TENTACIÓN PELIGROSA: UN CONTRATO CON EL CEO
img img TENTACIÓN PELIGROSA: UN CONTRATO CON EL CEO img Capítulo 4 EL DIABLO
4
Capítulo 10 COMPENSACIÓN img
Capítulo 11 HOSPITAL img
Capítulo 12 MALAS NOTICIAS img
Capítulo 13 TRATO img
Capítulo 14 NERVIOSA img
Capítulo 15 CELOS img
Capítulo 16 EXNOVIA img
Capítulo 17 SERPIENTE VENENOSA img
Capítulo 18 SORPRESA DESAGRADABLE img
Capítulo 19 TRISTE img
Capítulo 20 KARMA img
Capítulo 21 ENEMIGA img
Capítulo 22 ¿QUIÉN ERES img
Capítulo 23 DISCUSIÓN img
Capítulo 24 CONTRATO img
Capítulo 25 OBSESIÓN img
Capítulo 26 DEPARTAMENTO img
Capítulo 27 BUENA ACCIÓN img
Capítulo 28 VACACIONES img
Capítulo 29 ENVIDIA img
Capítulo 30 CONFESIÓN img
Capítulo 31 NO ES TAN SECRETO img
Capítulo 32 PEQUEÑO INCIDENTE img
Capítulo 33 BUSCANDO AL CULPABLE img
Capítulo 34 BROMA img
Capítulo 35 ADVERTENCIA img
Capítulo 36 HUMILLACIÓN img
Capítulo 37 CONFUNDIDO img
Capítulo 38 DESPERTO img
Capítulo 39 AMENAZA img
Capítulo 40 PROBLEMAS img
Capítulo 41 CITA img
Capítulo 42 SORPRESA img
Capítulo 43 ERES IMPORTANTE PARA ÉL img
Capítulo 44 PLAN img
Capítulo 45 PERIODISTAS img
Capítulo 46 ENEMIGO EN LA OSCURIDAD img
Capítulo 47 OVEJA NEGRA img
Capítulo 48 BUENA ACCIÓN img
Capítulo 49 ENAMORADA img
Capítulo 50 DISCUSIÓN img
Capítulo 51 FIESTA DE COMPROMISO img
Capítulo 52 UN ERROR img
Capítulo 53 DISCULPAS img
Capítulo 54 PRETENDÍAS ESCAPAR img
Capítulo 55 ¡HERMANO GEMELO! img
Capítulo 56 BUENA ACTRIZ img
Capítulo 57 REUNIÓN img
Capítulo 58 PREOCUPADA img
Capítulo 59 INFIDELIDAD img
Capítulo 60 PROBLEMAS img
Capítulo 61 BÚSQUEDA img
Capítulo 62 MAÑANA OSCURA img
Capítulo 63 MAÑANA OSCURA PARTE II img
Capítulo 64 UN FAVOR img
img
  /  1
img

Capítulo 4 EL DIABLO

Mi corazón estaba latiendo como caballo desbocado, mi cuerpo parecía estar pegado a la tierra con pegamento.

Ese hombre se veía peligroso, todos los vellos de mi cuerpo se erizaron, definitivamente estaba en el lugar equivocado.

Alexandre levantó sus cejas, colgó el teléfono, parecía que había recordado mi nombre.

-Te ves diferente, no esta mal señorita Smith, pero no es suficiente, todavía parece a mi abuela con todo eso que lleva -señaló mi ropa.

-Sí, señor -respondí -trataré de estar a la altura, gracias por la confianza.

Después de unos minutos finalmente apartó sus ojos de mí, di un suspiro de alivio.

-No veo cómo pueda ser eso posible, señorita Smith -hablo de manera despectiva.

Lo vi escribir algo en un trozo de papel, realmente este hombre me había intimidado, incluso estaba nerviosa, algo que nunca nadie había logrado.

-Tómalo, mi correo y contraseña.

Me acerqué rápidamente y tomé el papel de sus manos, en el proceso nuestros dedos se rozaron, note su disgusto, tomo un pañuelo y se limpió las manos, luego lo lanzó a la basura.

Me sentía apenada y realmente humillada, lo único que quería hacer era escapar de ese lugar.

Al menos tenía algo claro, odiaba el contacto físico.

-Conteste todos mis correos electrónicos, ignore los que son irrelevantes, no programe una reunión sin antes consultarme -escupió en tono seco.

Se quedó en silencio por unos segundos, pensaba marcharme, pero él volvió a hablar.

-Bajo ninguna circunstancia, señorita Smith, haga ninguno de mis correos electrónicos públicos, todo lo que lea es estrictamente confidencial.

Trague grueso, las cosas no pintaban bien.

-Mantén mis correos electrónicos privados, si descubro que no has acatado las reglas, le aseguro que se arrepentirá.

Estaba al borde de un infarto, odiaba el hecho de que él pudiera ponerme nerviosa, incluso algo ansiosa, quizás lo hacía intencionalmente.

-No se preocupe, señor Grayson, todo está más que claro.

