Capítulo 5 Límites

Capítulo 4

Natalia

Me veo al espejo por última vez, tengo puesto un vestido negro ceñido al cuerpo, me gusta la sensación de la tela acariciando mí piel, me llega hasta los muslos, y sobre todo cubre las cicatrices que no deben verse, a demás es cerrado con mangas largas y mis hombros están al desnudo. Me he puesto unas medias color piel, que me dan un contrasté bronceado en mis piernas, unas zapatillas negras en forma de botas con tacón y me he recogido el cabello en una coleta dejando que el largo cubra mi piel, la base de maquillaje es un sombreado de ojos, rimel y delineador. Como estoy algo nerviosa eso le da un colorido a mis mejillas. Y solo he aplicado un poco de brillo a mis labios.

– ¡Hooo! – Exclama Brian al verme entrar a la estancia –Te vez... Letal.

– ¿Letal?

– Si... ¿a quién vas a matar?

– (Me rio) Es el mejor halago que me han hecho.

– Enserio... Con ese atuendo tendría que acompañarte para asegurarme que no mates a nadie.

– ¿Ahora qué te hicieron Natalia? – El capitán sale de su despacho hojeando una carpeta distraído.

– Señor pido permiso – Bromea Bryan alzando la palma de su mano, el capitán levanta la vista y se pone serio.

– How... Esta muy hermosa hija, Y no Bryan te necesito. Natalia sabe cuidarse sola. No te desveles mucho mañana tienes una entrevista. ¿Quieres que te acompañe Santos?

Niego con la cabeza, juntos entramos al ascensor y yo coqueteo un poquito jugando con la coleta de mi cabello entre mis dedos.

– Será que el presidente de la compañía me deje llegar a las 10.

– No creo que sea ético o muy poco profesional de su parte señorita hacerme cambiar de idea – Me sonríe con ternura y le devuelvo la sonrisa.

Me hace conversación hasta el vestíbulo para que la ansiedad no pueda conmigo. A veces por limpieza o mantenimiento he tenido que usar el ascensor. Y busco la compañía de Nick, no es que saliera mucho por mi encierro, pero ir al gimnasio para mí era suficiente, esconderme de la sociedad y ahora esta vez agradezco que no sea sola porque no me apetecía andar en las escaleras con tacón. Llegamos a la recepción con el portero y el escolta de la entrada.

– Estas hermosa – Freddy se acerca cogido de la mano por una latina, está vestido de levi's y chaqueta piel, su novia lleva un vestido sin tirantes color rojo muy, muy corto.

– Que te diviertas Nat.

– Adiós cap.

– ¿Lo conoces? – Señala Kim.

– Si ¿Por qué? – Me extraña su pregunta y al ver mi expresión cambia de tema.

– Bueno, espero que estés lista. Kimberly, ella es Natalia.

– Mucho gusto – Estrecha mi mano nerviosa.

– Luis va a alucinar cuando te vea.

– Yo me voy a preocupar de tanto que la miras – Lo regaña en broma Kim. Su mano rodeó su cintura y ella se pega a él por acto reflejo.

¿Será así el amor? Moverse en sincronía con alguien más. La manera en cómo la mira, como se embelesa con sus gestos.

– Iremos a un club en el centro, así que espero que estés lista para bailar toda la noche Lara – Kim engancha su brazo al mío y Freddy me mira, regresa la mirada a ella claramente preocupado.

– tranquilo, es solo mi brazo – Se relaja y sonríe.

Salimos, hay aun mercedes platino estacionado, donde nos espera un joven de unos 25 años alto, rubio, con pantalón y camisa de vestir. Se abren sus ojos al verme. Saca sus manos de su bolsillo y se endereza todo lo alto que puede, es un poquitín más alto que yo y su complexión es la de un jugador de fútbol.

– Luis fuentes, ella es Natalia castelld, te hemos hablado de ella, la conoces como Lara.

– encantado – Me contengo cuando me toma por los hombros y me besa ambas mejillas, se que Freddy está nervioso y escucho como suspira en una sonrisa al ver que no mate a su amigo. Espero que no haya detectado la tención y espero que me malinterprete como nerviosismo. Cuando se aleja me abre la puerta del mercedes que se desliza hacia arriba.

