Capítulo 7 MARVEL GANG (1)

GRACE

-¡Sería increíble que consiguieras ese trabajo! -le espeté a Sam con una mirada fulminante-. ¿Qué? -preguntó ella con la boca llena de palomitas.

"El otro día estabas en contra de cuidar niños. No te parecía apropiado para alguien como yo."

Puso los ojos en blanco como si yo estuviera tumbado contra ella.

"Claro, no es el trabajo ideal para ti. Pero como vas a cuidar niños en una casa rica, probablemente sea el mejor trabajo que podrías tener."

El dinero cambia la mentalidad de la gente más rápido que una mordedura de serpiente. Mientras me metía palomitas en la boca, la película que salía en la tele se me fue de las manos al recordar algo. Han pasado dos días y no me han llamado. ¿Y si no cumplo los requisitos para el puesto?

"Tranquila, chica. Consigas o no el trabajo, al menos te llamarán o te enviarán un mensaje."

Asentí con la cabeza y me dije a mí misma que debía mantener la calma. He estado actuando de forma extraña porque no dejo de preocuparme por no conseguir el trabajo.

Me parece que estoy segura de que volveré a caer en la devastación si no consigo el trabajo.

En fin... hablando de mantener la calma, mi mente viajó al Sr. Powers, el caballero con el que casi tropecé en el hotel.

Recordé la belleza de sus ojos y sentí una profunda ternura, algo que no había experimentado con un hombre en mucho tiempo. Pero pronto me recompuse al razonar que era uno de esos hombres maravillosos que solo ves una vez en la vida. Son de esos que te dejan la cabeza dando vueltas cuando recuerdas de repente a un hombre increíblemente guapo que viste en algún lugar.

Así que le dije a mi cerebro que dejara de planear mi boda con el Sr. Powers. Si bien es innegable que sería agradable volver a ver su atractivo rostro, la posibilidad de encontrarme con él nuevamente es muy remota.

Abracé el cuenco contra mi pecho y me dejé llevar por mi fantasía. Lo sé, le dije a mi cerebro que no lo hiciera, pero no puedo evitarlo.

"¡Uy...! No te había visto con esa cara desde Kyle."

Al oír ese nombre, mi fantasía se desplomó como un plato frágil y se hizo añicos.

-Sam, sabes que no me gusta oír ese nombre -dije casi en un susurro. La sensación de gelatina que sentía dentro fue rápidamente reemplazada por una intensa pesadez.

-Grace... -Le lancé a Samantha una mirada de advertencia antes de que pudiera decir nada más.

"No quiero oír su nombre."

"Pero..."

El tono de llamada de mi teléfono interrumpió lo que estaba a punto de decir. Contesté y vi que en la pantalla aparecía NÚMERO PRIVADO en letras grandes. Aunque normalmente ignoraría la llamada, la contesté porque la estaba esperando.

"¿Hola?"

«¿Grace Sands?» La forma en que el hombre del otro lado pronunció mi nombre...

"Sí, es ella."

Has sido seleccionada para ser la niñera de Ruby. Debes presentarte en el ático mañana a la una de la tarde para tu formación.

-¿De verdad? -Por fin pude relajarme-. Muchas gracias, señor.

«No. Llegues. Tarde». Su voz. Era tan... no sé cómo describirla.

Pero necesitaba saber con quién estaba hablando.

«¿Quién soy...?» La llamada se cortó antes de que pudiera terminar la pregunta. Algo molesto, me quité el teléfono de la oreja y me quedé mirando la pantalla en blanco durante unos segundos.

Él sí que colgó.

No quiero ser de esas personas que juzgan a un hombre tan rápido, ¡pero qué actitud!

"¿Quién era?"

"No lo sé. Pero conseguí el trabajo."

A Sam se le iluminó la cara. "¿En serio? ¡Sí! ¡Lo sabía! ¡Felicidades, chica!" Estaba más emocionada que yo.

"gracias. Espero que resulte interesante."

¿Y si resulta ser una tarea aburrida?

Me encogí de hombros. "Probablemente renuncie".

-No, no. No vas a renunciar. No tendrás que hacerlo. Los ricos son los que más dramas tienen, así que será divertido. -Sam estaba sin duda interesada en el dinero y los chismes-. ¿A quién vas a cuidar? -preguntó.

"Una chica llamada Ruby."

-Parece simpática. Que te diviertas -dijo con expresión seria-. Espero que esto signifique que ya no habrá más dramas nocturnos.

"Sí, funciona. Te lo prometo."

Me dedicó una breve sonrisa e inmediatamente me lanzó a sus brazos en un fuerte abrazo.

********

«Sin duda echaré de menos trabajar aquí. Ruby es un encanto, así que te encantará cuidarla». Le sonreí a Fiona, la mujer que me había entrevistado. Resultó ser la niñera de Ruby.

-¿Fiona? -La mujer me miró-. ¿Por qué dejas este trabajo? Parece que te gusta mucho.

Ella se sentó en un taburete en la cocina y yo me acomodé a su lado.

Acabábamos de terminar mi formación. Me presentaron a toda la casa y me dieron una lista de los gustos y disgustos de Ruby y un calendario que destacaba sus actividades diarias.

"Bueno, mi marido por fin se ha jubilado del ejército y me encantaría pasar tiempo con él. Ha pasado tanto tiempo desde que tuvimos una vida juntos como es debido."

-Debes de echarlo mucho de menos -dijo Fiona con una sonrisa que me daba la razón-. ¿Cuántos años llevas siendo la niñera de Ruby?

"Desde que nació. Así que, cinco, casi seis años, si mis cálculos no fallan."

"¡Vaya! ¿Desde que nació? ¿Por qué? ¿Acaso su madre no está cerca o algo así?"

Fiona se sobresaltó de inmediato, como si algo se encendiera en su interior. «¡Grace! Eres una buena mujer y quiero que cuides de Ruby todo el tiempo que puedas. Pero si quieres conservar este trabajo, tienes que ocuparte de tus asuntos. Su familia no es asunto tuyo. Simplemente haz tu trabajo y cobra. ¿De acuerdo?»

-Eh... sí. De acuerdo. No te metas en mis asuntos. -Quizás Sam tenía razón. Probablemente sean una de esas familias ricas con secretos.

De repente, Fiona pasó de su actitud de madre preocupada dando consejos a una actitud de joven alegre . «Hablando de sueldo, tu salario mensual es de cinco mil dólares. Y es probable que aumente si haces un buen trabajo después de tres meses».

Si hubiera estado bebiendo agua en ese preciso instante, me habría atragantado.

¿Eh? ¿Cinco mil dólares por cuidar niños?

Fiona se rió entre dientes al ver mis ojos desorbitados.

-No tienes ni idea de cuánto me pagan -dijo-. Disfruta de tu trabajo y del sueldo. Como ya te dije, Ruby es un ángel, así que no tendrás ningún problema con ella.

Acepté todo lo que Fiona me dijo y le creí. Pero tras unos segundos de silencio, expresé mi preocupación. «Tengo una pregunta. ¿Por qué Ruby tiene que ir a otro piso para recibir clases? Se llama educación en casa por algo».

"Así lo quiere su profesor. Dice que le resulta más cómodo porque va en silla de ruedas. Yo también tenía mis preocupaciones, ya que el profesor es un hombre adulto, así que suelo sentarme con ellos durante toda la clase. Pero como sabes, hoy tenía que asignarte tus tareas, así que envié a la ama de llaves en tu lugar."

Me reservé el resto de mi comentario. "Si ese es el caso, estoy más que listo para empezar a trabajar".