Capítulo 6 6

Escuchaba la charla de sus padres, Fiorella era la más indignada con toda la situación sobre el embarazo de Rosel, se negaba a creer que su hijo fuera a tener una criatura con esa "zorra", "prostituta", "aprovechada". Así era como Fiorella se refería a Rosel.

La había visto una única vez y eso bastó para catalogarla de esa manera. No tenía otra forma de llamarla.

Decía que su hijo estuvo vulnerable ante ella y que esa mujer solo se aprovechó de él, lavándole el cerebro con sus encantos. De todos modos, no es que le importara demasiado con quien se acostara Davide Queen, pero otra cosa muy diferente era meterla en su vida con planes para quedarse. Además de eso, desde entonces Davide se mostraba más rebelde con su familia, y Fiorella sentía que se le iba de las manos.

-Debimos dejar que Dante se casara con Chiara. ¡Pero tú me lo impediste! ¡Esto ha sido un error! ¡Tiene a esa mujer embarazada!

-¡Porque Dante no es un empresario! Davide sí.

-¡A la mierda Davide! Y su maldita prostituta. ¡Le dará el apellido a ese bastardo!

-Fiorella, ya cálmate-su esposo intentó tocarla, más retrocedió, estaba muy enojada, con su esposo, con Davide, con todos.

-No debiste dejar que Davide se casara con Chiara. ¡No debiste!

-Esperaré fuera-dijo Dante, sin esperar una respuesta de parte de sus padres. Abrió la puerta despacio y se marchó.

En el pasillo se topó con su hermano Nico, quien charlaba de manera muy cercana con una mujer que vestía uniforme.

Pasó a su lado sin decir media palabra, pero el menor de los Queen decidió que sería más divertido seguir a su hermano.

-¿A dónde vas?

-¡A dónde no pueda escuchar tu voz!

-¡Hey! ¡Relájate!

-¿Relajarme? Eres...-apretó sus puños y retrocedió, perdiendo la paciencia con Nico.

-¿Pero qué carajo fue lo que hice ahora?

-¿Cómo puedes reírte en una situación así? -Dante no dejaba de pensarlo, pero no entendía. Era muy diferente actuar de manera que una cosa no te importara, pero ¿reírse de la situación cuando habían afectados? -Para ti era gracioso, pero para ella resultó muy humillante. Primero el novio se retrasa y luego de casarse él se marcha con Rosel, quien resulta estar embarazada.

-¿Y a mí que me importa lo que le pase a esa mujer? ¿Quieres que me ponga a llorar con ella?

-¡Que cierres la maldita boca! Que si no tienes nada que aportar, que al menos mantengas la boca cerrada.

Nico levantó los brazos y retrocedió, viendo la agresiva actitud de su hermano hacia él por una simple broma, una de las que tanta hacía, aquel no era un comportamiento nuevo en Nico, ni su actitud frente a una situación seria.

-Ya sé lo que pasa aquí-torció su boca con una sonrisa burlona-. Realmente te querías casar con Chiara Moretti. ¿Se besaron en el coche? ¿Le metiste mano a la esposa de tu hermano? Dante...-expuso sus blancos dientes y se deleitó con la arruga que se formaba en la frente de Dante, preso del enojo-. Ya entiendo.

-Aléjate... de mí, porque no quiero perder la paciencia contigo?

-¿Es que tú tienes paciencia? -Dante se alejaba, dejando a Nico atrás con sus palabras vacías-. ¡Y era fea! Por lo menos que la belleza tenga algo que ver en tus decisiones, no por lástima. La viste allí, sola en el altar y sentiste lástima. ¿Quién demonios intenta casarse por lástima con otra persona?

-¡No era lástima! -Mientras Chiara hacía su entrada en la iglesia, de la mano de su padre, Dante la vio, vio más allá del velo, vio a la Chiara que entraba a la iglesia llena de esperanzas, pero nerviosa, sin poder mirar a todos los presentes, vio a la mujer con el vestido blanco, caminando de manera nerviosa hacia un altar donde no la esperaba el novio.

Vio a Chiara Moretti y se visualizó a su lado, esperándola en el altar para tomar su mano y que ella viera que había un novio allí, esperando por ella.

Sus pasos se detuvieron y respiró hondo. No caería en las provocaciones de Nico, quería seguir su camino y dejar de escuchar su irritante voz.

Siguió caminando más de prisa, sin mirar atrás, ignorando la voz de Nico.

Llegó hasta la salida del hotel, respiró profundo y miró el buen día que hacía, era un día muy soleado en San Francisco, perfecto para una boda.

