Destinados a al amor
img img Destinados a al amor img Capítulo 4 THREE
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Capítulo 6 FIVE img
Capítulo 7 SIX img
Capítulo 8 SEVEN. img
Capítulo 9 EIGTH img
Capítulo 10 Nine. img
Capítulo 11 Ten. img
Capítulo 12 Eleven img
Capítulo 13 Doce. img
Capítulo 14 Trece img
Capítulo 15 Catorce img
Capítulo 16 Quince. img
Capítulo 17 Dieciseis. img
Capítulo 18 Diecisiete. img
Capítulo 19 Dieciocho. img
Capítulo 20 Diecinueve. img
Capítulo 21 Veinte. img
Capítulo 22 UN TIEMPO DESPUÉS. img
Capítulo 23 Veintiuno img
Capítulo 24 Veintidos img
Capítulo 25 Veintitrés img
Capítulo 26 Veinticuatro img
Capítulo 27 Veinticinco. img
Capítulo 28 Veintiseis img
Capítulo 29 Veintisiete. img
Capítulo 30 Veintiocho. img
Capítulo 31 Veintinueve. img
Capítulo 32 Treinta img
Capítulo 33 Treinta y uno. img
Capítulo 34 Treinta y Dos. img
Capítulo 35 Treinta y Tres. img
Capítulo 36 Treinta y Cuatro. img
Capítulo 37 Treinta y Cinco. img
Capítulo 38 Treinta y Seis img
Capítulo 39 Treinta y Siete. img
Capítulo 40 Treinta y Ocho. img
Capítulo 41 Treinta y Nueve. img
Capítulo 42 Cuarenta img
Capítulo 43 Cuarenta y Uno img
Capítulo 44 Cuarenta y Dos img
Capítulo 45 Cuarenta y Tres. img
Capítulo 46 Cuarenta y Cuatro. img
Capítulo 47 Cuarenta y Cinco. img
Capítulo 48 Cuarenta y Seis. img
Capítulo 49 Cuarenta y Siete. img
Capítulo 50 Cuarenta y Ocho. img
Capítulo 51 Cuarenta y Nueve img
Capítulo 52 Cincuenta. img
Capítulo 53 Cincuenta y Uno. img
Capítulo 54 Cincuenta y Dos. img
Capítulo 55 Cincuenta y Tres. img
Capítulo 56 Cincuenta y Cuatro. img
Capítulo 57 Cincuenta y Cinco. img
Capítulo 58 Cincuenta y Seis. img
Capítulo 59 Cincuenta y Siete. img
Capítulo 60 Cincuenta y Ocho. img
Capítulo 61 Cincuenta y Nueve. img
Capítulo 62 Sesenta. img
Capítulo 63 Sesenta y uno. img
Capítulo 64 Sesenta y dos. img
Capítulo 65 Sesenta y tres. img
Capítulo 66 Sesenta y cuatro. img
Capítulo 67 Sesenta y cinco. img
Capítulo 68 Sesenta y seis img
Capítulo 69 Sesenta y siete. img
Capítulo 70 Sesenta y ocho. img
Capítulo 71 Sesenta y nueve. img
Capítulo 72 Setenta. img
Capítulo 73 Setenta y uno. img
Capítulo 74 Setenta y dos. img
Capítulo 75 Sesenta y tres. img
Capítulo 76 Sesenta y cuatro img
Capítulo 77 Sesenta y cinco. img
Capítulo 78 Sesenta y seis. img
Capítulo 79 Sesenta y siete. img
Capítulo 80 Sesenta y ocho. img
Capítulo 81 Sesenta y nueve. img
Capítulo 82 Setenta. img
Capítulo 83 Setenta y uno. img
Capítulo 84 Setenta y dos img
Capítulo 85 Setenta y tres img
Capítulo 86 Sesenta y Cuatro. img
Capítulo 87 Sesenta y Cinco img
Capítulo 88 Sesenta y Seis. img
Capítulo 89 Sesenta y Siete. img
Capítulo 90 Sesenta y Ocho img
Capítulo 91 Sesenta y Nueve img
Capítulo 92 Setenta img
Capítulo 93 Setenta y uno img
Capítulo 94 Setenta y dos. img
Capítulo 95 Setenta y tres img
Capítulo 96 Setenta y cuatro img
Capítulo 97 Setenta y cinco img
Capítulo 98 Setenta y seis img
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Capítulo 4 THREE

Alina aún seguía avergonzada por su confusión respecto del dueño de Luna Modells, pero agradecía que el dinero del pedido se lo girará a los dueños dado que, de lo contrario, para pagar esa cantidad de comida, debería trabajarle una semana sin paga.

