El CEO y la Niñera
img img El CEO y la Niñera img Capítulo 4 4
4
Capítulo 6 6 img
Capítulo 7 7 img
Capítulo 8 8 img
Capítulo 9 9 img
Capítulo 10 10 img
Capítulo 11 11 img
Capítulo 12 12 img
Capítulo 13 13 img
Capítulo 14 14 img
Capítulo 15 15 img
Capítulo 16 16 img
Capítulo 17 17 img
Capítulo 18 18 img
Capítulo 19 19 img
Capítulo 20 20 img
Capítulo 21 21 img
Capítulo 22 23 img
Capítulo 23 23 img
Capítulo 24 24 img
Capítulo 25 25 img
Capítulo 26 26 img
Capítulo 27 27 img
Capítulo 28 El Precio de la Ambición img
Capítulo 29 El Camino Hacia el Perdón img
Capítulo 30 El Reto del Corazón img
Capítulo 31 El Desafío de lo Desconocido img
Capítulo 32 La Prueba del Cambio img
Capítulo 33 El Retorno del Pasado img
Capítulo 34 Vínculos de Confianza img
Capítulo 35 Nuevas Raíces img
Capítulo 36 Tiempos de Cambio img
Capítulo 37 Ecos del Pasado img
Capítulo 38 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 39 Un Futuro por Construir img
Capítulo 40 Tejiendo un Futuro Juntos img
Capítulo 41 Una Sorpresa Inesperada img
Capítulo 42 La Decisión Correcta img
Capítulo 43 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 44 Distancia y Nostalgia img
Capítulo 45 Una Sombra del Pasado img
Capítulo 46 Confusión y Claridad img
Capítulo 47 El Valor del Presente img
Capítulo 48 Aceptación y Renacimiento img
Capítulo 49 Lo Que Nos Une img
Capítulo 50 El Valor de los Pequeños Momentos img
Capítulo 51 La Confesión Silenciosa img
Capítulo 52 Nuevos Comienzos img
Capítulo 53 Conexión Profunda img
Capítulo 54 Desvelando el Corazón img
Capítulo 55 Creciendo Juntos img
Capítulo 56 La Tormenta Interna img
Capítulo 57 El Desafío de Abrazar el Futuro img
Capítulo 58 El Arte de Aprender a Confiar img
Capítulo 59 La Decisión Crucial img
Capítulo 60 El Camino hacia lo Desconocido img
Capítulo 61 El Despertar de una Nueva Realidad img
Capítulo 62 Un Paso Hacia lo Desconocido img
Capítulo 63 El Peso del Cambio img
Capítulo 64 La Carga de la Responsabilidad img
Capítulo 65 La Reunión Decisiva img
Capítulo 66 El Eco de la Decisión img
Capítulo 67 La Decisión Final img
Capítulo 68 El Reflejo de la Decisión img
Capítulo 69 El Camino Hacia la Reconstrucción img
Capítulo 70 El Valor de la Vulnerabilidad img
Capítulo 71 El Primer Paso Hacia la Reconciliación img
Capítulo 72 El Peso del Perdón img
Capítulo 73 El Silencio del Corazón img
Capítulo 74 Rumbo al Futuro img
Capítulo 75 Renovación img
Capítulo 76 Navegando la Tormenta img
Capítulo 77 La Tormenta se Desata img
Capítulo 78 Decisiones Cruciales img
Capítulo 79 El Peso de las Decisiones img
Capítulo 80 El Peso del Futuro img
Capítulo 81 El Camino de la Transformación img
Capítulo 82 Voces Silenciadas img
Capítulo 83 Decisiones Cruciales img
Capítulo 84 Desvelando el Miedo img
Capítulo 85 El Valor de la Vulnerabilidad img
Capítulo 86 El Eco de las Decisiones img
Capítulo 87 La Decisión de un Nuevo Comienzo img
Capítulo 88 La Encrucijada del Corazón img
Capítulo 89 El Valor de Amar img
img
  /  1
img

Capítulo 4 4

Los días siguientes trajeron una serie de pequeños cambios en la vida de Andrés Villaverde, cambios que, aunque sutiles, fueron imposibles de ignorar.

