Kalila eclipse de luna.
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Capítulo 6 Morí.

La noche paso, y los jóvenes esperaron en el bosque, pero su muerte no llego, inclusive tuvieron el valor de presentarse en el velorio de sus padres y Jana, donde encontraron a los lideres y la luna única, se notaban nerviosos, y Chloe aún peor, pero no demostraban más que pesar, como si no supieran lo que le habían hecho a su única hija.

- Ustedes fueron los últimos en estar con Jana. - dijo una voz profunda, era Vito, el vampiro que tenía el poder de traspasar cualquier cosa sólida, como si de un fantasma se tratara.

- Sí, estábamos... en el bosque y ella salió corriendo...- la voz de Ukara se volvía aguda de a momentos, recordar el rostro dolido de su media alma le dolía incluso más que su muerte.

- No quiero revivir tu dolor, solo busco a mi hija. - explico el vampiro.

- ¿Qué? - dijo sorprendido Tahiel.

- Desapareció anoche, no fue al baile como nos dijo, nos mintió. - los ojos de Vito se tornaron rojos de furia. - Sabemos que es su amiga.

- ¿Cómo? - Declan no quería preguntar ¿Cómo saben que es nuestra amiga? Sino que ¿Cómo se le ocurre decir eso? Pero ninguno de los tres lideres estaba en condición de detectar nada que no estuviera relacionado con Kalila.

- Ella huele a ustedes, siempre, más en sus mejillas y sus brazos, dijo que era porque son buenos amigos y viven abrazados. - Vito explico aquello, y a los tres jóvenes casi se les cae la mandíbula, no lo podían creer, la cazadora los había cubierto durante todo el instituto, claro que olía a ellos en las mejillas y brazos, era donde siempre la golpeaban o apretaban para empujarla.

- Quizás estaba con ustedes. - la voz de la luna Chloe les llego y con ella su imagen y a su lado Dante y Kek.

- No. - dijo de inmediato Declan, demasiado nervioso como para que lo pasaran por alto.

- Escucha niño. - la voz de Dante era ronca, sonaba cansada. - Solo trata de recordar, quizás Kalila estaba detrás de Jana, quizás estaban jugando a esconderse como cuando eran niñas, quizás confundieron su aroma con el de otro cazador, piensa si escucharon o vieron algo extraño, sé que ver morir a tu amiga es un impacto, lo he vivido, pero necesito a mi niña. - el cielo se iluminaba de a momentos con truenos y rayos, el poder de Dante se estaba saliendo de control, el no saber de su hija lo estaba enloqueciendo y este brujo no solo manejaba el tiempo, también manipulaba los rayos.

- Tranquilo Dante, ellos dicen que no saben ¿Por qué mentirían? - Chloe le regalo una sonrisa a su compañero y este se relajó.

- Juro que, si Nuriel se la llevo rompiendo el pacto... juro que no me importara que sea el primogénito del dios sol, lo matare, aunque sea un fénix y renazca mil veces, mil veces lo matare. - Kek estaba en modo Alpha y estos jóvenes trataban de comprender que sucedía.

- Yo solo espero que no se topara con esos vampiros, o...- Chloe rompió en llanto inquietando no solo a sus compañeros, también a todo el pueblo, la luna humana era querida y respetada por todos, era una luna única.

- Tranquila vida. - susurro Vito en su oído, pero todos lo escucharon.

- ¿Y si Asher se la llevo?... tengo miedo de lo que le haga, si la obliga a despertar su lado de cazadora, sabes lo que Aysel dijo. - Dante se sumó al abrazo que Vito le estaba dando a Chloe y Tahiel se removió incomodo ante la mirada penetrante de Kek.

- ¿Qué sucederá si despierta su lado cazador? - se atrevió a preguntar el joven lobo, solo para cambiar de tema.

- Si realmente fueras su amigo lo sabrías. - respondió Kek que podía sentir al lobo de Tahiel removerse incomodo en su interior, algo no estaba bien y estaba dispuesto a saber que era, fue por eso por lo que se dispuso a usar el poder de su Alpha y someter al joven lobo, pero algo lo detuvo.

- Papá. - la voz de Kalila los hizo girar, y mientras sus tres agresores quedaban congelados en su lugar, sus tres padres la abrazaban y olían. Menos Chloe que quedo aturdida al ver a un hombre, o tal vez era una mujer, no podía decirlo, lo único que podía decir era que estaba en frente de alguien único.

- ¿Dónde estabas? - inquirió Dante al tiempo que la abrazaba un poco más fuerte, pero Kalila solo veía el rostro de sus tres demonios personales.

- ¿Por qué traes esa ropa? - pregunto Vito al verla con un vestido de gasa celeste, largo, muy hermoso, pero era algo que su hija no usaría, él la conocía.

- ¿Qué te paso? - Kek hizo la mejor pregunta y solo entonces Kalila sonrió.

- Me caí en un agrieta, anoche salí a caminar al bosque y me desorienté.

- ¿Tu? ¿perdida en el bosque? ¿cayendo a una grieta? -. Su madre no le creía, era la única a la que nunca podría engañar.

- Ikigaí me salvo, él me salvo mamá. - dijo al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas, y Ukara no pudo evitar vomitar frente a todos, no lo soportaba, sus ojos, llenos de lágrimas no los podía ver, sin recordar la atrocidad que habían hecho.

- ¿Ikigaí? - dijo Chloe ignorando al brujo que acababa de vomitar y viendo una vez más al joven que ahora sabia era hombre, su tez era albina, pero su cabello azul, sus facciones delicadas, de ojos celestes muy claros, casi turquesa.