Por otra parte, a Marco lo había cautivado la manera de ser de la chica tan libertina, honesta y por sobre todo bella, una personalidad muy diferente a las mujeres que ha conocido a lo largo de toda su vida. El haber Sido adoptado a la edad de 16 años le había abierto las puertas a un mundo donde la infinidad de personas que ha conocido a lo largo de los años se caracterizaba por ser fríos, materialistas, apáticos y por sobre todo desleales consigo mismos. De niño no tenía mucho contacto con otros de su edad, de echo. Ya do la Sra.. Whitsen lo adoptó, apenas si sabía leer y escribir. El muchacho había pasado sus primeros años de vida teniendo que salir a mendigar por las calles o robar para que su padre tenga su bebida o su bolsa de cocaína y no le pegue a su mamá. Mientras niños de su edad jugaban en las plazas, iban al colegio, hacían amigos y participaban en cumpleaños, él debía buscar el dinero para que su padre no se ponga viole yo y descargue su ira en ellos. Marco, solo conocía lo que ser un Whitsen, significaba: saber que las personas que lo rodeaban solo lo hacían por su apellido. Apellido que solicito su madre adoptiva en consentimiento del adolescente. Marco quería borrar todo lo que le lugar a ese terrible pasado, pero la realidad era que por más que se cambiara el apellido jamás podría cambiar su sangre y a donde vaya los recuerdos seguirán estando ahí, atormentándolo.

Marco sabía que la volvería a ver y que tendría la oportunidad de poder demostrarle que no era ningún desconsiderado y que realmente lamentaba hacerle sentir como lo hizo. Él era una persona amable y educada con los demás y bajo ningún concepto le hacía sentir bien que otra personas, más teniendo en cuenta si esa otra es una mujer a la cual muy en la fondo le atrae, pensará que era una persona vil y sin corazón por ello, en compensación les había obsequiado a cada empleado US$ 100 que a la cotización oficial serían un poco más de $8000 pesos locales. Para él esto era lo más mínimo que podía hacer por ella y sus compañeros.

- Sr, ya hice las reservas en primera clase para usted y la Srta. Winkelman. Salen mañana a las 8 AM. También solicite el remis que pasará por el domicilio de la Srta. Y el que pasará por la suya, ambos a las 6:30 AM. –

- Perfecto Amanda, te agradezco puedes retirarte. –

-

Marco estaba nervioso, no era le primer desfile que organizaba junto a su socia, pero el saber que d peor medio hay un contrato multimillonario nada podía fallar.

Luna Modells, tenía un equipo de modelos que se basaban en la belleza real de la mujer. Si bien integraban mujeres de talla 90-60-90 se habían dado cuenta que fomentar una imagen más natural y real de la mujer le sería no solo más rentable sino que llevaría a Luna Modells a ser pionera en admitir mujeres fuera "del imaginario social" del ideal de ser mujer en la actualidad y realmente no se había equivocado. Lo que le brindaba el éxito a la empresa era la diversidad de sus modelos y el respeto por esas diferencias.

- Buenos días Sr. Whitsen. – ingresa la morena al despacho vestida con un vestido bien pegado al cuerpo de color fucsia que resaltaban sus curvas. Tal es así que ni bien ingreso a la oficina que compartía con Marco, éste no pudo evitar mirarla con deseo. Pero solo sonrió, no podía permitirse excitarse dado que tenían mucho por preparar y mañana salían para París.

- Hola Jessica. Amanda hizo las reservas del pasaje de avión y mañana alas 6:30 AM pasara el remis a buscarte. El vuelo sale a las 8 AM. –

- ¿Cuánto tiempo planea quedarnos sr.? – esa pregunta tenía doble intención. Ellos sabían que más de dos días, cuando se trataban de desfiles no se quedaban y esa pregunta era más para saber si habría tiempo para ellos o no.

- Me encantaría quedarme unos días, realmente necesito vacaciones pero no puedo. Thomas está cada vez más rebelde y debo ir hablar con los directivos para que no le den la baja en la institución. –

-

Marco estaba cansado de que su sobrino Thomas se comportará prepotente y rebelde con las autoridades del colegio que ya lo tenían a un paso de darle la baja a su matrícula. Él se había hartado de explicarle al chico que debía comportarse ya que debía formarse para tomar la presidencia de Luna Modells algún día.

