/0/1379/coverbig.jpg?v=44170b1826421fdda3f463f2902513fd)
Adara
La señorita Amelia acomoda la bandeja mientras las sirvientas le pasan la comida preparada, observo con curiosidad la cocina, miro por las ventanas que la oscuridad ha gobernado fuera de la casa y eso solo me hace sentir más sueño. Con una sonrisa me mira la señorita Amelia mientras pone en mis manos la bandeja asegurándose de que mi postura sea la correcta.
- Recuerda no hablar hasta que él te lo permita, dejar todo acomodado y esperar paciente hasta que termine de comer, entendido -. Alza su ceja esperando mi respuesta.
- Entendido -. Sonríe, me da paso y comienzo a caminar fuera de la cocina.
Mi mente se pierde mientras hago mi camino hacia el tercer piso donde Kellen se encuentra, suspiro queriendo no pensar en si él trajo a alguien o encontró a alguien más competente para ser reina que yo.
¿Y si tiene a más?
¿Y si yo no soy la única?
¿Qué sucederá?
Le molestó que dijera que yo no lo amaba, pero es imposible no decir eso cuando no conozco nada de él. Yo no puedo solo seguir nuestro lazo y afirmar algo que puede con el tiempo se desarrolle, yo sigo confundida por las cosas que han cambiado y aunque no tenga miedo de quién es Kellen, tengo miedo del peligro que es ser su pareja.
Eso fue hace semanas, ¿aún estará enojado?
El aroma a hogar aleja aquellos pensamientos autodestructores de mí y me concentro más en el camino, me siento nerviosa de estar de nuevo encerrada con él en una misma habitación, el problema es que estaremos solos de nuevo. Mi omega chilla y brinca en notable alegría de por fin tener un momento a solas con nuestro alfa.
No te pongas nerviosa, respira profundo.
Apenas detengo mis pasos enfrente de la gran puerta y ya escucho un "pase", parece que él me estaba esperando, cierro mis ojos por un segundo antes de que los guardias que resguardan al costado de dos pilares junto a la puerta, me ayuden abriendo por mí la puerta.
Me dejo llevar por su aroma y cierro los ojos por un segundo, la puerta se cierra detrás de mí y camino hacia donde la señorita Amelia me había dicho que tenía que poner la comida, cierro mis ojos por un momento mientras acomodo todo como ya me han enseñado para este tipo de ocasiones.
Todo tiene que llevar un orden.
Dejo la bandeja sobre la mesa y me siento en la otra silla cruzando mis piernas y acomodando mi vestido para que no tenga ninguna arruga, me molesta arruinar un vestido tan lindo y que de solo verlo se puede apreciar lo costoso que es. Escucho atenta como la puerta del baño se abre y permanezco con la mirada hacia abajo por los nervios.
Su olor se expande por toda la habitación volviéndose más penetrante y mis nervios crecen en mi cuerpo, sintiendo como si un calor me azotara en cada centímetro de mi piel.
- Es bueno volver a verte -. Alzo mi rostro, mis ojos lo examinan viendo como las gotas de agua caen por su rostro y pecho, hasta que la bata que trae me impide ver más.
Es mi alfa, ¿cierto? ¿Está bien pensar esto?
Sonrió con un pequeño asentimiento, prefiriendo concentrarme en guardar la calma para no dejar que mi omega se descontrole más de lo que ya está. Debo de seguir las reglas que me pusieron y no puedo hacer algo torpe, no quiero que se enoje conmigo por no ser buena pareja para él.
- Ma belle -murmura cerca de mis labios y es cuando noto la poca distinta que hay entre nosotros, pasea su pulgar por mis labios mientras me toma de mi cuello- ¿Ya cenaste? -.
