Con la luz de la luna
img img Con la luz de la luna img Capítulo 2 Conociendo el lugar
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Capítulo 8 Ricitos de oro se queda con los lobos. img
Capítulo 9 Uniforme de sirvienta img
Capítulo 10 Loba celosa img
Capítulo 11 Tormentos del pasado. img
Capítulo 12 Crisis de ansiedad img
Capítulo 13 Vistazo a los recuerdos del pasado img
Capítulo 14 Cuando el cuerpo llegue a necesitar calor img
Capítulo 15 Lluvia intenta hablar de su pasado img
Capítulo 16 Percepcion de la desnudez img
Capítulo 17 Proceso de enamoramiento img
Capítulo 18 ¿Como dejas de estar enamorado img
Capítulo 19 Después de 3 meses.. img
Capítulo 20 Cuidar de ricitos img
Capítulo 21 Lobo en celo, lobo agresivo img
Capítulo 22 Se llevaron a Lluvia img
Capítulo 23 Ryan muestra su verdadera cara img
Capítulo 24 Colmilludos en la zona img
Capítulo 25 Grave descuido img
Capítulo 26 No más muerte por ese día img
Capítulo 27 Pensamientos inapropiados img
Capítulo 28 Perdida de control img
Capítulo 29 Momento mágico img
Capítulo 30 Pequeña revelación img
Capítulo 31 La trasformación de un vampiro img
Capítulo 32 Palabras impulsivas img
Capítulo 33 Juego del escondite img
Capítulo 34 Perdieron a Ricitos img
Capítulo 35 La ganadora del juego img
Capítulo 36 Libro perturbador img
Capítulo 37 En busca de explicaciones img
Capítulo 38 Las debilidades se pueden convertir en fortalezas img
Capítulo 39 Estornudos img
Capítulo 40 Todos queremos tu felicidad img
Capítulo 41 Pésimo Cupido img
Capítulo 42 Aceptación de la manada img
Capítulo 43 De compras al pueblo img
Capítulo 44 Primera cita img
Capítulo 45 De prisionera a ama de llaves img
Capítulo 46 Manta acogedora img
Capítulo 47 Consejos de la abuela img
Capítulo 48 Cachorro ladrón img
Capítulo 49 Confesión de amor img
Capítulo 50 Dejar atrás el peso img
Capítulo 51 Guerra de bolas de nieve img
Capítulo 52 En nuestro mundo todo es mutuo img
Capítulo 53 El Alfa me eligió img
Capítulo 54 Vampiros de elite en el pueblo img
Capítulo 55 Las rubias saben mejor img
Capítulo 56 Inesperado reencuentro img
Capítulo 57 Emboscada img
Capítulo 58 Collar de protección img
Capítulo 59 Audiencia con el rey img
Capítulo 60 Culpa img
Capítulo 61 Afligido img
Capítulo 62 ¿Quién es Julienth img
Capítulo 63 El rey img
Capítulo 64 La quiero de vuelta img
Capítulo 65 Mi mejor amiga img
Capítulo 66 Boda imperial img
Capítulo 67 Información valiosa img
Capítulo 68 Lluvia despierta img
Capítulo 69 Desastres naturales img
Capítulo 70 7 Años en el pasado img
Capítulo 71 Abriendo el baul de los malos recuerdos img
Capítulo 72 De vuelta al pasado. img
Capítulo 73 Feliz aniversario img
Capítulo 74 Seras la Reina de los vampiros img
Capítulo 75 El regresaría por ella img
Capítulo 76 Marcharse de la cabaña img
Capítulo 77 Apunto de... img
Capítulo 78 ¡Eso me sonó a reto! img
Capítulo 79 Sabia que perderias img
Capítulo 80 Quieres esto tanto como yo img
Capítulo 112 A la luz de la luna img
Capítulo 113 Extra img
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Capítulo 2 Conociendo el lugar

Ya era de día y estaba más que emocionada por salir a explorar el lugar, me puse un pantalón de mezclilla oscura y una camisa de manga larga delgada de color blanco, dejé mi cabello rubio suelto poniendo un poco de crema en él para definir mis rizos rebeldes.