Era la primera vez que estaba en aquella ciudad, así que se daría un paseo, para despejar su mente y olvidarse un poco de todas las cuestiones familiares.

Sus padres seguirían discutiendo por un poco más de tiempo, Fiorella permanecería irritada por una larga temporada, cada vez que recordara que Rosel iba a tener un hijo que llevaría el apellido Queen.

Eso sí que era una gran vergüenza ante su madre.

Ella no podía ver que Davide estuviera siendo feliz y un hijo sería una felicidad para él.

Por un momento Dante se sintió inquieto sobre lo que ese embarazo podría desatar.

Sin duda, tan solo caos.

(...)

La puerta se abrió antes de que tan siquiera Chiara se hubiese acercado, el señor Moretti estaba allí, esperando por ella, detrás de él se asomó Rosario y segundos después las gemelas.

Su padre se le quedó viendo, en espera de que Chiara terminara de acercarse, ella se había detenido a medio camino, viendo que todos salían a recibirla.

-¿Qué está pasando aquí? Solo... Solo pasaré la noche aquí y mañana tomaré un vuelo hacia mi luna de miel.

-Entra. Creo que debemos tener una charla-dijo el padre.

-Estoy cansada-No estaba disponible para sermones, discusiones o lo que sea que le pudiera decir su padre en ese momento-. Lo siento, en otro momento. -pasó junto a todos ellos sin decir más, caminó a través de la casa, hasta dar con la salida para llegar a su habitación, allí la esperaba Canela.

La miró con esos ojos llenos de pena, pero no quiso decir nada al respecto, todos en casa sabían lo que había sucedido con su boda.

-Señorita, sus cosas han sido trasladadas a una habitación dentro de la casa.

-¿Qué? ¿A qué se debe eso? -Era una decisión muy extraña.

-Lo ordenó su padre-respondió-, luego de que llegaron a casa.

-¿Te ha dicho por qué? De todos modos, me voy mañana de luna de miel. Claro, conmigo misma. No hay un esposo que quiera acompañarme.

-Siento lo que pasó en su boda.

-Tranquila, no tienes que decir nada. ¿Sabes por qué el cambio de habitación?

-Ahora es la señora Queen, casada con el heredero de la familia y quien lleva las empresas de tal apellido. Ambos hijos primogénitos de las dos familias. Es una unión muy favorable, creo que muchas cosas pueden cambiar para usted. Y han empezado a suceder.

-No quiero entrar a esa casa. -¿Para qué? Se encargaron de dejarle claro que no era una de ellos.

-Verá cómo será diferente-insistió Canela.

-Ayer no lo era. Y... sobre ser la señora Queen, es gracioso, pero no soy esa. No puede haber una señora Queen sin un esposo y mi esposo se fue con otra mujer. No soy la señora Queen.

-Lo será siempre que estén casados.

-Se ha ido con otra mujer, ¿esa parte no te la han dicho? Se casó, luego se marchó. Tan solo cumplió con su deber.

-Escuche-se acercó a ella, tomando su mano para llevarla dentro y poder cerrar la puerta-, esto no se trata de una simple boda, es un intercambio entre dos familias que se da a través de una boda. Usted puede salir ganando de esto, igual que los cabecillas.

-¡No! Quiero... quiero algo distinto a eso, no deseo ser la esposa de papel de nadie, él tiene su vida con otra mujer, solo cumplía con su deber.

-Y usted también.

-¡Deseaba un matrimonio de verdad! No una humillación un día como hoy.

-¿Cuáles son sus opciones? Si regresa a Francia, planeando un divorcio, su padre se olvidará completamente de que tiene una hija. Eso no sería bueno para usted.

-¿Crees que no puedo sobrevivir sin él?

-Creo que puede echar a la basura lo que le dejó su madre.

-Mi madre...-Era la segunda vez que se la mencionaban en lo que iba del día, todos parecían conocerla, menos ella-. ¿Es cierto que ella quería esta boda con uno de los hermanos Queen?

-No...-Canela sonrió, acercándose más-. Con el mayor. No con cualquiera.

-Davide.

-Eran gemelos, el mayor no era Davide. La señora Queen vino poco tiempo después de que usted nació, vino con su hijo. Sonará extraño, pero la cargó entre sus brazos, resultando muy gracioso que con la mujer que se iba a casar en el futuro recién fuera una niña. Recuerdo que dijo... "No quiero verla crecer, porque entonces la trataré como una hermana, pero ella será mi esposa." Todos se rieron ante las palabras tan bien pensadas del joven Queen. Ambas madres estaban deseando ese compromiso.

