me siento agobiada por tener que controlar mis feromonas lo más que pueda.

- Lo entiendo -la señorita Amelia con la mirada da la orden a los demás de desaparecer-, ordenaré a una sirvienta que te lleve la comida a tu alcoba --

- Yo me retiro -. Hablo Abasí después de haber permanecido en silencio.

- Lo que me encargaste está hecho, querido, sé bueno con mi niña -.

Miro de reojo a Kellen esperando que no se dé cuenta, verlo con una armadura solo me hace sonrojarme más, con su casco y guantes en mano después de un agotador viaje. Su cabello cae por su rostro estando empapado en sudor, al parecer, su sucio rostro por la tierra que se levanta mientras ellos iban a caballo me hace tener una imaginación muy mala.

- No -dijo serio-, quiero que ella me lleve la comida y que nadie nos moleste -.

Me mira solo por un segundo antes de alejarse.

Y aunque parecía sonar enojado, eso no me preocupaba, lo mire subir las escaleras mientras sus sirvientes le ayudaban quitando de sus manos su casco y guantes, respire con profundidad para sentir su rico aroma a hogar.

Me hace sentir segura de nuevo.

Ladee mi rostro encantada al ver por fin a Kellen con su armadura roja y brillante, algo que solo hacía que mi imaginación me haga perderme, es algo que no debería de hacer, pero mi omega solo me guía hacia eso. Y su aroma, me complica aún más mis pensamientos hasta el punto de sentir mi interior goteando.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022