Ellos no eran de recibir becados, de hecho los hermanos Thompson no lo eran sino que el gobierno pagaba su colegiatura, secreto que mantenían a salvó del equipo de padres quienes bajo ningún concepto aceptarían un par de niños huérfanos. Son de esos que creen que la clase alta no debe mezclarse con la baja.
Alina no salía del asombro de lo amplio y lujosos que eran los espacios y se sentía tan entusiasmada por qué sus hermanos fuesen allí por qué sabia que saldrían siendo personas de bien y podrían asegurarse un futuro brillante. Cosa que ella no podía darle.
- Bueno y estas son las habitaciones. –
En el preciso momento que la chica escuchó mencionar las habitaciones un cúmulo de dudas invadieron su mente, pero la que se busco una respuesta de inmediato fue su hermana horrorizada.
- ¿Habitaciones? ¿No me diga que acá los estudiantes duermen? –
Lara la miraba entre el asombro y la desesperación, no quería pensar la posibilidad de estar recluida en un lugar como ese, lleno de niñas y niños bien con los que seguro no podrá encajar y con los que para nada se llevaría bien.
- Por supuesto ¿No le informaron que el Madero School es un colegio pupilo? – contesto la morena a modo de burla.
- Alina, yo no puedo venir a un colegio como este y menos recluida, encerrada como si fuera una cárcel. – exclamó desesperada y negada aceptar ser alumna del lugar.
- Discúlpeme. –
Alina le intentaba explicar que ella tampoco estaba contenta el saber que tendrán que separarse la semana completa para que estudien, pero no les quedaba otra. En primer lugar porque era una disposición del juez la cual no podían desobedecer y la segunda era porque ella jamás podría darles el nivel académico que tiene el prestigioso Madero School.
- Estuvimos casi diez años separados ¿Y ahora esto? – Reprochaba con lágrimas en los ojos y un dolor en el pecho.
- Por favor Lara, si no hacemos esto te puedo perder a ti y a tu hermano. – suplicaba mientras con sus manos acunaba las de ella. – yo te prometo que cada finde que vayan a casa la vamos a pasar espectacular y haremos todo lo que quieran los dos. –
A Lara no la convencería tan fácil, ella sentía que no había disfrutado tanto de sus hermanos y ahora se veía obligada a separarse. Sabía perfectamente que asistir a ese colegio era una oportunidad, que muchos niños desearían estar en su lugar, pero ella no era parte de esos "muchos niños" ella solo quería estar con su hermana y con su pequeño hermano con el que recién ahora estaba forjando un vínculo.
- Por qué no me pones un moño y me regalas también. –
- Amor, no me haga amas difícil las cosas ¿Crees que esto es grato para mí? –
Alina no podía dejar de sentirse tan dolida, tanto tiempo luchando por reunirse con sus hermanos que ahora sentía que los perdía de nuevo. Trataba de que Lara comprendiese que pese al dolor que sentían por las circunstancias era algo necesario, necesitaban educarse y negarse a esa condición sería volver al hogar, cosa que no querían.
Sin más, Lara terminó por aceptar y aunque ella se negaba a demostrar debilidad ante cualquiera, inclusive si en frente tuviese a su hermana, no pudo contener la lágrima que se escurrió por su mejilla derecha.
- Disculpen la interrupción, pero debo concluir con ustedes para seguir trabajando. Las invito nuevamente a la oficina para designarles las habitaciones y ficharlos. –
Ni bien volvieron, se encontraron con que había dos chicos esperando en la sala de espera de dirección. Ambos llevaban la camisa desalineado y uno de ellos tenía sangre en el labio. Pero supuse que no era nada interesante ya que reían como dos focas epilépticas mientras uno hacia alarde de lo que le había hecho a otro que aparentemente no se encontraba con ellos.
- Sr. Whitsen y Sr. Silva ¿Qué hicieron esta vez? Si siguen así van a terminar por completar el libro de amonestaciones solo ustedes dos. –
A la misma institución asistía el sobrino de Marco Whitsen, el presidente de Luna Modells. Thomas Whitsen, era un muchacho de 16 años cuyo parentesco designado como el chico más popular de la escuela. Todas morían por estar con él, sin embargo él jugaba con todas.
Thomas, se la pasaba presumiendo los beneficios que tiene ser el sobrino de uno de los empresarios más ricos y exitosos del mundo y era considerado como el rey de su salón. Nadie se atrevía a contradecir sus decisiones y quién lo hacía no la pasaba para nada bien.