Se aleja de mí dejándome con un dolor en mi vientre, mis labios pican y mi omega quiere recibir un beso por las largas horas en las que sufrimos solas en esta villa. Miro la sonrisa que se formó en su rostro haciendo que mi corazón sienta cosquillas, es imposible no pensar en lo hermosa que es su sonrisa, quisiera que siempre la mostrara y no solo cuando estamos solos.
- Eso es bueno, quiero cuidar de mi omega como el Alfa que soy -. Niego.
- Primero hay que vestirse, no cree, mi Alfa-. Tapo mi boca, no me ha permitido hablar.
- Tienes razón y dejemos que mi madre no sepa que no seguiste los códigos -asiento levemente-. Siéntate en mi silla mientras me cambio, quiero darte de comer y cuidar de ti -.
- ¿No estabas cansado? ¿No dormirás? -. Vuelvo a tapar mi boca.
- Linda omega -ríe-. Fue una excusa para poder tenerte aquí en mi alcoba, siempre te escapas cuando me ves entrando al mismo sitio en el que estas tú. Pensabas que no me daría cuenta. Y cuando voy a tu alcoba te haces la dormida, ¿acaso me evitas? -.
Mi corazón late frenéticamente al notarlo de nuevo cerca, toma mi muñeca llevándome hacia un sillón al ver que yo por mi cuenta no me movía de la silla donde estaba, lo veo irse hacia una puerta y desaparecer por unos minutos. Suspiro dejándome caer en el cómodo sillón algo ansiosa, lo quiero tocar y besarlo, pero no estoy segura de si puedo. Siento que sufriré de un regaño por no seguir lo que Amelia me dijo, es imposible permanecer callada cuando tengo muchas preguntas.
Kellen sale de nuevo de lo que creo es su closet y me mira al instante sin siquiera apartar su mirada, me encojo en el sillón sintiendo cosquillas en todo mi cuerpo mientras mi vientre bajo se revuelve en diferentes sensaciones.
Miro su ropa y viste algo ligero, una camisa de seda y un pantalón de la misma tela, su camisa está desabotonada por lo que mi omega se altera al ver el abdomen descubierto de nuestro Alfa, respiro bajando mi mirada algo nerviosa.
- Ma belle, ¿nadie se metió contigo mientras yo no estuve? - niego-. Eres demasiado tierna y dulce para alguien amargo como yo -alza mi rostro y me estremezco por su toque-. Puedes hablar de todo lo que necesites preguntarme -.
- No tengo nada... -.
- Puedo leer tus pensamientos al solo mirar tus hermosos ojos -me interrumpe-. Tienes demasiadas preguntas de las cuales quieres respuesta, dime o ¿me equivoco? -. Me toma de mi cintura alzándome en el aire y me lleva con él, me pone en su regazo cuando se sienta y esquivo su mirada.
- No hay ningún problema, Alfa -. Digo de nuevo.
- Dime Kellen conmigo no tienes que seguir ese código -. Asiento.
- Está bien, Alfa. Digo Kellen, en serio no tienes... -.
- Si no me dices tus curiosidades, tendré que quitarte esos pensamientos a mi forma y siento que todavía no es momento para eso. Me seguirás dejando con la duda de que es lo que piensa mi omega -comienza a cortar la carne haciendo que mi boca se haga agua-. Cuando me digas tu primera pregunta te daré este delicioso bocado de carne -.
- ¿De qué forma me harás dejar pensar? -.
- ¿En serio quieres saber? -. Deja a un lado los cubiertos y me toma de la cintura.
- Si -.
- Bueno -.
Su mirada atrae la mía y observo como sus ojos cambian a una tonalidad oscura, suspiro cuando miro sus labios y solo son segundo cuando él toma mis labios con suavidad. Me besa saboreando mis labios, cierro mis ojos dejándome llevar por mi alfa, su toma mi cuello para darle más profundidad al beso.
