Capítulo 7 Acuerdo de Divorcio

"¡Kallie!", exclamó Jake con preocupación mientras se apresuraba a recogerla. "¡Llama al médico ahora mismo!", le ordenó al mayordomo.

A pesar de tener un impermeable, el incesante aguacero había empapado completamente a Kallie.

Sin dudarlo, Jake le quitó las prendas empapadas de su cuerpo tembloroso y agarró una toalla que le daba la criada para envolverla.

Fue en ese momento cuando realmente notó su fragilidad. Su cintura era alarmantemente delgada, como si pudiera rodearla solo con las manos.

De repente, la voz de su amigo irrumpió su preocupación, burlona pero también inquieta: "¿Qué es esto, Jake? ¿Estás en quiebra? ¿Tienes que hacer que tu esposa trabaje para llegar a fin de mes? ¡La estás agotando!".

Como médico, Steven Hudson llegó poco después de que lo llamaran. Si bien tenía una larga amistad con Jake, nunca suavizaba sus comentarios directos.

"¡Deja de decir tonterías y ocúpate de ella!", ladró Jake. Había una expresión severa en su rostro mientras se posicionaba a un lado de Kallie.

"Si hubiera estado en la lluvia más tiempo, la hipotermia la habría matado y no habría tenido ninguna posibilidad. ¿A qué juegas, Jake? ¿Quieres que ocurra un accidente trágico para cobrar su seguro?", preguntó Steven, sin contener su mordaz sarcasmo mientras examinaba a la mujer. "¡No te cubriré por menos de diez mil millones!".

"¡Cierra la puta boca!", bramó Jake. Su furia superó su preocupación mientras Steven, reconociendo que había llegado a su límite, detuvo sus comentarios con un áspero resoplido.

La terrible experiencia de Kallie bajo la tormenta le había pasado factura. Su temperatura corporal había caído en picado y, a continuación, había sufrido una repentina fiebre severa.

Steven le administró un medicamento para bajar su temperatura y le aseguró a Jake que no había motivo de preocuparse.

Junto a Kallie, él observó su rostro sonrojado y frunció el ceño con preocupación. Tras una pausa, se alejó con una firme orden al mayordomo. "Asegúrate de que la cuiden bien. ¡Te haré responsable si algo sale mal!".

Kallie no se despertó hasta la mañana siguiente. Al bajar las escaleras, pensó que Jake ya no estaba. Pero, para su sorpresa, ahí seguía, descansando en el salón.

"¿Te sientes mejor?", preguntó él cuando la vio bajar.

Kallie se detuvo y entrelazó las manos ansiosamente. ¿Anoche Jake se había negado a abrir la puerta porque quería divorciarse de ella?

"No te molestes en volver a trabajar, yo mismo puedo cuidar de nosotros", comentó él impacientemente, inspeccionando la habitación antes de mirarla.

Kallie se sintió ansiosa y se apresuró a enfrentarse a él, gesticulando con frenetismo sobre lo mucho que adoraba su trabajo.

"¿De verdad tienes que trabajar en esa librería?", insistió Jake, atravesándola con su mirada penetrante. "Te pondré una librería, pero aléjate de esa mujer. No me gusta". No le gustaron los comentarios que Linsey había hecho el día anterior.

Sintiéndose culpable, Kallie quería explicar con gestos, pero Jake ya se había dado vuelta para irse. Con desesperación, extendió la mano y agarró su manga.

"¿Algo más?".

Kallie le hizo un gesto para que esperara, subió corriendo las escaleras y regresó con un documento en la mano, que después le entregó.

"¿Un acuerdo de divorcio?". Jake soltó una carcajada al ver el título, sin molestarse en leerlo y lo tiró a un lado. "¿Quieres divorciarte de mí por este pequeño asunto? ¿Por qué estás tan molesta?".

Kallie recogió el documento del suelo y se lo entregó de nuevo con una expresión decidida.

"¿De verdad quieres el divorcio?", preguntó él con una expresión severa. "En ese caso, tienes que irte sin nada. Devuélveme todo el dinero que te di y luego dejaré que te vayas".

Jake pensó que esta amenaza la haría retroceder. Sin embargo, para su sorpresa, Kallie inmediatamente sacó una tarjeta y la puso con el acuerdo sobre la mesa, explicando que no había gastado ni un centavo de su dinero.

La actitud de Jake se volvió más amenazadora y la miró con más rabia.

Kallie dio un paso atrás, con los ojos llenos de lágrimas.

"Bueno...". Después de un breve silencio, él apretó los dientes y agregó: "Pedirme el divorcio viola el acuerdo de nuestras familias. ¡Además, me debes veinte millones como compensación! ¡Sin eso, ni se te ocurra alejarte de mí!".