Tanto su abuela como su tío querían que Thomás se comportará como un hombre y asumiera su responsabilidad dado que era el único heredero de la compañía y debía prepararse para poder seguir manteniendo la en la cima del éxito y no lo contrario.

Lo que su familia ignoraba era que el muchacho no quería saber nada con la empresa, él se había interesado por la música y su sueño era poder grabar un disco y recorrer el mundo haciendo y viviendo de lo que le gusta. Él sabía que con la cantidad de dinero que podría no había nada imposible, pero esto era diferente, amaba la música y si algún día lograba su sueño quería tener la satisfacción de haberlo hecho por su esfuerzo y no por su apellido.

- ¿Aún sigue negándose aceptar el lugar que va a ocupar en unos pocos años? –

A Jessica sinceramente no le interesaba nada que tenga que ver con su familia, de hecho si le preguntaba por su madre era por compromiso. La realidad es que ella odiaba a la familia Whitsen, especialmente a la Sra. por que consideraba que la elección de poner al frente de Luna Modells a un hombre que siquiera tenía la sangre del fundador de la compañía era una falta de respeto. Ella había trabajado duro para poder alcanzar la presidencia y solo tenía el 15 % de las acciones, donativo de Berta Whitsen ¿Por qué esa señora donaría parte de las acciones de la empresa de su marido a una mujer que si quiera tenía la carrera de administración de empresas a la mitad? Eso era algo que solo ellas sabían y aunque en los pasillos de la empresa se comentaban muchas cosas nadie había logrado descifrar la llegada de Jessica Winkelman a Luna Modells.

- Supongo que algún día lo hará. Sigue con esas ideas raras de ser músico. – le responde él mientras acomoda las cosas de su escritorio.

- En fin, en otro momento podremos disfrutar del paisaje que nos regala la Torre Eiffel. –

Marco se detiene un momento y la observa unos instantes y a su mente llega el recuerdo de la primera vez que tuvieron sexo. Para él fue difícil no involucrarse sexualmente con la morena pero cuando lo hizo le había dejado en claro que entre ellos no iba haber ni citas románticas, ni atenciones que no fuesen para ser disfrutadas por el en la intimidad, ni llamadas de amor, si quiera demostraciones de afecto, pues solo sería sexo. Ahora observaba y tenía que Jessica empezará a confundirse a malinterpretar las cosas. Lo cierto era que cada vez que ella viajaba con él no era porque le interesaba pasar momentos a solas y disfrutar de bellos paisajes, pro supuesto que no. Él sabía que en la empresa no había ninguna mejor que ella al momento de organizar y dirigir un desfile, es más, cuando él tomó la presidencia ella ya se ocupaba de eso. Por eso, siempre viajaba con él y pese a que ya lo habían hablado creía que era momento de recordárselo.

- Jessica, nuestros viajes de trabajo son eso, de trabajo. Creo que ya habíamos dejado en claro que entre los dos no podía haber más que sexo. –

- Lo sé y lamento que mal interpretara mi comentario. –

Jessica sintió tanta vergüenza que no pudo evitar buscar cualquier escusa para irse salir de la oficina y que mejor que fingir una llamada de su madre. Una vez que él se quedó solo se dejó caer en el sillón individual que se ubicaba justo al frente del ventanal para admirar el día, pese a que hacía mucho frío y el viento llevaba y traía las hojas secas de los árboles, no podía dejar de apreciar la perfecta vista que le daba su ubicación en el edificio.

En ese momento de paz, recordó el incidente de la noche anterior y realmente deseó casi inconsciente tener la dicha de volver a verla. Él no sabía si la chica volvería a cubrir a su compañera y si aceptaría entregar pedidos en su empresa. Entendía que podía sentirse avergonzada y que a lo mejor debe pensar que estaba ofendido pero aunque ella no quisiera volver allí, el destino los volvería a juntar sea como sea.

Mientras tanto, Lara Thompson, ingresaba al aula y se presentaba con sus compañeros. Ella no renegaba de su pasado pero entendía que si sus nuevos compañeros lo descubrían sería el blanco de burlas por lo que prefirió mentirles. Ella no quería reaccionar como lo hacía cuando la agredían porque le había prometido a su hermana comportarse para poder mantenerse juntos, porque si había algo que no soportaría de nuevo, era separarse de sus hermanos.

- Mi nombre es Lara Thompson, tengo 16 años. Me gusta la música y en mis ratos libres hacer deportes. Actualmente práctico boxeo.- contesto al chica como presentación de si misma.