Se aparta solo por segundos y cuando apenas abro mis ojos, Kellen se acerca a mi cuello y lo lame provocando que un cosquilleo se extendía por todo mi cuerpo. Mi respiración se pierde volviéndose entrecortada, mi corazón golpea con fuerza dentro de mí. Es una nueva sensación dentro de mi cuerpo mientras lame y besa mi cuello, pasea por mi clavícula y se detiene.
- Ah. Kellen -.
Mi cuerpo se debilita y mi omega chilla por más, mis feromonas se descontrolan y puedo sentir como el tacto de sus manos quema en mi cuerpo. Con grandes respiros intento controlar mi pulso. Una mano de mi alfa llega debajo de mi vestido y comienzo a perder mi postura, la sensación que mi cuerpo me hace sentir es algo nuevo, como si hubiera desbloqueado algo.
Su mano llega a mis muslos y comienza un camino hacia mi entrepierna, no sé muy bien como esta forma apartara mis curiosidades. Solo sé que siguen incrementando al no saber como él hace que mi cuerpo se sienta con tanto calor. Chillo cuando Kellen llega a mi intimidad, la vergüenza me invade por saber que de seguro estaré muy mojada y no sé si eso este bien.
- Vaya, ya sé que es lo que quiero de postre -.
- Ah -. Gimoteo sin poder hablar.
Nuestros ojos se miran, el gris de los ojos de Kellen me invaden mientras apenas me puedo mantener consciente y mi mente se despeja, tomo los hombros de Kellen con fuerza mientras mueve dos dedos sobre mi intimidad, siento como cosquillas que rodean esa zona con fuerza y gimo perdida en sus brazos.
- ¡Espera! -lo alejé cuando sentí una presión fuerte en mi interior-. Mejor... mejor digo mis preguntas -.
- No quieres que siga -. Presiona mi punto.
- Ah. No, no -.
- Creo hoy dormirás conmigo -sonrió mientras metía su dedo en su boca-. Mi dulce omega -bajo mi mirada-. Tan dulce -.
- ¿Por qué tardaste tanto? -. Me da un bocado regresando a su posición.
- Tenía que dar indicaciones a unos planes que salvarán nuestro futuro, el futuro de todas nuestras especies -.
- ¿Te volverás a ir? -. Come un bocado y rápidamente me da un trago de agua.
- No por ahora - ladeo mi rostro triste-, falta mucho para que me vuelva a ir por alguna cosa, no te pongas triste, volveré lo más rápido si mi oméga, duerme conmigo desde ahora -. Besa mi mejilla.
- ¿En serio? ¿Por qué no me llevas contigo? -.
Su rostro se endurece y me mira con gran seriedad; - No puedo jugar con la seguridad de mi Oméga, es demasiado importante para mí y falta mucho para que puedas salir conmigo, aún no estás segura -.
Guardo silencio mientras seguimos comiendo, no sabría expresar bien el sentimiento tan empalagoso que siento al estar siendo cuidada por mi alfa después de mucho tiempo. Me preparo un poco para hacer una pregunta que siempre me guardo, pero si él dijo que resolvería todos mis pensamientos no puedo guardarla más.
- Ma belle, está satisfecha -. Me mira.
- Kellen, ¿tienes más esclavas o parejas a tu disposición? -.
- Sigues sin confiar en mí -.
- No es eso, solo... -.
- Adara se supone que ya habíamos hablado de esto -.
- Bueno, si quieres no respondas -. Dije poniéndome de pie.
Kellen se pone de pie al igual que yo, evito su mirada algo dolida por no tener una respuesta cuando esa pregunta siempre me hace sentir desconfianza. A veces solo quisiera decir que ya salí de peligro y que tendré un alfa que me quiere por el resto de mi vida, pero tengo miedo que solo sea un sueño que rápido desaparecerá.
Su rostro serio me dice que nunca debí hacer esa pregunta y mi Omega me regaña por haberlo hecho porque ahora nuestro alfa parece enojado conmigo, suspiro mientras tomo los platos dejándolos de nuevo en la bandeja.
