Las lágrimas descendían sin parar por sus mejillas . Empapando las almohadas en silencio , su alma estaba rota, desgarrada , y no había nada que le sanará su corazón.
La puerta se abrió suavemente, y Hazel entró con una bandeja en sus manos.- Hola, Bady - murmuró con una sonrisa, tratando de suavizar el ambiente.
Bady no respondió, ni siquiera hizo el esfuerzo de mirarla. Apenas movió la cabeza mirando para otro lado, de pronto su voz resonó débilmente en la habitación.
- No quiero nada, Hazel. Solo... solo vete, quiero estar sola-susurró, con su mirada fija en el techo, como si ese vacío que sentía en su alma se perdiera, algo que nadie podía darle.
Hazel respiró profundamente, conteniendo la mezcla de dolor y frustración, tenía que tener paciencia con su hermana, ella había pasado semanas en coma, el día que despertó se enteró de que había perdido a su hijo y a su esposo.
Cada intento de hacerla comer, de que hablara, todo ha sido en vano, pero no estaba dispuesta a rendirse.
-Debes comer algo Bady, necesitas recuperar fuerzas si quieres salir del hospital. La empresa te necesita y no entiendo muchas cosas de lo que toca hacer, además falta revisar los nuevos proyectos , se quedó mirándola y buscando encontrar algún rastro de vida en el rostro de su hermana.
Bady soltó una carcajada llena de amarga, su risa se transformó rápidamente en un sollozo desgarrador. La rabia, la tristeza, y la furia que reflejaba en su mirada, ella con un movimiento brusco, empujó la bandeja que la hizo caer al suelo. El plato se rompió en mil pedazos, esparciendo la sopa y el pan por todas partes. Hazel dio dos pasos hacia atrás, sorprendida, pero mantuvo la compostura.
- No entiendes nada, Hazel. ¿No lo ves? Nada de esto tiene sentido, no quiero seguir, no quiero hacer nada, no quiero comer, solo quiero desaparecer. Las palabras de Bady salían con mucho dolor e ira, el dolor la estaba consumiendo poco a poco.
Hazel cerró los ojos para poder tener paciencia y no perderla con Bady, trato de calmarse y no dejarse arrastrar por el dolor de su hermana.
Cuando abrió los ojos y volvió a mirarla, lo hizo con su expresión dura y firme. Había ido a verla con un solo propósito y no pensaba retroceder.
-Te calmas Bady - respondió Hazel con un tono severo en su voz, aunque sus ojos demostraban las ganas que tenía de llorar Pero tenía que ser fuerte por su hermana. - Estás viva Bady y eso debes valorarlo, ya que es un milagro.
- Un milagro Hazel - dijo Bady gritando como loca, que los médicos enteraron a la habitación para calmarla.
Horas más tarde, Bady despertó de nuevo. Está vez, el dolor que sentía en su corazón se había calmado un poco, se sentía menos intenso, el efecto del sedante le daba un poco de paz.
Hazel se quedó dormida allí, con su cabeza inclinada hacia adelante, y su respiración era profunda, como si también estuviera escapando de la realidad en sus propios sueños.
Bady sintió en su corazón una mezcla de gratitud y tristeza. Sabía que su hermana había estado con ella desde el accidente, enfrentando su propio dolor y, sin embargo, sin apartarse de su lado ahí estaba.
La presencia de Hazel no aliviaba el vacío que ella tenía en su alma y en su propio corazón, al contrario, recordaba la tragedia de ese día, las últimas palabras de Felipe, todo eso la envolvían.
Después de un rato, Hazel comenzó a moverse, y abrió los ojos lentamente, aún se veía el rastro de sus lágrimas en su rostro, al notar que Bady la miraba.
- Estás despierta - dijo en voz baja, acariciando la mano de su hermana -. No sabes cuánto me alegra verte así.
Bady no respondió, solo bajo la mirada. La angustia que sentía era difícil de describir y el simple hecho de estar despierta le resultaba insoportable.
- No entiendo por qué... Por qué me desperté - murmuró Bady con su voz entrecortada y sus mejillas húmedas por su llanto apenas en un susurro -¿para qué? Si ya no tengo nada en esta vida. Todo lo que amaba ya no está, lo perdí, desapareció de la noche a la mañana.
Hazel la miró, y respiró hondo sintiendo un dolor profundo en su pecho al escuchar esas palabras. Sabía que Bady estaba devastada, pero también entendía que necesitaba encontrar un motivo para seguir adelante aunque en ese momento era difícil que lo viera.
- Bady - te entiendo, créeme. Yo también los extraño, todos los días -dijo Hazel, y su voz se quebró ligeramente -. No hay un solo momento en el que no piense en ellos, en los momentos que compartimos, en los recuerdos que quedaron, pero tenemos que seguir o en tu caso seguir adelante Bady.
-No lo entiendes, Hazel.- Bady sacudió la cabeza con desesperación -. No puedes entender lo que siento, porque ellos eran mi vida entera, mi complemento, mi razón de vivir. Ángel era mi pequeño bebé con sus sonrisas llenaba mis días de felicidad, Felipe, me daba vida con su amor, - ¿qué me queda ahora?.
Hazel tomó una bocanada de aire, ya que las palabras de Bady la, lastimaban ella entendía que provenían del dolor que Bady, sentía en esos, momentos.
- ¿Y a mí Bady?- preguntó Hazel suavemente, mirándola directamente a los ojos -. ¿Me tienes a mí?. Sé que no soy ellos, ni siquiera puedo reemplazarlos. Pero sigo aquí contigo, porque eres mi hermana y no pienso dejarte sola.
Eres lo único que me queda en este mundo. Si tu también te vas... Se detuvo, - entonces si me quedaré sola.
No te voy a obligar a sanar , ni a sentirte mejor , pero por favor no me apartes de tu vida ...
Continuara ...