Tanto él como su grupo entre los que destacaba su mejor amigo Carlos Silva, tenían la costumbre de "bautizar" a los recién llegados mediante bromas muy pesadas por lo que la llegada de Lara sería una de esas ocasiones en donde el chico junto a sus amigos pondrían en marcha todo tipo de acciones para darle la bienvenida al Madero School.
- Bien, luego de llenar estás fichas irán con este recibo a buscar los uniformes. –
- ¿Qué? –
Lara no pudo evitar sentirse tan frustrada y negada. Para ella no había peor cosa que tener que ponerse un uniforme y menos formar parte de una comunidad educativa tan elitista como lo era el Madero School. El uniforme se integraba por un shorts pollera de color negro con detalles del cuadrille en azul y blanco, una camisa en color blanca, un chaleco de color negro con algo parecido a una corbata moño de color azul, una boina negra y blanca, medias blancas con detalles en negro y unas botas de cuero negro bajas y hasta el tobillo.
Cuando se vio puesto el uniforme sintió asco de si misma y se odio por ello en el espejo se reflejaba lo que tanto odiaba, la imagen de una "nena bien" hueca y vacía incapaz de ver más allá de su propio ombligo. Ella sabía que no iría a ser nada fácil permanecer ahí, por lo que se limitó a estudiar y permanecer en su cuarto en la horario que nos envía asistir a clases.
- Esta es la llave de la habitación que se encuentra en el tercer piso, ala izquierda sección E. En tanto el pequeño se le asignó subsuelo, ala derecha sección A.-
A Alina le dolía en el alma saber que solo vera a sus hermanos los fines de semana, pero se repetía a sí misma que todo era por el bien de sus hermanos y que con el tiempo ellos lo agradecerán aunque ahora estén enojados por dejarlos en ese lugar.
Luego de un par de besos, abrazos y berrinches por parte de su pequeño hermano Alex, Alina retorna a su domicilio en tanto busca en el diario algún otro trabajo que le ayude a poder solventar los gastos de escolares de los niños, ya que si bien el gobierno pagaba la colegiatura y todos los gastos, ella no quería abusar ni dar motivos como para que piensen que no es capaz de sostener a sus hermanos y por ende, ponga en peligro su custodia.
Horas más tarde
- ¿Entonces lo único que debo hacer es entregar los pedidos? –
- Exactamente. Te pagarán bien la jornada, de hecho les he dicho que eras mi hermana por lo que bastó como referencia. –
- De acuerdo ¿Entonces es de 16 a 20 hs? – su vecina y amiga asiente.
- Bárbaro. Ambos trabajos van ayudarme a poder sostener algo de los gastos escolares de los niños. –
Pamela, amiga y vecina de Alina había tenido un accidente y se encontraba imposibilitada, por lo que no podía asistir al trabajo. La chica le había pedido a aquella que por favor la cubriera dado que sabía lo urgida de dinero que estaba y no tuvo mejor opción para ayudarla que recomendarla.
Alina estaba feliz, aunque nunca había trabajado como delivery ella era muy positiva, d hecho pese a lo mal que le había idea la mitad de su vida ella aún confiaba en que el destino le daría una recompensa, pues entonces le sonreía a la vida así está la golpeara un millón de veces más.
Al cabo de un par de horas, ya se encontraba realizando pedidos en Rotys San Telmo. Para su suerte los dueños eran una pareja de entrada edad que trataban a sus empleados con mucho amor y respeto y los compañeros de trabajo, que no eran muchos eran muy amables. Realmente trabajar en una atmósfera amigable, cooperativa y respetuosa como lo era esa daba gusto ir todos los días.
Alina llevaba sus rollers para todos lados, especialmente para trabajar allí, dado que organizaba los tiempos de entrega, siendo estos rápido y eficaces.
Siendo las 19:45 Rotys San Telmo, recibe una llamada de la secretaria del director de Luna Modells, para solicitar un pedido para 8 personas, dado que festejaban, aún, el cierre del contrato multimillonario. A Alina le molestaba bastante el tener que quedarse más tiempo que lo acordado, como a todos los empleados, pero a cambio los dueños le habían dicho que les pagaría $1500 extra a cada uno con lo cuál todos, excepto Ali, lo habían tomado con positivismo.
La realidad era que ella trabajaba por las mañanas y el hecho de tener que extender su jornada laboral y en el primer día no le era agradable. Lo único positivo que rescataba era que en solo su primer día de trabajo ya está ganando más de lo que gana en. Una semana en el otro. Aunque esto de las extras no iba a ser todos los días.
