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* * * * * * * * * LIANA * * * * * * * * * * * * *
Luego de que Mark entrara a su habitación, me dirijo a saludar al pequeño ser que era la razón por la que estuviese aquí (en el departamento de mi vecino y amigo).
-Hola, pequeño amigo – saludo a Scrappy – vaya, pero qué hambriento estás – digo mientras veo cómo se come a uno de sus gusanos de harina, lo cual me provoca un poquito de asco. – Pues bien, Scrappy – comienzo mi discurso - tú has sido el afortunado seleccionado para ser parte de una de las mejores bromas del mundo que le jugaré a mi querida amiga Rizz. Por favor, no me vayas a decepcionar, amigo, mira que luego te daré muchos gusanos de harina más como recompensa – le hablo al animal como si realmente me estuviese prestando atención – Iba a continuar hasta que escucho una risa burlona por parte de Mark, aquel ya se encuentra vestido y apoyado en el marco de la puerta de su habitación.
- Vaya, ahora sí que te volviste loca – me dice mientras se dedica a negar con la cabeza
- ¿Acaso nunca le has hablado a los animales? – lo miro con los ojos entrecerrados – Es más, ¿no me digas que nunca le has hablado a algunas de tus mascotas? – cuestiono
- Pues no – añade él muy tranquilamente – Aún no he llegado a ese nivel de locura – dice a la vez que empieza a caminar en mi dirección – Pero no me molestaría empezar a hacerlo si con eso le agrado un poquito más a la chica que me gusta – termina diciendo mientras se acerca a mí y me acorrala pasando ambas manos a cada lado de mi cuerpo a la vez que las apoya sobre la mesa en la que se encuentra el terrario de Scrappy. Esta acción me pone sumamente nerviosa, no estaba entendiendo nada y ya me sentía muy incómoda. Trato de retroceder, pero no tengo a dónde.
- ¿Qué pasa, Liana? – me habla muy cerca de mi oído y es esa acción la que me provoca ganas de huir, pues sentí mi piel escarapelarse. «carajo, en qué estoy metida» pienso. Hasta que escucho una gran carcajada por parte de mi vecino y amigo a la vez que veo cómo me vuelve a dar mi espacio y se sigue (literal) matando de la risa mientras que yo vuelvo a recuperar mi tranquilidad.
- Me la debías – continúa diciendo – es prácticamente lo mismo que hiciste conmigo – añade a la vez que veo cómo trata de calmar su risa – hubieses visto tu expresión, fue demasiado épica – y continúa riéndose, lo cual empezaba a hartarme, pero a quién mentiría, el chico tenía la razón, pues lo que le había hecho minutos atrás era muy parecido; es más, casi podría jurar que fue por ello que se quedó tan ido y callado.
- Liana – me llama - ¿estás bien? – me mira preocupado - Disculpa, yo no pretendía incomodarte. Soy un imbécil, perdóname.
- Tranquilo, Mark, no te preocupes – le digo – Sí, creo que lo que te hice fue parecido, pero en ningún momento te arrinconé o te quité tu espacio – termino por añadir y veo cómo su expresión cambia a una seria y siento culpabilidad de su parte de forma inmediata.
- Liana, yo ... lo siento – me dice – lo último que quería (y quiero) es incomodarte. En serio, yo...
- Mark, Mark, tranquilo – le hablo – solo ha sido una broma es solo que yo – pienso en todos los episodios vividos con Steve – nada – digo finalmente.
- Por favor, discúlpame – lo escucho suspirar con pesadez y medio apenado.
- Mark, en serio, tranquilo, no pasa nada. – agrego – después de todo, solo ha sido una broma entre amigos, tú te la cobraste, pero aún me falta hacerlo a mí – menciono mientras le sonrío, pues vi que se había puesto muy serio y su preocupación se hacía cada vez más presente – así que anda con cuidado porque aún me debes una buena – termino por decir mientras le guiño un ojo.
- Trataré de estar alerta entonces – añade mientras sonríe y eso me hace saber que la tensión de su cuerpo de ha disipado un poco, lo cual me hace sentir muy bien, pues mis traumas del pasado y el miedo a ser agredida cada vez que alguien se acercara no tendría por qué afectar mis relaciones presentes.
- Te quiero, Mark, eres un gran amigo – me acerco a él y lo abrazo.
Siento cómo él se tensa un poco, pero luego corresponde a mi abrazo y siento cómo deposita un beso sobre mi sien.