No quiero estar alejada de él, cuando estamos juntos parece que el tiempo se pierde y mi mente abandona un poco esa idea de perderlo.
Cuando estoy a punto de dar un paso hacia la puerta, Kellen toma mi muñeca deteniéndome, se pone detrás de mí pegando nuestros cuerpos, respira cerca de mi cuello y no pasa ni un segundo cuando parece que perderé mi estabilidad.
- ¿No confías en mí? -. Bajo mi rostro, esa pregunta nunca había pasado por mi mente, pero estoy segura de que confío con mi alma en él o eso quiero hacer.
- Si quieres no respondas -intento alejarlo-. Tengo que ir a dejar esto o si no Amelia se enojara -.
Atrapa mi cintura impidiendo mi movimiento, sus labios besan mi cuello siendo un golpe para mí. Aquella sensación vuelve a estar presente y mi mente ahora piensa en lo que sucedió hace un momento, fue algo nuevo sentir como él tocaba ahí abajo.
- Siéntate -. Me ordena con su voz de Alfa.
Mis piernas tiemblan al instante en que siento como quiere bajar sus manos por mi vestido, suspiro algo disgustada por la orden que me dio y tomo asiento en el sillón, intentando guardar distancia.
Él viene hacia mí hundiendo su nariz en mi cuello, roza su nariz con la piel delicada de mi cuello haciendo que un suspiro abandone mi cuerpo. Me acomodo nerviosa, apretando mis manos con fuerza.
- Alf... Kellen -trago duro al sentir sus dientes rozar mi cuello, me estremezco, siento como mordisquea mi piel sensible. Suspiro-. Es importante que baje. Kellen, duele -. Gruño al sentir como hace más presión en mi cuello.
Sus manos me sueltan y me pongo de pie, un suave cosquilleo cubre mi cuello y cuando me toco siento un poco de dolor, lo miro enojada y salgo tomando la bandeja en mis manos. Camino rápido a la cocina para dejar la bandeja e ir a mi cuarto para no ver a Kellen
- Parece que viste a un fantasma -. Brinco del susto al escuchar sorpresivamente la voz de Amirah.
- Fantasma más bien Lobo -. Murmuró.
- ¿Estabas con Kellen? -asiento y comenzamos a caminar-. ¿Y? -la miro-. ¿No pasó nada? Qué lento es tu Alfa -.
- ¿Qué tiene que pasar? -.
- Yo creo que si paso lo que pienso, estás pálida, ¿qué sucedió? -.
Chasquea sus dedos y la bandeja en mis manos desaparece, toma mis manos mirando mi sorpresa y de estar en pasillo cerca de la alcoba de Kellen aparecemos en una alcoba que no conozco.
- Ay, niñas, me van a asustar si vuelven a hacer eso. Amirah que te he dicho de aparecerte en mi habitación -. Habla la señorita Amelia.
- Algo sucedió con nuestra parejita nueva, majestad -.
- No sucedió nada, solo está enojado -.
- Dudo, Kellen solo muestra su enojo con personas inferiores a él. Tú eres su luna, su reina y muy importante su omega -.
- No has comido a Adara y si Kellen se entera me regañará -.
- Ya comí con Kellen, señorita Amelia -menciono- ¿Qué? -. Pregunto al ver como me miran después de intercambiar miradas.
- Está bien, ve con Kellen me llamó por celular que te quería en su habitación -. Trato de negar mientras con nervios pienso en que seré regañada por haberme salido sin permiso de su alcoba.
Acomodo mi cabello cuando siento la mirada de Amirah sobre mí, intento tapar mi cuello, pero ella aparta mi cabello y sonríe con malicia al ver la "mordida" que Kellen me hizo sin yo querer.
- ¿Amelia ya viste esto? -ambas rieron-. ¿Adara que sucedió aquí? -.
- ¿Qué sucedió? -. Pregunte perdida.
