Antes la burlada, ahora es la reina
img img Antes la burlada, ahora es la reina img Capítulo 3 Matrimonio arreglado
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Capítulo 7 Vaya impresión img
Capítulo 8 Vas a volver conmigo img
Capítulo 9 No quiero problemas innecesarios img
Capítulo 10 Una boda innecesaria img
Capítulo 11 Confusión img
Capítulo 12 Cómo te trata Austin img
Capítulo 13 ¿Dudas de mí img
Capítulo 14 Puedo encargarme de Colin yo misma img
Capítulo 15 Visita a Brandon img
Capítulo 16 Sabes bien cómo provocarme img
Capítulo 17 ¿Con solo tocar te basta img
Capítulo 18 ¿Te atreviste a abofetearme ! img
Capítulo 19 Ella es mi esposa img
Capítulo 20 Tu cocina mejora día a día img
Capítulo 21 Una pesadilla img
Capítulo 22 Prueba mi cocina img
Capítulo 23 No está tan mal img
Capítulo 24 ¡Canalla descarado! img
Capítulo 25 ¿Por qué demonios te casaste conmigo img
Capítulo 26 Qué insensato img
Capítulo 27 Crisis y cuidado img
Capítulo 28 ¿Cautivada por el encanto de tu esposo img
Capítulo 29 Eres diferente img
Capítulo 30 Prométeme que comerás bien img
Capítulo 31 Nadie podrá tocarte img
Capítulo 32 Ser mi esposa te une a la familia Moore img
Capítulo 33 Visitando a los Moore img
Capítulo 34 ¿Por qué derrochar tanto dinero img
Capítulo 35 Su querida esposa no lo había decepcionado img
Capítulo 36 Pasando la noche img
Capítulo 37 Compartiendo la cama img
Capítulo 38 Una noche en vela img
Capítulo 39 ¿Acaso parezco intimidante img
Capítulo 40 Cortesía calculada img
Capítulo 41 Un tirano en toda regla img
Capítulo 42 ¿Qué significo para ti img
Capítulo 43 Rosara img
Capítulo 44 ¿A ti también te gustan las carreras img
Capítulo 45 Tú también me apoyas img
Capítulo 46 Un cuidado en cada detalle img
Capítulo 47 Tu salud importa más img
Capítulo 48 Solo estoy aquí para acompañar a mi esposa img
Capítulo 49 Ya no queda nada entre él y yo img
Capítulo 50 Supiste manejarlo bien img
Capítulo 51 ¿Piensas llevarte al límite img
Capítulo 52 Mereces una cena de verdad img
Capítulo 53 No caigas de nuevo en los dulces engaños de un hombre. img
Capítulo 54 Plagio img
Capítulo 55 Yo te apoyaré img
Capítulo 56 Ella entendía la esencia de las carreras img
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Capítulo 3 Matrimonio arreglado

"Pero luego...", continuó Colin con voz titubeante. "Me di cuenta de que Brinley no se parece en nada a Milly. Ella es más dulce, más dependiente de mí y... me ama de una forma en que Milly nunca lo hizo".

Vance soltó una risa sarcástica.

"¿Y con ese descubrimiento, aún justificas engañarla?".

"¡No la engaño!", exclamó Colin, alzando la voz con repentina intensidad antes de bajar el tono otra vez. "De verdad me importa... es solo que...".

"¿Solo qué?", insistió su amigo con impaciencia.

"Es solo que no logro olvidarme de Milly", admitió Colin, con un tono desgarrado. "Fue mi primer amor. Cuando regresó del extranjero y me buscó, no fui capaz de rechazarla. Pero, al mismo tiempo, no quería dejar a Brinley".

"¿Así que llegaste al extremo de falsificar un certificado de matrimonio, haciéndole creer a ella que estaban legalmente casados?". El asco en la voz de Vance era evidente. "Colin, eso te convierte en un completo desgraciado".

El aludido guardó silencio unos segundos antes de soltar una risa amarga y burlona.

