Capítulo 6 El resentimiento ardía en su interior

La sorpresa de Jessica era evidente, e incluso Jason lo notó. La expresión de Mabel se tornó sombría mientras traía a la chica hacia su lado.

"¿Por qué estás tan sorprendida? ¿No vas a saludarlo?", le espetó su suegra con evidente indignación.

Mabel siempre la percibió como una chica ingenua y tímida, así que todo el tiempo le hablaba con una voz teñida de fastidio y desprecio.

Jessica rápidamente volvió en sí y respondió: "Lo siento, es solo que tengo dificultades para socializar con personas que no conozco. Pido disculpas si los incomodé".

En contraste con su ansiedad, Kevan era la imagen de la serenidad; sus ojos, profundos y oscuros, no delataban ninguna emoción. "Hola".

Previamente, durante su encuentro íntimo, él la llamó cariñosamente "bebé". Durante el chequeo médico adoptó una actitud profesional, actuando con total frialdad. Ahora, en presencia de toda la familia Hopkins, le habló con total naturalidad, como lo haría alguien con su cuñada.

Jason frunció el ceño y dijo: "Llegaste muy tarde. ¿No sabías que todos te estábamos esperando?".

Kevan esbozó una sonrisa culpable y respondió: "Lo siento, pero me quedé atrapado en el tráfico cuando salí del hospital".

Una sonrisa burlona se dibujó en el rostro de Mabel cuando dijo: "Ve a lavarte y únete a nosotros para cenar. Por un momento pensé que llegaste tarde a propósito. Parece que tu temperamento ha mejorado después de tres años".

Su comentario estaba lleno de sarcasmo, reprendiendo sutilmente a Kevan por haber sido grosero y difícil de tratar en el pasado. Durante la cena, colocó estratégicamente a Kevan en el extremo más alejado de la mesa.

Esta reunión supuestamente tenía como objetivo darle la bienvenida a casa, pero a juzgar por la manera en que Mabel dispuso los asientos, parecía que en realidad pretendía insultarlo.

Sin embargo, él permaneció imperturbable; tomó asiento sin quejarse, casualmente al lado de Jessica.

Una vez que se acomodó en su asiento, la chica sintió un intenso calor en su mirada y se abstuvo de moverse hacia la izquierda.

"Ahora que has vuelto, ¿planeas seguir trabajando como ginecólogo?", le preguntó Jason con un tono que delataba su desaprobación hacia la profesión de su hijo.

Kevan respondió con indiferencia: "Ser médico es muy gratificante. Me siento bien al salvar vidas".

"¡Ese trabajo carece de ambición!", comentó su padre bruscamente. "Esperaba que aspiraras a emprender proyectos más importantes a tu regreso".

"Si Matthew ya se encarga de todo en la empresa, ¿por qué debería esforzarme más?", respondió Kevan, mientras alzaba su copa de vino y esbozaba una sonrisa relajada, lo que contrastaba con su actitud fría de antes. "Matthew, me gustaría brindar por ti y por Jessica".

El hombre se levantó deliberadamente; las luces del comedor resaltaron su figura alta y elegante. Su apariencia era realmente distinguida y atractiva.

Matthew fue el más aliviado de escuchar la decisión de su medio hermano de no unirse al negocio familiar. Con una amplia sonrisa adornando su rostro, alzó su copa y exclamó: "Kevan, ahora que estás de regreso, te deseo la mejor de las suertes en tus proyectos".

Jessica estaba junto a Matthew. Cuando se giró, sus ojos se encontraron con los de Kevan, lo que provocó una descarga que se extendió por cada centímetro de su cuerpo; en un intento por tranquilizarse, inclinó la cabeza hacia atrás y terminó rápidamente su vino.

Matthew arqueó una ceja cuando notó su comportamiento inusual. "¿Terminaste tu bebida antes de que termináramos con el brindis?".

La chica se quedó paralizada.

Kevan se rio entre dientes y comentó: "Está bien, Jessica. Veo que eres bastante auténtica y directa. Eso me agrada".

Jessica no estaba segura de si Kevan se refería a su comportamiento actual o al que había tenido en su encuentro anterior en el bar.

En esa ocasión, Jessica estuvo tratando de ahogar sus penas con alcohol, lo que los llevó a pasar una noche desenfrenada juntos.

Durante la cena, Mabel volvió a tocar el tema del embarazo, instando agresivamente a su nuera a concebir. Le preguntó sobre sus días de ovulación, tratándola frente a todos como un mero instrumento para producir un heredero.

La chica prefirió no responderle a su suegra y afirmó que lo había olvidado.

"¿Lo olvidaste? ¿Cómo puedes olvidar algo tan importante?". La voz de Mabel se hizo más estridente: "Necesitas ver a un médico para que te haga un chequeo. ¡Tienes que saber cuáles son tus días de ovulación y esforzarte para darle un hijo a Matthew!".

Jessica miró a su marido, quien en ese momento estaba absorto enviando mensajes de texto. Su texto decía: "Cariño, espérame un poco más. Iré a verte a ti y a nuestro pequeño esta noche".

Mientras ella soportaba los humillantes comentarios de su suegra en la mesa, su marido estaba ocupado cortejando a su amante; sintiéndose completamente degradada, el resentimiento brotó en su interior.

Jessica se volvió hacia Kevan, quien disfrutaba tranquilamente de su vino; su perfil era sorprendentemente atractivo. La chica movió sutilmente su pierna para rozar la de él.

"Tienes razón. Debería hacerme un chequeo adecuado. Por suerte acabo de enterarme de que Kevan es ginecólogo. ¿Por qué no dejamos que él me examine?". Jessica presionó su muslo contra el de su cuñado. "Después de todo, somos familia. Confío en él".