La señorita Amelia esconde su sonrisa con sus manos mientras Amira ríe con grandes carcajadas mientras sigue señalando mi cuello, bufo algo molesta por no saber de qué se ríen. Es feo sentir esa incertidumbre de saber si hay algo mal en mí como para que se rían.
- Ya entiendo por qué estabas pálida y porque parecía que algo hubiera ocurrido -mi mano va hacia donde ella apunta y siento un pequeño dolor-. Por eso parecías correr en los pasillos -.
- ¿Qué es? -.
- ¿En serio no sabes que es? -.
- No -.
- Majestad, debe de empezar las clases de sexualidad antes de lo que esperaba -me mira-. Nunca te han explicado nada de nada -.
- A qué te refieres con ¿nada de nada? -.
- Me refiero a lo que sucede cuando un alfa y una omega están a solas -.
- ¿Y qué sucede? -. Las miro sin entender.
- ¡Diosa!, ¿tus padres nunca hablaron de eso contigo? -me mira preocupada-. Qué triste -.
- Ay, ya deja de confundirla más. No pasa nada cariño, solo son cosas que después entenderás -toma mis manos-. Cuando no te sientas segura con hacer algo, solo díselo a Kellen. Después hablaremos de algunas cosas -paso un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja-. Tú sigue con esa ternura e inocencia aún. Ya es de noche y deben de dormir, vayan a sus habitaciones. Y Adara, Kellen te espera para dormir juntos -.
- No use mi magia para traerla aquí por nada -Amirah se descubre un poco el abdomen subiendo su blusa, veo marcas rojizas y un poco lilas, la miro a los ojos sin saber qué es eso-. Tú tienes lo mismo que yo en tu cuello -.
¿Cómo Kellen hizo eso?, mi ceño se vuelve a fruncir.
- Pero ¿cómo? -.
- Niñas -.
- Abasí hace esto siempre, ¿sabes que es? - niego-. Se llaman chupetones y es un tipo de marca donde deja su aroma para que nadie se acerque, Kellen aún no te marca con su mordida. Pero quiere que sepan que eres de él -. Asiento.
- ¿Él me hizo un chupetón?- Asienten.
Mis mejillas arden en un intenso color rojo, bajo mi mirada avergonzada por dicho suceso, mientras ellas dos se miran con una sonrisa.
- Yo no le permití que me hiciera esto -. Murmuro.
Poso mi mano sobre mi cuello antes de bufar, esto es nuevo para mí, todo esto es tan nuevo que estoy confundida sobre si debería aceptar este tipo de marca sobre mí. Salgo avergonzada de la alcoba de la señorita Amelia sin escucharla, camino por los pasillos yendo directo hacia la alcoba del Rey, de Kellen.
Algunas sirvientas se detienen a darme una reverencia, la cual no respondo por ir pensando en lo que dire, aunque mi omega actúe feliz por tener una marca territorial. Eso para mí no tiene sentido, más bien, no me agrado el hecho de no entender este tipo de cosas de Alfas y omegas.
¿Qué hace un alfa y un omega cuando están a solas?, Amirah parecía saber muy bien al respecto de eso, pero yo no. Es muy nulo mi conocimiento y eso me hace sentir algo torpe al estar con personas que al menos tuvieron la posibilidad de estudiar o que saben leer.
Sin recibir un llamado de Kellen abro la puerta de su alcoba, los guardias se apartan un poco y entro mientras ellos cierran la puerta. Repaso la habitación hasta encontrar a Kellen sentado en el sillón con su celular en mano.
Podría decir que siento "enojo".
- ¡¿Por qué me hiciste esto?! -. Exclamo.
Levanta su vista del celular y gira su rostro para mirarme, con una sonrisa que solo me hace enojar.
- Kellen -.
No responde, solo camina hacia mí aventando su celular para rápidamente atraparme contra la pared, sus brazos interponen mi salida y bufo algo molesta. Él me mira y yo igual, no bajaré mi mirada aun cuando él pide que me muestre sumisa.
