Uno no elige su vida, se forja su destino, siempre he pensado que nuestro futuro ya está escrito y que no podemos hacer nada por cambiarlo, creó en el futuro y creo en Dios, así como existe el infierno hay un cielo y se que por mi presente sé a dónde iré. El día que maté a mi hermano rafael sellé mi destino ¿que porque lo hice?, porque gracias a él mataron a mis padres, aun que no eran los mejores del mundo, seguían siendo mis padres y así, casi toda a mi familia, mis dos hermanos y yo nos tomamos tiempo de tomar cosas de valor, hasta nuestros pasaportes , mientras esperábamos una sentencia de muerte o algo peor, pudimos escapar de Rusia y llegamos a los Estados Unidos.
Pasamos hambre... ¡joder! duele recordarlo, fue todo gracias a mi hermana, a sus 16 años empezó a prostituirse, aun recuerdo como llego a una casa abandonada donde nos escondimos de las bandas, mi hermano de 7 y yo de 9 años, sangraba de la entrepierna, pero traía dinero hecho puño en sus manos, y cada día fue de lo mismo. A veces llegaba golpeada, pero ella lograba escapar y venir a nosotros. Esa casa se convirtió en nuestro hogar, nuestro refugio, ella no podía impedir que nos metiéramos en problemas, empecé a meterme en peleas clandestinas para que ella dejara de venderse, se merecía algo mejor. Teníamos 5 años de permiso con el pasaporte y aprovecharíamos cada segundo. Huíamos del trabajo social y la migra, no salíamos de día salvo mi hermana.
Nos tomó un año reparar la casa como un lugar decente, y el resto de nuestra vida en repararnos a nosotros mismos. Después de cuatro años regresamos a rusia donde nos esperaba un destino aún más cruel, si algo había aprendido era que si vives con tu enemigo puedes aprender mucho, hasta cumplir mis 21 años pude matar al traidor que nos condeno, pero no cooperando con la policía secreta, ni traicionando a mis aliados, me libre de la mancha que marcaría a mi familia, ni cediendo territorios para alejarme de la trata de blancas y drogas. Lo único que podía hacer era irme de ahí, llevarme a mi familia y empezar de nuevo, si es que lavar dinero sucio y manejar apuestas es limpio, pero era mejor a ver como niñas son sacrificadas. Aun así mi pasado me hizo cuidarme mis espaldas y solo confiar en las personas que se ganaban un lugar, me temían, sabían que los mataría sin piedad como maté a mi hermano, como he matado a todos los que han intentado derrocarme. Y jamás terminó manchado. Gracias a mi trato con el diablo, El FBI no me sigue los pasos porque no me meto en su territorio, me he ganado el respeto de mis enemigos y se mantienen al margen de mis territorios. Rozó el límite de lo legal y no causo problemas que me pongan en la mira de mi aliado más poderoso y la familia más fuerte en el mundo.
Entonces. ¿porque ella no me teme?.
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Es verdad la curiosidad es mala, mi hermana Ash es seductora por naturaleza, mi hermano un torturador por elección y yo un controlador obsesivo y por querer saber más de la misteriosa mujer abri su preciada caja y se quemó todo el sistema de seguridad eléctrico de mi casa, se dispararon las alarmas y se borro toda la información electrónica, además de que cualquier aparato conectado a un sistema wifi término frito lo cual disparó los aspersores contra incendios, mojandome y mojando todo asu paso. Y solo dejándome una puta duda.
¿qué mierdas trae en las UCB?
Si quiero volver a verla necesito tener un buen encuentro, esa electricidad que me recorrió cuando la toque, aun puedo sentir cada terminación nerviosa cobrar vida con ese recuerdo Y no me siento culpable por pensarlo, monica me es infiel como muchas otras lo han sido, seria la primera vez que deseo a alguien mas que no sea mi novia y solo es un pensamiento, no hago daño a nadie ¿verdad?.
Han pasado dos semanas desde que la conocí. Y no he podido sacármela de la cabeza, su olor se ha grabado en mi sistema, es un olor a jazmín mezclado con geranios, ni siquiera Mónica con quien mantengo una relación "Estable" ha logrado sacármela de la cabeza. Me pongo unos pantalones frescos y salgo de la habitación del hotel, descalzo cerrando la puerta tras de mi.