A Lara no le había caído para nada bien escuchar las risas de algunos de sus completos, pero contestarles como se merecían sería la excusa perfecta para que comience a coleccionar amonestaciones y terminar por volver al hogar. Simplemente se guardo sus pensamientos para ella y prefirió dejarlas pasar.

Mientras caminaba hacia el final del salón y se ubicaba en la última mesa doble al lado de la ventana todos seguían su movimientos y cuchicheaban entre ellos. Lara no pudo evitar poner los ojos en blanco y hacer una nueva de desagrado ante tal fastidioso momento, pero justo en ese momento, el ruido de la puerta abrirse llama la atención de todos.

Una chica rubia, abrazada a unos libros con la cabeza gacha y susurrando disculpas por haber llegado tarde, pasa ligero entre los bancos y justo antes de llegar donde el último banco libre, al Aldo de Lara, una muchacha de cabellera larga color rojo mete su pie haciendo que la pobre niña caiga al suelo y todos comenzarán a reír fuertemente, incluyendo a la docente que en vez de ayudar a la chica comenzó a llamarle la atención por haber distraído su clase.

- ¿Qué clase de personas trabajan aquí? – musita al mismo tiempo que se levanta para ayudarla. - ¿Te parece gracioso? – ella no pudo contener el malestar por la injusticia que acababa de presenciar.

- ¿Perdón? – la muchacha de cabello rojo antes de responder la recorrió con la mirada de arriba debajo de manera despectiva.

- ¿Eres sorda? Te vi cuando le pusiste el pie para que se caiga. –

A la chica le había caído mal el que la recién llegada la expusiera ante toda la clase y que además, tuviera que ser direccionada a la dirección por parte de la docente.

Lara no lo sabía, pero esa actitud solidaria con la pobre chica le traería un centenar de problemas dado que se había metido con la chica más popular e impune de todo el colegio, Emma Harrison.

- No deberías haberte metido. – le dice por lo bajo la rubia que aún seguía mirando sus libros.

- ¿Por qué? De dónde vengo a éstas niñitas las atienden de otra manera. – a Lara le había dado tanta bronca lo que había sucedido que no pudo evitar mencionar lo que las compañeras en el hogar hacían cada vez que alguna se quería pasar de viva.

- Ahora estarás en su lista negra. – de solo escuchar ese comentario Lara depósito toda su atención en la chica ¿De que osita negra me habla? Aquella comprendió que la mirada de la nueva guardaba la intriga sobre lo que le había dicho y prosiguió a contarle sobre esa famosa lista. – Emma, Juliana, Thomas y Carlos son los chicos más populares del Madero School, todos aquí le tienen miedo y en ello se basa el respeto que ledan. Cualquiera que intentase ponerse en su contra o hacer lo que tú hiciste se gana un lugar en su lista negra. Dicen que le hacen cosas inimaginables y que una vez hubo una chica llamada Clara que los desafió y nunca más volvieron a saber de ella.

- Esas son historias. No deberías dejarte amedrentar por chicos como estos que piensan que se comen el mundo y no saben nada de la vida. –

A Lara no había nada que la asustara y menos un grupo de chicos que se creen Dios impartiendo castigos a quienes no respetan su manera de pensar. Lo que ella desconocía era que él incidente que acababa de suceder el cual había expuesto y desafiado la acción de Emma la había dejado en el centro del desquite de cuatro niños egocéntricos, que se creen que pueden enfundar el miedo y controlar todo un colegio por una supuesta lista negra

Esa misma noche, Alina asistía a su segundo día de trabajo y para su suerte sus dueños no habían comentado nada sobre el incidente con el presidente de Luna Modells, al contrario, les había girado la propina en dólares por haberlos hecho trabajar fuera del horario de trabajo, incluyendo la a ella. Se sentía aliviada, por lo menos no se lo había tomado tan mal su confusión, de lo contrario no tendría trabajo.

Lo que Alina desconocía era que esa misma noche, a las 19:00 pm debían llevar nuevamente un pedido a la empresa y el Sr. Whitsen había pedido pura y exclusivamente que sea ella misma quien lo entregue. En ese momento a la muchacha sintió que la vergüenza y la pena la invadía ¿Cómo iba hacer para verlo a los ojos luego de haberlo tratado de viejo desconsiderado? Lo único que esperaba era que cualquiera de recepción tomara el pedido y no la obligue a ser ella misma quien se lo entregue en persona.

