Capítulo 4

Walker me llevó a casa en su auto.

No dejó de consolarme durante todo el trayecto, arrullándome como si fuera una niña, pero yo sabía que su corazón no estaba conmigo.

En el pasado, yo ya habría calmado, aferrándome a él juguetonamente, pero ahora me mantuve en silencio, y él no notó nada raro. "Audrey, tengo que ocuparme de algo. Quédate en casa y espérame, ¿bien?".

Miré su expresión ansiosa y hablé suavemente. "Ya estás planeando vincularte con otra. ¿Por qué molestarte en consolarme?".

Walker se quedó paralizado, un destello de pánico cruzó sus ojos antes de esbozar una sonrisa resignada y tocarme la cara. "Cariño, no le des vueltas. Ella te estaba mintiendo. Lo acordamos, ¿no? En nuestro aniversario, te llevaré a la Diosa Luna, y puedes traer a Emily para que lo presencie".

Incluso ahora, Walker insistía en involucrar a mi hermana.

Apreté la lengua contra mi mejilla y solté un suave "mm".

Si tanto quería que Emily estuviera allí, yo lo haría posible, pero no podía garantizar con qué llegaría ella.

Mostré mi sonrisa más dulce. "Está bien, confío en ti".

Walker suspiró aliviado y se inclinó para besarme, pero lo aparté suavemente.

Me abracé a mí misma, fingiendo dolor, con lágrimas corriendo. "Walker, ni siquiera te importo. Te dije esta mañana que no me sentía bien...".

La paciencia de Walker pareció agotarse mientras suspiraba y bajaba la cabeza, pero rápidamente ajustó su expresión. "Está bien, Audrey. Solo descansa".

Luego se fue.

Tomé mi teléfono y le envié un mensaje a Emily. "Emily, él sí me lastimó. Prométeme algunas cosas y te diré su nombre".

Para cuando Emily y yo terminamos de hablar, ya era de atardecer.

Me dirigí a la cocina para preparar algo de comer.

Pero al llegar al dormitorio, un extraño me agarró por detrás, presionando una daga de plata contra mi cuello. "Audrey, ¿recuerdas quién soy?".

Mi corazón latía con fuerza mientras intentaba recordar la voz, pero no surgió nada.

Antes de que pudiera hablar, la persona se acercó a mi oído y susurró: "Soy uno de los lobos renegados que te secuestraron entonces. Es normal que una princesa no lo recuerde".

La hoja se presionó más cerca, y sentí que mi corazón casi se detenía mientras los recuerdos inundaban mi mente.

Este era, de hecho, uno de esos lobos.

Pero había escuchado una voz similar más recientemente.

Ayer en el hotel, entre aquellos que veían mis videos con Walker... ¡era él!

Mi pecho se agitaba, y el sudor frío goteaba.

Mientras pensaba en formas de dominar a esta criatura vil, el lobo renegado fue repentinamente pateado y lanzado lejos.

Vi a Walker mandar al hombre volar cinco metros con destreza, y mi corazón se calmó.

Pero al mismo tiempo, me dolía.

A Walker solo le preocupaba que yo lo dejara y arruinara su plan de vengarse de Emily.

Montó esto para acercarme más a él.

La emoción que sentí cuando nos conocimos ahora se convertía en repulsión.

Walker se apresuró hacia mí, revisándome frenéticamente en busca de heridas, luego besó mi frente aliviado. "¡Audrey, menos mal que estás bien! Mis hombres me advirtieron que vieron un lobo renegado cerca de nuestra casa, con intenciones de entrar. De lo contrario...".

Sus ojos se enrojecieron, y sorbió la nariz. "No sé qué habría pasado...".

Observé su actuación con el corazón en calma, sintiendo nada más que asco. "¿De verdad, Walker?".

Asintió con entusiasmo, inclinándose para besar mis labios como si estuviera reclamando crédito.

Pero en el momento en que lo hizo, me agaché, tomando la daga de plata del suelo.

Antes de que él pudiera cuestionarme, se la clavé en el cuerpo. Me miró incrédulo. "¡Audrey, ¿qué estás haciendo?!".

Lo miré con frialdad. "Esta es la daga que cortó a Ursula, ¿cierto? Es falsa. No morirás".

Los ojos de Walker se abrieron de par en par, todo su cuerpo temblaba de pánico.