- Significa el camino que haces para encontrar tu razón de ser. - Chloe retrocedió un paso al escuchar su voz, era hermosa y como acto reflejo Kek gruño, y la jalo a su lado.

- Mi luna. - dijo de forma posesivo e Ikigaí sonrió, era pequeño, apenas unos centímetros más alto que Kalila, delgado, parecía aún más niño que su hija.

- No tienes nada que temer Alpha, soy de Kalila, le pertenezco, ella puede hacer de mi lo que quiera. - explico aquello como si estuviera describiendo que el cielo era azul.

- ¿Qué dice este delgaducho y paliducho niño? - Vito estaba enojado, más que eso, estaba furioso, ese ser no era un hijo de la luna.

- Tengo mil años vampiro, que mi aspecto no te engañe, mil años esperando a mi lago de vida y al fin lo encontré. - el pequeño hombre hizo un movimiento con su cabello azul y solo entonces descubrieron que llegaba a sus tobillos.

- ¡Eres un elfo! - el asombro cubrió la voz de Dante y el pequeño sonrió.

- Soy hijo de un elfo y un hada, por lo que comprenderás que separarme de tu hija no es una opción.

- ¿Qué? ¿Qué quiere decir? - intervino Chloe, asustada y aturdida.

- Si se aleja de ella morirá, conecto su existencia a nuestra hija. - dijo aun en shock Dante, aunque su cabello se convirtió en fuego de lo furioso que estaba.

- ¿Abusaste de mi hija? - Chloe avanzo cargada de furia, pero el peli azul hablo antes.

- Yo, no... - respondió viendo con odio a los tres demonios de Kalila.

- Él nunca haría eso mamá, no es lo que crees, te lo explicare todo, solo... necesito ver a Jana.

- ¡Oh, hija! tú no sabes. - Chloe vio con dolor a Ukara, y el joven sintió aún más vergüenza, su luna se apiadaba de él, de su dolor, no lo merecía.

- Lo se mamá, sé que murió, al igual que los padres de... de...

- Declan y Tahiel, ¿acaso no recuerdas el nombre de tus amigos? - Kek paso sus ojos de su hija a los tres jóvenes que estaban en silencio y completamente rígidos en frente.

- Papá, estoy... aturdida, soy humana ¿lo recuerdas? - respondió con una sonrisa condescendiente y el lobo sonrió con culpa.

- ¿Te despedirás? - intervino Vito, siempre atento de lo que su habichuela necesitara.

- No, ellos no se irán, Ikigaí, ¿podrías por favor? - los ojos del joven brillaron y un sonrojo tomo sus mejillas, por el solo hecho de que Kalila dijera su nombre.

- Todo lo que tu desees, por siempre, todo lo que quieras solo dilo y lo hare. - Chloe no pudo evitar comparar a ese joven con Vito, aunque debía recordar que tenía mil años, aparentaba incluso menos que su hija.

Ikigaí comenzó a caminar, Declan, Tahiel y Ukara estaban frente a la puerta de la pequeña capilla, los ojos del joven que hasta ese momento eran celeste claros se tornaron Violeta oscuro cuando los vio.

- ¡Apártense! - las manos de Kalila se aferraron a la ropa de gasa color gris que llevaba el albino mitad elfo y mitad hada, sin ver a ninguno de los tres, Kalila ingreso tras Ikigaí, los féretros estaban abiertos, los tres agresores también ingresaron y tras ellos los lideres del pueblo y su luna.

- ¿Estas segura? - pregunto Ikigaí.

- Son buenas personas. - respondió en un susurro al tiempo que acariciaba el cabello de Jana.

- Como tú quieras.

El cabello de Ikigaí brillo y se levantó como si tuviera vida propia y entonces se dividió en tres partes, cada una toco el lugar donde se encontraba el corazón de cada una de las personas en los ataúdes, y así de fácil estas abrieron sus ojos.

Declan no lo podía creer, ella le había devuelto a su padre, Tahiel estaba aún más agradecido, ya que tenía hermanos que aun eran niños, mientras que Ukara estaba feliz, aunque su lazo estaba roto, Jana ni siquiera lo vio y solo abrazo a Kalila.

- ¡Por la diosa! te vi, yo te vi. - decía la humana en completa histeria.

- Nosotros te vimos pequeña Kalila, serás una gran mujer como tu madre, aun en la oscuridad, pudiste guiarnos. - la madre de Tahiel abrazo a la joven, como queriendo decir algo más, pero sin poder mencionarlo.

- No importa, en verdad, no importa. - le repitió una y otra vez la joven y solo cuando Tahiel vio a su madre, supo que ella sabía todo lo que había pasado.

- Te debo mi vida, y la de mi esposa. -las palabras del padre de Declan eran ciertas, Kalila no solo los había salvado a ellos, también a sus parejas, ya que era cuestión de días para que murieran de pena.

- No me debe nada, fue Ikigaí quien hizo todo.

- Fue tu voluntad niña, no te engañes, tú tienes la voluntad de tu madre, y el valor de tus tres padres. - el que no era otro que el padre de Declan, hizo una reverencia a sus lideres y salió sin siquiera ver a su hijo ni una sola vez.

- ¿Que fue todo eso? ¿a qué se refieren con que te vieron? - Dante aun que era el mayor de los tres hombres estaba aturdido.

- Morí papá, anoche yo morí.

            
            

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