TENTACIÓN PELIGROSA: UN CONTRATO CON EL CEO
img img TENTACIÓN PELIGROSA: UN CONTRATO CON EL CEO img Capítulo 3 DOS MESES ANTES
3
Capítulo 10 COMPENSACIÓN img
Capítulo 11 HOSPITAL img
Capítulo 12 MALAS NOTICIAS img
Capítulo 13 TRATO img
Capítulo 14 NERVIOSA img
Capítulo 15 CELOS img
Capítulo 16 EXNOVIA img
Capítulo 17 SERPIENTE VENENOSA img
Capítulo 18 SORPRESA DESAGRADABLE img
Capítulo 19 TRISTE img
Capítulo 20 KARMA img
Capítulo 21 ENEMIGA img
Capítulo 22 ¿QUIÉN ERES img
Capítulo 23 DISCUSIÓN img
Capítulo 24 CONTRATO img
Capítulo 25 OBSESIÓN img
Capítulo 26 DEPARTAMENTO img
Capítulo 27 BUENA ACCIÓN img
Capítulo 28 VACACIONES img
Capítulo 29 ENVIDIA img
Capítulo 30 CONFESIÓN img
Capítulo 31 NO ES TAN SECRETO img
Capítulo 32 PEQUEÑO INCIDENTE img
Capítulo 33 BUSCANDO AL CULPABLE img
Capítulo 34 BROMA img
Capítulo 35 ADVERTENCIA img
Capítulo 36 HUMILLACIÓN img
Capítulo 37 CONFUNDIDO img
Capítulo 38 DESPERTO img
Capítulo 39 AMENAZA img
Capítulo 40 PROBLEMAS img
Capítulo 41 CITA img
Capítulo 42 SORPRESA img
Capítulo 43 ERES IMPORTANTE PARA ÉL img
Capítulo 44 PLAN img
Capítulo 45 PERIODISTAS img
Capítulo 46 ENEMIGO EN LA OSCURIDAD img
Capítulo 47 OVEJA NEGRA img
Capítulo 48 BUENA ACCIÓN img
Capítulo 49 ENAMORADA img
Capítulo 50 DISCUSIÓN img
Capítulo 51 FIESTA DE COMPROMISO img
Capítulo 52 UN ERROR img
Capítulo 53 DISCULPAS img
Capítulo 54 PRETENDÍAS ESCAPAR img
Capítulo 55 ¡HERMANO GEMELO! img
Capítulo 56 BUENA ACTRIZ img
Capítulo 57 REUNIÓN img
Capítulo 58 PREOCUPADA img
Capítulo 59 INFIDELIDAD img
Capítulo 60 PROBLEMAS img
Capítulo 61 BÚSQUEDA img
Capítulo 62 MAÑANA OSCURA img
Capítulo 63 MAÑANA OSCURA PARTE II img
Capítulo 64 UN FAVOR img
img
  /  1
img

Capítulo 3 DOS MESES ANTES

DOS MESES ANTES

-Natalie Smith.

Me giré al escuchar mi nombre, me encontré con una hermosa mujer. Era tan hermosa que cualquiera creería que se trataba de una súper móldelo o algo parecido.

Vestía con elegancia y encanto, se veía realmente bien, incluso tenía envidia de ella.

Era como un ángel, incluso creía que estaba soñando.

Algunos pensamientos estúpidos pasaron por mi mente, quería arruinar su precioso cabello, romper su falda y hacer trisas su blusa, yo quería arruinarla por completo.

El motivo: ella se veía mucho mejor que yo, incluso llamaba la atención de todos sin proponérselo.

En cambio, yo, soy un completo desastre, ni siquiera sé si debería de estar en un lugar como este, la vergüenza me invadió instantáneamente.

-Soy yo señorita -respondí cortésmente y sonreí, pero por dentro tantas cosas oscuras pasaban por mi mente.

Yo no soy así, quizás este lugar hace que las personas se vuelvan locas, mezquinas y egoístas.

-Mi nombre es Laura, me sorprende verla aquí tan temprano, pero no te preocupes, es algo bueno -me guiño un ojo -al señor Grayson no le gusta la impuntualidad.

Quizás en sus adentros me estaba maldiciendo, pero no me lo decía, simplemente me mostraba una sonrisa hipócrita.

-De esa manera no perderás tu trabajo, créeme, el señor Grayson es muy exigente.

Asiento con la cabeza mientras mi nerviosismo crece, este no es un lugar adecuado para alguien como yo, miro mis zapatos y siento pena.

-Nadie me dijo cómo era la nueva asistente del Señor Grayson, no puedo ocultar qué estoy un poco decepcionada, esperaba a alguien diferente, solo mira a tu alrededor. Asumo que tenía sus propias razones -una sonrisa burlona apareció en sus labios.