El

"bien haya vamos nena. Serás carnada o cazadora"

"Cállate". Le digo a mi subconsciente que no para de ponerme más tensa.

...........

Mientras nos acercábamos a la entrada del club Zero, espero estresada, he intentado seguir mis ejercicios de respiración. He tenido que morder mi labio varias veces ya que Luis estaba a un lado mío rosándome con su pierna, donde descansa su mano, en todo el trayecto estuve pendiente, el ajeno a mí tensión muscular.

Bajó del vehículo alisándome el vestido y arreglándome la caída del cabello que caiga sobre mis hombros.

– Lara – Kim tira de mi brazo arrastrándome con ella y la sigo, sin esperar en la fila se anuncia al portero.

– Dowson – no pasó desapercibido que ha usado el nombre del club y casualmente Intelligent Security Agency in Prevention Dowson.

(I. S. A. P. . . Agencia de seguridad en prevención de riesgos laborales y personales. Dowson) S A. De. C. V

– ¿Por qué?

– Freddy es el administrador financiero de la empresa Dowson. ¿Sorprendida? – Estoy anonadada, me hubiera gustado hablar con Nick pero tenía prohibida las visitas, quizá si lo hubiera invitado no estaría tan tensa, e inmediatamente me siento culpable, pero también no sé si hubiera tolerado una de sus efusivas muestras de cariño. Extraño nuestra antigua amistad, pero aun no estoy preparada para enfrentarme a ello.

Al entrar al club del capitán, claro está que la seguridad es importante por la cantidad de guardias con culatas retráctil o tonfas, con gases pimienta que he identificado mientras Kim me lleva a la barra entre el montón de universitarios borrachos y con las hormonas a flor de piel. La pista de baile está abarrotada por luces parpadeantes, la música podría lastimar mis oídos si no estuvieran acostumbrados a más fuertes.

– ¿Qué tomas? – me grita por encima de la música. Unas manos envuelven su cintura, al levantar la vista es Fred que besa su cuello.

– Una botella de Bourbon. Te encantará créeme – Freddy me sonríe y nos conduce a unos sillones al segundo piso. Kim mueve su cuerpo al ritmo de la música pegada a su novio mientras suben sin poner distancia en las escaleras.

– Esto parece una guerra – Digo para mi misma.

– Naaa. Si puedes derribar a un tío de 120 kl en dos golpes creo que esto no es nada.

! Jesús! , Si este tío no tiene cuidado será el próximo. Seme ha acercado por detrás tocándome con la palma de su mano la cintura.

"inhala y exhala"

" inhala y exhala "

De la manera más sutil que puedo, sin romperle la mano o arrancarle la cabeza, entrelazo nuestros dedos y nos sentamos en la zona VIP.

– Hola Luis – Sonrió un poco y me aparto cruzando mis piernas, noto como evita recorrerme con la mirada, pero fracasa. Se lleva su bebida a la boca y se relame.

"bueno yo si lo mato " se deleita mi subconsciente con imágenes muy sangrientas. Y eso me hace sonreír. Kim y Freddy están muy ocupados haciéndose arrumacos frente a nosotros.

Luis se inclina un poco más hacia mí, descansando su brazo detrás de mi cabeza en el respaldo.

– Y bien Lara ¿a qué te dedicas?

– Por hoy, estoy desempleada.

– Ha sí, y de que te interesa trabajar.

– Mañana tengo una entrevista en I.S.A. P Dowson.

– En hora buena. Es una de las mejores compañías de seguridad en New York... ¿Y, puedo saber de qué va el puesto?

Se inclina un poco más hacia mi mientras le da otro sorbo a la bebida, casi invadiendo mi espacio personal. Se me está haciendo eterno estar aquí. A pesar de que han pasado no menos de media hora, no paró de removerme y obligarme a ignorar la sensación de pánico. Un mesero trae la botella y me sirve un cuarto de vaso. Me apresuro a tomarlo y apurarlo.

