Irresistible encanto
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Capítulo 10 Come - Second part

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* Cantando a todo pulmón – Cheap Thrills *

"Come on, come on, turn the radio on. It's Friday night, and it won't be long. Gotta do my hair, put my make-up on. It's Friday night, and it won't be long"

"'Til I hit the dance floor, hit the dance floor. I got all I need. No, I ain't got cash, I ain't got cash. But I got you, baby"

"Baby, I don't need dollar bills to have fun tonight (I love cheap thrills). Baby, I don't need dollar bills to have fun tonight (I love cheap thrills). But I don't need no money. As long as I can feel the beat. I don't need no money. As long as I keep dancing."

- ¿Hay alguna manera de hacerla callar? – me pregunta Mark de manera muy suplicante mientras que yo solo atino a encogerme de hombros.

- Creo que es el precio que tienes que pagar por conocer a su padre – respondo de manera desinteresada

- Por favor, Liana – me responde – tiene que haber alguna manera de callar a la pelirroja – me habla de forma casi desesperada, lo cual me hace reír.

- ¡Cállate de una maldita vez, Mark! – le responde mi amiga - ¡No me dejas disfrutar de esa estupenda canción por tener que escuchar tus quejas! – agrega mientras baja el volumen de la radio y se estaciona a un lado de la pista.

Nos encontrábamos en la intersección de la calle Rews con Collins (exactamente por el semáforo)

- ¡Al fin! – exclama mi amigo muy emocionado - ¿Ya llegamos? – dice mientras se dispone a mirar por la ventana del auto – Espera, este no es el Gritzel Hostin - menciona con el ceño levemente fruncido.

- ¡Claro que no, idiota! – le responde Rizz, lo cual ocasiona que Mark la mire con dureza, pero mi amiga no parecía inmutarse ante ello, lo que produce que Mark se frustre mucho más. «Estos dos sí parecen unos niños» - pienso - «¡Por dios! ¡Qué calor da esta cabeza de pollo!» - me digo mentalmente mientras me la saco.

- Estás pasando los límites pelirroja – le aclara Mark mientras la mira con los ojos ligeramente entrecerrados.

- ¿Ah sí? – pregunta mi amiga mientras voltea a mirarlo con una ceja alzada - ¿Y qué harás? – termina por cuestionar a modo de reto

- No sé – dice Mark mientras se baja del auto. Este acto suyo me hace mirarlo extrañada «¿Acaso se va?» – pienso - «No, imposible, pues está muy interesado en conocer al señor Derek» - concluyo. Pero de pronto, veo cómo rodea el auto para ocupar el asiento del copiloto. Mi amigo se sienta y cierra la puerta del auto para luego posar uno de sus brazos sobre el asiento del conductor (el cual ocupaba Rizz obviamente) y se acerca de la misma manera en la que se acercó a mí en su departamento, lo cual me hace sonreír, pues el muy tarado quería intimidar a mi amiga. «Pierde su tiempo» - me digo a mí misma mentalmente.

- ¿Qué crees que estás haciendo? – le cuestiona mi amiga mientras mantiene su gélida mirada al frente de la pista.

- Me caes bien, Rizz – le dice mi amigo mirándola fijamente. Ante aquellas palabras, Rizz voltea a observarlo. – Y me gusta lo terca que puedes llegar a ser – concluye finalmente mientras trata de acercarse para darle un beso, pero Rizz es más rápida y pone una mano para impedir ello.

- Ni se te ocurra – le responde mi amiga. Ante aquella acción, Mark aprovecha para darle un beso en la palma de su mano. Acción que Rizz, por supuesto, no se esperaba.

- Tienes un buen aroma, pecosa – termina por decir Mark para regresar a su asiento y terminar por colocarse su cinturón de seguridad mientras veo que mantiene un aire de victoria ante el gesto de incredulidad que mantiene mi amiga.

- Son tal para cual – menciono mientras sonrío un poco y niego con mi cabeza - Apuesto 200 dólares a que terminan juntos – digo en voz alta lo que estaba pensando, lo cual provoca que la sonrisa que mantenía se me borrase en un dos por tres y que Rizz me mirase de manera fulminante mientras que Mark se ponía serio nuevamente.

- Es solo un juego, Liana – aclara Mark – las pelirrojas no me atraen - responde con seriedad

- ¿Y tú crees que los presumidos ojiverdes a mí sí? – le pregunta mi amiga – ni en tus sueños, así que pierdes el tiempo coqueteándome.

