El castaño observa todo el club a sus pies, encontrándose en la zona vip podía ver a todas las demás personas del local. De pronto su mirada se dirige hacia un lado percibiendo que un grupo de mujeres aparecen por las escaleras.
Inmediatamente, frunce el ceño al notar que se encaminaban hacia su mesa.
-¡Chicas! Que grata sorpresa verlas esta noche por aquí.
-Alexandro-saludan todas muy sonrientes y de inmediato dos se sientan en las piernas de él -. Nos alegra verte aquí, ¿con quien has venido esta noche?
El montón de mujeres observan a Paolo quien se encontraba sumergido entre las sombras, las chicas se acercan un poco a él, en eso el CEO eleva la mirada y las jóvenes se echan para atrás de inmediato.
-¡Oh! -dicen al unisonó algunas.
-Chicas, chicas, sean buenas...-Alexandro sonríe abiertamente.
Paolo tensa la mandíbula cuando nota que las intenciones de Alexandro eran las de involucrarlo con algunas de esas mujeres, el CEO gira el rostro hacia otro lado, peor justo en ese instante los ojos grises de Paolo se fijan en una persona.
Parpadea varias veces mientras que mantiene su mirada puesta en esa joven que se encontraba en la barra de la parte de abajo.
-Chicas, mi amigo Pao...-pero el CEO no lo dejo hablar ya que se había puesto en pie sin decir una sola palabra.
[...]
Mina observa aquella bebida azulada de manera recelosa, muerde un poco sus labios al mismo tiempo que lo toma en sus manos temblorosas.
-¿Piensas contemplarlo toda la noche o lo beberás? -Claudia observa a su amiga con una sonrisa burlona en los labios -. Solo es una bebida, bébela y ya Mina.
-¿Por qué es de este color, Claudia? -la castaña mira a su amiga buscando una respuesta en su mirada.
-¿Lo beberás o qué?
-De acuerdo...-ensancha la mirada para luego mirar el diminuto vaso de cristal.
Relame sus labios al mismo tiempo que lo aproxima a sus labios, medio moja su boca con el contenido azulado y frunce el ceño de inmediato.
-Mierda Claudia, ¿Qué diablos es esto? -con la boca fruncida y medio abierta su amiga aprovecha la oportunidad para empinar el vaso contra su boca y verter el líquido por su garganta.
-¡Traga!
Mina traga el liquido al mismo tiempo que le dieron ganas de vomitarlo todo, pero finalmente se lo bebió.
-Joder Claudia, eres una estúpida, ¿Por qué has hecho eso? -limpia sus labios con el dorso de la mano -. Eso es bastante asqueroso.
-Ya te gustara, así es la primera vez -Mina observa como su amiga se bebe su trago rápidamente sin fruncir la frente.
-¡Estás loca! No pienso beber más de eso.
-Es la mejor bebida que sirven aquí.
La castaña niega, siente que su garganta arde y su lengua la sentía completamente dormida. Su cuerpo se eriza al mismo tiempo que se estremece. La música estaba muy alta y el bullicio de la gente era un poco desconcertante.
Pero ¿era eso lo que la estaba desconcertando?
Frunce un poco el ceño y empieza a parpadear varias veces.
-Claudia...-llama la atención de su amiga.
-Necesitas otro, nena. Es necesario para contrarrestar lo que te está pasando.
-¿Lo que me está pasando?
-Es parte de la diversión, Mina. No seas tan cobarde y disfruta un poco de su adultez.
-Claudia.
Ella niega a la vez que observa al chico del bar servir un nuevo trago, ella mira como el joven mezcla el liquido de dos botellas creando el color azul, y por último agrega una diminuta pastilla que ella ve que empieza a deshacerse.
-¿Me estas drogando? -dice con voz pastosa.
-No son drogas, tonta -su amiga se ríe tomando la copa para acercarla a sus labios -. Debes beber este trago y los efectos terminaran.
-¿Efectos?
