Capítulo 5 Cometí un error

En la familia Hopkins, hablar de Kevan estaba prohibido; no era el hijo biológico de Mabel, sino el hijo de una mujer que sostuvo un romance con Jason Hopkins, el padre de Matthew.

Durante años, Mabel mantuvo un enfrentamiento feroz con la madre de Kevan. Años atrás, parecía que Mabel estaba a punto de triunfar cuando Kevan de repente ingresó en una prestigiosa universidad en Orksall, donde cursó carreras en finanzas y derecho, lo que impulsó la posición de su madre.

Con su regreso después de la graduación, Matthew, siendo el segundo hijo, se sintió bastante incómodo.

Jessica no conocía a este misterioso cuñado, así que hizo un esfuerzo para calmar a su marido. "Matt, no te estreses. Es solo un niño que nació fuera del matrimonio. Tu padre no permitirá que él te eclipse".

Matthew asintió distraídamente y luego se dirigió a la ducha.

En el instante que él se fue, Jessica comenzó a hurgar en su celular. El código para desbloquear la pantalla era 0520, la fecha de su aniversario de bodas, lo que parecía una prueba de amor de su marido hacia ella. Sin embargo, eso no la hizo olvidar que él tenía una amante.

Casi de inmediato, recibió un mensaje de texto de parte de Evelyn. "Matthew, el vientre comenzó a dolerme desde el momento en que te fuiste. Parece que no solo yo, el bebé tampoco soporta estar separado de ti".

La chica quedó horrorizada conforme seguía leyendo; sus mensajes eran morbosos, con Evelyn enviando a menudo fotos muy provocativas; incluso Jessica, como mujer, halló las imágenes demasiado reveladoras, incapaz de imaginar la reacción de Matthew.

Entonces, vio una de las respuestas que él le envió: "Cariño, tus pechos son muy grandes y tiernos. Me excito de solo mirarlos. Esta noche te haré gritar como nunca".

Jessica se burló. Su marido la había engañado haciéndole creer que sufría de una disfunción eréctil grave, pero resultó que no tenía lívido porque había estado gastando todas esas energías con otra mujer.

La chica se burló de sí misma; ya que todo este tiempo creyó que era la responsable de esta situación.

Jessica rápidamente tomó otro celular y grabó el historial de chat; para el trámite de divorcio, estos mensajes conformarían una prueba contundente.

De repente, Matthew regresó y preguntó: "¿Dónde está mi celular?".

La chica se asomó desde la cocina y respondió: "Ni idea".

Sin tomarse la molestia de vestirse, él comenzó a buscar su celular; cuando vio a su esposa en la cocina, se sintió mucho más tranquilo.

Mientras tanto, Jessica le envió un mensaje a Braelynn, solicitando urgentemente el contacto de Andrew, el médico del departamento de ginecología que la atendió en el hospital.

Su amiga le preguntó a través de otro mensaje de texto: "¿Planeas tener un bebé?".

Jessica le respondió: "No, estoy buscando a alguien que pueda llenar el vacío en mi corazón y mi cuerpo".

La respuesta de Braelynn llegó inmediatamente: "¡Vaya, eso es bastante atrevido y poco convencional! ¿De verdad sigues siendo la misma Jessica que conozco?".

Jessica ya lo había pensado bien. En el pasado, dejó que las reglas la restringieran, lo que permitió que un idiota como Matthew se aprovechara de ella. ¡De ahora en adelante, viviría solo para ella y no para cumplir las expectativas de alguien más! ¿Fingir y sostener aventuras casuales? ¡Cualquiera podría hacer eso!

Jessica envió otro mensaje. "¡Por favor, date prisa! Es difícil encontrar a alguien que me guste tanto".

Cuando solo era la novia de Matthew, se desenvolvía con una actitud conservadora; sentía ganas de huir cada vez que él le hacía insinuaciones, por lo que nunca llegaron a tener intimidad.

Después del matrimonio, Jessica consultó a muchos psicólogos para que la ayudaran a resolver esos problemas. Cuando finalmente lo superó, su marido ya no mostró ningún interés, lo que la hizo culparse a sí misma. Sin embargo, ahora sabía que disfrutar del sexo o no dependía en gran medida de las habilidades de su pareja.

El tiempo pasó volando y ya había transcurrido un día.

Jessica y Matthew fueron juntos a la residencia de Hopkins; Jason había organizado una cena familiar para celebrar el regreso de Kevan.

A pesar de su disgusto hacia ese joven, Mabel forzó una sonrisa para mantener las apariencias, un gesto que mantuvo por el bien de su marido.