-Perfecto, todas las mañanas, exactamente a las nueve de la mañana, me conseguirás mi café, todos los archivos que necesito firmar deben estar en mi escritorio antes de llegar aquí.

Empecé a anotar mentalmente sus exigencias.

-No tiene permitido entrar a mi oficina de no ser necesario, para eso existe la tecnología, iras por mi almuerzo al restaurante La Rouse, ordene siempre la especialidad de la casa, y otro detalle, odio la comida fría. Si no estoy satisfecho con su servicio se verá afectado en su salario, téngalo presente.

Iba a tener más de un problema, debía de tener su café y el almuerzo a la hora exacta, si fallaba estaría en la calle.

Parecía el dueño del mundo dando órdenes a placer.

Había tenido una mala noche, eso afectaba mi concentración.

Dios, si este hombre fuera dueño del mundo, todos estaríamos condenados.

Trataba de grabarme cada una de sus palabras, definitivamente este hombre era satanás en persona.

-¿Me estás escuchando? -Parecía indignado al notar que estaba algo distraída.

La ira emanaba de su cara, su mirada viajaba sobre mí críticamente.

Algo oscuro parpadeó a través de su expresión, me quede de piedra.

-Sí, señor -miré hacia el suelo.

La expresión feroz en su rostro me llenó de terror. Continuó con su tono frío e implacable.

-Me tomé la responsabilidad de comprarle esto -coloco en el escritorio un libro -sígalo si quiere estar aquí una semana al menos.

Me sentía indignada, pero no podía replicar a mi favor.

-No se preocupe, gracias, lo leeré, no voy a decepcionarlo.

-No me importa si me decepciona, demuéstreme que no me equivoque al contratarla, siempre contrato a la chica linda y escultural, pero esta vez decidí hacer lo contrario. No creas que has llegado oficialmente a Industrias Grayson, estás a prueba.

La rabia recorría mi interior, entonces a sus ojos yo era fea.

De todos modos estaba aquí por el trabajo, no por mi apariencia, menos para llamar su atención.

-Cualquier error te sacará de aquí más rápido de lo que puedas parpadear. Como dije, no eres la única que le encantaría tener este trabajo.

Me dice algo que yo ya estaba intuyendo.

-Y no te metas en la cabeza que eres especial, solo estaba buscando inteligencia antes que apariencia.

Eres un hijo de puta, pensé para mis adentros.

-Eso es todo, vuelve a trabajar.

Me di la vuelta y en silencio salí de la oficina.

Sabía que Alexandre Grayson era un montón de cosas, pero sobre paso mis expectativas, era extremadamente grosero e insoportable.

Me acerqué a mi escritorio, solté un suspiro triste, necesitaba el trabajo.

Me senté, estaba pendiente del reloj en todo momento, tome el libro en mis manos, "código de vestimenta".

Deje el libro de lado, no necesito que me digan como vestirme.

Cuando el reloj dio la hora, me apresure, debía de conseguir el café del señor mandón.

Me detuve por y segundo tratando de recordar si lo tomaba con azúcar.

Asumí un gran riesgo y le puse una cucharadita de azúcar. Esto podría salvarme o hacer que me echen de la compañía en cuestión de minutos.

Llame a la puerta y espere, cuando me dio permiso para entrar en su oficina, lo hice.

Me detuve delante de él, coloque la taza de café, y espere a que terminara de hablar por teléfono.

Lo observé, beber un sorbo, sentí un gran alivio al ver que no me corría de la empresa.

-Puedes irte -señaló la puerta.

Todavía no me había mirado y eso era bueno.

-De nada.

Me giré para marcharme, pero su voz me impidió moverme, era como un estruendo.

-¿Qué acabas de decir? -replicó furioso - ¿Está siendo sarcástica conmigo, Natalie?

Había cometido un error sin saberlo, estaba aterrada, tenía sus ojos clavados sobre mí, negué con la cabeza rápidamente.

Lo había hecho por instinto, además no esperaba un "gracias" de alguien como él.

-Lo siento, señor, no quise ofenderlo.

Hay estaba yo disculpándome como tonta, necesito el trabajo.

Entrecerró los ojos, tratando de romperme como el cristal, demostrar que era débil y no capaz de manejar la presión. Al menos, eso era lo que pensaba que estaba haciendo.

-No me vuelva a poner a prueba, mi paciencia tiene límite, además te pago para que hagas esto, no necesito agradecértelo. ¿Comprendido, señorita Smith?

Trata de mantener la calma, el salario era bueno y yo debía de soportarlo.

-Puedes irte -murmuro volviendo la atención a la computadora.

Salí de su oficina, respire una y otra vez para calmarme.

Él era realmente insoportable, con razón nadie duraba en este puesto.

Quería renunciar. Pero tenía la ligera sensación de que él solo lo hacía para molestarme.

Si podía soportarlo, me convertiría en su asistente y me pagarían un buen salario.

Yo había aceptado trabajar para el diablo, solo debía de tener paciencia, solo tenía que sobrevivir.

Rezar mucho para controlar mi lengua y no terminar en problemas.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022