Mark era una excelente persona y estaba segura de que sería incapaz de hacerme daño algún día. De hecho, cuando llegué a este lugar (muy alejado de mi casa anterior) él fue un gran apoyo para mí, pues justo acababa de terminar mi compromiso con Steve Loward; y mi vecino, el cual me pareció muy molesto al inicio, ya que siempre iba a mi casa a entregarme algún postre, pues según él, eso hacían los buenos vecino; siempre solía tratar de hacerme reír hasta que un día lo logró, aunque no todo el mérito fue suyo, ya que tuve a otras personas apoyándome; así como recibí apoyo profesional por parte de una psicóloga y un psiquiatra, el cual trataba mi depresión. Ahora me encontraba mucho mejor, pero solían haber días en los que no me sentía bien y, en esos momentos, sabía que podía contar con Rizz, tal y como está sucediendo ahora, pues llevaba aproximadamente 5 días sintiéndome otra vez vacía, pero bueno, sé que es parte del proceso y estoy segura de que algún día debería doler menos y sobre todo sé que algún día dejaré de extrañar a mi agresor o, mejor dicho, dejaré de sentir que dependo de él para estar bien y ser feliz.
-No sé qué haya pasado, Liana, pero sabes que siempre estaré para ti. – me dice
- Gracias, Mark. – le digo - ¿sabes algo?
- ¿Qué? – me dice
- La mujer con quien te toque compartir tu vida será muy afortunada – le digo, ganándome con ello una sonrisa de su parte – realmente eres el paquete completo. Aunque ... - continúo hablando
- Aunque ¿qué? – me mira fijamente
- Aunque también se ganará a un niño y todos los problemas y travesuras que vienen con él – le digo riendo.
- Muy graciosa – me responde – Pero ello forma parte de mi encanto – menciona a la vez que me guiña un ojo. Ante lo cual solo me queda reírme junto a él.
- Bueno – continúa hablando Mark – y para qué necesitas a mi pequeño amigo – cuestiona
- Pues verás, le quiero presentar a una amiga – digo y, ante ello, me gano una mirada curiosa de su parte.
- Creo que entiendo – me mira sonriente – dime – agrega - ¿se trata de la guapa pelirroja que vive prácticamente contigo? – me pregunta
- ¿Es en serio, Mark? – le pregunto – no han pasado si quiera 5 minutos desde que trataste de seducirme y ya quieres lanzarte a conquistar a mi amiga? – le pregunto mientras uso un tono de voz indignado, lo cual lo hace reír.
- Es cierto, pero debo agregar que mientras trataba de seducirte, lo único que vi en tus ojos era la forma que buscabas de escapar de mí, sin importar si aquella forma era tirándote por la ventana – agrega, lo cual me hace reír.
- Muy cierto – añado – pero bueno, ¿me prestarás al pequeño Scrappy? ¿Qué dices? – le pregunto
- Está bien, pero con una condición
- La que sea - digo con seguridad
- Quiero ser parte del plan – me contesta – tu amiga pelirroja me debe una de la vez en la que prácticamente me botó de tu departamento en nuestra cena dominical. – Rio ante ello, pues aún recordaba ese episodio.
Recuerdo que había invitado a ambos a cenar, pero Mark se encargó de molestar a Rizz durante toda la cena con sus bromas, aunque debo mencionar que fue Rizz la que empezó con ello, pues tildó a Mark de "rebelde con banda" y con esa frase empezaron una serie de sobrenombres, uno más creativo que el otro. Fue lo máximo, realmente me divertí.
-Hecho – le digo – me parece justo – agrego mientras estiro una mano en su dirección.
- Trato entonces – dice él mientras toma mi mano y asiente con la cabeza – Bueno, vayámonos y no perdamos más el tiempo.
- Cierto, qué hora es – le pregunto interesada.
-Las diecinueve horas y treinta minutos – responde él
- Vaya, ya han pasado 30 minutos desde que la dejé en la cama. - le respondo
- Bueno, no perdamos más tiempo – veo cómo toma a Scrappy de su terrario y lo pone sobre su pecho.
- Bien, vamos – respondo.
- Bueno, siendo las diecinueve horas y treinta y dos, damos comienzo al plan "pelirroja ho ho ho" – lo miro con cara de "Ya empezó otra vez con su niño interior" – No me mires así, sabes que esto es parte de mí – me regaña
- Lo sé y eso es lo que te hace especial – agrego.
- Bueno, ¿lista, señorita? – pregunta
- Lista – respondo llevando una mano hasta mi sien y tratando de hacer un saludo de soldado
- ¿Listo, Scrappy? –cuestiona
- ¿No que no hablabas con animales? – cuestiono divertida
- Pues creo que ya me contagiaste tu locura, castaña - me dice – ahora, marchando – me ordena - Que tenemos a una pelirroja por espantar
Y así es como vamos de salida de su departamento con rumbo hacia el mío para comenzar con nuestra pequeña broma de niños de kínder.
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