Capítulo 4 Buscándola a altas horas de la noche

Como Lorenzo estaba cerca de Gerard Davies, miembro de la junta directiva, escuchó claramente cuando dijo que había llegado el señor Hughes; su corazón saltó de emoción, ya que sabía que se refería a su tío, cuya presencia era toda una sorpresa.

Aunque los Hughes ya lo habían reconocido como un integrante de la familia, nunca había tenido el privilegio de conocer personalmente a su tío.

Se trataba de una figura prominente envuelta en todo tipo de rumores, lo que sirvió para aumentar su estatus excepcional y su aura misteriosa. Lorenzo estaba convencido de que la asistencia de su tío al banquete seguramente era una señal del gran respeto que le tenía.

"Gerard, iré contigo", propuso él con entusiasmo.

El integrante de la mesa directiva respondió: "Eso no será necesario. El señor Hughes pidió reunirse conmigo en privado".

Un destello de decepción cruzó por el rostro de Lorenzo, pero rápidamente comprendió sus motivos: probablemente su tío prefería una reunión privada para disipar cualquier idea de que su ascenso se debió simplemente al nepotismo.

Todos los presentes en la sala se emocionaron mucho cuando se mencionó el nombre del señor Hughes.

"¿El señor Hughes está aquí? ¿El tío de Lorenzo? ¿Realmente tendremos el honor de conocerlo?".

"El señor Hughes no es solo el actual líder de la familia Hughes. Se dice que pertenecía a las fuerzas especiales antes de convertirse en un magnate de los negocios, con una influencia que se extiende desde las esferas legítimas hasta el bajo mundo. Incluso los líderes mundiales buscan ganarse su simpatía. ¡Qué suerte tenemos de poder conocerlo en esta cena!".

Norene se acercó de nuevo a Gracie, hablando con tono insistente: "¿Ya lo has oído? Que el señor Hughes haya venido demuestra lo mucho que aprecia a Lorenzo, su sobrino".

Gracie apenas la miró cuando espetó: "¿Y qué?".

"Deberías considerar arrodillarte y disculparte conmigo ahora. Si lo haces, tal vez considere perdonarte", sugirió Norene con una arrogancia palpable.

La chica no dijo nada y solo respondió con una risa desdeñosa, descartando la idea de manera tajante.

La mezcla de insensatez e hipocresía de Norene la convertía en la pareja perfecta para Lorenzo.

De repente, Gerard reapareció en el escenario. "Perdón a todos por la confusión, pero hubo un error en la impresión del documento. Lorenzo Hughes permanecerá en su posición como director ejecutivo".

Un tenso silencio cayó sobre la habitación, desencadenándose a los pocos segundos una ola de susurros.

La sonrisa desapareció del rostro de Lorenzo mientras acudía con Gerard a toda prisa. "¿Qué sucedió? ¿A qué se debe este cambio tan repentino?".

Se suponía que el consejo directivo ya había confirmado su ascenso. ¿Cómo podría tratarse de un simple error de impresión?

Gerard puso una mano sobre el hombro de Lorenzo, mirándolo con una expresión compleja. "¿Hiciste algo que molestara al señor Hughes?".

Lorenzo quedó desconcertado ante esta pregunta. "No, en realidad, el señor Hughes es mi...".

Este se detuvo de repente a la mitad de su frase.

Aunque la familia Hughes ya lo había reconocido, todavía no habían emitido ningún comunicado oficial, así que debía ser cauteloso con sus palabras.

"Sea cual sea el motivo, fue el señor Hughes quien tomó esta decisión. Solo estoy siguiendo órdenes", le explicó Gerard mientras meneaba la cabeza.

¿Fue su tío quien lo decidió?

Un destello de comprensión cruzó por el rostro de Lorenzo.

Aunque nunca había conocido personalmente a su tío, las historias legendarias de su destreza eran bien conocidas; él también admiraba a esa figura tan formidable y estaba orgulloso de que ambos pertenecieran a la familia Hughes.

Si su tío había tomado esta decisión, probablemente era una señal de que le aguardaban otras oportunidades más grandes. Al convencerse de esto, Lorenzo sintió una oleada de orgullo en lugar de pánico.

Mientras tanto, Norene, ajena al monólogo interno de su amante, susurró con incredulidad: "Esto no puede estar pasando. Se supone que ya estaba todo preparado. ¿Cómo pudo tratarse de un error?".

Gracie arqueó una ceja y preguntó: "Bueno, dime, ¿qué vas a hacer ahora conmigo?".

"No seas tan engreída. Probablemente solo necesiten volver a imprimir los documentos. Sí, debe ser eso", murmuró Norene, cuya confianza comenzó a desvanecerse por culpa de la desesperación.

Gracie sonrió y su atención se dirigió a su exmarido; al notar el deleite oculto en sus ojos, casi pudo leer sus pensamientos, pero estaba segura de que su sonrisa no perduraría por mucho tiempo.

Con esto en mente, procedió a salir del salón de banquetes; casi al instante, un Bugatti negro se acercó a ella.

La ventanilla se bajó, revelando un rostro familiar.

Ya dentro del auto, mientras iban de regreso, Gracie dijo: "Gracias por honrar tu palabra".

Realmente se sorprendió de ver a Waylon esperándola fuera del banquete.

"Son simples asuntos de negocios".

¿Para él solo eran negocios? Gracie pensó que eso era demasiado cruel de parte de Waylon, pero no le dio mucha importancia y preguntó con curiosidad: "¿Por qué has venido a verme tan tarde? ¿Podría ser que...?".

Sus ojos recorrieron brevemente la parte inferior del abdomen del hombre; al notar su gesto, Waylon tuvo que reprimir el impulso de echarla del auto en ese preciso instante.

"¿Cómo supiste dónde estaba anoche?", la preguntó de repente.