Cuando esas palabras salían de su boca, no niego que un ser maligno se apoderó de mí, quería asesinarla, dañar su bello y aterciopelado rostro, luego lanzarla al mar y dejarle el resto a los tiburones.

Los empleados parecían ser todos iguales, orgullosos y estúpidamente perfectos.

Sonreí ampliamente, debía de adaptarme a este lugar, sabía que no sería sencillo.

-Supongo que el señor Grayson vio algo especial en usted, algo que no vemos los demás mortales -murmuro mientras me escaneaba de pies a cabeza.

-Debo tener suerte entonces -respondí con total tranquilidad.

La mirada asesina en su rostro, me dio un poco de satisfacción, mis palabras no fueron de su agrado.

-Lo que sea, no importa, sígueme, te mostraré tu escritorio, espero puedas adaptarte con rapidez.

Continúe avanzando detrás de ella, acababa de llegar y ya tenía a alguien que me odiaba sin ningún motivo.

Se giró y me mostró una sonrisa dulce y encantadora.

-Este será tu escritorio -señaló el mueble de color negro.

Se veía que era costoso, en realidad todo en este lugar lo era.

-Gracias, ¿algo más que deba saber? -Pregunto con nerviosismo.

-Vas a estar sentada aquí -respondió ella -mantente pendiente del teléfono, haz tus deberes y estarás bien, la mayoría no pasa de los tres días.

Trague grueso, la mayoría no pasaba de los tres días, eso era muy malo.

-Sí, señorita.

-Bienvenida entonces, vamos a ver cuánto tiempo duras -murmuro haciendo énfasis en sus palabras.

Me mordí la lengua para evitar decirle hasta de lo que se iba a morir, estúpida.

-No se preocupe, quizás no tenga belleza, eso es lo de menos, pero sí mucha inteligencia, cariño.

Pude notar el disgusto en sus ojos, pero no dijo nada, se dio la media vuelta y se marchó contoneando las caderas.

20 minutos después, llego Satanás, caminando de manera elegante, ese hombre no era humano.

Su rostro carecía de emociones, ojos fríos como el mismo ártico, guapo como un Dios griego.

Me quedé anonadada, mirándolo, alto, cuerpo musculoso, qué daban ganas de tocar.

Mi corazón latía con fuerza, ese traje le quedaba de infarto, completamente negro como su propia alma.

Se veía peligrosamente atractivo, como si algo te llamara desde las mismas profundidades del infierno.

Todos lo miraban, saludaban y se retiraban como un rayo, pero él ni siquiera se preocupaba en responder.

Todos escapaban como si hubieran visto a un demonio.

Me quedé pegada al escritorio, tenía un debate mental, ¿qué podía salir mal?

Mire mi atuendo nuevamente y eso me hizo dudar, era inteligente, pero no encajaba en este lugar.

Me levanté de mi asiento después de unos minutos, respire profundamente, me acerque a la puerta, llame una vez.

Me quedo esperando una respuesta que no llego, decidí llamar de nuevo, pero esta vez alce mi voz solo un poco.

-¿Qué? -respondió en tono agrio.

Di un paso atrás por instinto, no podía ser tan cobarde, solo era un hombre, me dije a mí misma.

Me acerqué y giré la perilla, abrí la puerta, entré en su fría oficina y cerré la puerta detrás de mí.

-Buenos días, señor Grayson.

Lo saludé tratando de sonar lo más calmada posible.

El señor Grayson levantó lentamente la cabeza lentamente para mirarme.

Parecía más aterrador de lo que podría haber imaginado, sentía como mis piernas perdían sus fuerzas.

Trate de mantenerme en pie, sus ojos verdes se fijaron en mí, me empezó a recorrer con la mirada lentamente, sentí que el mundo se detuvo por un instante.

Parecía estar molesto y no se preocupó por disimularlo.

Mi corazón latía erráticamente y mi respiración era un caos total.

-¿Puedo ayudarla, señora? -me habló de forma despectiva.

¡Señora! Como se había atrevido a decirme eso, yo seguía siendo joven, quizás era culpa de la vestimenta.

Iba a responder, pero ni siquiera me lo permitió, me interrumpió de manera grosera.

-¿Quién te dejó entrar? No estoy interesado en donar nada a la caridad, fuera de aquí.

Tomo el teléfono, realizo una llamada y empezó a gritar como loco, eso me dejó helada.

-Señor Grayson cálmese por favor, usted me contrató para ser su asistente. Natalie Smith, vine para presentarme, disculpe si lo he molestado.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022