Capítulo 10 Capítulo 10

Desde el segundo piso, Tianyou vio la escena sorprendido y enojado, ya que no podía creer lo que acababa de pasar.

Con los ojos entrecerrados, apretó su mandíbula y rechinó los dientes mientras sus ojos destellaban codicia.

Hace tiempo, cuando Yan y él habían estado practicando la Técnica Dedo Espada Celestial ambos tenían casi la misma fuerza. Sin embargo, Yan había logrado obtener el Cuerpo Espiritual de la Espada Oscura.

Por ende, Tianyou solo había podido recurrir a la traición y había decidido usar a Qiaoer para que se acercara a Lin Yan y, una vez ganada su confianza, paralizar su Dantian y el Cuerpo Espiritual de la Espada Oscura.

Por fortuna, después de planearlo todo detalladamente, logró su cometido.

Había hecho todo eso para evitar lo peor. No obstante, ahora estaba viendo que lo que más temía estaba ocurriendo frente a sus ojos.

"¡Vaya! ¡Qué bueno resulto ser Lin Yan! Mira lo que puede hacer usando solo la Técnica Dedo Espada Celestial", dijo en un tono burlón. "Debo obtener esa técnica a toda costa", agregó con una sonrisa maliciosa.

Por otro lado, en el anfiteatro, Yanshi retrocedió unos pasos y luego se detuvo. La expresión en su rostro era una de completa incertidumbre y sus ojos estaban dilatados, como si no supiera qué estaba pasando.

Tras unos segundos, respiró hondo y soltó un suspiro de impotencia.

"Yan, eres muy fuerte", dijo en voz baja. "Admito mi derrota".

Tan pronto como terminó de decir eso, el público empezó a vitorear y a aplaudir, y la torre Starlight se llenó de jolgorio. Como la gente no dejaba de aplaudir, la asamblea entró en su punto culminante.

Con tan solo una batalla, Yan había logrado deshacerse por completo de las dudas y del desprecio de la gente.

En ese momento, todos sentían admiración por él y de sus bocas solo salían elogios.

"Al parecer, Lin Yan vino muy preparado y no tiró la toalla solo porque perdió su cultivo", un asistente afirmó.

"Es más, ese cambio lo animó a ir más allá y ahora su habilidad con la espada está fuera del alcance de muchos de nosotros".

"Chicos, ¿creen que Lin Yan tenga chances de ganar el primer lugar de la Asamblea de Estrellas?" Una persona preguntó.

"Eso todavía está por verse", otra persona respondió. "A pesar de que el Arte Espada-Sacando de Lin Yan es realmente fenomenal, este año hay luchadores de mucho renombre en la asamblea".

"Es cierto", la primera persona intervino. "Muchos de ellos ya están en la Octava Fase del Temple Corporal y cualquiera podría ganar el campeonato".

"Así es", otra persona respondió. "Y eso que ni siquiera hemos mencionado a Cao Man, la Mano Fantasma, el número uno hasta ahora, y a Huang Suqiu, quien es abrumadoramente poderosa".

El público charlaba sin parar mientras algunas personas rodeaban a Yan.

De pronto, una mujer hermosa y voluptuosa se acercó a Yan. Llevaba puesto un vestido de tela casi transparente y ondeante que apenas podía ocultar su excepcional figura.

Es más, algunas de sus partes íntimas eran visibles cuando ella se ponía a contra luz.

Una vez que estuvo frente a Yan, sus mejillas se sonrojaron y sus labios color cereza se curvaron hacia arriba.

"Yan, me encantaría pelear contigo", dijo con una voz suave y delicada.

Al escucharla, muchos de los hombres tragaron saliva, ya que tenían ganas de abalanzarse sobre ella y comérsela viva.

Aun así, Yan solo frunció el ceño y la miró de arriba a abajo, sin mostrar interés.

"Con las habilidades que tienes, no eres rival para mí", respondió con franqueza. "Será mejor que te vayas antes de que te lastime".

Por desgracia, sus encantos no tuvieron efecto en Yan y, si bien la mujer se quedó un poco sorprendida, su indiferencia la urgió a insistir.

Pero cuando se acercó a Yan un poco más, la espada de madera que tenía en la mano brilló y, en un instante, estaba debajo de su cuello. La mujer ni siquiera había notado en qué momento Yan se había movido.

Aterrada, vio que un hilo de sangre brotaba lentamente por su cuerpo y terminaba goteando en el suelo.

La mujer estaba atónita y su sonrisa s*nsual desapareció de su rostro, mostrando una mueca que la hacía verse muy fea.

"¡Qué aburrido!" Se quejó antes de voltearse para salir del anfiteatro.

Al ver esto, Suqiu se rio muy despacio. Cada vez sentía más curiosidad por saber más sobre Yan.

Mientras tanto, apenas la mujer salió del anfiteatro, apareció un hombre joven y musculoso que tenía una lanza plateada atada a la espalda.

"Soy Liu Xunzhen, la Lanza Sin Igual", anunció. "Por favor, acepta pelear conmigo".

Dentro del cuerpo del hombre, Yan notó que su Yuan Qi se agitaba. Al parecer, era un artista marcial que se encontraba en la Séptima Fase del Temple Corporal.

Cuando Xunzhen se subió al anfiteatro, Yan se dio cuenta de que el Yuan Qi que tenía dentro de su cuerpo era mucho más alto que el de él.

¿Liu Xunzhen? ¿La Lanza Sin Igual? Yan se preguntó a sí mismo.

