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EL CEO Y SU ASISTENTE PARALITICA

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Capítulo 1 CAPITULO 1

El aire estaba fuerte en el interior de la casa, como si la misma atmósfera se hubiera cargado con el resentimiento y la furia que tenía Andrés en ese momento.

Amelia intentaba incorporarse , sus manos temblaban mientras trataba de proteger su vientre. -. Solo quiero a mi bebé ..No te pido nada más Andrés.

Andrés, parado aún en la puerta principal, se giró bruscamente hacia ella. Sus ojos, antes llenos de amor, ahora la miraban con frialdad y desprecio.

-Te lo advertí, Amelia -gruño, apretando los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos -. No quiero hijos, no contigo. ¡Y tú, aun así, te atreviste a desobedecer.!

No quería mostrar su debilidad, no otra vez. Con un esfuerzo sobrehumano, se levantó y lo miró, sosteniéndose el abdomen.

-No te desobedecí, Andrés. No planeé esto, pero ahora que está aquí... ¿cómo puedes pedirme que lo rechace?-. Su voz se quebró al final, pero mantuvo la mirada fija en él.

Andrés se rio, con un sonido hueco y cruel que retumbó en la casa. Se acercó con pasos lentos , e hizo que Amelia retrocediera, hasta que su espalda tocó la pared. Su mano se levantó de nuevo, y aunque está vez no la golpeó, sus dedos se cerraron sobre su cuello, apretando con una presión amenazante.

-Eres un problema que no necesito -siseó -. Eres una mujer estúpida, y si no haces lo que te digo,te vas a arrepentir.

-Vete de mi vida, Andrés dijo con la voz rota., ella pensó que Andrés la volvería a golpear.

Pero en lugar de eso dio un paso atrás.

-No vales nada como mujer -murmuró llenó de rabia, antes de dar media vuelta y marcharse de la casa , cerrando la puerta de un portazo.

Amelia se quedó sentada en el suelo, llorando, ella no podía creer todo lo que acababa de pasar con Andrés su cambio repentino por decirle que sería papá paso de ser un hombre tierno , especial a un monstruo.

-Mi bebé ...-susurró entre sollozos -. Voy a protegerte, te lo prometo.

La noche cayó lentamente, Amelia se atrevió a moverse por fin de ese rincón. Cada ruido que escuchaba le hacía saltar el corazón, temiendo que Andrés volviera, que la encontrará vulnerable y la destruyera por completo. Pero él no regreso..

Horas después, el sonido de un automóvil deteniéndose frente a la casa la sacó de sus pensamientos. Su corazón se aceleró, temiendo que fuera Andrés. La puerta se abrió y en lugar de ser él , apareció su hermana Valeria.

-¡Amelia!-gritó Valeria al verla -¿Qué te ha hecho ese bastardo? Valeria corrió hacia ella y la abrazó, rodeándola con calidez y amor.

Amelia no pudo contenerse más y rompió en llanto, aferrándose a su hermana como si fuera su última esperanza.

-Me golpeó...-sollozó -. Me dijo que no quería a nuestro bebé.

Intenté protegerlo, Valeria, lo intenté...

-Shhh, tranquila -la calmó Valeria, acariciando su cabello -. Estás a salvo ahora y no dejaré que te haga daño de nuevo. Vamos, te llevaré a un hospital.

-No quiero ir al hospital -dijo Amelia, con la voz entrecortada -. No quiero que la gente sepa. No quiero que lo busquen.

-. No estás sola, Amelia,lo superaremos juntas.

Amelia, por primera vez en horas, se sintió segura. Asintió débilmente y dejó que su hermana la guiará fuera de la casa, el auto de Valeria estaba estacionado, en la esquina de la casa.

-¿Y sí... Y si él vuelve?-preguntó Amelia finalmente, con su voz temblorosa-. ¿Y si no me deja en paz?

Valeria apretó el volante con más fuerza, su expresión enfureciendo por completo.

-No dejaré que se acerque a tí Amelia.

No estás sola. No permitiré que nadie te haga daño de nuevo y menos al bebé.

Llegaron al hospital y Valeria insistió en quedarse con ella todo el tiempo posible.

Unas horas después Amelia lloró de alivio, al recibir la noticia que su bebé estaba bien así que abrazo a su hermana mientras los resultados confirmaban que a pesar de todo, la pequeña vida dentro de ella seguía luchando y con vida.

-Es un milagro, ¿verdad?-murmuró Amelia, acariciando su vientre.

-Sí, lo es -respondió Valeria, sonriendo con lágrimas en los ojos -. Y ese milagro es la prueba de que eres fuerte y el bebé también, Amelia. No importa lo que Andrés haya dicho y hecho, tú y tu bebé merecen un futuro mejor.

Amelia asintió, guardando las palabras de su hermana dentro de su corazón como si fueran un bálsamo para su propia alma.

Los días siguientes fueron difíciles. Amelia se mudó a casa de Valeria, Pero no podía evitar mirar por encima del hombro cada vez que salía. El miedo era una sombra que la perseguía, aunque Andrés fue muy cruel, ella seguía con una fuerza única para seguir adelante .

-No puedo seguir así Valeria -le confesó Amelia una noche, mientras ambas tomaban té en la sala-. No puedo vivir toda mi vida con miedo.

-No tienes que hacerlo -respondió Valeria -. Tenemos que irnos de aquí o tomar medidas legales contra él.

Amelia se mordió el labio inferior. La idea de irse no era tan mala, pero enfrentarse a Andrés en un tribunal la aterrorizaba, pero sabía que Valeria tenía razón.

-Lo pensaré -dijo finalmente, con la voz temblorosa, te prometo en estos días darte una respuesta -. No por mí, sino por mi bebé. No quiero que crezca en un mundo donde su padre es un monstruo y su madre una cobarde.

Valeria sonrió con orgullo y la abrazó. Eso es lo que quería escuchar Amelia.

Juntas saldremos adelante con la decisión que tomes , Amelia porque siempre estaremos juntas.

Amelia le sonrió, mientras acariciaba su vientre a su hermana.

-Prometo que siempre te protegeré a ti y a mi sobrino. Son mi familia, mi luz y mi esperanza. Y nadie me quitará esto, dijo Valeria mientras abrazaba con amor.

Amelia sabía que el camino por delante sería largo y difícil, pero también sabía que no estaba sola. Y mientras tuviera a su hermana a su lado y la vida de su bebé con vida, nada la podría destruir...

Continuara...

            
            

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