Capítulo 10 El diario de celeste

Capítulo 10:

Puse la llave en la cerradura del cajón con manos temblorosas.

-Me retiraré, señorita -dijo la ama de llaves con voz baja antes de salir de la habitación.

Mi corazón latía con fuerza. Sentía un sudor frío en las palmas. ¿Qué podría haber guardado Celeste con tanto recelo?

Abrí el cajón y, entre un par de papeles amarillentos, encontré un objeto inesperado: un diario de cubierta de cuero desgastada, cubierto de una ligera capa de polvo y pelusa.

-¿Un diario? -lo tomé con cautela-. Claro, tenía que serlo...

Pasé la mano por la tapa, limpiando el polvo, y lo abrí con expectación.

"Mi madre no me quiere. Me desprecia. ¿Qué puedo hacer para ganar su cariño? ¿Será que no me ama porque soy hija de otra mujer?

No sé qué piensa de mí, pero yo solo quiero su aceptación."

Fruncí el ceño.

-Siempre fue una bruja esa señora... -murmuré con disgusto antes de seguir leyendo.

"Mi padre es el único que me entiende. Siento que es el único que me ama en este mundo lleno de falsedades.

Hoy conocí a una niña hermosa llamada Elizabeth. Su familia era noble, pero cayó en la ruina y ahora son plebeyos. Hoy, yo le di trabajo a esa niña tan bella. Quiero que sea mi amiga."

Sonreí levemente.

-No era tan mala como creía...

Sin embargo, a medida que pasaba las páginas, la historia se volvía más oscura.

"Hoy murió mi padre... Mi vida ya no tiene sentido. Quería estar con él hasta que fuera una anciana arrugada. ¿Por qué se fue?

Mi madre, cruel como siempre, me encerró en el sótano. Ahora tengo miedo a la oscuridad. Me deja sin comer, me golpea cuando cometo errores y, si se enfada, me echa fuera de la casa por las noches.

Tristemente, no tengo a Elizabeth a mi lado. Después de la muerte de mi padre, ella y su familia se mudaron.

Papá me dejó sus empresas, pero mi madre se apoderó de ellas. Yo soy quien realmente las maneja... Y cuando nació mi hermana, mi madre me corrió de casa.

Quiero a mi hermana, pero mi madre apenas me deja verla."

Apreté los puños.

-Qué maldita... -susurré con furia.

Pasé la página y me encontré con un nuevo giro en su vida.

*"Después de mudarme, decidí salir al pueblo cercano para distraerme. Pero ese día, unos bandidos me rodearon e intentaron robarme todo. Un hombre apareció y me salvó.

Era demasiado apuesto. Creo que fue amor a primera vista.

Después, lo volví a ver en una fiesta a la que me invitaron mis amigas. Mi corazón latía con fuerza al mirarlo. Sus ojos grises me atrapaban, y cada vez que sonreía, sentía que me derretía. Quiero saber más de él.

Hoy hablé con él por primera vez. Estaba tan nerviosa que casi me desmayo. Su presencia es abrumadora. Pero a pesar de su belleza, veo un vacío en él... y eso me hace sentir mal por él."*

Tragué saliva.

-Si supieras, corazón... -murmuré con tristeza.

Las siguientes páginas narraban su creciente amor y obsesión por Noah.

*"Hoy, mi madre me dio una sorpresa: ¡voy a casarme con Noah!

Estoy tan emocionada. No puedo sacarlo de mi mente. Todo en él me vuelve loca.

Pero mis días de gloria no durarían...

Elizabeth ha vuelto. ¡Hoy la vi! Fuimos a vernos y hablamos durante horas hasta quedarnos dormidas. Era como en los viejos tiempos.

Pero la felicidad nunca dura. Hoy vi a Noah besar a Elizabeth.

Los rumores eran ciertos. Elizabeth quería robarme a mi futuro esposo.

Día tras día, el odio creció en mí. Noah solo sonríe genuinamente cuando está con ella. Pero eso no será para siempre. En tres días, me casaré con él..."*

Mis manos temblaban mientras pasaba las páginas.

*"Llegó el día de mi boda. Todo era perfecto. Me puse mi vestido de novia, me arreglaron con esmero, y esperé en el altar. Mi corazón latía como loco.

Esperé.

Esperé.

Pero Noah no llegó.

El sacerdote me miró con lástima y preguntó si el novio llegaría. Antes de que pudiera responder, un mensajero entró y entregó una carta.

La boda estaba cancelada.

Mi mundo se rompió en mil pedazos.

Corrí a la casa de Noah con mi vestido de novia aún puesto. Entré desesperada y... lo vi.

A Noah.

Besando a Elizabeth.

Otra vez.

Mi madre me insultó. Mis amigas me dijeron que debía hacer algo. Incriminarla.

Mi madre me dijo que lo mejor sería que me quitara la vida.

Todos susurros, todas las voces en mi cabeza...

Pero el único que estuvo a mi lado fue mi mayordomo. Él y el ama de llaves fueron los únicos que no me dieron la espalda.

Hoy es el día... El día en que cambiaré mi destino.

Cité a Elizabeth en el bosque."*

Tragué saliva.

-¿Eso es todo? -pasé las páginas frenéticamente. Estaban en blanco.

Algo cayó al suelo.

Era una foto.

La levanté con cuidado. En ella estaban Elizabeth y Celeste juntas, sonriendo. Pero la imagen estaba rasgada justo en el lado de Celeste.

Le di la vuelta y leí las palabras escritas en la parte posterior.

"Ven a mi cuerpo y cambia mi historia."

Mi piel se erizó.

El diario tembló en mis manos.

-¿Celeste... sabía lo que pasaría?

Las piezas comenzaron a encajar lentamente en mi mente. La pregunta que siempre me había atormentado desde que llegué aquí...

¿Por qué terminé en su cuerpo?

Tal vez... ella me había llamado.

            
            

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