Después de unos segundos en silencio, miro hacia otro lado de la habitación confundida, Kellen toma mi barbilla con suavidad mientras acerca su rostro y cierro mis ojos. ¿Por qué él me provoca esto?, siento un suave beso en mi mejilla que me deja en trance por unos segundos.
Pero vuelvo a mi molestia y lo aparto, lo alejo de mí con mi mayor fuerza, observando de reojo que eso no pareció gustarle.
- ¿Por qué me hiciste esto? -. Señalo mi cuello.
- Para que nadie se acercara a lo que es mío -.
- No te di permiso para hacer eso -. Me cruzo de brazos, expresando mi enojo.
- ¿Estás enojada? -.
- No estoy feliz -digo con sarcasmo recibiendo una mirada de advertencia -. Lo siento. Sí, claro que estoy enojada -. Menciono bajando mi mirada.
Se trata de acercar, pero lo aparto de nuevo.
- Pero no necesito tu permiso, oméga mía -lo miro con desconcierto-. Es algo que no puedo evitarlo, no me gusta que otros se den el permiso para mirarte, tu belleza solo la debo de ver yo. Me pongo celoso de solo ver como otros se atreven a mirarte. Si por mí fuera les arrancaría los ojos -. Dice acercándose a mí.
Lo miro de reojo, rechazándolo de nuevo.
- ¿No es de tu agrado ese comportamiento? -.
- No lo sé -digo entristecida-. Esto me confunde mucho, no entiendo nada de esto, como debo de ser o que debo de sentir. No estoy hecha para ti -.
- ¿Quién lo dice? -me toma de los hombros-. Para mí tú eres perfecta, me complementas tan bien. Nos falta conocernos, trataré de dar lo mejor para que podamos conocernos más. Perdona si mi comportamiento no es bueno para ti -.
- Eres... eres un tonto -sollozo-. Te odio -.
- ¿Por? -.
- Demás me haces confundirme, no comprendo que tengo que hacer como tu pareja. No entiendo que hacen los alfas y los omegas cuando están a solas. Soy una tonta -.
Escucho su risa mientras me abraza, besa mi frente haciendo que me vuelva a confundir y me alejo de él. Nos miramos ambos a los ojos y puedo notar que tenía miedo por algo, ¿acaso tenía miedo por lo que dije?, ¿le hice daño?
- Ah, ¿es por eso? -suelta un suspiro-. Hoy te mostraré que hacen un alfa y una omega a solas -chasquea los dedos-. Por favor, alístenla lo más rápido para la cama. Elijan un atuendo cómodo para dormir -.
- Sí, majestad -. Hablaron al unísono las sirvientas tomando una reverencia.
Una de ellas tomo mi mano llevándome hacia el baño de Kellen, era gigante, mire el gran baño y mantuve mi asombro al ver como parecía tener lo que una vez escuche que decían que era una alberca. O eso creo, algunas cosas son nuevas para mí y otras son cosas que solo la gente de la alta sociedad tiene.
Pero me sentía incómoda con que otras personas me miraran mientras yo me baño o cuando me quitan la ropa, fue incómodo el primer día y ya después me entere como podía pedir que no me miraran.
- ¿Disculpen, pueden dejar que yo tome el baño en privacidad? -. Pregunte insegura, puesto que no las conocía a ellas.
- Sin ningún problema, usted solo díganos cuando haya finalizado, señorita -. Asiento con una sonrisa.
Ellas se giran mirando hacia la pared para darme mi privacidad, ya que no me pueden dejar sola por ningún momento. La señorita Amelia me explico que era por seguridad, por lo que no puedo pedir más aunque quisiera.
Cuando veo que todas están mirando solo hacia la pared, procedo a quitarme las últimas prendas y me introduzco en el baño sintiendo que el agua está caliente, a una buena temperatura. Me sonrojo al pensar que Kellen preparo esto porque sabría que vendría a su habitación, aunque me negara.