-Entonces era cierto. Mi madre planeó esto. Pero ¿me casé con el gemelo equivocado?

-Había muerto en la adolescencia, no muy lejos de su visita a esta casa.

-¡Oh! -De repente se sintió muy triste, porque la manera en la que Canela habló de él parecía una buena persona, contrario a lo ella vio en la iglesia con Davide. -No sé de qué manera podría aprovechar de una boda con Davide Queen. Salvo que no actuará como mi esposo y que mi padre ya no me tratará a la patada, ¿qué más puedo sacar de esto? No me gusta como luce esto, no creo que salga bien.

-Saldrá mejor que llevarle la contraria a su padre. Y, como esto también es algo empresarial, no creo que los Queen tampoco deseen la terminación de este matrimonio.

-Tengo que pensarlo. La luna de miel me sentará bien. ¿Podrías traer mis cosas de regreso a esta habitación? No quiero entrar en casa.

-Hablaré con su padre.

-Muchas gracias, Canela. -Gracias a Canela ahora tenía un poco más de información.

Minutos más tarde, antes de regresar Canela con sus cosas, llegó su padre.

-Creo que tenemos que hablar ahora, porque mañana te vas de viaje, Chiara.

-Intento saber qué es lo que quieres que hablemos, pero no me llega a la cabeza nada-hablaba sin fuerzas, todo lo que quería era cerrar la puerta y meterse a la cama, cerrar sus ojos y olvidarse de todo o por lo menos intentarlo.

-Eres mayor de edad, hay algunas cosas de las que tenemos que hablar.

-¿Algunas cosas? No sé a qué te refieres.

-Tu madre y yo teníamos una sociedad conjunta que, desde que eres mayor de edad, no puedo hacer nada con ella, salvo seguir con la dirección que ya llevaba. La necesito, quiero hacer una fusión, pero para eso tengo que tener el control de ella. Cuando regreses de tu luna de miel podemos hablar al respecto.

-¿Es... mía?

-Nuestra. Es nuestra, no tuya. Pero la toma de decisiones nos corresponde a ambos, tan solo parque eres mayor de edad, aunque yo estoy a cargo.

-¿Esa fusión en qué afecta lo que me corresponde?

-Chiara, no te corresponde nada-dijo su padre, mirándola a los ojos-. Tu parte ha sido invertida en ti.

-¿Invertida en mí? ¿Cómo puedes decir eso?

-¿Y tú cómo puedes decir lo contrario? Estos últimos diecisiete años que has estado en el extranjero, has consumido bastante dinero, muchísimo, más de lo que te imaginas.

-Eres mi padre, el dinero que me has dado no puede ser de lo que me ha dejado mi madre, ¿qué hay de ti? ¿No tenías responsabilidad alguna conmigo? No... No puede ser cierto que cada cosa que me diste fuera de mi dinero.

-Hablaremos mejor cuando vengas de tu luna de miel.

-¡Hablaremos ahora! ¡Estoy cansada! ¡Harta! Y no dejaré que más nadie me pisotee el día de hoy. Yo no te pedí ese dinero para que cubrieras mis gastos en Francia. Tú me enviaste allí, entonces tienes que asumir los gastos, no yo.

-Yo era el adulto, yo decidía, Chiara.

-Y decidiste que era mejor gastar mi dinero.

-En ti.

-Porque no te querías hacer cargo de mí. Y por lo visto tampoco podías asumir los gastos, así como tu paternidad. -Sin intenciones de derramar una sola lágrima frente a su padre, respiró profundo para no llorar-. Tienes razón, hablemos de esto cuando regrese de mi luna de miel, entonces contrataré abogados para que analicen toda la situación y vean si era correcto que yo tuviera cubrir todos y cada uno de mis gastos cuando solo era una niña. -Su padre arrugó su ceño, nada contento con el curso de la situación.

Si tenía que ver con su madre, Chiara necesitaba saber todo al respecto y lo mejor era buscarse un abogado que supiera mejor y a detalle todo lo que tenía que ver con esa sociedad y lo que había sido la parte que le correspondía a través de su madre.

Cuando Canela regresó con sus cosas, Chiara cerró la puerta y al fin se metió en la cama, acurrucándose junto a la almohada.

Cerró sus ojos, sin derramar una sola lágrima, ya no se permitiría llorar ese día.

Pensaría en su madre, intentando recordar algo de ella.

            
            

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