Por las mañanas, ya no salía apresurado de casa mientras Lucas desayunaba solo con su niñera. Ahora, al entrar en la cocina, lo recibía el aroma a pan tostado y café recién hecho, y más sorprendente aún, la risa de su hijo.

-¡Papá, mira! -exclamó Lucas un jueves por la mañana, sosteniendo un panqueque con forma de estrella-. Mariana me enseñó a hacerlos así.

Andrés tomó asiento con cautela, observando la escena. Mariana, con el delantal puesto y un mechón de cabello suelto sobre su rostro, le sonrió con esa naturalidad que ya empezaba a resultarle familiar.

-Lucas tiene talento para la cocina -comentó ella mientras servía más panqueques-. En unos años, puede que abra su propio restaurante.

-O una panadería espacial -bromeó Lucas-. Para que los astronautas también tengan desayuno.

Andrés tomó su taza de café y se encontró sonriendo sin darse cuenta.

Era extraño, esta sensación de hogar.

Desde la muerte de su esposa, la casa había sido un espacio funcional, nada más. Pero ahora, con Mariana allí, parecía cobrar vida de nuevo.

Un Encuentro Inesperado

Esa tarde, Andrés salió antes de la oficina para sorprender a Lucas y recogerlo del parque donde Mariana lo había llevado a jugar. No era algo que hiciera a menudo, pero la voz de su hijo por teléfono sonó tan emocionada cuando le contó sobre su día que sintió el impulso de estar allí.

Al llegar, los vio a lo lejos. Lucas corría con otros niños mientras Mariana lo vigilaba desde una banca, con una expresión serena y atenta.

Cuando Andrés se acercó, ella lo notó de inmediato.

-¿Hora de volver? -preguntó con una sonrisa.

-Decidí pasar por aquí antes -admitió él, metiendo las manos en los bolsillos.

Mariana asintió, sin sorpresa.

-Me alegra que lo hayas hecho. Lucas se ha divertido mucho hoy.

Andrés la miró de reojo mientras ambos observaban al niño.

-No sé qué hiciste, pero él está diferente. Más... animado.

Mariana giró el rostro hacia él, y por un instante, Andrés sintió que ella lo analizaba más de lo que debería.

-Solo le di un poco de atención -respondió con simpleza-. A veces, eso es lo único que los niños necesitan.

Andrés no respondió de inmediato. En cambio, siguió observando a su hijo, sintiendo una punzada de culpa por todas las veces en las que había priorizado su empresa por encima de momentos como ese.

Mariana no presionó. En cambio, cambió de tema con su tono ligero de siempre.

-¿Sabes que Lucas dice que eres un "trabajador de la luna"?

Andrés arqueó una ceja.

-¿Cómo?

-Dice que trabajas tanto y llegas tan tarde que seguro tu oficina está en la luna.

Andrés dejó escapar una risa baja y genuina.

-Eso explica muchas cosas.

-Yo le dije que no creo que sea cierto -añadió Mariana con fingida seriedad-. La NASA nunca mencionó que hubieran CEOs en la luna.

Andrés negó con la cabeza, divertido. Por primera vez en mucho tiempo, la conversación con alguien no giraba en torno a contratos, fusiones o negocios.

Era refrescante.

Lucas corrió hacia ellos en ese momento, con la cara llena de sudor y una sonrisa enorme.

-¿Podemos quedarnos un rato más?

Andrés miró su reloj, y en lugar de decir que era tarde, miró a Mariana.

-¿Tienes prisa?

Ella negó con la cabeza.

-No.

Andrés se encogió de hombros y se sentó en la banca.

-Entonces, quédate un poco más, campeón.

La sonrisa de Lucas valió cada segundo extra que pasó en aquel parque.

Y mientras Mariana y él lo observaban jugar, Andrés se dio cuenta de algo.

Estos pequeños momentos con su hijo, esta rutina diferente que Mariana había traído a sus vidas... le gustaban más de lo que estaba dispuesto a admitir.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022