24/7 Libro 2
img img 24/7 Libro 2 img Capítulo 4 Aliados
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Capítulo 11 El rechazo img
Capítulo 12 Monica img
Capítulo 13 Un abrazo img
Capítulo 14 El jardín img
Capítulo 15 Absurdo img
Capítulo 16 Cenizas img
Capítulo 17 La apuesta img
Capítulo 18 Metamorfosis img
Capítulo 19 Tortura Parte 1 img
Capítulo 20 Tortura Parte 2 img
Capítulo 21 Estadísticas de ansiedad img
Capítulo 22 Memorizar img
Capítulo 23 Oferta img
Capítulo 24 Tararear img
Capítulo 25 Enfrentamiento img
Capítulo 26 La Gala Parte 1 img
Capítulo 27 Gala Parte 2 Ansiedad img
Capítulo 28 Quédate conmigo Parte 1 img
Capítulo 29 Quédate conmigo Parte 2 img
Capítulo 30 Segundo Enfrentamiento img
Capítulo 31 Sirena img
Capítulo 32 Sorprendidos img
Capítulo 33 Capituló 33 img
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Capítulo 4 Aliados

Aliados

Capituló 4

Esta mañana había sido linda, un día soleado, un nuevo amigo y una sonrisa en mi cara, la cual se borró al ver la información en mi mac y quería hacer correr la sangre, me sentía traicionada ¿porque no me lo dijo?, ¿porque no confío en mí?, debería haber intuido que lo descubriría.

Entrar al edificio fue sencillo, ya me habían visto con él y había dejado indicaciones de dejarme pasar.

Por eso esperaba sentada en su escritorio, armada y lista hasta que llegara, y cuando por fin lo hizo.

– me dijeron que estarías aquí – sonrió cerrando la puerta tras de sí.

Se aproximó a mí y se inclinó para besarme la mejilla, pero él no vio mi expresión, quizá porque era la misma de siempre, lo que no esperaba era que le pusiera mi cañón en su frente.

– En otra ocasión te hubiera volado el cerebro, te doy el beneficio de la duda.

– ¿Qué haces? – no se movió. Estaba realmente cabreado. Se sentó cuando lo hizo retroceder sin dejar de apuntarle.

– ¿Que tiene que ver con hector salomon? – cerró los ojos suspirando e hizo la cabeza hacia atrás lentamente. cargue una bala – Lo que digas ahorita podría matarte oh salvarte.

– Es mi primo

– Eso ya lo sé... Quiero saber lo que los informes no dicen. Lo que la Reina no encuentra... aun.

– Sabes que puedo desarmarte.

- Y yo disparar, así que hay dos opciones, me dices la verdad o intentamos matarnos mutuamente y perderás una aliada.

– Rafael salomón, recuerdas la historia que te conté, acepto que omití detalles, que esperabas, no puedo confiar en ti y tu no confias en mi, aun – pegue mas el cañon para que dejara de decir estupideces – Fue criado por mi padre, su mama murio de cancer y mi familia se hizo cargo de los 4 salomón , hay muy pocos registros sobre ellos, siempre dieron problemas, Pero cuando mato a mis padres y lo mate, herede toda la fortuna, en sus días héctor llegó con una propuesta para unir a las familias y hacerse lucro con mi apellido, siempre y cuando él fuera el cabecilla, me negué y eso lo cabreo. Empezó a meterse en mis terrenos y desde entonces estamos en guerra.

Antes de que pueda defenderme forsejeamos, usamos nuestros brazos para intentar hacerse del arma, el me desarma y yo lo vuelvo a desarmar, bloquea uno de mis golpes pero como lo tengo tan cercas, levanto mi rodilla y impacto su entre pierna, cae de rodillas sosteniéndose.

– Considérate afortunado. Que No te mate.

Me encamino a la salida y la puerta se abre, me encuentro con su hermana Ash y su hermano Erin, miran a Víctor ponerse poco a poco de pie, después a mi y los indicios de una pelea, atan cabos.

– Que no escape – ordena Victor, el primer golpe viene de Ash y se le une Erin, esquivo y respondo cada golpe, me muevo como me enseñó Taylor, Ash saca un arma y uso mi cuerpo girandome hacia ella, anudando su brazo a mi alrededor y haciéndome con su arma. Victor me apunta a mi nuca, yo le apunto Ash al estómago y Erin a mi cuello, y con mi otra arma le apuntó al corazón de Víctor.

