Mi Vida Perfecta Destrozada
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Capítulo 4

Sofía me vio observando a Diego y su expresión se endureció. Su mandíbula se tensó y una luz peligrosa brilló en sus ojos. Caminó hacia mí con una determinación que me puso en alerta.

"Mi amor", dijo en voz alta, atrayendo la atención de varias personas a nuestro alrededor.

Antes de que pudiera reaccionar, me agarró por el cuello de la camisa, me atrajo hacia ella y me besó.

No fue un beso de amor. Fue un beso de furia, de posesión. Fue un acto público, una declaración. Sus labios se movieron contra los míos con una fuerza casi violenta, sus uñas se clavaron ligeramente en mi nuca. Estaba usándome, marcando su territorio no para mí, sino para el hombre que la observaba desde el otro lado del jardín.

Me quedé rígido, sintiéndome como un objeto, un peón en su juego retorcido.

Al otro lado del jardín, la risa de Diego se cortó de golpe. Lo vi. Su rostro se contrajo en una mueca de ira. Soltó a la modelo bruscamente, tiró la copa que sostenía al suelo con un ruido sordo y salió del lugar a grandes zancadas, empujando a la gente a su paso.

Misión cumplida.

Tan pronto como Diego desapareció, Sofía se apartó de mí. La pasión fingida se desvaneció de su rostro, dejando solo una fría satisfacción. Se alisó el vestido, tomó una copa de champaña de una bandeja que pasaba y perdió todo interés en el evento. Su objetivo se había logrado.

"Estoy cansada", dijo, sin mirarme. "Creo que ya es hora de irnos".

"Yo me voy ahora", le dije, mi voz sonando extraña y distante. "Tengo que abrir el restaurante. Quédate si quieres".

No esperé su respuesta. Me di la vuelta y me marché, dejando atrás las risas falsas, el olor a perfume caro y a mentiras.

Conduje sin rumbo durante horas, con la radio apagada. El silencio en el coche era un lienzo en blanco sobre el que se proyectaban una y otra vez las imágenes del día: el beso, la cara de ira de Diego, la fría satisfacción de Sofía.

Cuando finalmente regresé al departamento, ya era de noche. La casa estaba vacía. Me serví un vaso de whisky y me senté en la oscuridad, esperando. No sabía qué esperaba. Tal vez una explicación, una confrontación, una disculpa. Pero en el fondo, sabía que nada de eso llegaría.

La noche se hizo larga. El dolor inicial se había transformado en un entumecimiento helado. Era como si mi alma se hubiera retirado a un rincón lejano de mi cuerpo, dejando solo una cáscara vacía para soportar el paso de las horas.

Sofía llegó pasada la medianoche. Entró de puntillas, probablemente pensando que yo estaba dormido. Encendí la lámpara a mi lado.

Saltó del susto.

"¡Miguel! Me asustaste. ¿Qué haces aquí a oscuras?".

"Pensando", respondí.

Se acercó, se sentó en el borde del sofá y adoptó de nuevo su papel de esposa preocupada.

"¿Sigues sintiéndote mal? El evento fue un desastre después de que te fuiste. ¿Quieres que te prepare un té?".

"No quiero nada", dije.

En ese momento, mi teléfono, que estaba sobre la mesa, vibró. Era un mensaje de Diego.

No quería abrirlo, pero una fuerza morbosa me obligó a hacerlo.

Era un video.

Apreté play con el dedo tembloroso.

La pantalla se iluminó con la imagen del dormitorio de nuestra casa. Sofía y Diego. Estaban en nuestra cama. La cámara, sostenida por Diego, los grababa a ambos. Estaban desnudos, riendo.

La voz de Sofía llenó el silencio de la sala.

"¿Crees que le gustaría ver esto a Miguelito?", decía ella, riendo mientras besaba a Diego. "Le daría un infarto a mi aburrido chef".

Diego rio con ella.

"Déjalo que se muera. Así nos quedamos con todo su dinero y su famoso restaurante. Tú y yo, Sofí. Y nuestro bebé".

Mi sangre se heló. Bebé.

"Aún no estoy embarazada, tonto", dijo Sofía, golpeándolo suavemente en el pecho.

"Pero lo estarás pronto", respondió él, su voz llena de veneno. "Y le haremos creer a ese idiota que es suyo. Imagina su cara de estúpido, criando al hijo de su asistente. Será la mejor broma de la historia".

Se rieron juntos, una risa cruel y horrible que rebotó en las paredes de mi sala de estar, en las paredes de mi cráneo.

El video terminó.

                         

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