– Tu si que sabes divertirte – ¡que mierda!. Esa voz. ¿Cómo lo hizo?. La busco con la mirada y camino hacia la estancia. Veo sus botas en el reposabrazos y está acostada comiéndose unas uvas.
– Que agradable sorpresa – pongo mis manos en mi cadera, se incorpora con los codos, dejando el tazón sobre su estómago. Espero una reacción de su parte y nada. Lo cual me desconcierta. Habitualmente todas reaccionan a mi. Soy hombre y me gusta como me desean, aunque nunca le sería infiel a Mónica. Ella a mi si.
– ¿te gusta lo que ves? – digo con arrogancia, esperando una reacción. Se encoge de hombros y aparta la mirada con indiferencia.
– He visto mejores – si será cabrona. Por instinto doy un paso hacia ella y su bota de tacón impacta contra mi pecho desnudo. Sigo el recorrido de sus piernas largas y torneadas, la falda que se amolda a sus caderas. Ella parece percatarse de mi escrutinio.
– Bonitas botas – acarició la piel con mis dedos y se aparta poniéndose de pie, se sirve más uvas y me mira de arriba abajo. Es como si tuviera ropa encima. Y después observa todo, la suitte. ¿En serio qué le sucede?. tiene sangre caliente, lo comprobé aquel día en el bar.
– Nunca había estado en una de estas... Es ostentoso... Tenemos cosas que hacer.
– ¿A qué debo tu visita?.
– Primero necesito mi caja y segundo, ¿dónde está tu ordenador?... Tercero. ¿No vas a ducharte?.
– ¿Quieres acompañarme? – incito con una sonrisa. Se que probablemente me estoy extralimitando, pero hay algo que me dice que le gusta ser tentada.
– Tentador... Pero no gracias... Apestas a prostituta, que me da asco.
Mi sonrisa se esfuma. Es la primera vez que alguien me dice algo así y mi miembro está de acuerdo conmigo. Toma un maletín y lo cuelga a su hombro.
– Insolente. Me gusta – apuntó. Tomo su muñeca y la arrastro conmigo fuera de la suitte. Vuelve a reír mientras mira a todos lados.
– Creo que vamos en dirección contraria. Tu cama esta aya – dice sin resistirse . Entrelazo mis dedos con los de ella. Me agrada su tacto. Es como una caricia cálida del sol. Ese día en el bar sentí algo parecido.
– No duermo aquí – salgo de la habitación y los dos escoltas se apartan, la miran algo ceñudos porque no es monica, Natalia saca algo de su bolso y se lo arroga a Matias.
– La encontré en tu bolsillo – parpadea y su compañero se revisa sintiéndose aliviado de estar a salvo.
– Estás despedido – digo a matias. Odio traer escoltas, pero solo tengo dos a mi alrededor, para complacer a mis hermanos, se cuidar de mí mismo.
– Maldita zorra.
Ingresamos a la presidencial y ella hace un giro mirándolo todo.
– Esta me gusta más.
– Ponte cómoda... Aun eres bienvenida a mi ducha.
– Gracias – pone los ojos en blanco y va al refri buscando algo en él. Me quedo embobado mirándola servirse de un refresco y quitarse la chaqueta de piel, dejando una blusa delgada ajustada a su cintura, moldeando el contorno de sus pechos. Doy media vuelta huyendo de ella. A simple vista ella es muy peligrosa. El hecho de que me afecte su presencia no es nada bueno. Entro a la ducha con ella en mi cabeza y cuando empiezo a frotar mi cuerpo no puedo evitar pensar que ella está aquí. Calentándome la piel. Me controlo antes de salir de la ducha envuelto en una toalla a mi cintura. Me humecto y me cambio con algo de vestir. Cuando regresó a la cocina ella come unos sandwiches.
– ¿Quieres?. Están muy ricos – me hace sonreír. Tomó del librero la caja que tanto añora y la dejó en la encimera. Ella deja de comer. Revisa su contenido, me mira y vuelve a cerrar la tapa. Camina con la caja en mano y se sienta a la ventana con el plato de aperitivos poniéndolos en la mesa.
– Vas a explicarme – me siento a su lado.
Me entrega una carpeta amarilla, al abrirla veo un perfil de varios sujetos, reconozco algunos.