– Bien. Esto será divertido. – digo echándome a reír.

– ¿Quién eres realmente?. – me pregunta Ash.

– Tu peor pesadilla.

– Baja el arma – amenaza Erin y como respuesta atacó y quedó con una rodilla al suelo, ahora Víctor apunta a mi espalda, Ash a mi cuello y Erin a mi frente, yo apunto a Erin a su ingle y al estómago de Víctor.

– No quiero matar a nadie, Pero lo haré para irme de aquí, podemos disparar y ver quien sobrevive, dos morirán y sólo uno quedará para vencerme y estoy segura de que ese será Víctor.

– ¿Qué propones?. ¿Dejarte ir?.

– Eres una asesina. No confiamos en ti.

– No tengo nada contra ustedes. Yo solo voy tras la hermandad. Aquí queda nuestra deuda Víctor.

– ¿Qué deuda? – pregunta Erin. Nadie sigue sin moverse o bajar la guardia.

– Recuerdan, ella fue quien me sacó del almacén.

– ¿Quién más trabaja contigo? – exige Ash.

– Solo somos tres, no necesito a nadie más – miento y Victor no me corrige.

– ¿Y por qué debemos creerte? – insiste Ashley.

– Me importa una mierda si no me creen. He aquí la cuestión. Déjenme ir en paz oh... Que empiece la sangre.

Se hace un mudo silencio y solo se escucha nuestra respiraciones, puedo sentir como se interrogan con la mirada y Víctor es el primero en bajar el arma, y después le sigue Ashley y Erin. Me pongo de pie sin bajar las armas y hasta que me giro con la puerta a mis espaldas, bajó lentamente mis armas viendo a los hermanos Zolov.

– ¿Por qué no puedo encontrar nada de ti en la red? – pregunta Victor mirándome solo a mi.

– Porque tengo quien cubra mis huellas, y nadie puede burlar mi sistema. Ni Edward es un rival para mí. Tu sistema estará bloqueado durante varios días, tal vez 7. – Victor tuerce el gesto al adivinar lo que sabe – Si me investigas el sistema te bloquea al intentar buscar sobre mí. Yo soy la única que puede arreglarlo con normalidad.

– ¿Cual es tu verdadero nombre? – pregunta Erin.

– Natalia – le arrojó su arma a Ash y esta la atrapa en el aire con buenos reflejos, Victor examina mi taurus pero no me la da, aguardo mi segunda arma en su estuchera tras mi espalda. – Apresaria que me la devuelvas. Le tengo cariño.

Una sonrisa curvó sus labios, pero no me la devuelve.

– Podríamos ser un gran equipo.

OK. Eso ya me lo esperaba. Sus hermanos le miran como si ya esperaran sus palabras y asienten en aprobación.

– Gracias Pero me gusta trabajar sola. devuelvemela.

– Ven por ella – me reta dejándola sobre su escritorio y recargándose en él aflojando su corbata.

– ¿Qué haces? – gruñe Ash – Dejala ir.

– Insisto. Puedes quedarte y enfrentar juntos a mis primos, ¿quieres saldar tu deuda? Esa es la forma. Seremos más fuertes juntos.

Hay algo en su palabra que me causa un cosquilleo en el estómago.

– Me lo pensaré.

– Te la devolveré cuando tomes una decisión – dice con una sonrisa torcida. Ruedo los ojos y me giro hacia la salida.

– Somos tu mejor opción Natalia. Si te niegas pierdes un gran aliado. Conmigo a mi lado puedo abrirte muchas puertas.

No respondo, miro sobre mi hombro y me alejo de ellos. Puedo darle la espalda. No somos sádicos, hemos demostrado nuestra fuerza.

¿Y qué pasó después?

Había trasladado la central de Nick a la terminal de contenedores de Miami, recuerdan que es un contenedor equipado. Pues ahí estaba disfrutando del aire fresco ya que la central podía sacar los paneles solares y tener energía solar, al menos hasta que me hiciera de un lote rentable con ISAP, eso sería darle una pista a Will de donde estoy y por ahora el anonimato me valía.

Había desaparecido del mapa, gracias al sistema de Nick, logré borrar muchos de los videos difundidos de mi cautiverio, bloquear información sobre mi hasta no dejar huella. Y la Reina Roja activa casi la mayor parte del tiempo me cubría haciéndome invisible, si pasaba cercas de cualquier cámara no verían mi rostro si no el de otra mujer, hombre o niño según el avatar que eligiera o creará.