– ¡Eso es nena! – Grita Freddy con Kim en su regazo, me rellena el vaso y hago lo mismo. Después de una hora me siento más relajada y apenas llevo 4 vasos de bebida dulce-amarga. Me agrada sentir el líquido resbalando por mi garganta. Luis ha estado muy callado observándome. Kim se ha acercado a mí para platicar, de cómo conoció a Freddy y que quiere ser decoradora de interiores.

– Estás lista Nat – Me tiende su mano como si fuéramos las mejores amigas. Me agrada su personalidad, es segura de sí misma, he aprendido mucho de ella en media hora, no deja de acomodarse los mechones de cabellos detrás de la oreja, siempre está sonriendo, le gusta el hip-hop, ha viajado a España y Francia con mucha frecuencia. Es secretaria en las oficinas Dowson. Y sé que puedo confiar en ella.

Tomo su mano aceptando su amistad, porque para mí es un ofrecimiento, no esperaba hacer amigos, aunque Kim me cae bien. Ella se contonea hasta llegar a la pista, se bailar, aprendí gracias a las claves de baile.

– Relájate. Estás muy tensa. No pienses. Eres ex militar no. Mi hermano mayor está en Irak, 85 batallón de infantería, radio operador.

Respiro un par de veces e controlar mi pánico, Poco a poco voy siguiendo el ritmo.

– Enserio. ¿Cuánto lleva en servicio?

– 10 años. Vamos anímate. Mueve tu sexi trasero – Se golpea su cadera y en lo que parece una eternidad comienzo a dejar que la música guíe mi cuerpo, que la sangre fluya por las venas. Kim pegó su espalda a la mía y se mueve junto a mi. Me pierdo en la música olvidándome de todo lo que me agobia. Solo soy yo, la música, el olor a cigarrillo y de pronto vuelvo allá. En el cautiverio, pero antes de que pueda hundirme Kim me distrae. A pesar de que escucho su voz robótica.

– Hay que ir a tomar algo.

Asiento siguiéndola. Nos sentamos. Me sirvo otro vaso y lo vacío de nuevo.

– No se como sigues en pie – Me susurra Kim atusando su cabello.

– Chicos vamos al tocador, ahora os toca bailar con nosotras. – anuncia Kim.

– No tarden.

Freddy no ha tomado más que dos cervezas, pero Luis está claramente entonado. Me giña un ojo antes de alejarme de la mesa.

– Luis está fascinado contigo – dice Kim arreglándose el maquillaje en el espejo del baño.

– Lo dices como si no tuviera muchas mujeres.

– Luis es mujeriego, pero muy directo. No se anda con tabúes, promesas falsas, si quiere con una chica va por ella. Pero contigo esta raro.

– Y eso debe preocuparme.

– No que va. Él es lindo. Pero no te conviene enamorarte, No es hombre de una sola mujer.

– Descuida, eso está fuera de mis estándares.

Me mira por un momento extrañada, pero decide no decir nada.

– ¿Cómo es que te mantienes intacta y yo esté hecha un desastre?

– Será porque te lo estas montando con tu novio – Me rio y se pone roja.

– Lo siento. Es que nos resulta difícil...

– Vale lo pillo... Volvamos antes de que una lagartona se quiera meter con tu hombre.

Kim se ajusta el escote del vestido y volvemos a la mesa donde nos esperan Luis y Freddy. Me llevó otro trago de bourbon y con valentía renovada lo tomó de la mano y volvimos a la pista de baile. Kim desaparece con Freddy, dejándome en manos de un borracho joven. Al llegar a la pista ciento su mano en mi cintura y por tercera vez mantengo la calma. Empiezo a bailar frente a él manteniendo la distancia. Por un segundo veo que se queda anonadado viéndome bailar, como se le dilatan las pupilas. Intenta seguirme el ritmo. Hasta que se va aproximando a mi. Lo dejo estar, no me toca y agradezco el espacio, porque puedo mover las manos por mi cuerpo y tocarlo ligeramente deslizando mis manos por su pecho, pero no lo dejo que me toque. Me lo estoy pasando bien, respeta mis límites. Poco a poco me siento más segura hasta que llega el momento de una canción lenta y no sé qué hacer. Nunca jamás en mi vida había bailado tan alerta, no es como hacerlo en un estudio. Y se me da de maravilla. Pero no quiero traspasar mis límites o forzarme demasiado así que decido parar.

