Bajo la misma Agenda
img img Bajo la misma Agenda img Capítulo 4 Piezas del Rompecabezas
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Capítulo 6 Las Verdades Ocultas img
Capítulo 7 Pacto de Confianza img
Capítulo 8 La Trampa img
Capítulo 9 El Vacío de Poder img
Capítulo 10 Alianza Silenciosa img
Capítulo 11 Juegos de Poder img
Capítulo 12 El Juego de las Sombras img
Capítulo 13 El Precio del Poder img
Capítulo 14 El Eco de las Traiciones img
Capítulo 15 La Red que se Cierra img
Capítulo 16 Sombras del Pasado img
Capítulo 17 El Juego de las Sombras img
Capítulo 18 La Encrucijada img
Capítulo 19 La Máscara Caída img
Capítulo 20 El Encuentro Decisivo img
Capítulo 21 La Doble Jugada img
Capítulo 22 La Trampa en la Sombra img
Capítulo 23 La Carga del Silencio img
Capítulo 24 En las Garras del Juego img
Capítulo 25 Entre Sombras y Susurros img
Capítulo 26 Las Fichas del Tablero img
Capítulo 27 Bajo la Superficie img
Capítulo 28 El Arte del Engaño img
Capítulo 29 Sombras que Acechan img
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Capítulo 4 Piezas del Rompecabezas

El clima gris de la mañana anterior había dado paso a un día cálido y soleado, pero el cambio apenas se percibía dentro de las oficinas de Montenegro Corp. Clara, como de costumbre, había llegado temprano. Sin embargo, esa mañana no era como las demás.

La noche anterior no había podido dormir. El pasado de Andrés seguía rondando su mente, como una pieza de un rompecabezas que no lograba encajar. Sabía que había algo que no estaba viendo, algo que podía cambiarlo todo.

Encerrada en su oficina, revisaba los archivos de la adquisición de la empresa donde Andrés había trabajado. Uno de los informes contenía una lista de empleados que habían sido despedidos tras la compra. Para su sorpresa, el nombre de Andrés Salgado no figuraba entre ellos.

¿Qué hiciste durante ese tiempo, Andrés?

La puerta se abrió de repente, interrumpiendo sus pensamientos.

-Buenos días, señorita Montenegro -dijo Andrés, entrando con una carpeta en la mano-. Aquí está el plan para la campaña que me pidió.

Clara cerró rápidamente los documentos en su computadora y aceptó la carpeta sin mirarlo directamente.

-Gracias.

-¿Todo bien? -preguntó Andrés, notando su comportamiento reservado.

-Sí. ¿Por qué lo pregunta?

-Porque parece... preocupada.

Clara alzó la vista, encontrándose con su mirada inquisitiva. Había algo inquietante en su capacidad para leerla tan fácilmente.

-Estoy perfectamente. Ahora, si no tiene nada más, tengo trabajo que hacer.

Andrés asintió y salió de la oficina sin más preguntas. Pero Clara sabía que no había terminado de indagar.

El regreso del correo anónimo

Esa misma tarde, mientras revisaba el plan que Andrés había preparado, un nuevo correo apareció en su bandeja de entrada. El remitente seguía siendo desconocido, pero esta vez el asunto era más directo: "Él no es quien dice ser."

El corazón de Clara se aceleró mientras abría el mensaje. Contenía una breve línea de texto:

"Busca en los archivos de Marinsa Tech, enero de 2019."

Marinsa Tech era la empresa que Montenegro Corp. había adquirido cinco años atrás, donde Andrés había trabajado. Clara sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Decidida a llegar al fondo del asunto, accedió al sistema interno de la compañía y localizó los archivos relacionados con Marinsa Tech. Le tomó varios minutos encontrar un documento etiquetado como "Confidencial - Enero 2019". Al abrirlo, descubrió un informe sobre una investigación interna que había tenido lugar antes de la adquisición.

El documento describía un caso de espionaje corporativo. Alguien dentro de Marinsa Tech había estado filtrando información clave a una empresa competidora. No se mencionaban nombres, pero el informe señalaba que el principal sospechoso había sido un empleado joven y prometedor, cuya identidad había sido protegida debido a la falta de pruebas concluyentes.

Clara dejó el documento sobre su escritorio, tratando de asimilar la información.