Cuando el reloj dio la 19 en punto, la ansiedad se apoderó de ella y todo su cuerpo comenzó a temblar. Estaba nerviosa, las manos le transportaban en tanto en la cocina de la rotisería estaban preparando los paquetes. Ni bien el dueño le entregó dos paquetes, pensó que por lo menos no tendría que lidiar con bolsas pesadas. Además, esa vez había desistido usar sus zapatillas para no tener que terminar andando por los pasillos de tan prestigiosa empresa en medias. Ni bien tuvo en sus manos los pedidos, respiró hondo y diciéndose a sí misma que solo sería un instante dejarlas e irse se convenció de que nada podía salir mal. Marco Whitsen era una personalidad importante que no perdería el tiempo con una empleada de una casa de comidas. Por alguna razón se le había cruzado por infinidad de mujer s con las cuelas un hombre como él podría llegar a estar. Lo idealizada como un sujeto frío, arrogante, seguro de su mismo y lo que puede generar en las mujeres, narcisista, pedante y por sobre todo egocéntrico. Muy lejos de la realidad.

Ni bien atravesó el jardín del ala Oeste, anuncio a la recepción el motivo que la llevaba allí con lo cuál la chica le dijo que el Sr. La estaba esperando. En ese momento ella no supo que hacer ¿Esperarla? ¿Por qué? Sin más, la chica le informo el piso y la oficina en la cual la estaban esperando.

Temblando de nervios camino hacia el ascensor, dónde antes de subir le rezo a todos los santos el que no haya ninguna falla eléctrica. Por suerte el trayecto fue rápido y sin inconvenientes aunque lo que no podía controlar era lo alterada y avergonzada que estaba por dentro. Ni bien estuvo enfrente de la oficina tomó una gran bocanada de aire y golpeó tres veces.

- Adelante. –

La voz masculina que se oyó hizo que todo dentro de ella reaccionara y su piel se estremeciera. Recordaba perfectamente esa voz tan varonil. Era él, Marco Whitsen quien la invitaba a ingresar a su despacho.

- Buenas noches Sr. Son 2000 $. –

Alina hablo rápidamente sin asimilar la imagen que tenía delante suyo. Se encontraba sentado de piernas cruzadas con los brazos apoyados a lo largo del respaldo y mirándola con una sonrisa que podía derretir hasta el más grande témpano de hielo.

Ella evitaba hacer contacto visual, por lo que lo único que hizo fue dejar las bolsas en la cómoda de junto y tratando de no dejar en evidencia lo nerviosa que la ponía, le dijo tajante que le pagará.

El se levantó y lentamente se dirigió hacia donde estaba, invadiendo su espacio personal para preguntarle, casi en un susurro cuanto era lo que debía pagar.

Alina se sintió más que ofendida molesta ¿A caso le estaba tomando el pelo? Enseguida alzó sus ojos encontrándose con los de él y por un momento no supo cómo reaccionar.

- ¿Y bien? –

Él sabía que su cercanía la estaba poniendo nerviosa y disfrutaba verla en ese estado. Por alguna razón algo dentro de él, sin saber qué, se había empecinado en tenerla cerca, cómo sea aunque deba gastar su dinero en alimentos que terminaría donando a cualquier necesitado que se cruzará camino a su casa.

- Ya le dije el precio, son $2000. No quiero ser mal educada pero tengo prisa. –

Él le sonrió y ella creyó que iba a caerse, pero sin decirle nada se acercó lo suficiente como para que ella creyera que iba a besarla. Por unos momentos se dejó llevar por el momento sin imaginar que lo que Marco quería hacer era sacar del segundo cajón, de la cómoda donde ella estaba prácticamente apoyada el dinero para pagarle.

Cuando él se alejo de ella, pudo notar como sus ojos aún seguían cerrados, su rostro mostraba calma y su pecho subía y bajaba. La observó unos segundos intentando gravar en su mente cada detalle de su imagen. Cuando Alina se dio cuenta que ya no lo tenía a centímetros de su cuerpo y abrió sus ojos, se encontró con Marco, parado frente a ella sonriéndole. Todo su cuerpo ardió pero de la vergüenza y no espero para tomar el dinero que tenía él en sus manos y salió ligero de allí ante el grito de él diciéndole que conservará el cambio.

Cuando al fin se encontraba en la esquina, mira su manos y se encontró con $3500 ¿$1500 de propina? No lo podía creer y aunque necesitaba el dinero estaba dispuesta a devolvérselo. Cómo sea. En tanto Marco, esa noche, después de tantas, pudo dormir bien porque en su mente no se repetía la terrible escena de cuando niño escapando de un padre abusivo, sino la escena de esa muchacha

            
            

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