Nunca antes había oído hablar de él. Parecía que el primer premio de la asamblea había atraído a gente como él desde lugares remotos.

Sin embargo, antes de que Yan pudiera responderle, Xunzhen soltó un fuerte grito. "¡Sal!"

De inmediato, la lanza que tenía en la espalda cortó la larga tela con la que estaba atada y, con un grito, Xunzhen la tomó en sus brazos y la apuntó en dirección a Yan.

El repentino movimiento tomó a todos por sorpresa. Era como si el aire se estuviera cortando en dos.

De repente, la punza de la lanza empezó a arder y estalló a través del vacío, lanzando ondas de aire en todas las direcciones.

Al mismo tiempo, Yan blandió su espada de madera y un rugido reverberó en el aire, repeliendo el ataque repentino de Xunzhen con un fuerte sonido.

Ante esta defensiva, Xunzhen se vio obligado a retroceder unos pasos antes de recuperar el equilibrio. Luego empezó a reírse a carcajadas, sorprendiendo a todos los presentes. Después de unos segundos, volvió a atacar con un grito ensordecedor.

La lanza que giraba en sus manos formó una rueda plateada que desprendía una fragancia floral.

De pronto, algo extraño pasó.

Una flor de ciruelo del tamaño de un dedo pulgar brotó en la parte superior de la lanza. Pronto, otras flores empezaron a brotar, una tras otra, haciendo que la fragancia se volviera cada vez más intensa.

"¡Lanza Incomparable de la Flor de Ciruelo!" Xunzhen gritó y más de mil sombras de lanzas largas cubiertas con flores llovieron sobre Yan.

Ninguno de los presentes podía decir a ciencia cierta si las lanzas eran reales o no.

De repente, se escuchó un fuerte ruido y una flor de ciruelo estalló. Las chispas de la flor volaron en todas las direcciones, esparciéndose por todo el anfiteatro y prendiendo fuego a todo lo que había en su paso. En un instante, Yan estuvo envuelto en un mar de llamas.

"¡Arte Espada-Sacando!" Lin Yan gritó y otro sonido fuerte resonó en el ambiente antes de que un rayo cortara el fuego por la mitad, extinguiéndolo poco a poco hasta que las sombras color ciruela se convirtieron en cenizas.

Cuando las llamas desaparecieron, el rostro de Xunzhen se ensombreció y se quedó mirando la espada de madera que tenía en el cuello, amenazándolo. Tras unos segundos, empezó a reírse.

"Después de cultivar la Lanza Sin Igual por veinte años, pensé que ningún oponente bajo la Séptima Fase del Temple Corporal podría vencerme, pero veo que, al final, terminé perdiendo contra un tipo que solo tiene una espada de madera", dijo entre risas.

"Acepto mi derrota".

Sus palabras provocaron otra ovación del público y, pronto, todos empezaron a corear el nombre de Yan.

"¡Lin Yan! ¡Lin Yan! ¡Lin Yan!" Gritaban al unísono.

A medida que más y más gente lo veía con adoración y admiración, Yan se convertía en el centro de atención de la competencia.

Cada vez más gente lo elogiaba.

Por su parte, Tianyou veía todo desde el segundo piso sin poder ocultar su furia y su odio. Se volteó y m*ldijo a Qiaoer, que estaba de pie, a su lado.

"¿Ya tienes todo listo?" Preguntó, rechinando los dientes.

"Sí", Qiaoer respondió con voz entrecortada. Estaba temblando de miedo. "Pronto pasará lo que estamos esperando".

Luego bajó la cabeza sin atreverse a mirar a Tianyou a los ojos.

De pronto, se escuchó un sonido atronador desde el anfiteatro, seguido por un hombre grande que se acercó a Yan.

No era una exageración afirmar que el hombre era una bestia demoníaca, ya que medía dos metros y medio.

Era tres cabezas más grande que Yan.

Por si eso fuera poco, sus músculos eran evidentes bajo su piel bronceada y era obvio que sus huesos se habían templado por lo menos mil veces.

No hacía falta decir que su sola presencia era intimidante.

Tan pronto como el hombre se acercó a Yan, el público estalló en un griterío. Nadie se esperaba que algo así pasara.

"¿Él no es Cao Man, la Mano Fantasma, el número uno?" Alguien preguntó. "Parece que por fin alguien logrará vencer a Lin Yan".

"No creo que sea tan fácil", un asistente intervino. "¿Acaso no acaban de ver la victoria de Lin Yan?"

"Hermano", la primera persona dijo. "¿Sabes por qué llaman a Cao Man la Mano Fantasma? Es porque, desde su infancia, sus manos han sido refinadas por cientos de venenos".

"Ahora es inmune al fuego y al agua", agregó. "Incluso escuché que no hay nadie en los tres condados aledaños que pueda penetrar su defensa".

Por su parte, Cao Man se veía un poco indiferente y solo se concentraba en mirar a Lin Yan, quien era mucho más bajo que él. Después de unos segundos, resopló.

"Entonces, ¿tú eres Lin Yan?" Preguntó con una mirada desdeñosa. "El joven maestro prometió darme una buena recompensa si le llevo tu cabeza".

"Por eso, por favor, muérete para que yo pueda hacerme rico".

Dicho esto, Cao Man saltó y la fuerza de sus pies hizo que aparecieran grietas en el anfiteatro.

"¡Ataque del Monte Tai contra la cabeza!"

Cao Man gritó, descendiendo sobre Lin Yan e intentando aplastarlo para convertirlo en picadillo.