La rosa y el asesino
img img La rosa y el asesino img Capítulo 2 2
2
Capítulo 6 6 img
Capítulo 7 7 img
Capítulo 8 8 img
Capítulo 9 9 img
Capítulo 10 10 img
Capítulo 11 11 img
Capítulo 12 12 img
Capítulo 13 13 img
Capítulo 14 14 img
Capítulo 15 15 img
Capítulo 16 16 img
Capítulo 17 17 img
Capítulo 18 18 img
Capítulo 19 19 img
Capítulo 20 20 img
Capítulo 21 21 img
Capítulo 22 22 img
Capítulo 23 23 img
Capítulo 24 24 img
Capítulo 25 25 img
Capítulo 26 26 img
Capítulo 27 27 img
Capítulo 28 28 img
Capítulo 29 29 img
Capítulo 30 30 img
Capítulo 31 31 img
Capítulo 32 32 img
Capítulo 33 33 img
Capítulo 34 34 img
Capítulo 35 35 img
Capítulo 36 36 img
Capítulo 37 37 img
Capítulo 38 38 img
Capítulo 39 39 img
Capítulo 40 40 img
Capítulo 41 41 img
Capítulo 42 42 img
Capítulo 43 43 img
Capítulo 44 44 img
Capítulo 45 45 img
Capítulo 46 46 img
Capítulo 47 47 img
Capítulo 48 48 img
Capítulo 49 49 img
Capítulo 50 50 img
Capítulo 51 51 img
Capítulo 52 52 img
Capítulo 53 53 img
Capítulo 54 54 img
Capítulo 55 55 img
Capítulo 56 56 img
Capítulo 57 57 img
Capítulo 58 58 img
Capítulo 59 59 img
Capítulo 60 60 img
Capítulo 61 61 img
Capítulo 62 62 img
Capítulo 63 63 img
Capítulo 64 64 img
Capítulo 65 65 img
Capítulo 66 66 img
Capítulo 67 67 img
Capítulo 68 68 img
Capítulo 69 69 img
Capítulo 70 70 img
Capítulo 71 71 img
Capítulo 72 72 img
Capítulo 73 73 img
Capítulo 74 74 img
Capítulo 75 75 img
Capítulo 76 76 img
Capítulo 77 77 img
Capítulo 78 78 img
Capítulo 79 79 img
Capítulo 80 80 img
Capítulo 81 81 img
Capítulo 82 82 img
Capítulo 83 83 img
Capítulo 84 83 img
Capítulo 85 85 img
Capítulo 86 86 img
Capítulo 87 87 img
Capítulo 88 88 img
Capítulo 89 89 img
Capítulo 90 90 img
Capítulo 91 91 img
Capítulo 92 92 img
Capítulo 93 93 img
Capítulo 94 94 img
Capítulo 95 95 img
Capítulo 96 96 img
Capítulo 97 97 img
Capítulo 98 98 img
Capítulo 99 99 img
img
  /  1
img

Capítulo 2 2

El rugido del motor atravesó la noche como un relámpago. Valeria se aferró a la chaqueta de cuero del hombre que la había salvado, sintiendo el viento helado cortar su piel mientras la motocicleta se deslizaba por las calles desiertas de París.

No se atrevía a hablar. Su mente estaba atrapada entre la confusión y el miedo. ¿Por qué la habían atacado? ¿Quién era este hombre? ¿Podía confiar en él?

Las luces de la ciudad parpadeaban mientras atravesaban callejones y puentes sin un destino aparente. Valeria sintió su pecho apretarse al darse cuenta de que no tenía control sobre lo que estaba ocurriendo. Siempre había sido dueña de su vida, había trabajado para llegar a donde estaba, y ahora... ahora todo se le escapaba de las manos.

Finalmente, tras lo que parecieron horas, la motocicleta se detuvo en una zona apartada, lejos del bullicio del centro. Estaban en un barrio antiguo, donde los edificios de piedra parecían testigos de historias enterradas en el tiempo.

-Bájate -ordenó él sin voltear a verla.

Ella obedeció, con las piernas aún temblorosas. Cuando intentó retroceder, él fue más rápido y la sujetó del brazo, guiándola hacia una puerta de metal desgastada por el tiempo. Con una llave que parecía sacada de la nada, la abrió y la empujó suavemente al interior.

La habitación era pequeña y austera. Un sofá de cuero oscuro, una mesa con algunos documentos y un par de armas descansaban sobre ella. No había adornos, ni fotos, ni rastros de que alguien viviera ahí.

-Siéntate.

-No voy a sentarme hasta que me digas quién eres.

Él cerró la puerta detrás de sí, girándose lentamente hacia ella. Sus ojos, oscuros como la medianoche, la examinaron con una paciencia inquietante.

-Mi nombre no importa.

-Para mí sí -insistió Valeria, cruzando los brazos.

Hubo un silencio tenso antes de que él suspirara y caminara hasta la mesa. Tomó una de las armas y la deslizó hacia el borde, como si quisiera dejar claro que el poder seguía en sus manos.

-Me llamo Alexander.

El nombre resonó en su mente como una advertencia. No sabía si era real, pero al menos tenía algo a lo que aferrarse.

-Bien, Alexander. ¿Qué demonios está pasando? ¿Por qué intentaron matarme?

Él apoyó las manos en la mesa y la miró con seriedad.

-Porque sabes algo que no deberías saber.

Valeria frunció el ceño.

-Eso no tiene sentido. Soy solo una periodista de investigación. No tengo enemigos.

Alexander soltó una breve risa, seca y sin humor.

-¿Periodista de investigación? -repitió con ironía-. Valeria, acabas de escribir un artículo sobre la corrupción dentro del gobierno francés y las conexiones con la mafia rusa. ¿De verdad crees que no hiciste enemigos?

Su sangre se heló.

Sabía que el artículo podía generar incomodidad, pero nunca pensó que pondría su vida en peligro. Lo había trabajado con cuidado, con pruebas, con fuentes verificadas. Nunca mencionó nombres directamente, solo expuso los hechos.

-Pero... eso no es suficiente para que intenten matarme... -susurró.

-Para ellos sí.

Ella sintió que sus piernas perdían fuerza y se dejó caer en el sofá. Su mente intentaba encontrar una salida, una solución. Pero la realidad era clara: alguien quería que desapareciera.

-Entonces, ¿tú trabajas para ellos? -preguntó en voz baja, levantando la mirada hacia Alexander.

Él no respondió de inmediato.

-No exactamente.

-¿Entonces por qué me salvaste?

Alexander tomó asiento frente a ella, cruzando los brazos.

-Porque tenía la orden de seguirte.

El aire pareció desaparecer de la habitación.

-¿Qué?

-Me enviaron a vigilarte, a estudiar tus movimientos. Pero cuando vi que te iban a matar, decidí actuar.

Valeria sintió que todo daba vueltas.

-¿Quién te envió?

Alexander entrecerró los ojos antes de responder:

-Alguien que quiere mantenerte con vida... por ahora.

Un escalofrío recorrió su espalda. Esto no era un simple ataque. Era algo más grande, más peligroso de lo que jamás imaginó.

Y lo peor era que su única opción era confiar en el hombre que, hasta hace unas horas, la había estado siguiendo en las sombras.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022