– Dime si reconoces a alguien – muerde su sandwich y me pongo a ello. Me acerca un plumón.
– ¿Quiénes son?.
– Son miembros de la hermandad aun no descifro cual – destapó el plumón con mi boca y ella me lo quita dejándolo en la mesa, después se limpia en su falda.
– Les estás siguiendo la pista.
– Estoy recopilando información. Ahora será más rápido con mi chica – acaricia su caja bajo su brazo – Sabes que se están haciendo lucro con tu apellido.
– Lose.. Solo tres – le devuelvo la carpeta ya marcada.
– Escuche que tienes una plaza libre, me ofrezco de voluntaria.
Suelto una carcajada, cada minuto me gusta más. Puede seguirme el estúpido juego de coqueteo.
– Serás una distracción para mis hombres.
– Entonces deberías contratar a alguien que haga mejor su trabajo.
– Tengo una plaza libre en mi cama. No pasara nada que no quieras – pongo mi brazo detrás de su espalda y ahí está otra vez, esa mirada como si tuviera ropa encima. Sonríe y continua releyendo la carpeta.
– Vete a trabajar yo me quedaré a disfrutar de tu habitación y quizás de tu ducha – aparta mi brazo detrás de ella y acaricia mi hombro.
Me gustaría saber porque sonríe así, es como si tuviera muchos secretos que yo desconozco, todos los tenemos. Y quiero descubrir los suyos.
Cuando regresó de trabajar entro a mi habitación y la encuentro dormida en el centro del lecho, ciento la cama hundirse sentándome a su lado, está boca abajo, sin nada de ropa solo la sabana cubriendo sus caderas, su piel desnuda resplandece con las luces de la ciudad. Abraza su almohada con más fuerza haciendo que los músculos de su espalda se muevan. Entonces veo una serie de cicatrices irregulares cercas de su cadera y seguramente abrazan su vientre. Mi mano está a punto de acariciar su piel. Se la historia de esas cicatrices, Iván me contó la historia de sus heridas.
– Yo que tu no haría eso – dejo caer mi mano en mi pierna. No hay que ser idiota para saber que esos hijos de puta usaron una cadena de castigo con ella.
– Discúlpame. Sentí curiosidad.
– ¿Qué le pasa a los hombres con mis marcas? – tira de la sabana cubriéndose.
– Mañana salimos a seattled.
– Gracias tigre... Espero no te importe use tu cepillo. El mío está perdido.
Vuelvo a sonreír y salgo de la habitación.
Al amanecer una vez listos, subimos a los vehículos blindados, unas camionetas negras. Ella me pide mi celular, supongo que para avisar a su novio o alguien. La veo teclear y revisar mi teléfono. Me acerco a ella a modo que nuestros brazos se rozan y siento esa descarga eléctrica, ¿Como es que ella no la siente?.
– ¿Qué tanto haces? – Mi teléfono tiene algunas aplicaciones bloqueadas. Aunque no traigo nada que esconder ahí. Solo contactos.
– ¿Quién es rackma 32? – dice con una sonrisa sin parar de teclear.
– Mi técnico de sistemas.
– Osea tu hacker... Sabes a qué grupo pertenece, los xperia, ladrones, ¿Te suena algo?.
– No se de que me hablas. Edwar te puede responder eso.
– Necesito activar a mi chica.
– ¿Tu chica... ¿Tienes novia? – Digo incrédulo alejándome de ella, eso explicaría su comportamiento.
– No idiota... Es otra clase de chica – Resopla ofendida – Es como al ponerle un nombre a tu carro favorito.
– ¿Y quien es ella? – Pregunto más relajado. No tengo nada en contra de las lesbianas, pero pensar en ella de esa forma no encaja en la impresión que me ha dado.
– Ya la conocerás... Ahora necesitamos ponerlos bajo la lupa. Préstame a tus hombres. Los míos están ocupados.
– ¿Tienes un plan? – se roto hacía a mi sonriendo con coquetería.
– Por ahora vamos improvisando, como dices saquemos la lupa, agrupémonos y te invito a cenar.
– No puedo. Me toca vigilancia nocturna esta noche.
– Porque no me dejas eso a mi , tengo personal de sobra. Ponte guapa esta noche.
Pareció pensárselo un rato y finalmente asintió.