Como decía, estaba en la central buscando en las cámaras de tráfico el rastro de unas chicas que estaban siendo transportadas, tenía las matrículas de los vehículos y los rostros de dos de sus peones. Cuando las alarmas saltaron en uno de los hoteles del club de Victor Zolov y maldije cuando vi quienes iban a por él. La bola de idiotas no podrían con ellos y si lo hacían, habría bajas. Así que salí cerrando las puertas y monté en mi moto. Tenia la ventaja de caer de sorpresa y este idiota es muy confiado, desde que le secuestraron no a derroblado su escolta y peor aún, estaba fichado. ¿Qué pretende?. Parece no importarle su seguridad.

Aumente la velocidad tenía que advertirles

Victor

No me gustan los clubs aunque sean de la familia, pero desde hace tres días que no se nada de Natalia y no he podido sacarme su expresión dolida cuando me encaro en mi oficina. Sus ojos expresaban tanto odio y decepción como si la hubiera traicionado y después el enfrentamiento. No es por presumir pero los únicos que pueden darme pelea son mi hermano Erin y mi entrenador personal, siempre estoy en forma desde que me metí en las peleas clandestinas y hasta ahora no he parado de entrenar aunque mi vida sea distinta.

Estoy sentado en el tercer piso del club- casino, que consiste en la entrada principal una planta para los juegos, otra para las partidas privadas de cartas, otra restaurante para los Clientes VIP que pasan sus días aquí y por último el club- dance. 6 pisos en total, porque el último está la central de monitoreo, la caja fuerte donde se depositan las ganancias del día.

Estoy en el cuarto piso en la zona de recervados, en los acientos de cuero negro, mis dedos acarician mis labios remenorando ese enfrentamiento y juro por mi vida que jamas habia estado tan cachondo en mi vida, hasta que su rodilla inpacto en mis gemelos.

Sonrió recordando esa imagen que me cruzó en ese momento porque ni todo el dolor de mis bolas logré olvidarla, quería sentarla en mi escritorio y abrirla de piernas.

Monica a mi lado atrae mi atención y une nuestros labios, Pero en mi mente no la estoy besando a ella, si no a Natalia, casi nunca beso a mis chicas, imaginense nunca se saben que tendrán en su boca. Pero estoy tan absorto en mis pensamientos que por un segundo me pierdo en ese recuerdo, recordando su olor a geranio dulce y suave, pero el hechizo se rompe cuando el sabor a cigarro y a chicle de menta me traen a la realidad.

– No – aparto mi cara de mi novia y ella hace un mohín pegándose mas a mi. Pero su olor, su calor me molestan.

– ¿Qué sucede cariño?

Debería terminar con ella, se lo que hace y porque está conmigo. Y aún así no lo hago.

Me aparto de ella poniéndome en pie y puedo leer como he herido su ego, me importa una mierda, no puedo dejar de pensar en ella, bajó las escaleras y camino entre la multitud directo a mi oficina para verlos desde la cede, algunas mujeres me sonríen con coquetería y recibo algunas caricias cuando pasó junto a ellas, soy conocido por ser un buen besador, increíble en la cama, irresistible,pero debo volver a verla.

Entro al ascensor con esos pensamientos y Ash y Erin me alcanzan entrando.

– ¿Qué hay hermano? – Erin me da una palmada en la espalda y solo saludo con mi cabeza.

– Desde que viste a esa mujer actúas raro. – agrega Ash. Ruedo los ojos con fastidio, ¿tan transparente soy?, bueno es mi hermana y me conoce mejor que nadie y además es mujer y tiene instinto para eso.

– Aceptara Victor – agrega Erin – Nos necesita.

Pero cuando se abre en la segunda planta, una lluvia de balas nos hace arrinconarnos contra las paredes y de reojo veo su cuerpo, es inconfundible, se acerca de espaldas con un rifle de asalto y nos cubre, las puertas se cierran.

– ¿Viste eso? ... Esa perra quiere matarnos – dice Erin.

– ¿Por qué haría algo así? – agrega Ash.

– No lo creo – De repente el ascensor se detiene en una sacudida y se que estamos atrapados, Erin maldice y desenfunda su arma, Ash lo copia y yo también. Pasan los segundos en medio del silencio donde se escucha el chirriar de los cables y nuestras respiraciones. Un golpe nos sobresalta por arriba de nuestras cabezas y todos apuntamos ahí. Se escuchan pasos y una maldición, la escotilla se desliza a un lado, pero nadie se ve, solo una respiración agitada y de repente Natalia se desliza dentro cayendo frente a mi, con las manos en alto y la escuadra a la espalda. Mis hermanos le apuntan a la cabeza.

