Capítulo 6 Una espina en el corazón

En la villa de Braydon, su asistente le informó sobre su investigación, y al escucharlo, tomó un cigarrillo con un aire sombrío y lo encendió.

"Señor Huo, la señorita Wen tiene sangre Rh negativa, lo cual es extremadamente raro. Muy pocos riñones serán compatibles con el de ella. Hemos buscado por toda J City, y únicamente Joyce es la donante adecuada".

Después de darle una gran calada a su cigarrillo, se calmó, y al final preguntó en voz baja: "¿Joyce es la única compatible? ¿Acaso es tan especial que toda la ciudad colapsaría sin ella?".

Las duras palabras de su jefe hicieron estremecer a su asistente, quien comenzó a sudar frío. Entonces bajó la cabeza y respondió: "No, señor Huo, eso no fue lo que quise decir".

El humo cubría su rostro, pero se veía que cada vez más fruncía el ceño. "Sigue buscando. No creo que haya solo una donante compatible en esta gran ciudad".

"Sí, señor". El asistente se dio la vuelta y se dirigía hacia la puerta cuando se detuvo abruptamente. "Señorita Wen", la saludó este cortésmente.

Ante la mención de este nombre, Braydon apagó rápidamente el cigarrillo, lo tiró al cenicero y se apresuró a abrir la ventana para que el humo saliera.

"Braydon".

En cuanto abrió la ventana, una voz débil se escuchó detrás de él.

Entonces se dio la vuelta y vio a Maranda Wen de pie junto a la puerta.

Su larga y sedosa cabellera le caía sobre sus hombros. Era pleno verano y, sin embargo, estaba envuelta en un enorme abrigo de algodón que la hacía parecer aún más frágil.

Su pequeño rostro era del tamaño de la palma de su mano, con ojos delicados y dulces hoyuelos. Tenía un parecido con Joyce, pero era mucho más adorable que ella.

Además, su rostro estaba extremadamente pálido, como si le mostrara al mundo que estaba muy enferma y débil. Era tan frágil como una muñeca de porcelana.

"Ya son las doce. ¿Por qué no te has acostado?".

Ella le sonrió y respondió: "He dormido hasta el mediodía esta mañana, así que ahora estoy bien despierta".

Él se le acercó, tomó suavemente su mano y se la apretó. "¿Tu ropa es lo suficientemente cálida? Tus manos están heladas".

Sacudiendo la cabeza suavemente, Maranda le respondió: "Sí, no te preocupes. Llevo un jersey debajo de mi chaqueta de plumas. Incluso creo que es un poco demasiado grueso".

La condujo al sofá y se sentaron, con la débil mujer en brazos. "Hace mucho frío por la noche, no puedes arriesgarte a enfriarse. Será mejor que te pongas ropa más abrigada".

Ella asintió obedientemente, lo miró y le dijo: "Braydon, acabo de escuchar tu conversación con tu asistente. ¿De verdad es tan difícil encontrar un donante de riñón?".

Entonces vio su reflejo en sus ojos profundos y oscuros y, en voz baja, continuó: "Si la sangre Rh negativa es tan rara, entonces podemos dejar de buscar. Contigo a mi lado, soy más que feliz, y no quiero ser codiciosa. Aunque no viviré tanto, no quiero nada más de lo que tenemos".

Él le colocó suavemente un dedo en los labios. "No digas eso. Confía en mí, te ayudaré a encontrar un donante de riñón y te recuperarás. Todavía tenemos una vida larga y feliz por delante".

Con su frente contra la de él, ella le dijo: "Braydon, mañana voy a ir al hospital para que me vuelvan a examinar. ¿Estás libre? Después de eso, quiero que vayas al M Amusement Park conmigo. Vamos a relajarnos un poco".

Sin ella saberlo, Huo Group iba a firmar mañana un contrato de decenas de millones con Lin Group.

No obstante, él no dudó en lo más mínimo. "Iré contigo. Cuando quieras que esté contigo, voy a estar siempre libre".