Termino en solo unos minutos de bañarme y me quedo callada al mirar mi reflejo en el agua de la tina, observo algunos pétalos de rosas que cubren las orillas de la tina, algo que no vi antes y tomo uno en mi mano.
- ¿Señorita, ha terminado? -.
- ¿Cómo? ¡Ah! Sí, ya he terminado -.
Alzo mi rostro mirando a la sirvienta líder, una anciana con una sonrisa dulce que les dice que hacer a las demás chicas. Con una bata me tapan mientras me voy poniendo de pie desviando la mirada y es algo que agradezco, me incomoda mucho esta situación, salgo con cuidado de la tina mientras dos de ellas toman mis manos.
Me ponen frente a un espejo en donde me miro por completo, algunas se alejan mientras le preguntan a la señora mayor que atuendo usar para dormir hasta que se deciden por un vestido suelto desde el pecho, de un color rosa pálido.
- Dejaremos que usted se ponga su ropa sin incomodidad -.
Atenta miro como todas se giran y yo procedo a secar mi cuerpo con una toalla, ya seca me pongo lo que usaré para dormir y cuando termino toso algo apenada. La señora entiende y se gira junto a las demás, quienes se miran con una sonrisa cómplice, pues el atuendo se me ve muy bien.
- Recogeremos su cabello para que duerma con más comodidad, señorita -.
Me guían hacia un tocador y me sientan mientras comienzan a peinar mi larga cabellera rubia, miro atenta como secan mi cabello y solo guardo silencio mientras me peinan recogiendo mi cabello en una cebolla alta adornada con pequeñas trenzas.
- Listo, señorita. Nosotras nos despedimos, descanse esta noche -. Hacen una reverencia y se retiran en fila.
Sigo mirando el espejo, ¿en serio soy alguien linda?
Escucho como Kellen parece tocar la puerta y se asoma al no escuchar nada de mi parte, lo miro por el espejo y observo como sonríe después de mirarme. ¿Es bueno confiar en él?
- Ya es muy tarde, mañana tienes una cita en el jardín con tu tutora -.
- ¿En serio? -.
- Amelia, me lo ha dicho. Ven -.
- ¿Entonces no me enseñarás que hacen un alfa y una omega a solas? -.
- Pensé que jugabas con eso, ¿quieres saberlo? -.
Asiento.
Él me toma de la cintura cargándome sobre su hombro, me quedo quieta sin saber que es lo que hace y solo me digno a confiar. Me deja con suavidad contra la cama y lo miro nerviosa mientras se va poniendo encima de mí, termino acostada en la cama y él rueda hacia el lado vacío de la cama.
Lo sigo con la mirada girándome sobre la cama, quedando ambos frente a frente, Kellen sonríe y toma mi cintura acercando más nuestros cuerpos, pongo mis manos en su pecho guardando algo de distancia preocupada por no controlar mi instinto.
- Lo que hace un alfa y una omega cuando están a solas es lo siguiente. La omega cierra los ojos -le hago caso-. El alfa besa a su omega -siento sus labios sobre mi frente-. Y cierra sus ojos también. Para después ambos dormir abrazados -.
- ¿Eso hacen? -. Abro mis ojos mirando que él tiene cerrados los suyos.
- Sí, todos hacen esto. Ahora, silencio-.
Lo miro en silencio, tal cual él me pidió y una sonrisa silenciosa me invade. Apoyo mi cabeza contra su brazo y cierro mis ojos, siento como su mano acaricia mi mejilla y eso me gusta mucho. Su otra mano acaricia mi espalda siendo delicado, siento de nuevo sus labios sobre mi frente y suspiro sintiendo mi cuerpo más pesado a punto de caer dormida.
- Dulces sueños, mi dulce oméga -.
Logro escuchar seguido de un beso en mi mejilla.