Capítulo 5 Capitulo 5

La luz de la luna se reflejó en la ventana envolviendo en luz sagrada el cuerpo de Alia es como una hada de la luna que bajo al mundo de los mortales.

Alia sostuvo su cuello tratando de aliviar el dolor por haber sido estrangulada casi a la muerte por ese emperador siniestro-¿matar al hermano príncipe? ¡Su alteza emperador sueñas! Encontraré la manera de escapar no dejaré que nadie me detenga no importa cuánto poder tengas ¡soy una sacerdotisa, la sacerdotisa más poderosa!-lo dijo Alia con una expresión orgullosa dominante-Aunque no puedo usar del todo mi poder divino-expresó con ironía levantándose de la cama para luego tirarse en la cama cerrando los ojos.

Los pájaros cantaron en unisón, una luz brillante hizo que Alia sintiera que está lastimando sus ojos que no pudo evitar estirar la mano tratando de evitar que la luz deje de estar sobre su rostro.

-¡ya amaneció!-susurró levantándose de manera abrupta de la cama-¡ese hombre no ha vuelto! Eso es bueno puedo ir a recorrer el palacio tratando de encontrar la forma de huir para siempre-pensó con una sonrisa.

Al levantarse de la cama se acercó para abrir la puerta, pero se detuvo al instante mirando su atuendo.

-¡espera este no es el correcto! Debo usar algo más que un vestido de novia-habló para sí sola tocando su vestido.

Cuando estaba por quitarse el vestido se detuvo dándose cuenta de algo importante.

-¡no tengo más vestidos!-se sorprendió tocando su cabeza recordando que solo se fue sin nada-¡no debo encontrar al emperador Erick! Al menos debería ayudarme a conseguir algún atuendo-lo pensó.

De manera decisiva avanzo abriendo la puerta al instante.

Dos guardias bloquearon la puerta con sus espadas sin mirar Alia.

Alia hablo mirando a los guardias-¡necesito salir!

Los guardias continuaron en el mismo lugar sin darle la oportunidad de salir en lo absoluto aunque deseaba avanzar la espadas afiladas se lo impedían.

-¡ya que no me desean dejar ir, no culpen por ser despiadada!.

Las manos de Alia se movieron en la misma dirección al mismo tiempo una energía blanca plateada con reflejos del arcoíris aparecieron rodeando su cuerpo con un movimiento rápido apunto a los guardias.

Una poderosa presión de energía los lanzo al instante golpeando sus cuerpos contra la pared todo el ruido fue escuchado por los sirvientes que no pudieron evitar mirar en esa dirección.

La figura de Alia dejo a todos los sirvientes asombrados que no se atrevieron a moverse por temor a que los lastime.

-¡mi amada esposa es realmente siniestra!-una voz dominante resonó por el pasillo.

-¡es el!-pensó Alia mirando en la dirección en la que venía la voz dominante.

En el largo pasillo un hombre de traje negro lleva una armadura manchada de sangre, la espada larga en su mano gorgotea de sangre sin parar es como un dios Shura que ha venido a dominar el mundo con solo su aura no podrás evitar sentir que estás siendo juzgado por alguien tan omnipotente.

-¡Sangre! ¡Realmente eres un hombre tan siniestro como dicen los rumores! "con lo que me hiciste no me sorprendería que ahora desees matarme"-habló Alia sintiendo un rastro de pánico en su corazón aun así trato de mantenerse firme.

En el rostro del emperador se podía ver la sonrisa malvada en sus labios finos.

-¿qué estás tratando?-lo dijo Alia mirando como alzaba su espada.

El mayordomo dio un paso al frente estirando sus brazos, en sus palmas la espada larga afilada fue dejada.

-¡has salido sin mi permiso! ¿Cómo debería de castigar Ali?-susurró en su oído.

De manera abrupta Alia se dio la vuelta cubriendo su oído donde el cálido aliento termino sobre su oreja al encontrarse con esos ojos azules hipnóticos no pudo evitar tragar saliva con un rastro de nervios.

-¡tú! ¿qué vas a hacer?-murmuró dando pasos atrás al sentir el peligro inminente.

                         

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