Pero su amiga ya estaba colocando la copa en sus labios y obligándola a beberlo, Mina traga el contenido sintiendo que todo eso le estaba quemando por dentro. Logra escupir un poco, pero su amiga coloca una servilleta en sus labios.
-Vamos nena, tu puedes superar esta prueba.
-Clau...
Mina niega mientras que abre y cierra los ojos, estaba viendo todo de muchos colores. Era como si un arcoíris hubiera entrado en aquel lugar. Sin duda alguna aquella bebida era demasiado fuerte para ella.
-Ya no quiero más de eso...
-Claro que no, debes esperar que te haga efecto los tragos.
Ella cierra los ojos y fue cuando todo se puso en negro, y de un momento a otro ya no se siente mareada y en ese momento abre los ojos, ve al bar tender sonreírle. Gira el rostro y observa a su amiga quien alza las cejas.
-¿Y qué te parece?
-Quiero bailar.
-Eso pensé.
Ambas se ponen en pie y caminan hacia la pista todas alebrestadas para comenzar a bailar, Mina no entendía absolutamente nada de lo que le estaba sucediendo, lo único en lo que podía pensar era que deseaba bailar.
La joven sonríe mientras da vueltas y vueltas observando las luces neón del techo, cierra los ojos y continúa sonriendo abiertamente.
-Es bueno, ¿no? -Mina escucha la voz de su amiga, pero la ignora.
Paolo observa fijamente a esa castaña que comenzó a bailar con la joven con la que había asistido a ese lugar, observa los atuendos que lleva puesto que lo hace fruncir el ceño. Ese vestido de lentejuelas le quedaba bastante bien.
No entendía su reacción para con esa chica ya que una mujer del club jamás llamaba su atención, frunce el ceño a la vez que bebe un poco de su copa. Seguido de eso relame sus labios al observar la figura de esa mujer.
Era una castaña bastante hermosa, de piernas y senos voluptuosos. Su estrecha cintura y ancha cadera podían hacer que un hombre se arrodillara a sus pies. Paolo enciende un cigarrillo para luego soltar el humo mientras que continúa mirándola desde una distancia prudente.
Entre tanto, Mina sonríe y baila como si nadie más estuviera a su alrededor...
-Mina, ¡Mina! -su amiga llama su atención y es cuando ella reacciona para verla con los ojos abiertos.
-¿Qué quieres? ¿Por qué eres tan molesta?
-Debo llevarte al baño, creo que no estabas preparada para una segunda copa.
-¿De qué diablos hablas?
Claudia jala a su amiga hacia el baño y ambas se encierran en el mismo, la morena lleva a su amiga en el lavado para echarle agua en la cara y tratar de despertarla un poco.
-¿Qué carajos haces estúpida? -empuja a su amiga lejos al mismo tiempo que trata de secar su rostro.
-No podemos llegar a tu casa en este estado, despertarías a tus padres.
-No seas tonta, ¿Quién diablos quiere regresar a casa? -sonríe abiertamente haciendo amago de salir del baño, pero su amiga la detiene.
-Ya basta, lo siento mucho, no pensé que te caería tan mal esta bebida.
La morena no sabia que hacer, su amiga ya estaba muy pasada de tragos y como estaban pintando las cosas podría meterla en muchos problemas si no lograba sacarle esa borrachera.
-¿Qué diablos me diste a beber, Claudia? -la morena alza la mirada al ver que su amiga se estruja el rostro.
-¡Oh, si! Estas volviendo en sí, debes mojarte más el rostro para poder reaccionar -Claudia la sujeta para acercarla al lavado y empapar su rostro, pero su amiga se resiste.
-Suéltame, eres una maldita infeliz. Me has drogado, y ahora yo... ¡mi cabeza!
-Mina...
Claudia hace amago de agarrarla, pero ella se suelta bruscamente, estaba incontrolable y aquello le preocupaba mucho. Mina se tambalea de un lado a otro hasta que vomita el suelo y los pies de su amiga.
