Capítulo 9 Estoy segura de que puedes comprarte un milagro

Marissa soltó un suspiro y sus labios se curvaron en una sonrisa educada.

Con gracia y facilidad, liberó su brazo del de Holley y, con un ligero empujón, la guio hacia Rita. "Me temo que no soy del tipo que tolera a la gente tan fácilmente".

"¡Marissa!-exclamó Holley, y soltó un grito ahogado mientras perdía el equilibrio, tambaleándose por un momento. Rita y Barry se apresuraron a sujetarla antes de que cayera. "¡¿Tienes la audacia de empujar a Holley?!-la estridente voz de Rita se quebró por la rabia. Su fachada de calma se desvaneció mientras se arremangaba, lista para atacar.

A Bagazo, que hasta entonces había admirado la calma de Marissa, se le agotó la paciencia al ver cómo los demás la acosaban. Avanzó con decisión y, mientras su voz se volvía gélida, agarró con firmeza la muñeca de Rita. "Rita, si continúas así, recuperaré la bodega que estaba a nombre del tío".

El rostro de Rita se congeló y su arrogancia flaqueó mientras un destello de inquietud cruzaba sus ojos. "Solo quería que mostrara algo de respeto. ¿Qué tiene de malo?".

"¿Respeto? ¿A una amante que trepó socialmente con un embarazo falso?-el tono de Marissa destilaba veneno.

Con calma, se acercó y le indicó a Bagazo que la soltara. Ella nunca había sido de las que empezaban una pelea, pero si alguien la presionaba, siempre se aseguraba de que se arrepintieran.

"¡Puras tonterías!-ladró Rita, con el rostro pálido. De todos los temas posibles, su aventura y su descarada escalada al poder eran los últimos que quería que se mencionaran.

El tono de Marissa se volvió frío y cortante. "Si tienes tanto tiempo libre para entrometerte en mi vida, ¿por qué no te ocupas de la tuya? Parece que ese anciano con el que sales está bastante interesado en otra mujer últimamente. ¿Y ese amante más joven tuyo? Ha estado planeando usar algunos videos íntimos para encontrarse una nueva novia. Quizás deberías dedicar menos tiempo a regañarme y más a mantenerlo... contento".

"¡Basta!-rugió Rita, con el rostro enrojecido por la ira.

La rabia le desfiguraba el rostro mientras se esforzaba por mantener la compostura frente a su familia. ¿Cómo era posible que Marissa supiera todo eso?

"Tía, ¿es cierto lo que dice?-la voz de Holley temblaba, mientras miraba a Rita y a Marissa con confusión.

"¡No le creas ni una palabra!-replicó Rita, obligándose a mantener la voz firme por el bien de Holley. Luego, se volvió hacia Marissa, con los ojos llameantes. "¡Si vuelves a abrir la boca, te daré una lección yo misma!".

Marissa se ajustó el puño, con una leve sonrisa despreocupada. "No intentes ponerme a prueba".

Con eso, su mirada se dirigió a Holley. Su tono era tranquilo, pero con un matiz de advertencia silenciosa. "Holley, deberías entender algo: solo porque quieras algo no significa que todos los demás también lo quieran. La próxima vez, ahórrate los jueguitos. A mí me gustan las cosas de frente".

Le dio una ligera palmada en la mejilla, lo suficiente para que los rellenos cosméticos bajo su piel se movieran ligeramente.

A Barry se le revolvió el estómago. Tenía un mal presentimiento de que él era el siguiente. Tragando saliva, juntó las manos y le dirigió una mirada desesperada a Bagazo. "Bagazo...".

Bagazo notó la súplica silenciosa por el rabillo del ojo, pero la ignoró. Era evidente que su hermana tenía la situación bajo control y él no iba a arruinarle la diversión.

"Holley no puede tener hijos, pero tú puedes ayudarla con eso, Barry".

Sus palabras cayeron como una explosión.

El rostro de Barry se quedó en blanco por la sorpresa. Su boca se abría y cerraba sin emitir sonido, hasta que finalmente tartamudeó: "¡Pero... soy un hombre! ¡Esto es... esto es un rol de madre, un trabajo de mujer!".

La mirada gélida de Marissa se clavó en él. "Eres un Curtis-dijo con voz plana-. Pon tu fortuna en investigación. Estoy segura de que puedes comprarte un milagro y averiguar cómo un hombre puede concebir".

Su tono era casi conversacional, pero el frío que había debajo era innegable.