Cuando el reloj toca las 9:05, los pedidos ya están listos para salir y ella sale volando hacia la dirección que gracias a Dios se ubicaba a unas 10 cuadras del trabajo, no serían más de 10 minutos entre el trayecto de ida y vuelta. Dejando el pedido obviamente.
Una vez que llegó al lugar no podía creer lo que sus ojos veían. Era un edificio gigante, de unos 4 pisos, con ventanales azules que reflejaban las estrellas del cielo en el, situado dentro de lo que parecía ser un jardín lleno de flores de lao colores que te puedas imaginar y en ambos costados marquesinas con el nombre de Luna Modells y el rostro de una mujer bellísima.
No bien abrió la puerta del lugar, se encontró con los de seguridad, ella explico por qué estaba allí y antes de permitirle pasar, le pidieron amablemente que se sacara los rollers dado que estaba los pisos, por lo que se encontraba descansa caminando por el inmenso y majestuoso pasillo que la llevaba a los ascensores.
Cuando iba llegando a los ascensores, un hombre se le adelanta y en el instante en el que iba a cerrarse las puertas dejándola afuera notó que la chica iba a tomarlo, por lo que lo detuvo permitiéndole entrar.
- Gracias a Dios. Te agradezco mucho. – el no dijo nada, simplemente sonrió y asintió con al cabeza.
Alina lo observó detenidamente sin percatarse que lo estaba haciendo sin ningún tipos e discípulo. Él era una cabeza más alto que ella, por lo que debía elevar su cabeza para hacer contacto con sus ojos. Pese a que su estatura era de metro setenta la de él debía rondar el metro ochenta y si no es que se queda corta.
Tenía ojos color marrones claros, su rostro era realmente perfecto, aún se podía observar los primeros pelitos de su barba lo cual lo hacía ver muy varonil y realmente interesante. Llevaba el pelo alborotado hacia atrás lo cual lo hacía ver realmente sexi. Lentamente bajo su mirada realizándole un "scaner" a su cuerpo trabajado y creyó que se iba a derretir allí mismo. Llevaba puesto un pantalón de vestir negro con unos zapatos que podía ver su reflejo en ellos de tan lustrados que los traía, por último en la parte superior llevaba una camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados producto de una jornada laboral intensa. Era un maldito Dios griego y lo tenía a centímetros de su rostro.
- ¿Por qué se encuentra descalza? –
Él se había dado cuenta de que la muchacha lo estaba observando y la verdad que admiraba la desfachatez que tenía para hacerlo, dado que él solo podía mirar así a una mujer si se encontraba excitado e iba a intimar con ella. Después de todo era un caballero respetuoso de las mujeres.
Ni bien él se volteo a mirarla y un segundo le bastó para grabar su belleza en sus retinas. La chica tenía el pelo dolor caramelo con una coleta alta. Sus ojos eran marrones claros como los de él, vestía una campera de jeans negra y un pantalón chupín del mismo color y el hecho de verla descalza le provocaba cierta sensación de alegría ¿Por qué? Ni él lo sabía.
Justo en el momento en el que iba a presentarse con la chica, se corta la luz en el edificio y el ascensor se detiene provocando que la chica se ponga ansiosa y nerviosa al mismo tiempo.
- ¿Qué pasó? ¿La luz, qué pasó con al luz? –
Alina no sufría de claustrofobia simplemente odiaba la oscuridad y peor si se encontraba encerrada en un ascensor de dos metros por dos metros.
- Tranquila, encenderse las luces de emergencia. –
En un segundo el pequeño espacio se había iluminado y ella por suerte se sentía tranquila un profundo y pesado suspiro la había delatado.
- ¡Se informa que el edificio ha sufrido la sobre carga de uno de sus transformadores que proveen electricidad al ala Oeste, pro lo que dentro de 20 o 30 minutos volverán las instalaciones a funcionar correctamente! –
Resulta que uno de los transformadores que alimenta el ala Oeste del edificio había fallado, pro eso el ascensor se había detenido. Toda la situación, el trabajar horas extras el primer día de clases, el estar descalza con frío en sus pies, el estar atrapada en un ascensor quién sabe hasta qué hora y todo por culpa de unos imbéciles que se les ocurre hacer un pedido quince minutos antes de cerrar el negocio. Alina no podía evitar manifestar su enfado ante la atenta mirada del hombre que estaba junto.
- ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi? – la suplica de la muchacha toma por sorpresa a su acompañante quien se queda mirándola y escuchando las quejas de esta. - ¿Quién me manda a tomar la suplencia de un restauran dónde evidentemente los clientes no respetan el horario ni el derecho de los empleados. Encima estoy descalza, hace frío, estoy cansada y tengo sueño. – el muchacho no pudo contener la risa lo cual captó la atención de Alina quien lo fulminó con la mirada. - ¿Qué es lo gracioso? – le pregunta la chica ofendida.