¿Pudo haber sido Andrés? ¿Es por eso que nunca lo despidieron oficialmente, sino que simplemente desapareció de los registros?

Confrontación velada

Esa noche, Clara decidió quedarse hasta tarde, esperando encontrar el momento adecuado para confrontar a Andrés. Como de costumbre, él seguía en su escritorio, trabajando en silencio.

Cuando el reloj marcó las 8:00 p. m., Clara salió de su oficina y se dirigió a su escritorio.

-Andrés, necesito hablar con usted.

Él levantó la vista, claramente sorprendido por el tono serio de su voz.

-Por supuesto. ¿Aquí o en su oficina?

-En mi oficina.

Ambos entraron, y Clara cerró la puerta tras ellos. Se sentó detrás de su escritorio y lo observó por unos momentos antes de hablar.

-Encontré algo interesante hoy.

-¿Ah, sí?

-Sí. Tiene que ver con su tiempo en Marinsa Tech.

Andrés mantuvo su expresión neutral, pero Clara notó un leve cambio en su postura, como si se hubiera tensado ligeramente.

-No entiendo a qué se refiere.

-Voy a ser directa. Hubo una investigación por espionaje corporativo justo antes de que adquiriera la empresa. ¿Quiere explicarme por qué desapareció de los registros poco después de eso?

Andrés guardó silencio por unos segundos, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.

-Eso no tiene nada que ver con mi trabajo aquí.

-Eso no es una respuesta.

-Señorita Montenegro, le prometí honestidad cuando acepté este puesto, pero mi pasado en Marinsa Tech es algo que preferiría dejar atrás. Le aseguro que no tiene relevancia para lo que hago ahora.

Clara lo observó detenidamente, buscando alguna señal de que estuviera mintiendo.

-No puedo ignorar esto, Andrés. Necesito saber si puedo confiar en usted.

-Puede confiar en mí. Siempre he puesto mis habilidades a su servicio, y no he hecho nada que ponga en riesgo esta empresa.

-Eso lo decidiré yo.

El silencio volvió a llenar la sala, pero esta vez era diferente. Clara sentía que Andrés estaba ocultando algo importante, pero sabía que no lo obligaría a hablar en ese momento.

-Puede retirarse por hoy -dijo finalmente.

-Buenas noches, Clara. -Andrés salió, pero no antes de mirarla con una mezcla de decepción y algo que casi parecía tristeza.

La reunión clandestina

Horas después, Clara decidió que era hora de involucrar a alguien más. Llamó a su jefe de seguridad, Víctor, y le pidió que la encontrara en su oficina.

-Necesito que investigues todo lo que puedas sobre Andrés Salgado -dijo sin rodeos cuando él llegó.

-¿Está en problemas?

-Todavía no. Pero necesito saber si tengo razones para preocuparme.

Víctor asintió y se marchó, dejándola sola nuevamente. Clara sabía que estaba entrando en terreno peligroso. Si Andrés descubría que lo estaban investigando, la situación podría complicarse aún más.

Mientras miraba por la ventana, no podía evitar preguntarse si estaba cometiendo un error. Andrés había demostrado ser un asistente excepcional, y hasta ahora no tenía pruebas concretas de que fuera una amenaza. Pero algo en su intuición seguía diciéndole que debía mantenerse alerta.

Un mensaje inesperado

Esa noche, mientras Clara revisaba documentos en su computadora, su teléfono vibró con un mensaje. Era un número desconocido.

"Ten cuidado. No sabes en quién estás confiando."

Clara sintió que el estómago se le revolvía. Era la misma advertencia que había recibido antes, pero esta vez parecía más personal, más urgente.

Respondió de inmediato: "¿Quién eres? ¿Qué sabes de Andrés Salgado?"

Pasaron varios minutos antes de que llegara una respuesta:

"Alguien que quiere ayudarte. Andrés no está aquí por coincidencia. Sigue investigando y entenderás."

Clara apretó los dientes. Odiaba sentirse manipulada, pero sabía que no podía ignorar las advertencias.

Mientras apagaba la luz de su oficina y se preparaba para irse, una idea cruzó su mente: si Andrés no estaba allí por coincidencia, entonces alguien más debía estar moviendo las piezas. Y estaba decidida a descubrir quién era.

            
            

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