Haru sentía tanto temor de asistir aquel día a la preparatoria, pero a la vez debía hacerlo. Tenía una pequeña esperanza de que haya sido otro motivo lo que había pasado con Masaru y que sus compañeros se encontraran a salvo, pero el terror y el pánico volvió a él cuando Katsuro no asistió aquel día a clases.
Jun tenía la misma expresión de terror en sus ojos. No quería creer en una simple "leyenda urbana" o al menos eso era cuarenta y cuatro días atrás.
De pronto la puerta del aula de clases se abrió abruptamente y Miroki buscó con la mirada a los tres estudiantes, pero en su lugar, solo se encontró con dos de ellos.
-¿Dónde está el joven Sadako?- preguntó en un desespero.
Haru y Jun se observaron con temor y es que ambos, inclusive Miroki, tenían más que claro cuál era la respuesta.
-Haru, Jun, vengan a la oficina por favor- pidió.
Toda la sala de clases se encontraba curiosa y a la vez confusa.
Haru y Jun tomaron sus pertenencias y siguieron a Miroki hasta la oficina.
Al entrar, ambos pudieron notar a dos personas de rostro familiar, los padres de Katsuro.
Miroki se posicionó a un lado de la oficina.
-Katsuro no volvió ayer a su hogar luego de salir a andar con su bicicleta y sus padres creyeron que se encontraba con uno de ustedes...¿Verdad que saben dónde está Katsuro?- la voz de Miroki sonaba angustiada.
Haru y Jun negaron con la cabeza.
Miroki cerró y abrió sus ojos rápidamente.
-¿Qué ocurre?- indaga la madre de Katsuro con los ojos cristalizados.
-Es ella- dijo Haru rendido.
-¿Ella? ¿Quién?- esta vez se oyó la voz del padre de Katsuro.
Pero antes de que Haru pudiera pronunciar el nombre de Gakusei, la directora hizo un gesto para que guardara silencio y no dijera una palabra acerca de ella.
"¿Quién creería en una leyenda urbana?"
Eso es lo que pensó Miroki en esos instantes.
Luego de la visita de los padres de Katsuro, Haru y Jun se quedaron en la oficina junto con Miroki.
-No tiene sentido, ¿Por qué ustedes? ¿Por qué ustedes fueron los elegidos?- preguntó Miroki.
Katsuro tomó asiento y comenzó a hablar.
-¡Nosotros tenemos la culpa, nosotros la invocamos!- el miedo volvió a invadir a Jun.
Haru se encontraba a un lado con la cabeza gacha.
-Creímos que solo era una simple leyenda urbana...
Y aquel día en el que todo comenzó, vino a sus mentes.