-Maldita sea, Mina... ¡me has vomitado!
La morena empieza a sacudir sus zapatos para luego correr al lavado y empezar a limpiarse sintiendo que también tenia muchas ganas de vomitar.
-Joder, no vamos a poder entrar en tu casa sin que tus padres se den cuenta. Mierda, te enviaran a un maldito convento Mina -exclama horrorizada mientras limpia sus zapatos.
Pero de la nada, la morena no escucha quejas ni sollozos y eso la obliga a voltear la mirada.
-¿Mina? Mina ¿Dónde estás?
[...]
La castaña salió del cuarto del baño sintiéndose un poco mejor, sin embargo, los efectos de las copas extrañas que se bebió seguían afectando su cordura y eso la obligo a sonreír como si hubiera perdido la cabeza.
Al llegar a la plataforma Mina siente que alguien envuelve su cintura y aprieta su cuerpo con fuerza, ella frunce el ceño al mirar a un sujeto extraño ante ella.
-Hola belleza, ¿bailamos?
-No quiero -empuja a ese sujeto, pero este se aferra a ella hasta envolver su cintura con mucha fuerza.
-Pero si eres una perra, ¿Cómo es que no vas a querer? Todas quieren en este lugar.
El sujeto hace amago de besarla, pero Mina se defiende y trata de alejarlo, pero le resulta imposible ya quera más fuerte y grande que ella y con lo mareada que se encontraba no razonaba.
No obstante, de la nada, alguien le quita a ese pesado de encima liberándola de sus garras, la castaña se sorprende al mirar a aquel extraño lejos de ella.
-Ha dicho que no, ¿o es que no entiendes? -ella mira la espalda de un hombre que se encontraba en medio del abusador y de ella.
-¿Y quién demonios eres tú? ¿acaso eres su dueño? Todas las chicas que vienen aquí son unas putas que buscan sexo.
Paolo tensa la mandíbula al oír a ese mal nacido hablar de esa forma, aunque todo lo que decía era cierto le cabreaba mucho que se expresara tan repulsivamente justamente de la chica que había llamado su atención.
El CEO sin pensarlo dos veces le propina un puñetazo justo en la nariz de ese idiota que termina por tumbarlo al suelo al mismo tiempo que alborota a todos a su alrededor.
-Maldito infeliz -dice tocándose la nariz ensangrentada.
Mina observa aquel alboroto y empieza a retroceder, parpadea varias veces al ver aquel hombre con la nariz hecha mierda. De pronto el sujeto que la rescata se da la vuelta y es cuando ella mira por primera vez su rostro.
Observa aquellos ojos grises y mirada penetrante y siente como su corazón retumba su pecho, nota que él se aproxima a ella con aquella sombría mirada que la hace tragar saliva.
-Lo siento...-dice con la lengua trabada, aunque ni supiera porque se estaba disculpando.
Mina baja la mirada hacia los labios de ese inmenso hombre y termina por relamer sus labios, se sentía bastante extraña, a decir verdad, era como si todo su cuerpo estuviera hirviendo. Nunca había experimentado algo como eso.
-Ven -Paolo le tiende la mano mientras se mantiene serio.
-Infeliz de mierda, como te atreves a golpear mi cara-el sujeto detrás de él se pone en pie para colocar una mano sobre su hombro.
Paolo se cabrea más de lo que ya estaba y termina por agarrar la mano de ese tipo para luego lanzarlo lejos contra todos los que estaban bailando en la pista, rápidamente se aproxima a la castaña quien parecía desorientada, la toma de la mano y la arrastra.
Mina no entendía lo que estaba pasando cuando ese hombre la jalo, ella solo podía ver la espalda de ese sujeto mientras que su cabeza daba vueltas.
Al salir al exterior, la fría brisa de la noche golpea el rostro y los muslos de la castaña que la hace detenerse en seco para soltarse de la mano de ese extraño.