* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
* * * * * * * * * * * * * * LIANA * * * * * * * * * * * * *
Y ahí estaba yo, escuchando la loca idea de mi mejor amiga, la cual me recuerda una de las travesuras que hicimos juntas en uno de los cruceros de su papá. Cierto, no les he contado mucho de Rizz. Seré muy breve. Rizz es la mejor amiga que he podido tener, nos conocimos en mi fiesta de cumpleaños número 18; en ese entonces, ella tenía 21. Rizz es la prima lejana de mi ex prometido, Steve Loward, en quien no debo si quiera volver a pensar. Bueno, conocí a Rizz un 25 de diciembre (sí, para colmo, mi mamá tuvo que soportar todos los dolores que conlleva un parto el mismísimo día de Navidad solo porque a mí se me ocurrió adelantarme, pero ese día es otra historia). Bueno, mi ex prometido la llevo a la cena de navidad y de cumpleaños que mi madre había preparado para aquella fecha y ello no fue porque a él se le ocurriera, sino que fue por insistencia de su padre, pues Rizz era nueva en esta ciudad, ya que toda su vida la había pasado en Europa, continente del cual se había resistido a salir, pues, en su opinión, aquel era su propio paraíso. Ella pensaba todo eso antes de que sufriera su primera gran decepción amorosa, experiencia que la llevó a alejarse de ese continente y darse la oportunidad de conocer otros lugares maravillosos de este planeta. Así que, ante ello, decidió conocer la mayor cantidad de lugares maravillosos en un viaje de 180 días (¡Exacto! Al mismo estilo que el de la película), pero no lo terminó, ya que su padre la obligó a venir a Norteamérica para hablarle de los estudios que debía culminar. Y así es como esa guapa pelirroja llegó a pisar suelo norteamericano para terminar enamorándose del estilo de vida que se vivía aquí.
- Y eso es todo - concluye Rizz muy sonriente al terminar de contarnos su idea
- Definitivamente, estás loca – refuto
- Definitivamente, no podría estar más de acuerdo contigo, pecosa – agrega Mark – es una excelente idea – continúa aquel – ya quiero ver eso y ... - piensa – está por demás decir que todo ello será grabado – termina de agregar mientras se tira sobre el colchón con los brazos extendidos.
- No hay forma de que haga ello – refuto muy segura - ni así me pagaran millones
- ¡Oh no! – exclama Rizz – claro que lo harás señorita – agrega – sabes que me la debes
- Pero podría ser de otra manera, Rizz – le respondo – No disfrazándome de pollo y hacer el estúpido baile ese en medio de toda esa gente – digo – No es que me importe lo que piensen esas personas, sino que, simplemente, no deseo hacer el ridículo – termino por decir.
- ¡Vamos, Liana! – agrega mi amiga – Nos vamos a divertir – añade - ¿Acaso no recuerdas todas las veces en las que hemos hecho eso en lugares similares y con distintos disfraces? – me pregunta
- Sí, claro que lo recuerdo – digo
- ¿Y no recuerdas acaso que la pasábamos muy bien? – me cuestiona – era nuestra terapia para un día jodido, Liana. No nos importaba nada, nos divertíamos viendo las caras estupefactas de esas personas al arruinar sus cenas con nuestras bromas infantiles – me aclara – Es cierto, hacíamos el ridículo, pero nos la pasábamos como nunca y nos reíamos como locas – termina por decir
- Lo admito, era divertido, pero ya no tenemos 20, Rizz. – respondo
- Vamos, Liana, dale una oportunidad más a tu niña interior – me dice mientras me mira fijamente – Aunque debo admitir que ahora tengo más curiosidad, ya que no estás convencida de hacerlo, así que no sé cómo te saldrá ese baile – termina por decir mientras se echa a reír.
- Waaaoo - menciona Mark, de quien ya me había olvidado que existía – ustedes 2 sí que estaban locas – agrega – Perdón, ¡están locas! – dice mientras se sienta para pararse – Mira que arruinar cenas con un espectáculo como ese - dice mientras se ríe - ¿Pero cómo las dejan entrar? – Pregunta con interés, ante lo cual Rizz y yo nos miramos de manera cómplices y empezamos a reír – No se supone que ese lugar es para invitados exclusivos y; además, ... - se muestra pensativo – ¿para el Hostin no se saca reservación con meses de anticipación? – pregunta curioso
-Pues sí – dice Rizz mientras se encoge de hombros – pero para algo debe servir ser la hija de Dereck Gritzel Hostin – ante lo cual Mark la mira con sorpresa.
- ¿Es en serio, pecosa? – pregunta con interés
- Sí, por qué – agrega Rizz
- Pues llevo meses escribiéndole para que me pueda dar la oportunidad de tocar en sus fiestas de fin de año – menciona – Si lo hubiera sabido antes, tal vez te habría hecho caso hace tiempo – agrega con burla.
- Imbécil – le responde Rizz – Ni que estuviera interesada en ti – termina por decir
- Sí, claro – le responde Mark – pero tienes razón, el que me interesa es tu papá – agrega
- Tarado – le responde Rizz
- Creída – añade Mark
- Presumido – continúa la pelirroja
- Loca
- Eso ya lo sabía – termina diciendo mi amiga mientras le saca la lengua
- Ok, Ok, ya basta de sus coqueteos – menciono en voz alta para hacerlos callar
- No sé de qué hablas – menciona Mark
- Te estás equivocando Liana – agrega Rizz – aquí el único interesado es el presumido ese que tienes como amigo – me dice, ante lo cual Mark trata de agregar algo, pero yo me le adelanto ...
- Vale, vale, sus asuntos maritales los resuelven después – menciono, ante lo cual me gano sus miradas llenas de odio, (gesto que me hace reír) – Ahora, vámonos antes de que me arrepienta – ordeno
- Está bien, está bien – dice mi amiga – pero Mark y yo debemos vestirnos para la ocasión.
- Espera ¿qué? – pregunto conmocionada
- Sí, querida - me responde Rizz – el reto es solo para ti - agrega sin preocupación – Ve a cambiarte, Mark, lleva tu mejor traje de gala – le ordena – fácil y te presento a mi papá – le dice mientras le sonríe amablemente.
- ¿En serio harías eso por mí? – le cuestiona mi amigo
- Me caes bien después de todo – responde la pelirroja mientras se encoge de hombros
- Bueno, regreso en 20 minutos – agrega Mark mientras sale del departamento con Scrappy para ir a vestirse.
- Bien, Liana, el traje de pollo está debajo de tu cama – me dice
- ¿Qué? – pregunto extrañada
- Sí, te lo traje la semana pasada y lo dejé ahí – me responde – sabía que lo volveríamos a usar.
- Está bien – le digo mientras me acerco a abrazarla – Gracias, Rizz – le digo mientras sonrío.
- Ve, cámbiate rápido que no hay mucho tiempo – me ordena
- Ok, mamá – le respondo mientras llevo una mano a mi sien en señal de que obedezco al sargento. – Por cierto – sigo diciendo – a tu papá le volverán a salir canas verdes por nuestras travesuras – agrego
- Él entenderá – se limita a decir
* * * ** * * * * ** * ** * *** ** * * * * * * * ** * * ** * ** * ** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *