Capítulo 4 Jugadas Peligrosas

Las primeras luces del amanecer apenas iluminaban el cielo cuando Samuel llegó a la dirección que había recibido la noche anterior. Un pequeño café en un barrio apartado de la ciudad, discreto pero con un encanto peculiar, parecía ser el lugar ideal para encuentros secretos. Observó su reloj; aún tenía unos minutos antes de que llegara su contacto. Aprovechó el tiempo para analizar mentalmente el contenido de la última reunión con Elías. Los pasos que estaban dando no solo eran estratégicos, sino también arriesgados. Un error, y toda la operación podría derrumbarse.

Mientras tanto, en la oficina de Elías, el ambiente era de concentración total. Elías estaba de pie frente a una pizarra digital llena de diagramas, notas y proyecciones. Las ventanas del despacho dejaban entrar la luz pálida del amanecer, iluminando su rostro enigmático. Carolina y un equipo de analistas estaban conectados en una videollamada desde una sala contigua, compartiendo los últimos avances sobre Emilia De la Vega.

-Hemos encontrado algo, señor Castellanos -dijo Carolina, su tono indicando una mezcla de triunfo y cautela-. Parece que Emilia tiene conexiones indirectas con una empresa fachada que Lorenzo utiliza para operaciones encubiertas en el extranjero. Podría ser nuestro punto de entrada.

Elías asintió mientras estudiaba los documentos proyectados en la pantalla. La precisión era crucial, y su mente afilada como un bisturí analizaba cada detalle.

-¿Están seguros de la información? No podemos permitirnos errores en esta etapa.

-Hemos corroborado los datos con múltiples fuentes -respondió Carolina con confianza-. Pero hay algo más. Emilia parece estar manejando estas operaciones sin el conocimiento completo de Lorenzo. Podría ser una oportunidad para sembrar desconfianza entre ellos.

Elías reflexionó por un momento, calculando las posibilidades. Crear una brecha entre Lorenzo y Emilia podría ser tan efectivo como un ataque directo a sus operaciones. Era un juego peligroso, pero los riesgos eran necesarios.

-Excelente trabajo. Continuemos explorando esa línea, pero con precaución. No quiero que sospechen nada todavía.

Mientras tanto, en el café, Samuel observaba por la ventana, sus ojos escaneando cada persona que pasaba. Finalmente, un hombre alto, de aspecto discreto y cabello canoso, entró al lugar. Llevaba un maletín y se sentó frente a Samuel sin decir una palabra.

-Gracias por venir, señor Aguilar -dijo Samuel, rompiendo el silencio.

Aguilar asintió, abriendo el maletín para sacar una carpeta llena de documentos.

-Esto es todo lo que pude encontrar sobre Victoria Moreno. Esos datos no son fáciles de obtener, pero tengo contactos confiables.

Samuel tomó la carpeta y comenzó a revisar su contenido. Fotografías, direcciones, registros financieros. Todo parecía indicar que Victoria había llevado una vida tranquila, lejos de la esfera de influencia de Lorenzo.

-¿Algo más que debería saber? -preguntó Samuel, sin apartar los ojos de los documentos.

-Ella parece tener vínculos con una organización benéfica en el norte del país. No es un lugar de mucho interés público, pero podría ser un punto de acceso si su jefe decide contactar con ella.

Samuel guardó la carpeta y dejó un sobre en la mesa antes de levantarse.

-Gracias por su discreción, señor Aguilar. Nos pondremos en contacto si necesitamos algo más.

De regreso en la oficina, Elías recibió la carpeta con un rostro impenetrable. Cada documento que revisaba parecía añadir peso a su expresión. Finalmente, se detuvo en una fotografía reciente de Victoria. Estaba más mayor, pero su sonrisa seguía siendo la misma que él recordaba.

-Samuel -dijo sin apartar la vista de la fotografía-, quiero que envíes a alguien para observar sus movimientos. Nada intrusivo, solo quiero saber cómo está y si hay algo que pueda complicar nuestro acercamiento.

-Entendido, señor -respondió Samuel, inclinando la cabeza antes de salir de la oficina.

La tarde llegó con un cambio en el clima, nubes oscuras cubriendo la ciudad como un presagio de los días que vendrían. En su oficina, Elías continuaba ajustando los detalles de su estrategia, consciente de que cada movimiento debía ser perfecto. Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, Emilia De la Vega revisaba sus propios planes, ajena a la tormenta que se avecinaba.

Elías sabía que no había marcha atrás. Las piezas en el tablero estaban colocadas con precisión, pero las jugadas por venir definirían no solo su venganza, sino también el hombre en el que se estaba convirtiendo. Sin embargo, había algo más acechando en el horizonte. Un secreto enterrado desde hacía años, algo que podría cambiar el rumbo de todo. Mientras contemplaba la ciudad desde su ventana, Elías se dio cuenta de que no solo se trataba de destruir a Lorenzo. Esta era también una batalla contra los fantasmas de su pasado.

En el norte del país, Victoria Moreno cerraba las puertas de un pequeño orfanato que dirigía con dedicación. No tenía idea de que su tranquila vida estaba a punto de ser sacudida por un hombre que había jurado no volver a cruzarse en su camino. Los caminos de Elías y Victoria estaban destinados a colisionar nuevamente, y cuando lo hicieran, el impacto sería devastador.

            
            

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