"Sí, soy un desgraciado. Quiero el fuego de Milly y la dulzura de Brinley... Incluso fantaseé con lo perfecto que sería tenerlas a ambas en mi vida".

"¡Debes estar delirando!", exclamó Vance. "Si Brinley alguna vez se entera de tu doble vida, ¿crees honestamente que te perdonaría?".

"Nunca lo sabrá", afirmó Colin, interrumpiendo a su amigo. "Confía plenamente en mí, y nunca cuestiona nada. Incluso cuando llamó mientras Milly y yo estábamos en la cama, fue demasiado despistada como para notar algo inusual".

Esas palabras destrozaron el corazón de Brinley como un golpe despiadado.

Se dio la vuelta y caminó sin hacer ruido hacia el ascensor. Cada paso le parecía irreal, como si avanzara envuelta en una densa niebla.

El hombre al que había amado durante dos años no era más que un mentiroso.

...

Brinley no tenía idea de cómo logró llegar a casa.

Casi sin darse cuenta, abrió la puerta, caminó hasta la cocina y empezó a preparar la cena de manera mecánica.

A las seis y media, escuchó el sonido de una llave girando en la cerradura.

Colin entró con su encanto habitual, cargando un ramo de lirios frescos.

"Ya estoy en casa". Se inclinó y le rozó la frente con un beso, sonriendo cálidamente.

Brinley forzó una sonrisa mientras recibía las flores.

Sin darse cuenta de su rigidez, él se quitó el saco y olfateó el aire.

"Mmm, ¿qué preparaste? Huele delicioso".

"Tu plato favorito: carne a la parrilla". La joven se dio la vuelta para colocar el ramo en un florero, ocultando la frialdad en su rostro.

Durante toda la cena, mantuvo los ojos fijos en él, estudiando cada uno de sus gestos.

El celular de Colin nunca se apartó de la mesa, boca abajo, y él de vez en cuando lo miraba, como si estuviera esperando un mensaje.

"Me duele un poco la cabeza", murmuró Brinley después de cenar. "¿Podrías traerme un medicamento? Está en el cajón de la mesita de noche".

"Por supuesto", contestó él de inmediato, levantándose de un salto. "Tú quédate aquí".

En cuanto subió las escaleras, ella tomó su celular.

La pantalla se iluminó, solicitando una contraseña.

Pobró con su propio cumpleaños y luego con su aniversario, pero ninguno de los dos lo desbloqueó.

Justo cuando estaba a punto de volver a intentarlo, una notificación de mensaje apareció en la pantalla:

"Colin, tengo una noticia maravillosa: ¡estoy embarazada!".

Los dedos de Brinley se quedaron inmóviles. Las palabras ardían ante sus ojos, apuñalándola como acero afilado.

Permaneció paralizada, en shock, hasta que escuchó los pasos de Colin bajando las escaleras. Presa del pánico, dejó caer el celular sobre la mesa.

Él regresó con las pastillas y un vaso de agua.

"No te ves bien", comentó. "¿Quieres acostarte temprano?".

Brinley aceptó las pastillas y fingió tragarlas, y luego respondió:

"Estoy bien. Por cierto... ¿pasa algo en la oficina? Noté que no dejabas de mirar tu celular".

Colin se puso rígido por un momento, luego se recompuso rápidamente.

"Sí, hay un problema con un proyecto. Puede que tenga que volver más tarde".

"Entonces ve", dijo ella, con una sonrisa amable, aunque por dentro se le rompía el corazón. "El trabajo siempre es lo primero".

El hombre se puso el saco, haciendo una pausa para besarle la mejilla.

"No me esperes despierta. Descansa un poco".

En cuanto la puerta se cerró tras él, la sonrisa de Brinley se derrumbó.

Las lágrimas se agolparon en sus ojos, pero ella levantó la cabeza con terquedad, negándose a dejarlas caer.

Solo después de una larga lucha interna tomó su propio celular con la mano temblorosa y marcó un número que no había llamado en dos años.

"Papá, ya lo decidí. Voy a regresar a casa... y aceptaré el compromiso matrimonial que arreglaste".

            
            

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