Kris.
Hago algunas llamadas del trabajo y bufo cuando escucho el tono de mi jefa.
-No te irás hasta que cierres el trato, Kris. Te enviaré las direcciones de dónde estará estos días, así que por favor, ¡convéncelo!
-Jane, ¿puedes decirme algo? -pregunto con curiosidad.
No puedo creer que tenga que andar detrás de un hombre que se supone que es respetable y de negocios. Tengo el presentimiento de que, si no ha insistido, es porque no tiene real interés en colaborar con Mirror Passion.
-¿Qué cosa?
-¿Acaso te lo cogiste?
Jane se queda en silencio unos segundos. Tengo algo de confianza con ella.
-Sí pero eso no tiene nada que ver con...
-Vale está bien, haré lo posible -la interrumpo y cuelgo.
Debí suponer eso. Quizá quiere tenerlo cerca de nuevo. Y me manda como cupido. ¿Hasta cuándo dejaré de ser espectador?
Suelto una risita al pensar de nuevo en lo mal que me ha ido en el amor.
Cuando veo a Tom salir del baño ya arreglado, mi ánimo se esfuma. Ni bien vestido y duchado se ve mejor.
Bajamos a la recepción una vez listos. Me encuentro con los actores a mi cargo en la salida, y entonces me despido de ellos para luego irme con Tom a su casa.
He tomado la decisión de ayudarlo pese a lo que podría pasar, porque he tomado malas decisiones en mi vida pasada, y no quiero volver a cometerlas.
Él luce nervioso y perdido en sus pensamientos durante el camino. Quisiera preguntarle por su familia pero creo que no es momento. Me pregunto en dónde están sus seres queridos, aquellos que puedan protegerlo de esta mujer.
Unos minutos después mis ojos se abren grande al ver la preciosa mansión. El lugar es un paraíso terrenal de tres niveles con ventanales, jardín lleno de flores hermosas y estructuras modernas. Es triste saber que en sus adentros hay una bruja malvada con un pequeño niño inocente que tiene que tal vez sentir o presenciar los abusos de esta hacia su padre.
Ya que la limusina se fue con los actores, salimos del taxi, pago, y entonces unos hombres en la puerta nos dan el pase sin siquiera saludar o darle una mirada a Tom. Me pregunto si acaso ellos también han visto las atrocidades pero su silencio ha sido comprado.
Jadeo cuando damos un pie dentro. Cada rincón de la jodida mansión luce impecable.
-Yo limpio todo -admite, y el estómago se me revuelve.
Lo tiene como un jodido esclavo.
¿Por qué es necesario? ¿Acaso no tiene dinero para pagarle a alguien más para que lo haga?
Me sorprende su forma de humillarlo. La imagen del pobre Tom limpiando el fino piso mientras ella le grita, me hace sentir muy mal.
Había visto de todo en la vida, menos esto.
-¿Y crees que esté en casa? -cuestiono hacia Tom, al verlo caminar con nervios a mi lado.
Llegamos a la sala, y antes de que él responda, unos tacones resuenan a nuestras espaldas.
El ambiente parece cerrarse sobre nosotros porque desde aquí puedo oler su maldad.
-Amor, ¿en dónde estabas? Tuve que mandar a Bobby a buscarte. Me sentí tan preocupada...
Hija de puta...
Miro a Tom y él hace una seña para que me gire. Controlo mis gestos para forzar una sonrisa, pero cuando mis ojos se encuentran con los de la cruel mujer, me congelo.
Ella me mira, con sus ojos mieles expresando asombro.
No puedo creerlo. Parece que ella tampoco. Aunque intenta disimularlo muy bien en su cara, puedo ver su cómo sus hombros se tensan, su mirada me traspasa.
Ha pasado mucho tiempo pero es ella. Mi mente viaja a hace diez años.
Pasado.
-¿Te gustó, cariño? -le pregunté a la bella castaña que había conseguido llorando la noche anterior en un bar.
A pesar del momento, ella llorando y yo excitado por su belleza, tuvimos química de inmediato. La hice reír, rápido, con la primera bobada que solté, e imaginé su boca rodeando mi polla necesitada.
Así pasaba con todas las mujeres, pero las deprimidas como ella, realmente eran buenas soltando sus males en la cama.
En el trascurso de la noche no quiso decirme por qué lloraba, pero logré sacarla a bailar. Luego de unos tragos ella estaba demasiado excitada como para pedirme que la hiciera mía. La llevé a un hotel y lo hicimos, sin rodeos, salvaje. Fue magistral la forma en que me cabalgó, sin duda ha sido una de las mejores de toda mi vida.
Pero lo que me hizo grabarla en mi memoria sobre otras mujeres, fue lo que pasó la mañana siguiente, cuando le pregunté si le había gustado nuestro encuentro. Ella comenzó a llorar de repente, abrazando sus piernas, temblando.
Abrí las cortinas de la habitación porque no podía creer que estuviera pasando eso. ¿Acaso yo le había hecho daño? ¿No le había gustado el sexo? Patrañas. Si había sido espectacular. Era actor porno, por supuesto que sabía cuándo todo era fingido o no.
Para cuando los rayos del sol la cubrieron, mi pecho se hundió. La luz me dejó ver moretones en todo su cuerpo desnudo, mientras balbuceaba.
-Él va a matarme... Si descubre esto... Si se entera que le fui infiel... Él va a... -Me miró, y pudo notar el dolor en sus ojos mieles.
Aunque me tomó desprevenido mi impulso fue acercarme a ella. Me estaba removiendo el pecho verla en ese estado. Era muy bonita para llorar.
-Bebé... ¿De qué estás hablando? ¿Quién te ha hecho todo esto?
La mujer de la cual no conocía nombre, echó un vistazo su cuerpo descubierto, y al ver sus marcas, aumentó el llanto.
-¡T-Tienes que irte! ¡Ve-te! ¡Aléjate de mí ahora! ¡Te hará tanto daño como a mí!
Su grito me conmovió.
Ella no era mi problema pero saber que un hombre estaba abusando así de una mujer me llenó de rabia.
Me acerqué a ella pese a sus gritos, abrazándola.
-Dime quién te hizo esto, podemos denunciarlo...
La mujer sacudió la cabeza y con fuerza me empujó.
-¡No lo entiendes! Él va a matarte, y luego me matará a mí. ¡Solo vete ahora!
Comenzó a sacarme de la habitación del hotel con gritos y almohadazos. Y no tuve otra opción que intentar analizarlo. Luego, aunque tuve el impulso de esperar e incluso seguirla para saber qué carajos sucedía con ella, no lo hice.
No lo hice porque pensé que si todo era cierto, podría acabar mi vida de diversión. Y por supuesto que en ese momento no quería que nada lo arruinara.
Presente.
¿Pero cómo diablos?, ahora me pregunto.
La mujer despampanante a mi frente no es la misma mujer débil que dejé en el motel aquella noche.
Ella ahora es la bruja malvada que abusa de mi amigo.
-Cariño, te presento a Kris Jones... Mi mejor amigo de la preparatoria -dice Tom-. Kris... Ella es... Seraphine Kane, mi esposa.
Ella extiende la mano sin despegar sus ojos de los míos, y yo los miro a ambos, sin entender. ¿En qué mierda me he metido?