EL DOLOR DE LA CEO
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EL DOLOR DE LA CEO

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Capítulo 1 CAPITULO 1

La lluvia caía sin piedad sobre la carretera. Las luces de la camioneta apenas lograban atravesar el agua que caía Bady y Felipe viajaban juntos, en medio de risas y palabras llenas de amor, compartiendo miradas llenas de adoración, ternura y complicidad, sus corazones estaban llenos de felicidad iban a celebrar los cumpleaños de la hermana menor de Bady y nada era capaz de borrar la felicidad que compartían los dos como pareja.

Bady miró por el retrovisor, sonriendo al ver a su pequeño Ángel dormido profundamente en su sillita. Su carita angelical estaba iluminada apenas por la luz del tablero de la camioneta.

Felipe la miró, con ese brillo especial en los ojos, y suspiró antes de hablar.

- Amor yo quiero otro bebé - dijo casi, en un susurro, pero con una sonrisa de niño travieso.

Bady soltó una suave carcajada, notando la expresión de Felipe, y le acarició el rostro mientras mantenía una mano en el volante.

- Cariño, te dije que cuando Ángel tenga unos dos años te doy otro hijo. Además, ahora mismo tengo demasiado trabajo en la empresa.

- Está bien ... Comenzó a decir Felipe, sin poder terminar la frase.

De repente, la camioneta salió de la carretera, peligrosamente a un lado. Felipe intentó frenar, pero derrapó las llantas sobre el lodo y el agua, la camioneta empezó a deslizarse, a caer por un barranco mientras daba vueltas hasta que al final se estrelló violentamente contra un árbol.

El golpe fue brutal. La oscuridad y el silencio envolvieron todo.

Una hora después, las luces de las ambulancias iluminaban la escena del accidente, rompiendo la calma aterradora que rodeaba el lugar. Los paramédicos trabajaban con rapidez, sacando a los heridos dentro del vehículo y colocándolos en las camillas. La escena era un caos; la lluvia seguía cayendo, mezclándose con la sangre que tenía el suelo.

Ángel, el pequeño no resistió, su cuerpecito estaba inmóvil, inerte en los brazos de un paramédico que no pudo hacer más que cubrirlo con una sábana. Felipe fue llevado al hospital de urgencia, pero durante la operación su corazón se detuvo, ; los médicos intentaron reanimarlo, pero al final no resistió. Bady gravemente herida, sobrevivió, pero cayó en un, profundo coma.

Hazel la hermana menor de Bady, recibió la noticia en medio de la noche. Al llegar al hospital, le informaron la tragedia. El mundo pareció desplomarse sobre ella cuando escuchó que su sobrino y su cuñado habían fallecido, y que su hermana estaba en cuidados intensivos, luchando por su vida.

Hazel, ahora era la única familia de Bady y tenía que hacerse cargo de todo, los entierros, los trámites, y la empresa de su hermana.

El dolor la acompaño día y noche, como una sombra que no la soltaba para nada. Hazel pasaba sus días entre la empresa y el hospital sentada junto a la cama de Bady, le hablaba por largas horas, esperando el día en que su hermana finalmente despertara.

Cuatro meses después, del accidente llegó Hazel como todos los días al hospital, con una mezcla de esperanza y temor en el pecho. Al abrir la puerta de la habitación, el corazón le dio un vuelco, los ojos de Bady estaban abiertos. Hazel sintió cómo las lágrimas descendían por sus mejillas y ella corrió abrazar a su hermana.

- Bady ... Hermana, por fin abres tus ojitos, mi bella durmiente.

El rostro de Bady estaba pálido, y sus labios temblaban ligeramente. Su mirada era confusa, perdida, mientras intentaba enfocar la figura de Hazel tomó su mano, acariciándola suavemente, dejando que las lágrimas corrieran por sus mejillas.

-Hazel ... - murmuró Bady, con la voz ronca y entrecortada, como si hablar le costará un esfuerzo inmenso - ¿Dónde está Felipe? ¿Y Ángel? ¿Ellos están bien?.

Hazel sintió que el corazón se le rompió en mil pedazos. En ese momento paso saliva. No quería decirle, no quería ver a Bady llorar porque de un solo golpe había perdido lo que más amaba en este mundo.

- Hermana ... - susurro Hazel, sin poder contener la tristeza en su voz-. No sabes cuánto me cuesta tener que decirte esto - dijo ella agarrando las manos de Bady.

Bady la miró, con los ojos llenos de angustia intento incorporarse, pero el dolor en su cuerpo no la dejo moverse.

La angustia en sus ojos reflejaba su miedo, la necesidad de saber, de escuchar la verdad.

- Dime Hazel, por favor, dime dónde están.

Hazel cerró los ojos, por un momento para tomar el valor de decirle la verdad a Bady, tomó aire y decidió hablar.

- No sé cómo decir esto, Bady ... Pero ellos ya no están con nosotros en este mundo.

Las palabras de Hazel fueron apenas un susurro, pero bastaron para romper el corazón de Bady en mil pedazos.

Su rostro se colocó más pálido, en seguida de un grito desgarrador que salió de lo más profundo de su alma. Las lágrimas brotaron de sus ojos como una cascada y sus manos temblaban al aferrarse a Hazel, buscando consuelo.-Dime que ellos están bien, decía Bady en medio de su llanto.

- Bady respira profundo , tienes que aceptar que ya no están contigo

-¡No, no puede ser! ¡No! - gritó Bady, entre sollozos, con su voz rota por el dolor - ¡Mi hijo, mi esposo, no, Hazel dime qué esto no es real que es una pesadilla!.

- Como viviré sin ellos , eran mi familia , mi mundo entero a parte de ti Hazel , ella se aferró como niña pequeña en los brazos de Hazel , en esos momentos entraron algunos medicos para colocarle un calmante.

Bady luchó, se resistió, pero finalmente cayó en un sueño profundo, dejando atrás el dolor por unas horas.

Hazel se quedó a su lado, sosteniendo su mano, con el rostro húmedo de lágrimas . Ver a su hermana destrozada le partía el alma y el corazón en mil pedazos , sabía que Felipe era su amor y Angel era su vida entera y ella no podía hacer nada para sanar, aliviar ese dolor tan grande que tenía su hermana.

Se limpió sus lágrimas y se prometió a si misma cuidarla, para siempre...

Continuara...

            
            

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