Llena de entusiasmo y emoción salí a la calle, me sorprendió encontrarme con el mismo paisaje del día de ayer que llegué, personas caminando de un lado a otro, niños jugando en la calle, no me explicaba como este lugar terminó desolado en la noche.

Me apetecía algo dulce para desayunar así que fui a la panadería local, en verdad todo se veía delicioso, llevé varias piezas para degustarlos en la soledad de mi habitación en la noche, al llegar al mostrador para pagar una sonriente mujer me atendió.

- Buenos días... bienvenida ¿Eres nueva no? No te había visto por aquí

– Así es, estoy de paso por unas cuantas semanas.– le respondí con una gran sonrisa.

– Ya veo... – en cuánto miré el total en la caja registradora le tendí un billete.– Eres muy linda, tu cabello es hermoso, dorado como los rayos del sol y tus ojos claros como el cielo...

Me sonroje ligeramente, los elogios me incomodaban un poco, fueron la razón por la que mi prima me odiara a muerte, nunca entendí por qué, sus ojos también eran azules, herencia de familia, su cabello era cobrizo, también muy hermoso, pero aun así ella odiaba que alguien más me elogiara, ella no está aquí, pero cada vez que alguien hace un comentario bueno en tanto a mi físico me hacía sentir cohibida.

- Gracias por sus cumplidos

- De nada linda... no olvides que no se puede salir de noche, es peligroso, que tengas buen día.

De nuevo esa advertencia, tomé la bolsa de pan y salí del local, en verdad me intrigaban cada vez más las mismas personas, no miré nada inusual, excepto al tipo intimidante de anoche... recordarlo me puso la piel de gallina e imaginarme en toparlo por aquí me hizo sentir temerosa.

Seguí caminando por el lugar pasando por una florería y un restaurante al que probablemente venga después, era un lugar agradable, una combinación entre un pueblo tranquilo y una ciudad pequeña, me encantaba, sin duda me quedaría para siempre aquí, si tan sólo me sintiera segura, pero sabía que eso no era posible, tenía que moverme, seguir huyendo, esperando terminar esta vida sin ser alcanzada, me llevé de nuevo la mano a mi collar para asegurarme que siguiera en su lugar.

Seguí avanzando por el lugar hasta detenerme por un puente de piedra, bajo de el corría un pequeño río de agua cristalina que dejaba ver las piedras hermosas que había debajo, a lo lejos logré ver alguien pastoreando ovejas, era un paisaje digno de una película, me preguntaba por qué no había más turistas por aquí, era un lugar era acogedor.

- La vista es bellísima... ¿no crees?– una voz masculina llegó a mis oídos de repente, demasiado cerca para mi gusto, di un ligero brinco y me separé de golpe. - Lo lamento, no quería asustarte.

Era un joven de cabello castaño claro, lo tenía un tanto largo, era lacio, sus ojos era de un color miel brillante, alto y de complexión ligeramente ejercitada, me observaba con diversión, probablemente por el gran salto que pegué.

- Eh... sí, la verdad es un pueblo hermoso... - le dije bajando la cabeza, me costaba mantener contacto visual con las personas.

- Acabas de llegar al pueblo ¿verdad? no te había visto por aquí.

- Así es, acabo de llegar el día de ayer.

- ¿Planeas establecerte aquí?.- comencé a negar frenéticamente, no podía aunque quisiera.

- No, yo solo estoy de vacaciones, quizás este aquí un par de semanas.

- Tengo tiempo aún para convencerte de que no te vayas entonces... mi nombre es Ryan, mucho gusto. - me tendió su mano, la acepté algo temerosa, normalmente no tenía la suerte de toparme con gente tan amable y la vez que me pasó... no terminó nada bien.