- Bueno, bueno, vámonos ya que no soporto este disfraz – agrego para aligerar un poco el ambiente tan denso que se había formado. – Por cierto, ¿Qué hora es? – cuestiono

- Las 20 horas y 50 minutos – Responde Mark

- Llegaremos en 20 minutos, Liana – añade Rizz – Por cierto, la cabeza de pollo te queda bien, ¿por qué te la quitaste?

- Me estaba asfixiando, Rizz – menciono – Además, en el trato no estaba que media ciudad me viese con este ridículo traje y ... - medito – ahora que lo pienso, creo que hacer esto no me ayudará a aumentar mi autoestima – digo - ¿En serio eres mi amiga, Rizz? – le pregunto.

- Esta noche trabajaremos tu seguridad, cariño – me responde ella – agradéceme; soy la mejor amiga que hayas podido encontrar en todas tus vidas paralelas.

- Si tú lo dices – agrego mientras me encojo de hombros

- Aunque tienes mucha razón – menciona mientras empieza a poner el auto en marcha nuevamente – tal vez ya no deberías ser el pollito feliz, sino un despistado correcaminos – termina por decir mientras empieza a reírse de manera exagerada.

- Muy graciosa – le respondo con desgano – como a ti no te miraron como si quisieran matarte – le digo – ¡Pero vamos!¡Disfrútalo! – menciono – ni a mi mayor enemigo le desearía encontrarse con ese hombre. – termino por añadir.

- No seas exagerada, Liana – me dice Mark – no creo que Lucifer se haya escapado del infierno solo para visitarte.

- No seas tonto, Mark – le digo – Pero bueno, sí; tal vez esté exagerando un poco.

- Bueno, dejemos de hablar del demonio de Liana y solo limitémonos a pensar en las caras estupefactas que veremos esta noche por ver a entrar un pollo al Hostin. – dice Rizz muy emocionada con una gran sonrisa plasmada en su rostro, pues incomodar a las personas, al parecer, era su pasión

- Sí, acabemos con esto de una vez. – digo – ¡sube el volumen, Rizz! ¡Que la noche es joven y recién empieza! ¡Y este pollito quiere bailar!

- Noooo .... Por favor – responde Mark mientras se hecha sobre el asiento.

- La misma otra veeeezzzz – grita Rizz - Woooooooohhhhhh

"Come on, come on, turn the radio on. It's Friday night, and it won't be long. Gotta do my hair, put my make-up on. It's Friday night, and it won't be long"

"'Til I hit the dance floor, hit the dance floor. I got all I need. No, I ain't got cash, I ain't got cash. But I got you, baby"

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* * * * * * * DASTON * * * * * * * *

- Ya estamos por llegar – me digo – solo unos minutos más – me animo, ya que me sentía muy cansado por conducir mucho hoy.

Miro mi reloj y son las 8 y 40 minutos, así que tenía 20 minutos para poder llegar a la cena.

«Voltee a la derecha en dirección de la avenida Rews con Collins» escucho las indicaciones que vienen del altavoz de mi celular. Me limito a seguir aquellas mientras pienso en el día de hoy. Hoy es mi cumpleaños y cumplo 50 años de vida; literalmente, sentí que los años no pasaban y que estos eran muy lentos, pero no, pues ya iba a cumplir 50.

Veo que el semáforo está por cambiar a la luz roja, por lo cual me detengo lentamente y me permito seguir pensando en cada uno de los años de mi vida, especialmente en los últimos 13 años de esta, pero me llama la atención la escena que veo. Hay un auto estacionado a mi lado derecho (el cual es muy parecido al que vi en la tarde de hoy, ya que el modelo parecía ser muy auténtico) y veo cómo dentro de aquel hay un hombre que baja la ventana de este y se dedica a mirar de manera cautelosa el exterior, pero se le ve un poco irritado; sin embargo, no es esto lo que llama mi atención, sino que, dentro de aquel auto, también se encontraba una persona disfrazada de un pájaro. Ver ello me parece demasiado gracioso y extraño, pues nunca me había topado con un pájaro en un auto (No en una fecha distinta a la de Halloween, pero ni siquiera ello). No entendía qué podría estar haciendo una persona vestida de pájaro por esta zona. Así que podría deducir que se tratase de una especie de reto para esa persona hecha por el hombre y la mujer que iban en el auto y quienes, al parecer, estaban discutiendo.

- ¡Ay, Diana! – me dirijo a mi esposa – las cosas que hacen los jóvenes – le digo mientras me permito reír un poco y a negar con la cabeza.

Me siento curioso por aquella escena, pero el semáforo cambia y sé que debo seguir mi camino si no quiero llegar tarde.

-Bueno, amor, dejaremos la curiosidad para otro momento – me dirijo a la foto mientras pongo en marcha mi automóvil nuevamente.

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