– Quiero tomar algo – Murmuro junto a su oído, él asiente. Vuelve a tocar mi cintura pero como le he dado la espalda cierro los ojos y aprieto los dientes. Quiero que me quite las manos de encima, pero solo me está tocando con su palma no es que vaya a repasar conmigo. Me deslizo en el asiento mientras me sirve en mi vaso. Se sienta muy pegado a mi poniendo un brazo detrás de mi cabeza.

– Bailas muy bien – su aliento huele a whisky y arrastra las palabras.

– Gracias. te puedes... – no me deja terminar en cuestión de segundos lo tengo casi encima de mí, y aquí está. Lo que había querido evitar en toda la noche. Lo apartó de un empujón.

-–¡Basta!

– ¿No te gustó? – dice Como si nada y me cabrea.

–¿Por qué?... Yo no te he dado permiso – Intenta acercarse de nuevo y mis manos empujan contra su pecho.

– Basta.

– Porque... Creí que nos estábamos divirtiendo... No te hagas la mojigata se que te pongo.

"esta de puta broma verdad " grita indignada mi subconsciente.

– Apártate o lo lamentarás – amenazó contrariada. Porque tenía que arruinarlo. Me lo estaba pasando también. Y va y hace esto.

– Tú me has provocado... Ahora Me cumples – Antes de que me ponga las manos encima le estrelló el vaso en la cabeza haciéndole una herida.

Salgo de la mesa rodeándolo, alejándome de él .

"mátalo... Da vuelta y mátalo" mi subconsciente está irracional así que decido ignorarlo y paso entre los cuerpos llenos de hormonas. Necesito salir de aquí antes de que la arpía de mi subconsciente tome el control de mi razón. Un brazo me hace girar bruscamente y estoy a punto de estampar mi puño en su cara, pero es Freddy.

– ¿Qué ha pasado?

– Me largo. Ve a ver a tu amigo antes de que se desangre – Me suelto de un tirón y salgo del club con la cabeza embotada por el alcohol y el ruido.

– Me prestas tu cel. Para llamar un taxi – Le pido al guardia de la entrada. acepta y me lo pasa, yo aun no he tenido tiempo de encargarme ninguno. Así que por eso no he traído bolso. Espero que el taxi llegue.

– ¿Lara qué ha pasado? – Kim me da alcance antes de que desaparezca sin despedirme.

– Me voy – Le digo sin verla. Él aire frío me golpea la piel y todo empieza a girar. Me tambaleo y sé que ya estoy borracha. Pero no me importa, quiero largarme de aquí.

– Lamento si hizo algo que te molestara.

– Estoy bien... Solo quiero irme.

– toma, este es mi numero... Llámame si quieres que nos tomemos un café – Me da un papel y lo acepto sin verlo.

Media hora después estoy subiendo tambaleante las escaleras al departamento del capitán , con los tacones en mis manos. Consigo llegar al panel de la entrada y tecleo el número clave para desactivar la alarma.

Intento no pensar en lo ocurrido, camino por la estancia y subo las escaleras a las habitaciones, necesito una ducha e intentar dormir. Me sostengo de las paredes intentando no hacer ruido aunque me extraña no haber visto a Brian o a santos rondar por la casa, estoy tan acostumbrada a verlos que parecen fantasmas dentro del departamento. Me río solo de imaginarlo.

"se me hace que estas demasiado tomada... Una ducha fría"

Llego a mi cuarto oscuro cerrando la puerta de tras de mí. Dejando caer las zapatillas con un sonoro ruido y me suelto el cabello.

Pero hay algo raro en el ambiente, un olor distinto, huele a perfume caro. Agudizo mis sentidos y entonces la escucho.

Una respiración a mis espaldas y se me acelera el pulso.

                         

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