– Hola cariño – me saluda sarcásticamente con una sonrisa.

– ¿Qué haces? – pregunto.

– salvando tu sexi culo de nuevo... Los sumerios están aquí, ¿Sabías que tienes precio? .... Quieres decirles que dejen de apuntarme, me ponen nerviosa.

Muevo mi cabeza en señal hacia mis hermanos que confían en mi juicio. Y bajan las armas.

– Arriba hay una cuerda y un conducto de aire, podemos llegar ahí, mis hombres están esperando con sus vehículos para escapar.

Erin y Ash asienten y empiezan a subir por donde entró Natalia, dejándonos solos y no puedo apartar la mirada de su cara, recorriendo sus pómulos y el contorno de sus labios.

– Pareces sorprendido de verme aquí – doy un paso instintivo hacia ella y de la nada como si fuera lo más natural del mundo su mano frota mi barbilla y hace una mueca de asco – En serio no deberías involucrarte con prostitutas, te dejan su olor.

Y sonrió.

– ¿No te gusta mi olor?.

– Cuando hueles a prostituta no.

Limpia su mano en mi camisa y veo el carmín rosa. Enarco una ceja.

– Salgamos de aquí. Préstame tus manos.

En vez de eso la alzó de la sus glúteos, la escuchó jadear, se aferra al borde y mientras se desliza hacia arriba dejo que mis manos acaricien sus piernas y ese olor a geranio y jazmín me marea, me exita y quiero mas. Ella desaparece.

– ¿Vas a quedarte ahí o qué? – dice Erin, se asoma y acepto su ayuda para salir, Ash ya está en el conducto y Erin empieza a subir, le cedo la cuerda a Natalia y ella niega.

– No, sube primero, tengo algo que hacer... Tienes mi taurus.

La sacó de tras de mi espalda, muerdo mi labio y se me ocurre una idea.

– Te la voy a dar con una condición.

– Es mía – refutó de inmediato.

– Si, pero necesito algo a cambio.

– Estoy salvando tu culo, no puedes exigir nada – se indigna, su frente se arruga pidiéndome a gritos que alise su frente y estoy más que determinado.

– Esto no tiene nada que ver, ¿quieres tu arma si o no?

– ¿Qué quieres?.

– Un beso.

Su boca se aprieta y después niega con la cabeza.

– ¿Estás segura? – niega – Me estoy encariñando con ella.

– Me vas a obligar a quitartela por la fuerza.

– Ahora no podemos pelear por tu arma.

– Bien acepto. Sube de una puta vez – me mira con molestia por mi chantaje.

– Y no solo quiero un beso normal.

– ¿Qué significa eso?. – su molestia aumenta y eso me exita mas. Me acerco invadiendo su espacio personal, pero ella no retrocede, mi chica no lo hará. Aunque no me reprendo el pensamiento, solo un juego que ella inició, a nadie le daña jugar, ¿VERDAD? – Quiero un beso con lengua incluida.

Y le doy la espalda subiendo la vendita soga con una sonrisa en mi cara. Cuando llegué al conducto mis hermanos ya estaban adentro sentados cruzados de piernas. Escucho unos disparos y como el ascensor se precipita hacia abajo.

– Muévete anciano – dice Natalia llegando a mi lado a una velocidad casi sobrehumana de los cables del ascensor.

– Anciano. Tengo 36 años. No soy tan viejo.

– Felicidades. Ahora muévete.

Me deslizo dentro del conducto y ella se balancea de tras de mi.

– No hagan ruido estas paredes hacen eco – susurra. La espero para que pase por mi lado y quiero mi recompensa.

– No voy a besarte ahora – refunfuña. Creo que no le gusta perder, es una buena competidora, lucha a ganar y no se rinde. Me quedo en silencio inhalando su aroma, me doy cuenta lo adictivo que puede ser. Y me asusta lo que ella está provocando y no se si un beso será suficiente.

La escucho suspirar y como se mueve frente ami, su atuendo negro leda un aspecto letal y caliente.

Nos movemos por los conductos hasta salir al callejón oscuro, ella se sitúa al frente dando órdenes. El problema es que vuelve a desaparecer en cuanto tiene oportunidad. De lo que estoy seguro es que volveré a verla y estoy deseando el próximo encuentro.

            
            

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