Capítulo 5 ¡PESADILLA!

Desperté al día siguiente, sentí una ola de ansiedad sobre mí.

Me puse mi mejor atuendo, algo casual de negocios, me di una charla motivacional frente espejo.

Debía de mantener mi confianza y no mostrar debilidad en ningún momento.

Mientras recorría la ciudad en un taxi, sentí una sensación de esperanza, este empleo me daría la oportunidad de cambiar mi vida por completo.

La oportunidad que estaba esperando, para ayudar a mi madre.

Pero cuando entré al edificio, el lugar estaba desierto.

Mire el reloj en mi muñeca, de seguro algo no estaba bien.

Avance hacia los ascensores, hacía algo de frío, una brisa helada revolvió mi cabello.

Las puertas del ascensor se abrieron, ingrese rápidamente y marque el piso indicado.

Minutos después estaba en mi escritorio, el teléfono timbro, me asusté un poco, era el jefe, me solicitaba en su oficina.

No podía hacerlo esperar.

Me levanté de prisa, tomé el pomo de la puerta y abrí.

Me encontré con unos ojos verdes qué me miraban de arriba a abajo.

Quede en shock por unos segundos, pero trate de disimularlo.

-Buenos días, señor.

-Vamos, señorita Smith, cierre la puerta, yo no muerdo, bueno, solo si me lo piden.

Sonrió con algo de picardía, mi corazón se volvió loco en instantes.

Trate de mantener la distancia entre nosotros, evite mirarlo a los ojos, era realmente intimidante.

Pero él se acercó sin darme tiempo de escapar, tomo mi barbilla entre sus manos.

Mis piernas estaban débiles, podía caer de rodillas en cualquier momento.

-Señor, discúlpeme, pero esto no parece correcto - murmuré.

Él se acercó un poco más y sus dedos se deslizaron por mi cuello hasta llegar a mi escote.

¿Era esto algún tipo de prueba?

Mi corazón latía con violencia.

-Señorita Smith. ¿De verdad cree que la contraté para ser una simple asistente?

Su aliento caliente roso mi piel, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo.

Me tomo por la cintura y me pego a su cuerpo, sus manos viajaron bajo mi falda, una oleada de calor invadió mi ser.

-Serás mía en este momento, te haré gritar mi nombre.

Mi cuerpo se estremeció por completo ante sus palabras, yo deseaba que él me tomara en ese momento.

Sus labios rozaron los míos, era demasiado bueno para ser verdad.

Desperté empapada en sudor, mi corazón latía con fuerza, mis manos temblaban.

Solo fue un sueño, me repetí mentalmente, solo fue un maldito sueño.

No podía creer que hubiera tenido un sueño tan aterrador y excitante a la vez.

Mi miedo a Alexandre Grayson me estaba jugando una mala pasada.

No podía negar que me sentía atraída por mi jefe, él era un hombre realmente guapo, pero no estaba besando sus pies como las demás empleadas.

El estrés de este trabajo y la presión de cuidar a mi madre me estaban llevando al límite de la locura.

Todavía estaba tratando de volver a la tierra, me toqué la frente, pero no tenía fiebre.

Pellizque mi piel, sentí el dolor, estaba despierta, solo fue una pesadilla.

Mi mejor amiga sigue dudando de mis palabras, ella todavía no creía que trabajara para el amo y dueño del mundo.

Incluso la muy descarada me pidió una fotografía.

Obviamente, me negué, no podía hacer algo como eso o terminaría sin trabajo.

Ella me regaló algo de ropa, para evitar que fuera en fachas de abuelita, según sus palabras.

"Si trabajas con alguien como Grayson, debes de estar a la altura, miles de chicas matarían por tu empleo..."

Esas fueron sus palabras, así que agradecí la ayuda.

La ropa que me regalo parece demasiado elegante, pero ni modo.

Catalina actúa como si Alexandre fuera un Dios o algún tipo de deidad.

Era consciente de que ella era capaz de besarle los pies a ese hombre.

Grayson no era el tipo de persona que le daba dulces a los niños y decía cosas bonitas. Él era el Diablo.

Él era el tipo de persona que tomaba los dulces de los niños y se los comía delante de ellos.

Era el tipo de persona que te empujaba delante de un coche en movimiento si tuviera la oportunidad y no lo dudaría.

Era el tipo de persona que podía romperte el corazón y volverte miserable con unas pocas palabras.

Pero tenía que admitir que era guapo, demasiado atractivo.

Soñar con él hizo que mi corazón se acelerara, incluso deseaba que ese sueño fuera verdad.

Sé que es mi jefe, pero con solo verlo, se te apetecía algo más que solo ver desde largo.

¿Por qué los hombres guapos eran siempre tan fríos y desalmados?

Alexandre Grayson era el peor de todos, incluso podía llevarse un premio.

Tuvo el descaro de decir que no era bonita, que me contrato por mi inteligencia.

Bueno, no iba a permitir que sus palabras me afectarán más de lo necesario.

Necesitaba este trabajo, el cheque de pago sería mi recompensa.

Era una mujer fuerte, obviamente estaría bien.

Me levanto, abandono todos los pensamientos negativos.

No me molesté en despertar a mi mejor amiga, ella necesitaba descansar y yo ir a trabajar.

Me coloqué un vestido en azul oscuro, me até el cabello en una coleta, parecía que iba a un desfile de moda y no a la oficina.

Me miré al espejo y una sonrisa se dibujó en mis labios.

Me veía mucho mejor de lo que pensaba, mi amiga tenía buen gusto.