-¡Le propuse matrimonio a Julie y dijo que sí! Nos vamos a casar -puedo oír la sonrisa en su voz mientras me pongo máscara de pestañas.
-Felicidades, Ethan. Me alegro mucho por ti. Me encanta Julie, no podías haber elegido a una mujer mejor para pasar el resto de tu vida -es la verdad también. Julie es perfecta para él, lo mantiene con los pies en la tierra y le sigue la corriente. Estaba esperando a que él se lo pidiera.
-Gracias, hermanita. Estoy tan contento de que haya dicho que sí. Pensé que lo haría, pero estaba muy nervioso. También quería preguntarte por Breyner -su tono cambió de eufórico a hermano y tío protector.
-Estoy segura de que mamá te lo dijo. Me encontré con él, al día siguiente quedamos y le conté lo de Cora. Se quedó de piedra, pero se lo tomó sorprendentemente bien y anoche la conoció oficialmente -sólo estoy omitiendo la parte en la que básicamente dijo que había estado pensando en mí durante cuatro años.
¿No ve que ahora tiene que pensar en Cora? Ella sería mucho más feliz con dos padres que son amigos que con dos padres que se odian porque la relación no iría bien.
No entiende lo que ha sido ser madre soltera durante tres años, tengo que poner a Cora por encima de todo y no me he arrepentido ni una sola vez de nada de eso. Mi pequeña es el centro de mi mundo, como debe ser. Si Breyner quiere estar en su vida, va a tener que aprender a darle prioridad.
-Si alguna vez te da algún problema, estoy a una llamada de distancia. Ya lo sabes. Tengo que protegerte a ti y a mi princesita, ella nunca ha tenido un padre y diablos si él puede aparecer ahora y jugar el papel de "papi" -puedo decir que ha estado pensando en Breyner.
-Lo sé. Pero lo está intentando de verdad, la cena fue muy bien e incluso asumió la culpa de no estar aquí -anoche me sorprendió que le dijera a Cora que era culpa suya, pero también se lo agradecí. Ella nunca ha preguntado por su padre, pero me preocupaba que me culpara por no tenerlo.
-Está bien. Quiero conocerlo. Tengo que investigar a este tipo -pongo los ojos en blanco y enciendo la cafetera.
-Sí, sí, sí, da igual. No le asustes. Se merece conocer a su padre. Hablando de eso, tengo que ir a preparar a Cora. Me alegro mucho por ti y por Julie. Te quiero, Ethan -camino hacia la habitación de Cora, cuando llego allí ella sigue durmiendo plácidamente. Tiene un trocito de pelo en la frente y cada vez que respira se mueve y luego se vuelve a acomodar.
-Adiós, Emiliana. Te quiero. Saluda a Cora de mi parte -le cuelgo y me dirijo a su cama de princesa. En realidad, no es más que un somier blanco con una pieza circular que le envuelve la cabeza.
Cuando la compramos, dijo que se sentía como una princesa en una torre y no pude resistirme a su carita.
-Despierta, Cora. Tenemos que prepararnos -le echo el pelo hacia atrás y le acaricio la frente mientras despierta de su precioso sueño.
-Acabo de hablar por teléfono con el tío Ethan, me ha dicho hola. ¿Adivina qué? -me sonríe aturdida cuando menciono a su tío.
-¿Qué, mami? -su voz es ligera y llena de sueño. Cada vez que la miro, siento una oleada de orgullo. He creado a esta niña, la he cuidado todos los días desde que nació. Le he besado las heridas para que se pusieran mejor y le he leído libros a la hora de dormir. Espero que Breyner llegue a experimentar esto, pero también tengo que proteger a mi niña.
-¡El tío Ethan se va a casar con Julie! Va a ser tu tía y creo que tú serás la niña de las flores -eso hace que su preciosa cara se ilumine de alegría.
-¡Sí! -no hay nada mejor que ver a un hijo feliz. Irradia emoción y yo le devuelvo la sonrisa.
-¿Lista para levantarte?
-Sí, mami, te quiero -todavía estamos trabajando en la palabra "amor", pero esas palabritas me llenan el corazón.
*
BREYNER
Hace una semana que conocí a Cora, y cada día que la veo me siento más y más agradecido de ser su papá. Esa niña siempre está tan contenta, pase lo que pase, es refrescante ya que trato con gente que pierde a sus seres queridos todo el tiempo.
El viernes quedé con ellas en el parque después del trabajo y nos pusimos a jugar. Cora se contentó con jugar en el tobogán y en las barras del mono -con un poco de ayuda- toda la noche. Después fuimos a tomar un helado y pude escuchar cómo me contaba su día con la abuela Jo.
El domingo las llevé a cenar. Emiliana me dijo que a Cora no le gustaban los sitios elegantes, así que fuimos a por perritos calientes. Sonrió mucho cuando se lo di y esa sonrisa era como un rayo de sol en el más oscuro de los agujeros.
Nunca me di cuenta de lo que me estaba perdiendo, pensaba que mi estilo de vida era perfecto. Me conformaba con levantarme e ir a trabajar, y luego, tal vez, ir al bar a buscar otro ligue al azar cuando la soledad de mi apartamento se hacía demasiado pesada.
Tuve que ponerme al día con el papeleo después del trabajo el lunes y el martes, pero esta noche vamos a ver una película. Creo que "El Rey León". Acabo de preguntarle a Emiliana qué películas cree que le gustarían a Cora. No estoy muy al tanto de las películas más recientes para niños pequeños, pero al parecer el cine que hay cerca de su casa también proyecta películas más antiguas.
Cuando aparco el coche junto al cine, veo que el todoterreno plateado de Emiliana se detiene a mi lado. Me alegro de que tenga un vehículo seguro para ella y Cora. Veo tantos accidentes de coche que cambian la vida de la gente para siempre y muchos de ellos se pueden evitar teniendo un coche seguro.
Salgo y me dirijo a la puerta junto a la sillita de Cora.
-Hola, Cora. ¿Estás lista para ver la película? - La desabrocho y la levanto de la sillita.
-¡Sí! - Me coge de la mano e intenta caminar hacia el cine.
-Vamos a esperar a tu madre, un segundo. - Me pone mala cara y casi me rindo, pero me mantengo firme.
-Gracias, vamos. - Emiliana dice mientras sale. Coge la otra mano de Cora y entramos despacio.
-Quiero dos entradas de adulto y una de niño para "El Rey León". - Le doy a la mujer mayor un billete de 20 dólares y ella me da las entradas y el cambio. -Gracias.
Levanto la ceja hacia el mostrador de aperitivos y Emiliana asiente.
-Cora, ¿cuál es tu dulce favorito? - La levanto sobre mi cadera y salto a la fila detrás de un grupo de niños.
-Gominolas. - Me vuelve a dar esa sonrisa y podría comprar todos los gusanos de goma que tienen.
-¿Y tú, Em? - Sus ojos se encienden al oír el apodo, probablemente porque la llamé así la noche que hicimos a Cora.
-Sour Patch Kids, déjame adivinar que eres fan del chocolate.
-Tendrías razón, una vez más. Los KitKat son mis favoritos. - Me acerco al mostrador y pido para nosotros.
-¿Alguien necesita ir al baño antes de la película?
-No, fuimos antes de venir.
Los conduzco al centro de la 4ª fila y nos sentamos con Cora en el centro. Prácticamente está saltando de emoción y es adorable. Mientras empieza la película, me encuentro pensando que podría vivir una vida feliz como esta. No se me ocurre ningún lugar en el que preferiría estar que en este cine.