- Discúlpeme no me estoy burlando de usted, simplemente me agrada su sentido del humor. – ella no sabía si era un cumplido o no, lo único que sabía era que se sentía atraída por él y que a lo mejor conversar un poco haría que toda la situación no fuese tan traumática.
- En fin ¿Tienes idea de por qué pidieron tanta comida y a esta hora? – si había algo que la caracterizaba era lo entrometidos que podía ser. Ella quería enterarse de todo.
- Cerraron un contrato multimillonario y entre festejo y festejo se les fue la hora. – explico él amablemente.
- Si, entiendo ¿Pero acaso no saben que las personas normales como nosotros no tenemos la vida resuelta como ellos y necesitamos descansar por qué algunos tenemos hasta dos trabajos? Que poco considerados. Pero en ate tipo de lugares, como en todos, el que hace y deshace es el jefe. No me extrañaría que sea un viejo soltero insoportable que lo único que le da felicidad, aparte de sus millones, es joder a las pobres labura te como yo, haciendo un pedido para tantas personas quince minutos antes de terminar mi horario. – El tipo no contuvo la risa fuerte, la manera en la que la chica hablaba, tan abiertamente, sin tapaduras sin importarle nada lo estaba atrapando.
- Quizás no sea un viejo como cree. –
- No importa, es un idiota. ¡Míreme, estoy encerrada en este lugar, por suerte usted es amable y me entretengo, pero debería estar en mi casa mirando tele comiendo una hamburguesa y verme aquí, atrapada en este maldito lugar! – la mirada de él se suaviza, sabía perfectamente lo que estaba sintiendo no toda su vida fue aparte de Luna Modells. De hecho no toda la vida fue una persona pudiente. – por cierto, sujetaría las bolsas, me duelen los brazos y creo que para usted sostenerlas no será nada en lo absoluto. – ella no espera a que él le contesté, simplemente deposita las bolsas en sus manos ante la mirada sorprendida de él, pero aún así las toma. Realmente estaban pesadas y no podía dejarlas en el suelo. – ah, no me he presentado. Mi nombre es Alina Thompson ¿El de usted?
- Un gusto Srta. Thompson el mío es Marco Whitsen – y justo en el instante en el que vuelve la luz y se abren las puertas él completa la frase. Y soy el viejo idiota, dueño de la compañía. –
Alina no pudo contener la vergüenza, se cubrió la boca con ambas manos deseando no haber dicho nunca todo lo que soltó. Ella sabía que no siempre es bueno ser demasiado honesta, a las personas no les agrada eso pero por más que lo quisiera no podía. Fingir quien no era, callar lo que siente y lo que le pasa no estaba dentro de su personalidad.
Por primera vez en su vida, deseo no haber dicho nada, se sentía realmente avergonzada, había insultado al presidente de Luna Modells en presencia de él y hasta le había dado las bolsas con comida, definitivamente quería que se abra el suelo debajo de ella y la tragara por completo.
Desesperada la muchacha cerró las puertas del ascensor para largarse de allí. Atravesó todo el Hall de entrada maldiciendo su torpeza y. Pro sobre todo su honestidad tajante y avasallante. No se detuvo para ponerse los rollers sino que los agarró y lo más ligero posible se marchó de la empresa.
Alina no lo sabía, pero había algo en ella que había cautivado a Marco y no sería la primera y la última vez que sus vidas coincidirían. Mientras él la observa desde lo alto del ventanal de su oficina ella se da cuenta de que no recibió el pago del pedido, aunque el Sr. Whitsen había sido más rápido que ella al respecto. Había avisado a los dueños que le haría la transferencia a su cuenta bancaria dado que no contaba con efectivo en el momento y que como le iba a dar a cada empleado US$ 100 en concepto de propina consideraba que era mucho dinero para dejar que la muchacha se marche con todo ello exponiéndose a ser asaltada.
En un ataque de desesperación y al mismo tiempo que iba a regresar a la empresa pro el dinero recibe una llamada que hace que se sienta tranquila y aliviada aunque segundos después un centenar de preguntas la invadieron ¿Será que por su falta de respeto prefirió hacerles el giro en ves de volver a verla? Una parte de ella se seguía maldiciendo, pero la otra le alentaba. No siempre a las personas les gusta escuchar lo que piensan de ella. Así era Alina sin filtro al que le gusta bien y al que no, también.