Desde pequeño, Matthew siempre tenía miedo de su padre.

Cuando Jason comenzó a hablar de negocios, su hijo respondió con cautela.

"Ahora que Kevan ha regresado, estoy pensando en integrarlo a la empresa. ¿Qué te parece?", preguntó Jason.

Antes de que Matthew pudiera responder, Mabel expresó su objeción: "¿No se supone que él estaba estudiando medicina? ¿Qué puede saber un médico sobre cómo dirigir una empresa? Además, prometiste que una vez que Matthew se casara, él se haría cargo de la empresa".

"¿Yo dije eso?", la cuestionó Jason mientras sus ojos se dirigían al abdomen de Jessica, frunciendo el ceño. "Ya pasaron tres años desde que se casaron. ¿Por qué todavía no han tendido un bebé?".

Mabel respondió rápidamente: "¡Eso sucederá muy pronto! Últimamente la he estado llevando a numerosos chequeos médicos. ¡Todo es para que quede embarazada este año!".

La chica rodó los ojos discretamente. ¡Ella no era una máquina de hacer bebés!

Jason declaró con severidad: "Más vale que suceda pronto. Realmente anhelo tener un nieto".

Matthew puso un brazo sobre los hombros de su esposa. "No te preocupes. ¡Pronto te daremos un nieto!".

Jessica apretó los puños; ese supuesto nieto probablemente saldría del vientre de su amante.

Ya eran más de las siete; la mesa del comedor estaba preparada, pero Kevan todavía no aparecía por ningún lado.

Matthew miró hacia la puerta y se quejó: "Kevan es realmente único. Ni siquiera se ha molestado en venir, pero seguimos esperándolo".

El disgusto de Mabel era evidente cuando murmuró: "Actúa como si fuera el legítimo heredero de la familia Hopkins. ¡Es solo un niño nacido fuera del matrimonio! ¿Por qué actúa de manera tan altiva y arrogante?".

La frente de Jason se arrugó ligeramente.

Como nadie había tomado asiento, Jessica también permaneció de pie.

Después de casarse con un miembro de la familia Hopkins, ella solo había escuchado historias sobre su cuñado; no sabía cómo era, ya que ni siquiera había visto fotografías de él.

Cada vez que Jason no estaba presente, Mabel prohibía a la familia mencionar a Kevan y también se aseguraba de que estuviera ausente en todas las fotografías familiares.

Braelynn por fin había conseguido la información de contacto de Andrew.

Esbozando una sonrisa radiante, Jessica le envió una solicitud de amistad con un mensaje que decía: "Doctor George, recuerdo con cariño nuestra aventura de una noche".

En ese momento, Mabel anunció que no esperarían más. Mientras la familia se preparaba para dirigirse al comedor, entró un hombre que se desenvolvía en una actitud noble y relajada. "Papá, lo siento mucho. Llegué tarde".

Jessica arqueó una ceja al escuchar esa voz familiar; reaccionando por acto reflejo, se giró para mirar al recién llegado.

El hombre que entró iba ataviado en un abrigo largo, midiendo aproximadamente un metro ochenta de altura, con rasgos bien definidos y un aire de distanciamiento; su complexión le resultaba sorprendentemente familiar.

A medida que Kevan se acercaba, sus rasgos se hicieron más claros; ahora estaba a la vista su puente nasal prominente y sus labios, los cuales se encontraban ligeramente fruncidos.

La chica retrocedió instintivamente. ¡Maldición! Allí estaba el hombre con el que tuvo una aventura de una sola noche.

Matthew fue el primero en acercarse a él para darle la bienvenida. "Kevan, te estábamos esperando. Déjame presentarte. Esta es mi esposa, Jessica Reynolds. Creo que ustedes dos no se conocían".

La mirada distante de Kevan se encontró con los ojos sorprendidos de la chica.

En ese momento, la solicitud de amistad de Jessica fue aceptada.

Andrew respondió con un mensaje. "¿De qué carajo hablas? ¿Cuándo tuve una aventura de una noche contigo?".

"Él... ¿Él quién es?", preguntó Jessica tartamudeando, apretando su celular con fuerza.

"Kevan es tu cuñado", le aclaró Matthew a la vez que daba una palmada tranquilizadora en su hombro. "¿Qué esperas? ¿No vas a saludarlo?".

"¿Es mi cuñado? Entonces él es el famoso Kevan", pronunció Jessica, quien seguía parpadeando con sorpresa.