- Mucho gusto, soy Lluvia.

- Lindo nombre...- tenía una sonrisa perfecta, era un hombre bastante atractivo, su mirada estaba fija sobre mí, la sentía como brazas ardientes sobre mi piel. - ¿Te gustaría conocer un poco más el pueblo? Sé de un lugar que venden helados estupendos.

Levanté el rostro con rapidez, como una niña pequeña, en verdad me encantaba el helado aun en temporada de frío no le diría que no a una porción de un delicioso helado de vainilla, Ryan notó quizás el brillo y emoción en mis ojos, ya que una gran y perfecta sonrisa se dibujó en su rostro.

- Me gustaría conocerlo si no es molestia y no estás ocupado...

- Para nada, tengo todo el tiempo del mundo, vamos.

Ambos comenzamos a cruzar el puente de piedra y dirigirnos a la otra parte del pueblo donde había muchas más tiendas y negocios.

~~~~~~~~~

Sin duda era el helado casero más delicioso que había probado, ya llevaba 3 vasitos de diferentes sabores, todos eran fenomenales; me llevé una cucharada a la boca cerrando los ojos y dejando que el delicioso sabor a fresa acariciara mi lengua y provocara una explosión de sabor en mi boca al combinarse con la dulce leche condensada, una risa algo ronca me hizo volver a la realidad, abrí los ojos para toparme con los de Ryan, quién saboreaba su cono de helado de limón mientras sonreía divertido al verme, me sentí apenada al instante y le regalé una sonrisa tímida.

- Lo lamento... me encanta el helado.

- Sí, me doy cuenta, pero no te preocupes, no te culpo, es verdaderamente delicioso.

Era un chico agradable, empezaba a sentirme un poco más comoda con él, yo era una persona bastante perceptiva, así que no tarde en darme cuanta que éramos observados por un grupo de 3 chicos a la distancia, vestían con chamarras de piel oscuras y camisas blancas, presté atención al chico que tenía al frente, Ryan estaba vestido igual.

- ¿Perteneces a un grupo de motociclistas o algo así? - le pregunté con curiosidad, él arrugó la frente, pero no dejó de sonreír, se dejó caer en el respaldo de su silla y siguió comiendo su helado.

- ¿Tengo facha de motociclista? ¿Qué te hace pensar eso?

- No se responde una pregunta con otra... - le dije y tomé otra cucharada de mi vasito de helado. - Pregunto por qué parece que llevan algún tipo de uniforme

- ¿Llevamos? - esta vez su sonrisa se borró, me observaba con atención

- Si, tú y los chicos que tienen rato observándonos, supongo que son tus amigos.

De una manera para nada discreta el giró totalmente su cuerpo y miró hacia atrás, supongo que su mirada se encontró con la de ellos, ya que estos comenzaron a sonreír de una manera más amplia, yo bajé la cabeza, me sentí como una chismosa viendo su intercambio de señas a la distancia.

- Tengo que irme, Lluvia... lo lamento, sé que te dije que no estaba ocupado, pero surgió un pendiente... ¿Podemos vernos mañana?

Levanté el rostro y mis ojos se toparon con los de él, en realidad me encantaría tener compañía y seguir conociendo el pueblo, pero no quería que él se hiciera una idea errónea de la situación.

- Si, claro, pero no es una cita... - él comenzó a reír.

- De acuerdo, entiendo, solo será otra salida en plan de amigos, nos vemos mañana a las 10:00 am en el puente... ah, y no salgas de noche por favor, cierra tus ventanas.

Eso último me lo dijo con total seriedad, no había ni una pizca de humor en su rostro, mirada o voz... asentí y él se dio la vuelta atravesando la calle para llegar a donde estaban los demás, me dedicaron una mirada pasajera y se marcharon. Suspiré y me dispuse a terminar mi helado.

            
            

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